Partida Rol por web

Manolo miró por la ventana, como si en cualquier momento esperase ver llegar a alguien. Algunos curiosos se estaban aproximando al coche de policía:

- Sácame de aquí Domingo... Ellos pueden estar en cualquier parte... No son... como nosotros... Creo que son... diablos o algo así... Creo que todo tiene que ver con el tema del Gallego... Yo... Ugh... Ugh... Ugghh....

- ¡MIERDA! ¡Está teniendo un ataque de epilepsia o algo así!- gritó Javier mientras abría la puerta del acompañante.

Por el retrovisor Domingo comprobó alarmado que su compañero tenía razón. Manolo Hermo se estaba poniendo pálido y empezaba a soltar espuma por la boca mientras se contorsionaba frenéticamente. Su cabeza golpeaba una y otra vez contra la mampara de seguridad. El espectáculo era terrible. Pero algo más detuvo por unos instantes a Domingo paralizado. Entre la gente que se aproximaba por detrás del coche destacaba una figura embutida en un traje gris. Por algún motivo Domingo sabía que esa figura tenía algo que ver con lo que le estaba pasando al Punky. Era algo que trascendía la racionalidad, como el miedo a la oscuridad, como la angustia de la locura... Lo sabía como sabía que el cielo gris amenaza lluvia. Por primera vez en su vida, y aunque el sol todavía lucía en el cielo, Domingo sintió lo que era el miedo y la desesperación. Él que se había jugado el tipo en más de una ocasión sin parpadear siquiera notaba que un terror lo embargaba desde la boca del estómago. Y aquel hombre del traje gris era el centro de todo ese miedo. Aquel hombre del que no podía distinguir las facciones, mezclado entre la gente.

Un nuevo golpe de la cabeza de Manolo contra la pantalla lo sacó de su ensimismamiento. Javier estaba abriendo la puerta de atrás para intentar alcanzar al yonki y sacarlo del coche patrulla mientras la gente se aproximaba curiosa.

- Joder... - gruñó saliendo del coche y abriendo la puerta de atras - ¡Atras! - espetó señalando a la gente - El que se acerque, pasara la noche en el calabozo. - sentenció aun señalando a la gente para luego acercarse a ayudar a Javier - ¿Que tal esta? - preguntó - ¿Lo llevamos al Hospital? - suspiró - Ha dicho algo del Gallego... - musitó mirando a Javier - Lo necesito consciente, Javier. - terminó abriendole el cuello de la camisa a Manolo para luego encararse a la gente de nuevo buscando a ese extraño hombre.

Entre los dos policías sacaron al hombre del coche. Seguía moviéndose de forma espasmódica. Javier metió su mano en la boca del yonqui intentando agarrar la lengua. Manolo se retorció aún más, poniéndose morado.

- ¡MIERDA! ¡SE ESTA ASFIXIANDO!- gritó Javier - ¿HAY ALGÚN MÉDICO?- se giró hacia la gente.

- No hay tiempo. - negó con la cabeza aun buscando a ese extraño hombre con la mirada - Déjame a mi. - asintió apartando al joven con el brazo - Desabrochale la camisa. - ordenó al tiempo que echo mano a la boca del hombre para sacarle la lengua y hacerle el boca a boca - Joder, no te me mueras Manolo. - espetó al tiempo que le hacia el masaje e introducia aire en sus pulmones.

Domingo se aplicó concienzudamente. El Punky tosió, se contorsionó un poco, pero luego respiró con normalidad... ¡Se había salvado! Tú no te me escapas pensó Domingo apartándose un poco del yonqui y secándose el sudor de la frente. Javier ya se había levantado y estaba apartando a los mirones mientras pedía una ambulancia por su walkie. Manolo, por su parte, estaba ahora inconsciente pero estable. ¿Había mencionado al gallego? Mientras permanecía a su lado los ojos del viejo policía recorrieron al grupo que se mantenía a una distancia prudencial observándolos. Ni rastro del hombre del traje gris. ¿Lo había soñado? No. Lo dudaba.

Unos minutos después se escuchaban las sirenas de la ambulancia llegando. Manolo seguía inconsciente, como si la cosa no fuera con él. El puto príncipe durmiente, pensó sin poder reprimir una risita Domingo. La ambulancia aparecía por el fondo de la calle.

- Vamos a ir con él; - espetó a su compañero levantandose pesadamente - Siguenos con el coche patrulla, - asintió señalando a Manolo y luego a si mismo - ire en la ambulancia con él. - continuó cogiendo su radio - Central, aqui unidad 25; - inquirió - Vamos a escoltar a este hombre al hospital, corto. - terminó soltando el pulsador y esperando respuesta.

- Aquí central. Recibido. ¿Es el hombre del parque? ¿Todo bien? ¿Hay heridos?

- No central; - suspiró activando la radio de nuevo - Ningún herido excepto él; Ha sufrido un ataque. - continuó encaminandose a la ambulancia - Contactaremos desde el hospital; Cambio y corto. - terminó agarrandose al asidero de la ambulancia para subir.

Los de urgencias atendieron de forma rápida y profesional a Manolo. Media hora más tarde Domingo estaba sentado en urgencias en el habitáculo donde el punky, convenientemente sedado, descansaba. Los médicos se habían quedado considerablemente tranquilos al saber que el policía estaría allí vigilando al individuo. Mientras tanto Javier esperaba en el coche patrulla, a la entrada. Domingo repasaba un periódico del día cuando notó que el enfermo abría los ojos poco a poco.

- ¿Qué... ha pasado? - el punky miró alrededor algo confundido. El sedante hacía bien su trabajo, no había intentado siquiera incorporarse - ¿Torres? ¿Es usted? No... No recuerdo nada...

- Sufriste un ataque, - asintió al hombre cuando este le reconoció - los medicos vendran en un rato y nos diran que clase de ataque exactamente; - suspiró doblando el periodico y dejandolo en la mesita - Montaste un buen espectaculo en el parque de las Cruces, Manuel. - continuó tras unos segundos en silencio - ¿Puedes explicarme por que? - preguntó alzando una ceja.

- Supongo que estaba alucinando...- su voz sonaba cansada, pastosa, aletargada por el sedante - ¿Hice daño a alguien jefe? Porque no creo que usted esté aquí para darme las buenas noches...

- No, - negó con la cabeza - por suerte no hiciste daño a nadie; - sonrió al tiempo que se levantaba - Pero me preocupa que no estuvieses alucinando, Manuel. - suspiró sentandose en la cama frente al hombre - Me dijiste que tenia que ver con lo del Gallego. - asintió amablemente - Haz un esfuerzo y trata de recordar; Porque yo vi algo que me mosqueo... - terminó aun asintiendo.

Manuel miró a Domingo como si no entendiera de que hablaba. Luego suspiró:

- El Gallero era como un padre para mi... Y sabes... No le molaba eso de mi problema y esas cosas... Joder. Que mal rollo... No son formas de acabar.

Su mirada se fijó el techo:

- Hay cosas que es mejor que no se sepan Domingo... Es mejor que no se sepan...

- Si sabes quien mato al Gallego, - suspiró mirando hacia la ventana - me lo dirias; ¿Verdad? - sonrió volviendo a mirar a Manuel - Mira, se que soy poli y que eso no os gusta a muchos de vosotros; Pero el Gallego era mi amigo. - asintió convencido - Y removeré Madrid entero para encontrar a su asesino, - suspiró de nuevo - me lo digas o no. - terminó con una sonrisa amable.

- A mi me caía bien el viejo, señor Torres... Pero no sé quien lo mató. Si lo supiera lo ayudaría. No soy un chivato, pero lo que le hicieron al pobre hombre: arrancarle los ojos, las orejas, la lengua, cortarle los dedos y despellejarlo... ¡Ojalá encuentre a los hijos de puta que lo hicieron!

- De todos modos; - asintió complacido - Me quedaré hasta que te den el alta. - suspiró recordando al hombre con traje grís y sin rostro - Por si te vuelve a suceder lo del parque. - comentó sentandose en la silla de nuevo sacando el walkie - Javier; Voy a quedarme aquí con Manuel, - sentenció mirando el reloj - vuelve a comisaría, deja el coche y marchate a casa; Gracias por tu paciencia. - sonrió al aparato dejandolo sobre la mesa al lado del periodico.