Partida Rol por web

Empiezas a avanzar por el terreno pantanoso. Nada más entrar y pasar de el suelo empedrado a la textura fangosa, tus pies descalzos se hunden automáticamente varios centímetros con un sonido de succión. Esto va a ser de lo más asqueroso.

Junto con esa promesa de un avance dificultoso, llega el calor, un calor y una neblina de color verde claro. Es casi físico el golpe de calor. Es un mal menor para tus runas que te protegen de todo calor natural, pero la sensación pegajosa y húmeda te perseguirá durante mucho tiempo.

Lo tercero que notas tras unos minutos caminando son los mosquitos, parece que tengas encima a toda un legión de ellos, todo el puto laberinto te manda mosquitos del tamaño de un dedo. Las runas los achicharran en cuanto intentan picarte con su aguijón lleno de veneno y enfermedades. Con un sonoro ZAP y un resplandor de runas explotan. Lo que te plantea un problema.

La Luz está cayendo, y tienes dos opciones. "Desactivar" las runas para que no brillen con intensidad con cada ataque de los mosquitos y evitar que te vean en la distancia. O dejar las runas tal cual, con lo cual seguirá funcionado tu "alarma" ante cualquier ataque pero te podrán ver desde mucho más lejos.

Viendo el tamaño de los "mosquitos", si se pueden llamar así, y su insistencia en picarme, cosa que conociendo el Laberinto deben tener veneno o algo por el estilo, decido enfangarme toda, cubriendo absolutamente toda la piel, de esa forma los mosquitos no van a tener posibilidad de acceder a mi piel y voy a poder desactivar las runas sin ningún tipo de inconveniente.

Así mismo busco un lugar donde resguardarme y pasar la noche lo más tranquilamente posible y cerrar el círculo para recuperar un poco de salud.

Empiezas a cubrirte todo el cuerpo con fango, Y logras en su mayor parte cubrirlo, aunque estando tu sola, hay muchas partes de la espalda que no quedan del todo cubiertas. Lo que en principio parece una buena idea, resulta que tiene un inconveniente.

Al no ser derribados por la magia, más y más mosquitos se arremolinan a tu alrededor. Empieza a formarse una nube molesta que intentan picarte en la cara, se meten en los oídos y cualquier sitio donde se te vaya cayendo el barro. Llega un momento que tienes que empezar a espantar con la mano para poder ver.

Me sumergo en el lodo y vuelvo a salir, de esa forma cubro todo lo que no estaba cubierto excepto los ojos, al ser pegajoso va a ser difícil que se me despegue de la piel y los mosquitos no van a tener acceso a la piel.

Sigo buscando un refugio.

Mientras te muevas poco, el fango aguantará. Pero no puedes ir muy rápido, Tus heridas también te piden que vayas lento con lo cual no hay demasiado problema.

Los mosquitos te siguen agobiando y no paras de dar manotazos para poder ver, queda una hora de luz más o menos para encontrar un refugio decente. Tienes dos raciones de comida y eso te aguantará, no es momento de cazar, priorizas descansar así que te dedicas a mirar en troncos huecos y pequeñas madrigueras.

Tras caminar un rato más, encuentras varios troncos casi sin insectos. Puedes amontonar dos de ellos para crearte algo parecido a un refugio y algo de camuflaje en la entrada. Una vez en tu pequeño campamento matas a los mosquitos que se han colado y rezas por tener una noche tranquila.

Como estás tan herida no has podido salir a cazar, así que te tomas media de las raciones que tienes. haces recuento y ves que te quedan para tres comidas más. Necesitas estar fuerte para cerrar el círculo.

Esperando que el rústico armado de troncos y las ramas y hojas sean suficiente como para camuflarme, como así también que el barro que aún tengo pegado en mi cuerpo se quede donde está, me pongo en posición india con las piernas cruzadas, agarro mis dos manos y comienzo a cerrar el círculo para curar mis heridas. 

Por suerte los bichos son pocos y ruego porque ninguno de ellos sea venenoso o carnívoro y poder dormir al menos unas 4 o 5 horas sin tener que preocuparme y poder estar relativamente a pleno para el día de mañana.

Tras adentrarte un poco en el pantano, ves una pequeña construcción quizás demasiado bien hecha para ser casual. Dos troncos, cubiertos de barro y con las entradas también tapadas. Hay alguien dentro. Con tus runas apagadas te acercas en completo silencio.

Una respiración acompasada apenas audible se escucha dentro.

Continue avanzando por el pantano a la busca de un lugar seco y algo elevado desde donde dominar la zona, el flagelo de los mosquitos ya habia cedido un poco, quizas porque estos se habian cansado de matarse contra mis runas o bien porque alli ya no estaban en tales cantidades.
Al acercarme silencioso como una sombra a la cabaña pude percibir aquella respiracion apenas audible, podia ser un enemigo durmiendo o alguna fiera que hubiese tomado la cabaña del pantano como cubil. Dentro del laberinto todo era una poderosa amenaza, asi que no lo dude y puse una flecha en el arco y tense la cuerda presto a lanzarla contra lo primero que se me viniese encima.
Di varios pasos en direccion a la puerta, intentando no hacer mayor ruido que el de mi respiracion y el ambiente con los zumbidos y chapoteos lejanos.

Apenas te has cerrado el círculo, cuando oyes un ruido fuera, se está acercando algo son unos cautelosos pasos, por sus movimientos parece ser un Patryn, pero tiene las runas apagadas.

Esperas que así sea, ya que te encuentras bastante agotada.

Mientras estoy cerrando mi círculo escucho ruidos afuera. ¿Acaso no había sido suficiente por hoy todo lo que me sucedió? Maldito laberinto y malditos sean los Sartán.

Escucho con cautela y atención para ver si identificaba quien o que era lo que se aproximaba. Afortunadamente los pasos y movimientos son de mi gente, otro Patryn en la misma zona. Por fin la suerte me estaba sonriendo.

Despacio y con cautela, cosa de no despertar sospechas ni ataques sorpresa, me incorporo y comienzo a salir de mi escondite.

Escucho los pasos dentro de la cabaña y me detengo listo para descargar la saeta en cualquier cosa que me atacara, sin embargo observó que se trata de otro companero del laberinto, asi que saco la flecha y guardo el arco mientras me acerco aun más. Da la impresion de encontrarse herida a juzgar por la respiración y la dificultad al caminar.
- descansa- le digo sin necsidad de mediar saludos ni formalidades- Yo velare por ti mientras se recuperan tus heridas. Los lobunos combatiran contra los Snogs y esperemos que queden pocos cuando deseen volver a sus campamentos.
Ingreso en la cabaña y me quedo bien cerca de la puerta donde clavo dos flechas para tenerlas a mano. Luego saco mi arco y reviso el encuerde. Entonces ya listo para defender aquel lugar, al tiempo que reviso la integridad de todas mis runas, le hablo.
- Puedes llamarme Theran, atravesé hace una horas la puerta de las alturas huyendo de los Snogs que nos pisaban loa talones a mi y mi compañera. Ella logró ocultarse escalando entre las rocas hasta una altura prudente. Yo hui de alli y logre ocultarme en este pantano tras eludir unos Lobunos y aves Coriaceas.
Cual es tu historia y donde esta tu gente?

Volviendo a ingresar a mi improvisada choza, me siento dolorida pero aliviada al mismo tiempo, ya me había preparado para pelear de nuevo a pesar de que sabía mis posibilidades eran pocas de salir victoriosa.

Me siento y ante la presentación del extraño le respondo con una sonrisa:

- Me llamo Neara, hace un par de horas cruce la puerta y no fue un día de mucha suerte como verás. Desde una coriacea hasta una pelea con un lobuno tuve hoy. Tengo que agradecer que apareciste sinceramente. Al menos podré cerra el circulo un poco más tranquila y recuperarme mejor para mañana.

Me quedo en la puerta de la cabaña con el arco en la mano escudriñando los alrededores, las flechas clavadas en el fango listas para ser tomadas en caso de que se acercaran enemigos. Le doy la espalda completamente a Neara, siendo esa una maxima señal de confianza, asi como tambien una señal de que puede descansar tranquila que yo me ocupare.
Mis pensamientos lejanamente se desviaban hacia Murasaki, por un lado sentia que le habia abandonado a su suerte pero por el otro sabia que sola tendria más posibilidades de no ser detectada. El laberinto ahora me habia puesto en el camino de otra compañera, que necesitaba aun más mi ayuda, por tanto esperaba Murasaki estuviera bien.

Apreciando significativamente que ya no estoy sola. Voy a poder descanzar y recuperar mi salud tranquilamente. Me pongo de piernas cruzadas y comienzo a cerrar el círculo.

Poco a poco voy sintiendo como la energía fluye por mi ser y las heridas poco a poco se van cerrando. Ajena totalmente a lo que puede suceder fuera de mi entorno me concentro para estar preparada para el día siguiente. Debía seguir camino y se que la próxima puerta esta mucho más lejos de lo que pienso.

Pasa un buen rato de la noche y temes tener que despertar tu nueva y malherida compañera para que tu puedas descansar unas horas también.

Tu fino oído oye algo al otro lado de vuestro improvisado, pero correcto refugio. Es una especie de olisqueo, no puedes verlo ya que viene de la otra parte del tronco hueco y a vuestra espalda. No puedes saber la dimensión de esa criatura, aunque estás casi seguro que sólo hay una y está bastante cerca a unos pocos metros ha llegado sin hacer un sólo ruido de pisadas.

Tienes dos opciones, meterme más dentro vuestro camuflado habitáculo, esperando que pase de largo, o asomarte con el peligro que la criatura te vea.

La guardia habia pasado bastante tranquila sabiendo que no lejos de alli habia una batalla campal entre Snogs y Lobunos, pero entonces cuando ya mis fuerzas comenzaban a flaquear siento aquel olisqueo lejano y no tardo en figurarme de la criatura que parece estas viniendo en nuestra direccion. Preparo una flecha en el arco y apuntando hacia la puerta listo para disparar contra todo lo que se acerque y demuestre hostilidad, trato de ponerme lo más cerca de la mujer para samarrearla sin dejar de prestar atencion a la puerta. Esperaba que no cometiera ninguna imprudencia aquella niña herida, de lo contrario tendriamos que arriesgarnos a una pelea abierta antes que sus manada le buscara.

Tras unos tensos momentos, donde el sonido se acerca más y más a la puerta, el arco lo empiezas a tensar de manera inconsciente. Por la abertura y debido a la poca luz ves una silueta humanoide, no es muy alta, unos 40 centímetros de alto, y está erguida sobre dos patas. Tiene un pelaje grueso y resuella un poco.

Puedes casi apostar a que es una cría de lobuno, está muy flaca, apesta a lodo y agua estancada y te mira con unos ojos donde el hambre se puede percibir en su intensidad.

No es un peligro inmediato para ti, siendo tan cachorro, pero que hacer es tu decisión.