Partida Rol por web

El hombre del traje gris

Trucos de magia

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29/02/2008, 21:07
Director

Tolito tiene un dado y una paloma,
una tos y una copa llena de vino,
y unas ropas con polvo de los caminos,
caminos que jamás llevaban a Roma.

Mago de las barajas y la sonrisa,
malabarista errante de las plazuelas,
corazón que le sale por la camisa,
botas de andar sin prisa ni mediasuela.

Balada de Tolito, J. Sabina

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29/02/2008, 21:08
Director

Elías salió al sucio callejón en el que se ubicaba la Pérdida. El día de septiembre amenazaba lluvia y, como afirmaba el camarero, aunque solo eran las siete ya empezaba a oscurecer. Mierda de ciudad, tan gris y siniestra. El pobre Gallego ya no se tendría que preocupar ni del frío ni de la lluvia, se lo habían apañado todo bien. Elías sopesó lo que había visto en el bar. ¿Qué demonios pintaban esos tatuajes en la espalda del viejo? Menudo tinglado habían montado para cargarse a un viejo carterista. Y todo ¿para qué?

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01/03/2008, 10:14
Director

A aquella hora la Dama de Picas acababa de abrir. Elías entró en el local agradeciendo que hasta las once no hubiera ningún matón que flanquease la puerta exigiendo el importe de la entrada. Por otro lado cabía la posibilidad de que fuera demasiado temprano como para que estuviese allí Enrique. Pero por echar un vistazo tampoco iba a perder nada.

La Dama de Picas era un lugar oscuro, acogedor para un mago. Tenía una luz de ambiente que ayudaba tanto a dar atmósfera como a mejorar la ocultación de los trucos que los magos hacían cerca del público, paredes negras decoradas con atrezzos africanos, sillones cómodos al estilo de las Vegas, con mesitas de cristal en el medio para que la gente pudiera disfrutar del espectáculo mostrado en el pequeño escenario del fondo.

A esa hora el local estaba vacío. En la barra solo estaba el camarero y una figura solitaria al otro lado. Elías sonrió al ver que la suerte, por una vez, estaba de su lado. Era Enrique 'Dedoslentos' Pausanias el que se apoyaba en esa barra. Como siempre Enrique parecía un jugador de poker rescatado de una noche de resaca, con su pelo alborotado, el traje arrugado y el nudo de la corbata deshecho mostrando una camisa desabotonada. Era parte de su espectáculo, por supuesto. Todo fachada. Enrique, pese a ser un mal mago, era un humorista bastante pasable y sabía que el look de pringado vendía, hacía gracia. A todo el mundo le gusta reírse de alguien que está peor que uno mismo.

Notas de juego

No te preocupes, ya te he devuelto tu mensaje ;) De todos modos revisaré ese bug cuando pueda y también tengo pendiente la opción de que la web 'recuerde' a los que quieran dejar grabada su sesión. Ahora por defecto se desactiva tras 20 minutos (más o menos, no estoy seguro) de inactividad por motivos de seguridad para la gente que trabaja en varios ordenadores o va a un ciber.

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01/03/2008, 19:33
Elías Bonabre

-Siete hijos tuviste, Pausanias: los guardas en los profundos, se ve a la legua –bromeó el argentino, agarrando un taburete y sentándose a su lado. Los profundos se llamaban los dos bolsillos secretos de las colas del frac. Los siete hijos… Bueno, eso es secreto profesional.

Pausanias manipulaba cansinamente una baraja gastada y Elías se la arrebató sin contemplaciones: sus dedos la convirtieron en estelas fugaces.

-Hace mucho que no gasto de esos. Ni mi sueldo ni mi poco talento me lo permiten. ¡Elías, dichosos los ojos! Estos astrosos comentaban que habías hecho tu mejor truco, que ni Houdini –pero el gaditano prestaba mucha atención a lo que Elías estaba a punto de hacer.

-Mira, este ocho de tréboles es una bruja. ¿Viste? Tiene poderes. Atrae a esta carta a la oscuridad, la pervierte, la vuelve del revés… Y puede hacerlo con todas, excepto con los ministros, que la atrapan. A la hoguera con ella –Elías narraba sus manipulaciones, que se desarrollaban a una velocidad de vértigo; al llegar a ese punto, había tomado el mechero de Pausanias y le estaba prendiendo fuego a la carta en cuestión. La dejó calcinándose en un cenicero. –Pero antes maldijo a los ministros, cómo no. Sus vástagos, todos ellos, serán corruptos.

Elías pasó a Pausanias la baraja, quien la abrió en abanico ante sí y sufrió una distensión de mandíbula: todas las cartas, excepto las sotas, eran ochos de tréboles. El mago correoso no sabía dónde mirar. Finalmente balbuceó:

-¿Qué… qué quieres a cambio de ese truco?

-¿Quién se ha vuelto loco en la ciudad y se cree lo que lee en los libros? –Elías decidió ir directo al grano. Añadió con una amplia sonrisa: - ¡Ah, e invítame a una copa, camarada!

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02/03/2008, 21:13
Enrique 'Dedoslentos' Pausanias

La copa llegó de forma inmediata. Para el otro menester el rostro de Pausanias era más confuso:

- ¿A qué te refieres? ¿A lo del asesinato del viejo?- Pausanias miró avaricioso el mazo de cartas - Qué se yo. Es un asunto feo, pero me temo que se trate de una panda de criajos pasados de LSD que solo hayan leído algunas revistas de esoterismo como si de verdades se tratasen. Tampoco es que los periódicos digan mucho... Ya sabes como son los de la prensa. Igual dos tonterías que había allí cerca y algo de brutalidad se hayan confundido con ritos de magia... Pero ¿que te va a ti en todo esto?

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03/03/2008, 08:30
Elías Bonabre

-¿Pura curiosidad? -Elías dio un sorbo a su cubata, mirando con frialdad a los ojos del otro. "No te metas en mis asuntos", venía a decirle. De todas formas, ni él mismo podía explicarse. Tan sólo había sido echar un vistazo en aquel turbio asunto, y éste ya lo engullía vertiginosamente, como una especie de maëlstrom.-Supongamos que no sabes nada. Pero tú tienes contactos. Me gustaría saber de alguien que se pueda permitir el lujo de adquirir volúmenes arcanos (ediciones de coleccionista, no librajos de saldo) y lo suficientemente obsesionado con la magia como para entregarse a tales prácticas. Eso te pido.

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03/03/2008, 15:52
Enrique 'Dedoslentos' Pausanias

- Claro... Podría enterarme. Tú sabes algo más que no me quieres contar, pero no te preocupes. No me interesa. He aprendido que en este mundillo cuanto menos sepas más feliz eres...- dio un sorbo a su copa - Hay poca gente en esta ciudad que se pueda permitir acceder a tomos de verdad. No se encuentran en las bibliotecas o en la Corte Inglés... Yo mismo cuento con un par de ejemplares muy preciados cuyo precio bastaría para pagarme un buen piso en Lavapiés si estuviera dispuesto a venderlos.

Rebuscó en sus bolsillos para sacar una cajetilla arrugada y, después de meter un pitillo en su boca y encenderlo, ofrecerle otro a Elías:

- Puedo enterarme, como no. Pero no te llegará un pequeño truco para que de esa información. Por una vez soy yo el que sabe algo que tú ignoras y tendrás que dejarme disfrutar ese placer. Me enseñarás el truco de la bruja y alguno más. No es un mal trato, tú me cuentas de la magia de mentira y yo te indico por donde anda la magia de verdad.

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03/03/2008, 16:11
Elías Bonabre

Elías rió abiertamente al tiempo que rehusaba el cigarrillo que Pausanias le ofrecía.

-¡Sí que te las sabes todas, camarada! Trato hecho. Pero habrás de conformarte con este truco que viste y… A ver que piense. ¿Qué tal te suena el de “la Enciclopedia China citada por Borges”? Misterioso, ¿verdad? Son dos trucos magníficos, no puedes dudarlo –Elías apuró su cubata y pidió otro. –Cambiando de tema, ¿merece la pena quedarse a ver el espectáculo? ¿Algún número sorprendente?

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03/03/2008, 20:03
Enrique 'Dedoslentos' Pausanias

- No creo que quieras quedarte.- Pausanias le guiñó un ojo a Elías - Hoy actúa Calixto y creo que ya te sabes su repertorio de memoria. Ya ves, ni con el tiempo se decide a ampliarlo. Dentro de un par de días viene un tipo que tiene buena reputación. Quizás no lo conozcas porque es bastante nuevo, pero dicen que pisa fuerte. Tiene veinte tacos aunque su abuelo era de la vieja escuela y se cuenta que le enseñó el oficio directamente. Quien sabe: esto siempre es cuento mezclado con realidad, que te voy a decir que no sepas. Se hace llamar el Holandés Errante y dice que viene de los Países Bajos, claro. Luego resultará que es de Valencia, pero el nombre no me negarás que no es bueno...

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03/03/2008, 20:34
Elías Bonabre

-Así que dentro de un par de días, ¿eh? Hoy es martes… El jueves entonces. ¿Crees que habrás averiguado algo por entonces? Será un buen momento para volver a vernos tú y yo –Elías daba los últimos tragos a su bebida, con la idea ya de marcharse. Al día siguiente debía madrugar bastante. -¿El holandés errante? ¡Ufa! Suena como otro boludo con ínfulas, otro fantoche copperfieldiano…

Notas de juego

Di a los chicos del prólogo que me desubiquen, que me siguen llegando mensajes, y aunque soy bastante estricto... Bueno, tú sabes.

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03/03/2008, 22:48
Enrique 'Dedoslentos' Pausanias

- Me parece bien, pero el jueves invitas tú.- contestó Enrique pagando la ronda.

Cuando Elías se estaba levantando para marchar Dedoslentos pareció meditar un momento antes de añadir:

- No es asunto mío y no quiero saberlo Elías, pero ten cuidado. Los magos por los que preguntan no sacan conejos de sus chisteras, sino cosas más siniestras. No creo que darte alguna información sobre viejos libros sea peligroso pero el como la uses o a quien puedas molestar quizás si que lo sea. Ándate con ojo amigo. Solo estoy pensando en voz alta, como diría Sabina: ¿qué consejos voy a darte yo que ni siquiera sé cuidar de mi? - concluyó guiñándole un ojo.

Notas de juego

Jaja. No me había dado cuenta. De cualquier forma ya han salido de la escena por lo que ahora todos estáis bien compartimentados ;)

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03/03/2008, 23:04
Elías Bonabre

Elías salió de La Dama de Picas. La atmósfera estaba muy cargada, pero aún no había roto a llover. Caminaba por las aceras oscuras y desangeladas considerando con algún desdén las palabras de precaución de Pausanias. "¿Qué sabrás tú?", se decía.

En esos momentos, sólo le preocupaba procurar deslizarse con mucho sigilo y discrección cuando irrumpiese en el piso, para no enturbiar las sesiones ardientes de la alcoba marital.

Notas de juego

Si no hay ningún imprevisto, el día puede finalizar para el bueno de Elías.

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04/03/2008, 19:50
Director

Estaba oscuro. Algo lo había despertado. ¿Los gemidos de los amantes? No. No estaba en su habitación. Un miedo súbito atormentó a Elías. Estaba en una torre, en un castillo. ¿En un castillo? Estaba soñando. Claro. No había otra explicación. Hacía un rato se había tumbado en la cama de la habitación de invitados de su hermana y ahora estaba en un castillo encantado. Miró a su alrededor. La cámara donde estaba era de piedra y una ventana sin cristal dejaba entrar el frío de la noche. En algún lugar se oían gemidos, pero no eran de placer. Sus manos tocaron la paja del catre donde estaba tumbado. ¿Un sueño de corte medieval? Elías nunca había sido dado a esas cosas. Se levantó sólo para comprobar que estaba vestido únicamente con un camisón. Que sueño más raro, tan real... Al fondo de la habitación había una puerta de madera entreabierta. Una tenue luz se filtraba desde el pasillo, oscilante, producto sin duda de una llama. Bueno: era un sueño... No le podía pasar nada malo ¿no?

Notas de juego

Para las secuencias oníricas usaremos el texto en itálica. ¿O no serán escenas oníricas? Quién sabe...

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04/03/2008, 20:33
Elías Bonabre

Elías se aproximó a la puerta y la abrió con cautela, al tiempo que trataba de descifrar el significado de aquellos gemidos. Sus manos se deslizaban involuntariamente, palpando el camisón, no sólo para constatar el realismo extraordinario del sueño, sino para comprobar si la prenda poseía bolsillos que pudiesen contener algún objeto maravilloso.

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05/03/2008, 11:55
Director

Por desgracia para Elías parecía que su mente estaba dispuesta a dejarle a él todo el protagonismo, alejando cualquier objeto mundano que pudiera ayudarle de su alcance. El camisón carecía de bolsillos y se le antojaba ridículo como prenda. Más aún teniendo en cuenta que no le protegía del frío intenso ¿se sentía frío en los sueños? ¿alguna vez lo había sentido o recordaba haberlo sentido?

La puerta conducía a un pasillo de madera. Al fondo una escalera de caracol oscura, siniestra, mecida por las sombras, parecía aguardar su llegada. De abajo era de donde procedían los gemidos. Gemidos que solo podía proferir alguien que sintiese un dolor continuo y grave...

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05/03/2008, 15:19
Elías Bonabre

"Esto tiene visos de torcerse en una pesadilla en cualquier momento", pensó. "Pero estáte tranquilo, recuerda tus técnicas de respiración, de cuando filtreaste con el escapismo. Seguro que te sentó mal el bebercio, eso es todo. Voy a llevar la situación a mi terreno, ya verás, soy un maestro del atrezzo, qué caramba."

Uno de sus pies ya se posaba en el primer peldaño de la escalera. ¿Quién languidecía allá abajo? ¿Alguien que pudiese conocer? Llevaba muchos fantasmas a cuestas por más que no se sintiera culpable. Descendió a la sordina, procurando sepultar ese mal pálpito, conjurando el lado más amable del sueño, captándose a sí mismo confinado en una torre como una suerte de princesa encantada.

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05/03/2008, 19:53
Director

Pese a los esfuerzos de Elías la torre no se volvía amable, más bien al contrario. Siniestra a cada paso que descendía. E iba, poco a poco, mudando la piedra medieval por un escenario más moderno... Pese a estar en sueños sintió claramente el escalofrío al reconocer la nueva ambientación y no pudo sino lanzar una maldición entre dientes. Entre nostalgia y miedo reconoció el suelo de madera del Samaria. Cuantos sueños quemados en aquel lugar. Quien tuviera nuevas oportunidades más allá de los sueños.

No se sorprendió ya demasiado cuando, alcanzando lo que era el viejo escenario, vio sentado encima de él a un conocido. Héctor lo observaba lacónicamente, con su mirada ligeramente estrábica que le daba aquel toque tan especial, a lo Christopher Lambert. Algún efecto raro incluía el sueño, pues su rostro - su cuerpo entero - parecía difuminado, como una mala cámara cuando desenfoca la foto. Quizás la memoria le jugaba esa extraña pasada.

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05/03/2008, 20:01
Héctor

- Elías... ¿Ya te ha tocado? ¿Es por eso que me han dejado ir a mi? Bueno... No te voy a dar las gracias si es lo que esperas...

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05/03/2008, 20:28
Elías Bonabre

Elías palideció. Sintió la boca seca, un sudor frío, una caricia de hielo a lo largo de su espina dorsal, se sintió vulnerable únicamente ataviado con aquella camisola ridícula... Se frotó los ojos con tesón, achacando aquel efecto turbador en el perfil del desdichado de Héctor a su propia vista.

-¿Héctor, eres tú? ¿Dónde te metiste? ¿Qué pasó acá? - Hablaba a trompicones, pugnando con la imbatible impresión de que el aparecido incurriría en la mala costumbre de los personajes oníricos de tornarse impermeables al discurso racional, de eludir las preguntas directas. Pero, pese al impacto, no dejó de activarse una alarma en su cabeza a causa de aquellas palabras: -¿Qué dices de que me ha tocado?

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05/03/2008, 21:02
Héctor

- Pagar, hombre, pagar... A ti también te tiene que tocar pagar... ¿O creías que ya era así? ¿Que te saldrías con la tuya?

Hector no parecía enfadado sino más bien cansado. Algo harto. Hablaba lentamente, como quien se dirije a un niño pequeño cuando le explica un tema de adultos.

- Pero aún no has llegado a dar una nueva vuelta. ¿Sabes? Al final todo se reduce a eso: a girar, una y otra vez, a entrar y salir. Entrar y salir... El ciclo eterno... ¿No los oyes? Que delicioso sonido.

Lo único que Elías escuchaba eran los gemidos que no cesaban. Sabía que en cualquier momento despertaría y acabaría con todo aquello, pero eso no ayudaba a que su corazón dejase de acelerarse. ¿Se puede morir en un sueño? Elías había escuchado viejos cuentos sobre el tema, de gente que despertaba encanecida... o que ya no despertaba. ¿Eran así los sueños del que se moría?