Partida Rol por web

-Ciertamente, si cuentan con arqueros que puedan disparar y acertarnos en esta oscuridad y con el viento que sopla en la torre, podemos dar nuestra misión por finalizada, ya que el resto de las fuerzas que guardan la torre posiblemente estén muy por encima de nuestras posibilidades.-Echo un vistazo al camino que vamos a recorrer y medito- No creo que, si hay alguna posibilidad de que nos hayan visto, sea buena idea demorar nuestra entrada, puede que decidan usar a la niña como rehen y nos conviene atacar cuanto antes; Camino al carro, yo iré antes de Anäril.

Amrod, te sigo, al resto, intentaremos guardaros algo, pero no me comprometo a ello

Respondo, parezco mas divertido que nervioso y en ningun momento hago amgo de desenvainar mi arma

- Ocupate de tantos como quieras, te cedo mi parte mientras puedas hacerlo. Voy detrás tuya, así que lleva cuidado.- Sonrío con complicidad mas que con la ironía que cabría esperarse del comentario.

El ulular del viento tapa cualquier leve sonido que pudierais provocar en vuestro camino al carro. Como bien os había dicho Amrod el interior del carro está completamente vacío y desde esta posición veis los dos caballos(3) que os cito vuestro compañero y la decrépita choza(2).

Desde está posición también podéis ver la torre(4) más de cerca. La entrada a la torre está abierto, no hay ninguna puerta que cubra la entrada a la misma y el resplandor de un fuego tintinea en su interior.

El sonido del viento no os deja escuchar indicio alguno de conversación es esta torre. La torre ha perdido algunos trozos de sus muros y a duras penas sostiene el maltrecho tejado.

La noche ha caído ya completamente. Prácticamente ya no veis a esos pájaros que sobrevolaban la fortaleza aunque no sabéis si por la oscuridad o sencillamente porque ya no están.

Nunca dejarán de sorprenderme - pienso con un cambio de humor al ver salir a mis compañeros - hay que reconocer que los humanos son animosos, siempre tienen ganas de bromear, aunque creo que es más bien una manera de ocultar su miedo. Aquí están, exponiendo sus vidas por salvar a una niña a la que no conocen sin esperar ninguna recompensa.

Cuando considero que Elerin ha tenido tiempo de llegar hasta el carro, y tras echar una última ojeada alrededor para evitar sorpresas, camino agachado con el hombro derecho a pocos centímetros del muro, tratando de no emitir ningún sonido audible por encima de la tormenta.

Sigo a Amrod Mirando curioso hacialos lados, intentando localizar a los enemigos, hasta llegar al carro

Corro ligero hacia el carro después de Ranëdhel, procurando moverme entre las sombras para evitar ser visto por posibles vigilantes que observen desde las almenas.

Carster comienza a caminar y me apresuro tras él para no quedar rezagado. Tras una corta carrera me vuelvo a agachar imitándole de forma que al moverme rozo con la vaina unas piedras sueltas del muro que caen de este.- Menos mal que hay tormenta. Seguro que solo lo hemos oído nosotros. Bien, averigüemos donde está la muchacha.- Pienso animadamente, mientras sigo a mis compañeros.

Casi sin hacer ruido os deslizáis hasta el carro uno tras otro hasta llegar a Ranëdhel. Quizá los nervios o el no estar acostumbrado al uso de las espadas hace que el elfo arrastre la suya por el suelo haciendo ruido. En seguida recoge la espada y llega junto al grupo con señas de contrariedad.

El ruido a alertado a los caballos que relinchan en la ya cerrada noche.

Oís una voz, proveniente de la torre(4):

- ¡Pstchsss, maldito caballo!

Después de un corto espacio de tiempo el caballo se tranquiliza.

Vuestros ojos de elfos os dejan ver a un hombre asomado en la parte alta de la torre. Es un hombre andrajoso, alto y de pelo negro.

No parece que os haya visto y quizá si no fuera por vuestros ojos tampoco le hubierais visto vosotros a él.

Mascullo a aquellos que estamos en el carro:

-¡Silencio ahora y no os mováis! Ha salido un centinela en la parte alta de la torre, pero parece que desde su posición no nos ve, esperemos a que se vuelva a introducir para continuar.

Esto no es bueno, ahora estarán nerviosos y prevenidos.

Van a ser tan tontos de si nos han detectado relajarse o de ponerse nerviosos solo por un caballo?, vamos ya a por ellos y que se preocupen de verdad

Poniendo la mano sobre el hombro de Carster, señalo mis ojos y luego la puerta, sin decir palabra, y con un gesto le invito a que me acompañe para echar un vistazo más de cerca.

Tal vez fuera más prudente que se acercara Amrod, pero si le descubren tendría dificultades, Carster y yo estaremos más seguros.

Cuidado - le susurro - tratemos de pillarlos por sorpresa, yo iré hacia la izquierda.

Reviso la torre con la mirada durante unos segundos, tras lo que despues asiento y me dispongo a acompañar al elfo hacia la torre

Carster y Anäril van a adelantarse. - Mejor, esto es lo suyo.-

Tal y como recomienda Elerin, permanezco donde estoy, pegado al muro sin moverme hasta que el hombre del tejado se marche o continuemos.

Cuando estoy seguro de que todo el grupo ha comprendido que Carster y yo vamos a adelantarnos, comienzo a moverme con la atención concentrada en no emitir ningún sonido que pueda alertar a nuestros enemigos.

Desplazándome agachado, salgo por la izquierda del carro y avanzo hasta apoyar mi espalda en la esquina del cobertizo, desde donde asomo la cabeza para echar un vistazo a la puerta abierta al interior de la torre.

Permanezco al lado de Ranëdhel y Elerin, mientrás los dos guerreros van a inspeccionar la entrada de la torre.

Yo me quedaré detrás del carro hasta que Anäril y Carster entren en la torre; En cuanto se oiga ruido de lucha sacaré el arco y me acercaré para apoyarles como sea necesario. También estaré ojo avizor a el resto del recinto, por si acaso sale algún bandido desde otro lugar y es necesario evitar que se acerque.

Me acerco hacia la torre, revisando la zona de arriba, y colocandome en el lado de la puerta que me ha señalado el elfo, espalda contra la pared vuelvo a mirar hacia arriba y por ultimo señalo la puerta y asiento