Partida Rol por web

El rostro compungido de Mariana se paralizó por el dolor -Yo las maté- dijo y se interrumpió por una hipada que estremeció su pecho -Maté a Betania y Catalina- y rompió nuevamente en el llanto

 -¿Eh?

Me quedó con los ojos abiertos, como dos platos de centro azul.

Miro a su compañera como diciendo "¿de qué está hablando?". Pero entonces hago otra cosa, algo que sé que mi abuela me recriminará más adelante.

"¿Qué mejor manera de saberlo...?", me pregunto y, aún con los ojos enfocados en la chica, empiezo a sentir la posibilidad de deslizarme en su mente. Tengo que saber que le pasa.

Mis sentidos se acrecientan y comienzo a sentir la chance de lograrlo.

"Debo saber... debo entrar.... tengo que intentarlo..."

Ángeles parece abstraerse, perderse en otro mundo, su mirada perdida mira sin observar, Josefina la mira extrañada, siente la energía brotar pero no logra comprender enteramente lo que sucede, quizás con el tiempo lo logre, pero por el momento no lo hace.  De repente, apenas unos segundos más tarde, los ojos de Layka recuperan su brillo, está otra vez en el garage de la casa.

-Babuuuuuu- un grito profundo y aterrador abandona su garganta mientras vuelve a recobrar la conciencia, Josefina se sobresalta mientras Alfredo y Amalia ingresan desde la cocina

-La puta madre-  Exclama casi sin darse cuenta de lo que dice Josefina -¿Me querés matar de un infarto nena?-

-¿Qué pasa?- dice Alfredo mientras entra apresurado a la galería techada, su rostro se ve ensombrecido y cansado

-Ángeles.  ¿Estas bien? ¿Qué pasó?- pregunta su abuela desde detrás de Alfredo.

Estaba en el garage pero no entendía nada. De a poco las imágenes volvieron a mis cabeza, los recuerdos de lo que ví. Babu y Alfredo entraron. Me quedé quieta, esperando que las cosas se dejaran de mover a mi alrededor...

Poco a poco todo se estabilizó y volvió a su sitio.

La habitación se enfocó nuevamente.

-Babu...

Dije y fui hacia mi abuela y la abracé.

"Tenemos que hablar, pero a solas..." dije, usando mi telepatía con ella, que no me era tan dificultosa. Aunque la cabeza me dolía y no lo hubiera hecho de no ser que realmente necesitaba hablar con mi abuela en privacidad.

Ni quise mirar a Mariana o a Josefina, no aún...

-Ángeles, vení.  Acompañame al las habitaciones del fondo así las vamos arreglando para esta noche- dijo Amalia captando el mensaje de su nieta y luego de pocos segundos ambas mujeres se encontraban gozando de la privacidad deseada.

-Bueno.  ¿Qué me querías decir?-

Cuando estuve sola con Babu, me explayé.

-Babu, sé que... que no te va a gustar pero esa chica estaba llorando ahí, y no no había manera de que suelte lo que le pasaba.

Miré a mi abuela a los ojos para captar la reacción a cada palabra.

-Me metí en su, su cabeza. ¡Sé que hice mal! Cuestión... ví cosas horribles.

Respiré un poco agitadamente cuando relaté todo lo que ví. No quité detalle a mi abuela pues no sabía si algo que yo pudiera pasar por alto sería importante para ella.

-La cabeza esa... que la niña, y explotó. Desde adentro.

Me senté, me faltaba el aire.

-...Y se levantó de nuevo, se levantó... ¿entendés?

Bajé la cabeza.

-¿Que fue eso babu? ¿Que ví...? Es espantoso. Era como una película pero peor, y no no podía ni ayudar a la chica ni salir de ahí. Sólo salí cuando grité muy fuerte tu nombre...

 -Ay Layka- dice con un tono de lamento y quizás con algo de decepción en la voz -No se juega con las mentes de los demás.  No sé que viste, no sé cuán real o no puede ser.  La mente de las personas es algo complejo y ninguna es igual a la otra.  Entrar allí es peligroso, no sólo para la mente que se explora sino también para el psíquico que lo hace, pues podría quedar atrapado en la mente que espía o quizás algo peor.  No se que significa para ella eso que viste, podría ser una deformación de la realidad, la forma en la que ella percibió un evento o la forma en la que su mente se engaña para sobrellevar una situación.  Quizás tenga alguna enfermedad y lo que viste no fue más que una alucinación, quizás pasó algo muy feo en su vida y su mente trastocó las cosas para que la culpa no sea tanta.  No se, pueden ser miles de cosas- Amalia hace silencio por unos segundos -Es otro de los problemas de entrar en una mente ajena, nunca se puede estar seguro de lo que uno ve-

-Tienes razón babu... sólo quería ayudar pero no debí hacer eso. Menos sin consultarte.

La abracé, siempre me gustaba su perfume a rosas y la sensación de que cuando ella estaba conmigo, todo iría bien, sin importar qué jodidas fueran las cosas.

-Babu no me dejes...- le dije, ante su mirada de sorpresa.

-No sé por qué lo digo, pero no me dejes... ¿de acuerdo? No me dejes, yo aún no estoy lista. 

Y me quedé fundida en su abrazo. Hasta Paco maulló inquieto por mis sentimientos de tristeza, pero es que sentía que se avecinaban tiempos horrendos, y la necesitaba más que nunca.

las cosas se pusieron raras una ves mas, una de las chicas inicio a llorar y Jose en seguida la consoló, Ángeles también ofreció su ayuda mientras que yo solo podía observas el acontecimiento al lado de mi perro. lo que sucedió a continuación fue muy rápido, es mas, yo ni siquiera entendí lo que ocurrió, en un segundo Amalia y Carlos se encontraban con nosotros, Amalia y Ángeles se retiraron y yo quede aun mas confundido.

Mientras Carlos y Andrés volvían a la casa la situación con Mariana se había vuelto algo tensa, Jose decidió acompañarla a una de las habitaciones y, haciendo uso de sus habilidades la ayudo a dormir, luego volviendo a lucir su adorable sonrisa se unió a los demás en el comedor.

Amalia y Layka se encontraban pelando unas papas mientras Alfredo intentaba sin éxito encender el fuego del asado que había insistido en preparar una vez que la lluvia había menguado.

-Voy a ayudarlo- dijo la muchacha mientras salía hacia el parque.

–Parece que no se quiere prender- luego intercambió unas palabras con Alfredo y finalmente apuntando con su dedo a la pila de leña que el hombre había colocado prolijamente en el interior de la parrilla hizo surgir una llama que provocó que la madera ardiese sin dificultad.

-No deberías hacer eso- protestó Alfredo –Utilizar tus poderes sin necesidad sólo hará que nos encuentren más fácil-

-¿Encuentren? ¿Quiénes?-

-Bueno, no sé exactamente quienes, pero Amalia cree que hace mucho años atrás su Esposo dio con algo que hizo que lo mataran a él y a los padres de Ángeles.  Amalia está preocupada, siente cosas y teme que esas cosas sean el anuncio de algo malo y peligroso-

-¿O sea que en realidad estamos escondiéndonos de algo que ni siquiera sabemos que existe?-

-Bueno, yo confío en Amalia, además está el tema de Carlos, fijate lo que le pasó.  Lo raptaron y vaya uno a saber que le hicieron.  Además el sospecha que mataron a su padre también y cuando di con él, cuando lo rescate, había muchas otras personas saliendo de esas instalaciones-

-Es verdad que resulta extraño, pero de ahí a pensar que están secuestrando gente...-

-Si lo sé, suena extremista, paranoico.  Pero yo prefiero prepararme para lo peor, después de todo ya han intentado cazarme otras veces-

Justo en el momento en que Jose estaba por responder el sonido del timbre los distrajo lo suficiente como para que Alfredo cambiase el tema dejando en claro que no quería hablar de su pasado, al menos no por el momento.

-Yo voy- dijo Jose para salir de la incómoda situación y corrió hacia la puerta del garage mientras pasaba por al lado de Mariuz quien se había limitado a intercambiar un par de palabras y jugar con Razor.  “Que tipo amargo” pensó al pasar por su lado y finalmente abrió la puerta para que su hermano y Carlos ingresaran

Una chica que el no conocía era la que abría la puerta.

_Hola, permiso. Capaz ya me conozcas, pero nunca me pude presentar, soy Carlos.

No esperó una respuesta, solo comenzó a caminar ignorando a cualquier persona que se cruzara, solo buscaba a Alfredo o Amalia. Encontró primero a Amalia.

_Hola. Me dijeron que me metí en tu cabeza, o algo así. Te pido disculpas, no quise. Alguien me atacó, no creo que estemos seguros acá.

-Abuuu dejame a mí que te vas a cortar.

Babu me miró con cara de "soy vieja pero no boluda" pero yo igual saqué sus patatas y me las puse a pelar yo.

-Dale, yo puedo. Sé que no te gusta que te cuide pero cuando tú me cuidas yo lo acepto. Te vas a cortar.

Le dije con cara enojada. Aunque ella se rió porque sabía que no podía enfadarme con ella. Pero de todos modos seguí con mi trabajo, me ayudaba además a calmar mis nervios.

Pensé en Jose que había salido recién, pero tenía que terminar mi tarea y no quería dejar a mi abuela sola. Estos días tenía miedo de alejarme de ella. Aunque no sabía por qué.

-Si, yo so...- Comenzó Jose, luego ante la descortés actitud de Carlos dijo mirando a Andrés -Bastante mal educado tu amiguito- y lo miro indignada

me encontraba jugando con Razhor incluso hablándole, era el único ser en el que mas confiaba. todos estaban haciendo algo productivo lo que hizo que me sintiera algo incompetente -mmmm por lo menos debo ayudar en algo, se que todo me lo dan mis padres pero esta ves no estoy en casa y debo colaborar- no quería ser un estorbo así que cuando decidí levantarme el timbre de la casa sonó y Jose salio corriendo a abrir, supuse que Carlos y Andres habían llegado, de igual forma me pare del sito donde estaba y me dirijo hacia donde se encontraba Alfredo.

-como esta señor, valla que esa fogata esta enorme- hice un gesto con mi boca.

Amalia observó al hombre presa de cierta sorpresa pues lejos de actuar como una persona parecía una mala imitación de un cyborg defectuoso.  Su actitud indiferente y acartonada, sus frases cortas y carentes de emoción hicieron dudar aún más a la mujer quien con un simple pensamiento llamó a Alfredo y luego, con una simple mirada, le indicó a Layka que mantuviese la guardia en alto.

-Bueno, sentate, sentate mientras te preparo un te de tilo que te va a ayudar a relajarte.  Y no te hagas problemas por lo otro, a veces, cuando uno no domina sus dones suele hacer cosas sin querer.  Contanos,  ¿Cómo es eso de que te atacaron? ¿Quién fue?-

-Si- comenzó Alfredo, pero luego su rostro se tensó y mirando a Mariuz dijo -Voy a buscar la carne para tenerla lista para cuando estén las brasas.   Ya vuelvo-  Salió algo apresurado hacia la cocina y una vez allí entro distraídamente.  -Carlos, ¿Te encontró Andrés? o volviste sólo- luego viendo el estado de sus ropas agregó -Uh, estás empapado.  Tendrías que cambiarte, te vas a resfriar.  Estamos preparando el asado-

Al ver que Amalia no se tomaba su advertencia demasiado en serio, tampoco Carlos se preocupó demasiado. Que pasara lo que tuviera que pasar. Antes de que Carlos pudiera decir nada, Alfredó entró a la cocina y le sugirió que se cambie la ropa. Carlos se miró. Era cierto, estaba empapado, no se había dado cuenta.

_Sí, tenés razón, lo único que me falta es engriparme -respondió a las palabras de Alfredo-. ¿Pudiste conseguir ropa para mi? -luego miró a la dueña de casa-. ¿Sería mucha molestia si me pego una ducha antes de contarles? No me había dado cuenta de lo mojado que estaba.

Después de una ducha velocísima y ya con ropa seca, Carlos tomó asiento frente a los dos viejos y comenzó la historia.

_Yo ya estaba volviendo para acá, estaba refrescando. Cada vez soplaba más viento y llovía más fuerte. Pero en un momento la lluvia comenzó a caer negra, nunca había visto algo parecido, no se veía nada, estaba todo oscuro encima. En la calle no había un alma, salvo cuatro tipos que se me vinieron encima, que después resultaron ser ocho. Yo traté de rajar pero eran rápidos, me alcanzaron y empezamos a pelear. Yo había podido bajar a seis creo, quedaban dos cuando de pronto apareció una luz, que no se bien de dónde venía. Ellos parecía que huían, y lo siguiente que recuerdo es la cara de Andrés mirándome cuando me desperté. Me dijo que en realidad el tiempo nunca estuvo así, y que yo me comuniqué mentalmente con Amalia, pero yo nunca quise. Es más, quería correr lejos de acá para no ponerlos en peligro también a ustedes. Básicamente es eso, no tengo problema de que busquen acá -dijo el joven señalándose la cabeza- a ver si encuentran algún detalle que se me haya pasado.