Partida Rol por web

Asenoc se adelantó en su forma lobuna y atrajo a los malditos pajarracos con él. Teníamos sólo que preocuparnos de los lobunos ahora. Corrí lo más rápido que pude, claro, toda mi vida corriendo para salvarme de los peligros de este maldito lugar. Estoy cansada de correr con temor, por mi vida. Esas frustraciones me alimentan el alma y me pusieron en primer lugar.

El puente estaba a pocos metros ya, los lobunos nos siguen los talones. No puedo divagar sobre los peligros que nos aguardan en el pantano por temor a tropezar.

Tenían a los lobunos detrás, pero parecia que podrían llegar al puente antes que ellos. No es que el puente fuese a ser seguro, pero por lo menos les daría una opotunidad.
Además, Augustus tenía planeada una cosa en el puente que les ayudaría. Puede que no saliese bien, pero valía la pena intentarlo.

Cuando lleguemos al puente no os pareis y seguid corriendo. Pase lo que pase.

Tampoco es que hiciera falta que les azuzase mucho en ello. Pues todos sabían lo que se jugaban. Augutus sólo esperaba que el puente fuese lo suficientemente estable.

Sales disparado a la carrera bajando por la montaña. Las aves se lanzan a por ti, pero estabas preparado, justo cuando las runas se encienden más te lanzas de cabeza. Unas garras con un poderoso chillido de frustración, pasa tan cerca, que el viento te zanrandea un poco.

Te vuelves a levantar como un rayo, pero tras solo dar tres pasos te pegas contra una roca y una afiladas uñas, arañan la tierra delante de ti. La compañera de la anterior, te ha pasado rozando, y durante un breve segundo su ojo inyectado en odio te mira antes de seguir de largo después del picado.

Sigues corriendo mientras ves como van levantando el vuelo, tardarán un rato en volver a atacar. Los lobunos por tu izquierda se mueven asombrosamente rápido, entre las rocas, saltan, corren a dos y cuatro patas. Tus runas refulgen una última vez cuando los tienes a dos metros, uno de ellos se lanza a por ti y te pasa rozando la espalda. El otro gruñe de frustración. Ahora van detrás tuya, soltando chasquidos y mordiscos al aire.

Había logrado esquivar la amenaza de las aves por poco y por fortuna los Lobunos no fueron suficientemente rápidos como para bloquearme el paso aunque los tenia arañandome los talones. Tocaba correr un poco más y rezar que decidieran dejarme en paz y enfocarse en los Snogs que no tardarían en aparecer o que les ganara suficiente terreno para permitirme preparar un terreno favorable para combatirlos. 
Aprieto los dientes exigiendo a mis músculos al máximo, la meta era el puente donde la bruma me permitiria ocultarme un poco y plantarles algun reto a ambos aguerridos combatientes. A pesar del peligro no puedo evitar dedicar un pensamiento a Murasaki, preguntandome si habria logrado mantenerse fuera del alcance de los Snogs.

Cuando pensáis en una persecución por parte de los lobunos, vuestras mentes empiezan a discernir planes de contingencia. El Guardapuertas sigue arrollador hacia delante, justo detrás la vengadora resopla para llegar con presteza hasta el puente, mientras el corredor, ágilmente salta de un lado para el otro en la delantera.

Parece que no ha sido herido por el Ave enorme, simplemente se dejó llevar con una rapidez asombrosa y absorbió el golpe. Tras rodar siguió corriendo con ansia, sin ni siquiera jadear, está en plena forma.

El experto rúnico mira hacia detrás, haciendo cálculos sobre la distancia de sus perseguidores y algo que está tramando. Pero entonces cuando están a unos cien metros del linde, pueden ver como en su Izquierda, detrás de los lobunos que suben la montaña aparece un enorme Lobuno Blanco, el doble de grande que los demás. Lanza un aullido que hace que vuestras runas resplandezcan en sintonía a la amenaza.

Vuestros perseguidores se paran en seco, y tras una mirada más de furia y un bajo gruñido, se dan la vuelta y empiezan la subida para unirse en la cumbre a sus hermanos.

Casi a la carrera, aminorando poco a poco entráis en el pantano...

Cuando empiezas a pensar en una persecución por parte de los lobunos a través del puente traicionero, algo ocurre cuando estás a cien metros del linde 

A tu  Izquierda, detrás de los lobunos que suben la montaña, aparece un enorme Lobuno de pelaje Blanco, el doble de grande que los demás. Lanza un aullido que hace que tus runas resplandezcan en sintonía a la amenaza. Y es una gran amenaza, menos mal que está lejos.

Tus perseguidores se paran en seco, y tras una mirada más de furia y un bajo gruñido, se dan la vuelta y empiezan la subida para unirse en la cumbre a sus hermanos. Parece que has escapado muy bien parado de una mortífera trampa.

Casi a la carrera, aminorando poco a poco entras en el pantano...

Observo el pantano con atención mientras sigo avanzando. - Bien, creo que de momento hemos ganado la carrera, pero eso no garantiza que no nos sigan, de modo que sigamos adelante. - Dije mientras seguía avanzando, si bien con más precaución para no dar un solo paso en falso, trato de observar a mi alrededor para encontrar un paso seguro, tratando también un palo que pudiera coger para medir la profundidad de aquel pantano y comprobar qué partes del camino eran más fangosas y cuales más sólidas para poner el pie.

En el Laberinto, el hecho de que los lobunos no les persiguieran al pantano no era señal de que habían tenido suerte. Si no de que algo aun más peligroso les esperaba en él.

Espero que tengamos la habilidad necesaria para poder vencer esta nueva prueba. Estamos todos cansados y necesitamos reponer fuerzas. Pero no podremos hacerlo aquí.

Entra con cuidado al puente mientras asiente a las palabras de Hector.

Desde luego. Lo más seguro es que haya más enemigos aun dentro. Y puede que sea algo a lo que los lobunos tengan miedo. Lo cual no es bueno para nosotros de ninguna manera.

Me paro con dificultad agarrando mi lanza, ya me duele hasta pararme, así como hizo el lobuno yo también doy un paso hacia atrás. Claramente no estoy dispuesta a seguir arriesgandome.

Doy otro paso para atrás a la espera de que mi atacante haga lo mismo, de ser así voy a empezar a buscar un lugar donde poder recuperarme un poco.

El Lobuno se agarra el hombro con la mano contraria, intentando que deje de sangrar el agujero que le has hecho con tu lanza. Definitivamente no quiere pelear a muerte. Eso es lo que hace tan peligroso a esta raza, su inteligencia, ha prevalecido por encima de su ansia de sangre. Cada generación es más peligrosa que la anterior.

Con un último gruñido y ya fuera de tu alcance, se da la vuelta y se aleja al trote. Dejando gotas oscuras de apestosa sangre en el empedrado suelo.

Te das la vuelta y vas directa al pantano, tienes que ponerte a cubierto cuanto antes, no saber si volverán las aves, si volverán los lobunos o cualquier otra cosa.

Cansada y omnubilada, la adrenalina comienza a dejar de precipitarse en mi sangre y puedo tranquilizarme un poco. Con la vista nublada y con el único objetivo de descansar y poder cerrar el círculo comienzo a dirigirme hacia el pantano, aunque precavida de que no haya nuevos ataques.

Por ahora debes actualizarme cómo sí me hubiera quedado a ver que pasaba con los hombres oso o esas cosas, pues habíamos quedado en que Theran se adelantaba al no poder escalar y que yo me quedaba a ver la guerra. Después de eso ya veré qué hacer...

Saludos.