Partida Rol por web

Como no hay nada más que hacer en esta sección relajo my postura y digo:

- Bueno, ¿Seguimos?

He reunido unas cuantas monedas, nada relacionado a este lugar.- Elvar sacó las monedas y las guardó en una bolsita diferente a la suya.

Recordad que las llevo yo pero son del grupo.

Después se unió con Questin en la puerta y le hizo un gesto para continuar, era un buen momento para ver si aquellos dos podían explorar juntos o en cambio se entorpecerían el uno al otro.

Que yo recuerde tenemos dos caminos a elegir, la puerta cerrada de la otra habitación y por el pasillo que dejamos sin explorar por el que huyó el primer gnoll. Yo iré por la puerta, ya que seguramente la otra parte sea el cubil de estos perros.

Elvar ya indicó el camino que iba a seguir y no esperó a que todo el grupo decidiera el camino, ya habían perdido mucho tiempo en eso. Los que quisieran ir con él le seguirían y los que no ya les había indicado por donde estaba el otro camino.

Salió de aquella habitación pegado a la pared, procurando no hacer ruido y aprovechando las sombras y los recovecos para ocultarse.

Salgo detras de Elvar sin musitar una palabra, ocultandome y mirando tambien por si a mi compañero se le escapa algo. Avanzamos rapidamente por el pasillo hacia la puerta y antes de pensar en abrirla escucho dentro por si algun ruido nos advierte de un posible peligro

Cuando estamos a cierta distancia del resto del grupo me aproximo un poco mas a Elvar para evitar que el resto pueda escucharnos y le susurro mientras seguimos avanzando a la par

Creo que los dos buscar lo mismo y ser buenos en ello. Propongo acuerdo entre nosotros para ganar los dos. Intentar mantenernos alejados de ellos para explorar y quedarnos lo valioso. ¿que decir?

-vamos con vosotros.-Susurro mientras Berio y yo seguimos a nuestros recien conocidos compañeros.-Veamos lo que se esconde en este lugar.

Acto seguido, coloco un virote en mi ballesta y avanzo por el pasillo tras ellos.

Espero que pase el resto de la comitiva para quedarme en retaguardia por si alguien quiere seguirnos o sorprendernos, además así no daré la espalda a ninguno de nuestros "compañeros" menos asiduos a las buenas acciones.

La mujer chamán toma su parte del dinero. Hace falta para vivir, pero se conforma con lo justo y necesario. No codiciada y aquello era excesivo. Esperó con paciencia a que repartieran el botín pero sus ojos recorrían cada rincón de aquel lugar y vigilaba la salida. Estaban en terreno hostil y no debía bajar la guardia.

Galimatías asintió al joven Elvar. Había tomado una decisión tan buena como otra cualquiera, así que decidió seguirle.

El gnomo no pensaba quedarse solo y mucho menos con el paladín asi que fue tras alexis en cuanto pudo. La ballesta cargada y refunfuñando por dentro por haber gastado un hechizo tan interesante en un estúpido pajaro que iba a pelearse con unos perros. Estar cerca del paladín no le estaba sirviendo para nada bueno, tenía que recordarse para qué estaba ahí... la historia y sólo eso.

Cuando salís de la habitación dónde habíais hecho la encerrona a los gnolls pasais a la siguiente sala donde os habíais encontrado la caja de hierro. Aquel lugar había cambiado en algo desde la última vez que habíais estado allí, hace apenas unos minutos.

Por alguna razón, vuestros sentidos os decían que algo raro había sucedido, quizá había cambiado el olor o los objetos se habían movido o cambiado de posición. Pero como antes no os habíais fijado con detalla ahora tampoco descubristeis cuál era la razón de la alarma.

Así que, como era habitual en vosotros decidisteis continuar sin darle más importancia a todo aquello.

Elvar, Questin, Alexis y Berio, Galimatías y por último Nierethi habían decidido avanzar tras la puerta. En cambio, el joven Medialuna señaló el otro camino. Ya que sentía las hostilidades entre ambos grupos, hizo un gesto a Xaod, Talindra y Chuii para que le siguieran por el otro camino.

Viendo que Medialuna quiere ir por el otro lado, y sabiendo que no es un defensor del mal como otros, accedo a seguirle y me sitúo delante junto a él o por delante de él si me lo pide.

Talindra asiente y respira aliviada por el hecho de no seguir a Berio y Alexis. Puede ver en el semblante del paladín que también se siente aliviado con la presencia de Medialuna.

Chuï se encogio de hombros y siguió a Medialuna. - Tened cuidado chicos. - dijo Chuï al otro grupo.

Me despido con un gesto de Chuï sin hacer mas ruido por si acaso pero deseandole suerte tambien. Los pequeños detalles pasan desapercibidos para mi por lo que continuo sin mas

El olor extraño que sentíais en la sala anterior os persigue mientras avanzais por aquel pasillo. Y cuando llegais a la nueva sala, un lugar con tres puertas frente a vosotros y un pasillo a vuestra izquierda, sentís que detrás de vosotros hay alguien más.

Desgraciadamente ninguno de aquellos era vuestro compañero, allí, como quien os hace una emboscada había tres figuras de aspecto humanoide.

Por un lado había un necrario que se relamía y cuyo hedor ahora habíais logrado identificar y junto a él, un hombre de aspecto reptiliano vestido con una túnica negra y otro hombre común vestido con una ocre.

- Cometisteis un error. No deberíais haberos separado. Ahora pagaréis el precio. Dice el hombre que estaba protegido por sus dos compañeros.

Viendo a aquelllos que nos han emboscado son seguidores del mal absoluto, la muerte y la prutefacción avanzo buscando una buena posición con mis compañeros, en especial Chui que lucha cuerpo a cuerpo,  y actúan antes que yo,  protegiendo a Talindra para que pueda hacer uso de sus habilidades mágicas si son necesarias me lanzo sobre el necrario invocando el poder de mi dios contra el mal:

-¡QUÉ EL PODER DEL ARCHIPALADÍN CAIGA SOBRE TI, CRIATURA DEL MAL, Y QUE LA GLORIA DEL BIEN GUIE MI MANO CONTRA TODOS AQUELLOS QUE INTENTAN CUBRIR EL MUNDO DE MALDAD Y OSCURIDAD!

- Por todos los... - Talindra se frotó los ojos.

Quedó muda por la sorpresa. Algo maligno flotaba en el ambiente. Sus ojos se clavan en el necrario.
- ¡Maldito siervo del mal!

Sus ojos se entrecierra y comienza a musitar una plegaria mientras un aura azulado comienza a envolverla.