Partida Rol por web

 El dolor oprimía sus cabeza con una fuerza arrolladora, no podía rechazarlo, cuanto más lo intentaba más dolía, de repente fue incapaz de controlarlo y lo dejó fluir, su boca exhalo un grito agónico.

-¡¡¡aaaahhhhhh!!!!!!- Gritó sin ser capaz de hacer otra cosa

Con una creciente preocupación por lo que estaba observando Alfredo tardó unos segundos en reaccionar

-Carlos, Carlos ¿Qué pasa?- preguntó pero cuando los adornos comenzaron a moverse y los vasos a estallar supo que tendría que hacer algo para contenerlo o sería demasiado tarde. -¡Amalia!- dijo solicitando asistencia y una mirada bastó para que ambos supieran que hacer.

 Amalia y Alfredo aunaron sus fuerzas y entre ambos pudieron contener la energía psíquica desplegada por Carlos, algo había sucedido durante la ausencia de Alfredo y este debía averiguar qué, sin embargo primero debía asegurarse de estabilizar a su discípulo.

Algunos vasos y adornos se rompieron en el proceso, contener aquella energía liberada tan súbitamente requirió de un gran esfuerzo para ambas personas.  Carlos volvió a caer inconsciente y tanto Amalia como Alfredo debieron recostarse para recuperarse de lo ocurrido.

Una hora más tarde Carlos volvía a abrir los ojos y se encaminaba torpemente hacia el comedor.  Alfredo y Amalia hablaban afuera, en el jardín trasero de la casa, Laika estaba sentada en la galería junto a Paco y Josefina.  Andrés y Victoria habían aprovechado el tiempo para dar una vuelta y aclarar sus ideas y en el preciso momento que llegaban se encontraron en la puerta con Mariuz que había salido con Razhor a dar un paseo no muy extenso.  La joven que habían recogido en la ruta no había dicho ni una sola palabra, parecía ida, lejana mientras que la mujer oriental no tuvo problemas en hacer buenas migas con Josefina.

Las tres mujeres se dieron vuelta y miraron a Carlos ingresar a la galería interior, tenía mejor aspecto, pero sus ojeras aún se veían obscuras y marcadas, Laika quitó un bolso de una silla y se la ofreció

-En cuanto se sientan mejor vamos a tener que ir a comprar algo de ropa, la verdad que tu hermano tuvo suerte de que algo de lo de Alfredo le fuera más o menos bien- dijo a Josefina que asintió con una sonrisa

 Todavía estaba procesando todo lo que había sucedido: el movimiento de cosas, mi abuela y Alfredo usando sus poderes para amainar el del chico ese que se llamaba Carlos y que ahora venía hacia nosotras con cara de humano, en cambio de antes que parecía medio muerto.

Saqué mi bolso de una silla y se la ofrecí para que se siente. 

Estaba yo con las otras chicas, y dije:

-En cuanto se sientan mejor vamos a tener que ir a comprar algo de ropa, la verdad que tu hermano tuvo suerte de que algo de lo de Alfredo le fuera más o menos bien- a Josefina que asintió con una sonrisa.

-Además es una buena excusa para no pensar en ésto que pasó, aunque hay que pensar en eso también...

Respiré un poco apenada de sentirme tan al borde de un mundo nuevo que me parecía amenazante. Pero no había modo, tenía que enfrentarlo, todos teníamos.

-¿Estás mejor? -le pregunté al chico de los poderes telekinéticos o como sea que se llamaran. Ya bastante tenía yo con saber el nombre de los míos.

Dios, no podía creer que era lo que había sucedido, Carlos empezó a gemir de dolor, agarro su cabeza y comenzó a gritar. Adornos y tasas que estaban a nuestro alrededor reventaron en pedacitos y el sobre que tenia en la mano ardió hasta quedar en cenizas-Que diable ?!!!!- exclame exaltado, di un brinco hacia atrás, Alfredo grito un nombre “Amalia”, que era la abuela de la joven rubia, esta reacciono rápidamente y sin perder tiempo entre los dos intentaron contener la energía que Carlos estaba expulsando.-¿Qué esta sucediendo? estas personas no son normales, también tienen dones, ¿pero como es posible que tantos sobrehumanos estén reunidos en una misma casa? Si no recuerdo mal August me dijo que pocas eran las personas a las que se les otorgaba un poder y ahora yo me encuentro rodeado de varios de ellos Razhor inicio a ladrar yo me agache y lo abrace para calmarlo. Cuando lograron reprimir la energía de Carlos este perdió el conocimiento, yo estaba atónito con lo que había visto y necesitaba caminar, tome la correa de mi can y Salí a dar una vuelta. Cuando regrese no entre a la casa y me quede parado afuera. Andres y su novia venia de al parecer caminar también, les dirigí una sonrisa con un gesto de bienvenida.

Cuando Carlos despertó se sentía mejor, aunque sus últimas vivencias no le habían salido gratis, aún tenía mucha energía que reponer. Al menos ya distinguía rostros, no solo contornos borrosos y si bien continuaba algo torpe, ya no se llevaba cosas por delante. Al llegar a la galería se encontró con tres mujeres. Una de ellas le ofreció una silla. Era muy bella y verla sobresaltó a Carlos por un instante, de modo que no se llegó a sentar de inmediato ni pudo agradecer antes de que la mujer hablara.

_En cuanto se sientan mejor vamos a tener que ir a comprar algo de ropa, la verdad que tu hermano tuvo suerte de que algo de lo de Alfredo le fuera más o menos bien.

Carlos agradeció por dentro que continuaran hablando con normalidad. Sabía que se había descontrolado un rato antes pero no sabía qué había llegado a hacer. Todos estaban tranquilos así que infería que no habían heridos, pero aún así no conocía a esa gente y no hubiera sido extraño que lo trataran como a un bicho raro o hicieran comentarios sobre lo ocurrido.

_Además es una buena excusa para no pensar en ésto que pasó, aunque hay que pensar en eso también...

Claro, eso ya hubiera sido pedir demasiado.

_¿Estás mejor? -le preguntó la chica bonita-.

_Yo... eh... sí, gracias. Disculpen por lo que pasó allí dentro -dijo señalando con un pulgar por encima de su hombro, aunque no sabía si habia sido exactamente allí-. Y gracias por la silla, pero debo hablar con Alfredo.

No quería quedarse allí. No era bueno en los grupos, y menos cuando no conocía a esa gente. Solo sabía que Alfredo lo había llevado allí, aunque todavia no sabía el por qué. Necesitaba algunas respuestas más. Salió caminando entonces en dirección al jardín donde Alfredo hablaba con una mujer.

_Disculpen, ¿puedo interrumpir?

 El chico nos saludó pero se retiró, se vé que tenía algo urgente que hacer y no quise interrumpirle. Esperé que las jóvenes con las que me encontrara comentaran sobre mi idea de ir a comprar algo de ropa y mientras acaricé a Paco que se la pasaba rondando, con su cola bien parada, señal de que estaba contento.

-Alguien que está feliz en semejante situación -dije divertida.

Quería tratar de encender el ambiente un poco, de alegrarnos.

Ante la aparición de Carlos, Amalia y Alfredo hacen silencio, este último mira al muchacho y le dice

-Si, por supuesto.  ¿Cómo estas? ¿Cómo te sentís? la verdad que nos hiciste asustar bastante-

_La verdad que mucho mejor que antes, gracias -comienza a explicar Carlos-. Pero no se qué pasó, de repente me empezó a doler la cabeza y... -se interrumple al caer en la cuenta de que se encuentra frente a la dueña de casa, según él entiende-. Disculpe, ¿usted es la dueña de casa? Le pido mil disculpas si rompí algo, yo se lo voy a pagar -le dice, recordando de repente el desastre que había hecho en el cementerio con los floreros. Entonces al recordar el cementerio le llega otra idea a la cabeza, y se dirige nuevamente a Alfredo-. Alfredo, ¿esta señora es la de la imagen que me dejaste en el cementerio? Me dejaste una imagen de una señora, pero justo ahora no me puedo acordar bien si era de ella. Y me dijiste que nos estaban cazando. ¿Ya sabías algo de Raytheon en ese momento o quiénes nos estaban cazando? ¿Por eso te viniste para acá?

 -Esta bien, no te preocupes por eso.  Eran adornos viejos que había que cambiar- dice la mujer aunque se nota algo de amargura en su sonrisa.  -Y que ni se te ocurra darme un peso, lo que pasó no fue tu culpa.  No lo hiciste apropósito, seguro es culpa de Alfredo que no te enseñó a controlarte- luego dirige su mirada a este ultimo como si lo estuviese regañando.

 -¿Qué? ¿Mi culpa?  Él es el cabeza dura que no me hace caso.  ¡Quiere todo ya, todo ya! y no entiende que esto tarda años en desarrollarse y controlarse- hace una pausa y mira a Carlos -La verdad que tu fuerza psíquica aumentó mucho desde la ultima vez que hablamos, no creí que fuese a desarrollarse tan rápido, pero aún así seguís sin poder controlarla.  Eso es en lo que vamos a trabajar ahora-  Carlos hizo algunas preguntas a cerca de si Amalia era la mujer a la que se refería y algunas otras cosas.  -Si, es ella, sólo que seguramente se veía más joven.  Hace muchos años que no la veía.  Respecto de esa empresa no se nada, y de lo otro no estoy del todo seguro.  Esto es algo que pasó hace muchos años atrás, cuando Ángeles era pequeña.  El esposo de Amalia, Alyosha, murió en circunstancias algo extrañas y...-

-Y yo nunca me convencí de la explicación que nos dieron.  Alyosha estaba detrás de algo, no sé exactamente de qué porque sólo lo compartió con mi hija y mi yerno, pero el día en que despertaron los poderes de Ángeles, o mejor dicho que se magnificaron de alguna forma porque ella siempre los tuvo, ese día tuve una extraña sensación y supe que algo malo iba a pasar.  Inmediatamente viajamos para acá y desde entonces no paro de tener esas extrañas premoniciones.  Por eso contacté a Alfredo y le pedí que venga y por eso le dije que creía que algo nos estaba cazando y que hiciera lo que hiciera no usara sus habilidades- La mujer enmudeció y esperó la intervención de Alfredo o su discípulo.

Cuando Alfredo comenzó nuevamente con el "quiere todo ya, esto lleva años", Carlos hizo un gesto de cansancio con la mano y se dirigió a la mujer, ignorándolo.

_No se preocupe, ya estoy acostumbrado a escuchar eso. No importa qué haga ni cómo lo haga, para Alfredo siempre está mal.

Luego Alfredo se puso a contar una historia que tuvo lugar "cuando Ángeles era pequeña" y que involucraba al esposo de Amalia, quien había muerto en circunstancias poco claras. Eso trajo otro recuerdo a Carlos.

_¡Claro, mi papá! Ahora recuerdo, ahora voy entendiendo algunas cosas... Esos tipos que me agarraron me dijeron que mi viejo estaba estaba haciendo pelotudeces y no cooperaba con ellos, ¡por eso lo mataron! Seguro que mi viejo sabía algo, y el que dejó ese mensaje de que había que deterlos, o sea, a Raytheon y a su presidente, fue él mismo. ¡Qué hijos de puta! Uh, disculpe señora. Alfredo, ¡los voy a desenmascarar y los voy a matar! Necesito ir a mi casa. ¿Vos podés venir? Si mi viejo sabía algo, entre sus cosas capaz haya datos que yo nunca me di cuenta que estaban, o hasta mensajes psíquicos que capaz yo no logre ni ver ni descifrar. Incluso, señora -dijo dirigiéndose a Amalia-, podríamos hablar con su hija y el esposo a ver si lo que Alyosha les dijo tiene algo que ver con esto. Ah, y a todo esto, ¿quién es Ángeles? ¿Y toda esa gente que está ahí -se pasó un dedo por encima del hombro para señalar hacia la galería- también tiene poderes?

-No te preocupes, fue así con todos sus alumnos- dijo ante el comentario de Carlos.  Luego cuando este mencionó a su hija y yerno la cara de Amalia se ensombreció al escuchar las palabras de Carlos -Mi hija y mi yerno murieron con él- agregó con sequedad y se fue hacia el interior de la casa compungida y dolorida.  Alfredo miró a Carlos y fue tras la mujer.

_Yo, no sabía... lo siento -solo atinó a decir Carlos a la señora, que ya estaba caminando hacia el interior de la casa-.

Carlos se quedó unos momentos afuera. Sin quererlo, había lastimado a la mujer, y no quería seguir molestándola con su presencia. Además pensaba en lo ocurrido y se preguntaba por qué su padre no había confiado en él para contarle ni el tema de sus poderes, ni lo de Raytheon, ni nada. Su madre tampoco podía ayudarlo. ¿Quién entonces? ¿Quién era esta gente? Volvió a la galería, donde estaban las tres chicas.

_Disculpen, ¿alguna de ustedes es Ángeles?

 Paco se removió en mi regazo, pegando su cabeza a mi palma, cosa que hacía cuando quería que lo acariciaran. Las otras chicas no decían mucho, así que ser interrumpidas, para mí representó un alivio.

-Soy yo, sí.

Dije a la pregunta del chico, mirándolo con curiosidad. Estaba con Paco en brazos aún y lo dejé bajar para que se paseara tranquilo por la casa.

-¿Precisás algo? -pregunté, esperando que no se sintiera enfermo o algo así.

_Emmm si.

Carlos dudó un momento cuando vio que la chica bonita era Ángela.

_Primero quería pedirte disculpas. Tu abuela me dijo que rompí algunas cosas y bueno... perdón -en eso Carlos tuvo una idea-. También dijo que tenías poderes. ¿Todos aquí tienen? ¿Los controlás bien?

 -Está bien por lo de romper no pasa nada.

Escuché sus disculpas con una sonrisa, era sincero y tampoco era como que nos había roto la casa completa.

-Eeemm -ahora venía la respuesta de los poderes.

-En realidad, yo creo que todos tenemos algo pero no sé. Yo... bueno...

Me acerqué y le susurré:

-Yo tengo cuatro pero no controlo mucho ninguno.

Me volví a poner derecha y como chiste, aunque luego de decirlo me dí cuenta de que no era algo a tomar en chiste dije:

-El otro casi electrocuto a alguien... No, o sea... no, no lo hice. Sólo que los rayos salieron de mis de...

"Glup, estoy quedando mal"

-¿Quieres tomar un café, estás bien?

De paso miré a las otras dos chicas para ver si se integraban a la charla.

¿Cuatro poderes? ¿Lanzaba rayos? Carlos suponía que si los otros tenían poderes debían ser parecidos a los suyos o Alfredo, pero parecía ser que había una mayor variedad. Se sorprendió también cuando la chica se acercó a hablarle casi al oído, pero luego cayó en la cuenta de que en realidad todos allí eran extraños.

_¿Quieres tomar un café, estás bien?

_Gracias, pero después. Digamos que metí la pata con tu abuela hace unos momentos y no quiero estarle encima. ¿Pero me abrirías la puerta así salgo un rato a estirar las piernas? Además me gustaría hacerte una pregunta.

-Sí. Ahora mismo.

Digo y les hago una seña a las otras dos chicas de que voy a tardar un momento nomás. Camino al lado de Carlos hasta llegar a la puerta de casa y abro.

Lo miro y espero la pregunta mientras Paco camina al lado mirando también la puerta, pero sabe que si sale lo voy a retar. Por ser gato, es bastante obediente. Mientras intento no estar ansiosa porque mis poderes se disparan si me pongo nerviosa... y todo esto junto, tanta gente, tanto que saber, la verdad que estoy algo acelerada.

"Tranquila.... mm sí. Babu sabe lo que hace, babu sabe sí."