Partida Rol por web

No había manera de continuar por ese camino. No había puerta secreta ni mecanismo que hiciera que ese muro se moviera. Parecía como si lo hubieran puesto ahí de forma no natural y si era asó Elvar poco podía hacer.

Continuemos por el otro lado.

Interesante por fin algo fuera de lo normal en un sitio infectado del mal. Aquel muro no era nada que hubiera visto en sus viajes y le atraía, lo tendría que buscar en algún libro como hacer algo así pero por ahora tendría que dejarlo apartado para más adelante. - Continuemos, el tiempo es oro en este lugar.

-De acuerdo.-Respondo sin demasiadas ganas.-Avancemos por allí a ver que encontramos.

Os olvidais de aquel pasillo que no conducía a ninguna parte para tomar el otro por el que estabais yendo.

Hasta que alcanzais una nueva desviación, podíais tomar un nuevo pasillo que llevaba, esta vez a la derecha o bien descender por unas largas escaleras.

Tras avanzar por él y descender unos cuantos metros, a través de unas largas escaleras, llegais a un lugar tan frío que incluso la persona más insensible percibe que una corrupción gélida sobrenatural flota en el aire. En el centro hay un gran hoyo de bordes húmedos.

Se ha colgado una polea del techo y de ella desciende una cuerda que se une a cuatro cuerdas más. Éstas, a su vez, sujetan una plataforma circular de madera de 3 metros de diámetro.

La plataforma parece equilibrada y segura pues está sujetada por varias cuerdas en cuatro puntos estratégicos.

Una linterna encima de un taburete en la esquina suroeste ilumina la sala. Cerca del borde hay picos y palas esparcidos por el suelo y en la esquina más alejada de la entrada hay una estatua

-Por mi parte creo que deberiamos ir a la derecha antes de descender.-Digo tratando de aportar algo de lógica.-Por asegurar este nivel antes de pasar al siguiente. ¿No os parece? No me gustaría ver mas gnolls por detras nuestro.

Elvar se unió a Questin al frente del grupo. Había hecho un buen tándem con los gnoll y parecía que trabajaban bien los dos juntos, así que había que explotar eso.

Estaba de acuerdo con el apunte de Alexis, así que se adentraron por la derecha.

Alexis tenía razón, no era productivo no comprobar antes todo un nivel y bajar a las profundidades donde los seres malignos encontraban más placentera la espera de almas. Sin duda según bajaran se encontrarían con un mal más profundo que el anterior y eso le impacientaba al gnomo. Siguió a sus compañeros pues estaban más preparados que él para la lucha pues sus libros habían ocupado casi todo su tiempo, las espadas y dagas no le atraían pues sus misterios ya estaban escritos.

Tomáis el camino de la derecha, un pasillo largo y oscuro, lleno de recovecos, termina en una habitación fría y lúgubre llena de polvo y telarañas, y todo ello lleno de ornamentos típicos de una cripta. A lo largo de las paredes hay alcobas en sombras con sarcófagos en su interior.

La parte sur de la cripta está reventada y lleva hacia un estrecho túnel de tierra que apesta a podrido. El techo del túnel está apenas metro y medio de altura, lo que dificulta el movimiento a las criaturas de tamaño mediano o superior.

Las plumas de las alas de Galimatías se erizaron y se hinchó como si fuera un gorrión asustado.

Cuidado susurró. La maldad llena esta habitación... Creo que hay alguna criatura realmente maligna en este lugar...

Al escuchar las palabras de mi compañero rapidamente busco un lugar donde ocultarme y agudizo mi oido a ver si detecto algo

El olor era nauseabundo. Elavr se desplegó también, tratando de ocultarse entre tanto recoveco oscuro e intentando avistar a algún enemigo

-Cuidado, hermano.-Digo preparandome para lo que pudiera venir.-Es posible que estemos rodeados de mal.

Acto seguido, me coloco en el centro, protegido por los demas y comienzo a conjurar.

Escondido como estoy, hago una señal a mis compañeros por si acaso no lo han visto para que el mago si puede sorprenda desde lejos y mande a Berio delante para salir luego nosotros

Galimatías, al ver que sólo Questin hacía algo, dio unos pasos hacia delante, dispuesto a golpear al primer necrófago que viera.