Partida Rol por web

Lo siento amigo. No tengo por costumbre rezarle a nadie, soy de los que piensan que cada uno labra su propio destino. El humano que necesita de la ayuda de un dios es un humano débil.

No me entiendas mal, Alexis. Respeto vuestras creencias, incluso la del estricto paladín, sólo que no las comparto. Creo en los dioses pero no me gusta que intercedan por mí.

Hay algo en lo que sí estoy de acuerdo con estos dos, hay que moverse.

Elvar esperó a que todo el grupo se pusiera en marcha y ocupó el último lugar

Galimatías sacudió sus alas y levantó un poco de polvo del lugar.

Las discusiones para cuando salgamos y más las que no nos llevan a ningún lugar. Tenemos que continuar y acabar con esto cuanto antes.

-Como desees.-Respondo.-Aunque tienes aspecto de tener más trato del que piensas con la diosa de la muerte.-Añado riendo en tono de broma mientras enfundo la daga.

-En fin, sigamos.-Sentencio finalmente.

Avanzáis por el pasillo por donde el gnoll había aparecido anteriormente. Dejabáis la otra puerta para más adelante. Al avanzar por él llegáis a una habitación de forma extraña y paredes manchadas por un fuego que había ardido en su interior anteriormente.

Hay una cama de madera con un colchón de paja en la pared oeste y cerca de ella hay una pequeña caja de hierro muy similar a la de la otra habitación.

Encima de la caja hay una pipa y un poco de tabaco y un vaso de barro lleno de un líquido oscuro.

Me quedo en la puerta esperando que los profesionales entren y miren la caja y todo lo que en ella haya, mientras vigilo el pasillo y esa puerta por si aparece algo.

Elvar se situó en el pasillo por donde habían venido, si al final tenía razón y el gnoll había ido a buscar refuerzos, el peligo vendría de allí.

Aguzó vita y oído y esperó a que el resto terminara en aquella habitación. Eso le situó cerca del paladín al que dedicó una gran sonrisa mientras se situaba en posición con las armas desenvainadas

Haciendo caso omiso a lo extraño de la habitación, el grotesco mediano se encamina hacia la caja observandola detenidamente. Ya cometió un error en la otra habitación y pudo costarle la vida por lo que ahora toma mas precauciones.

Talindra quiso retener al mediano de aspecto desagradable, pero aquel ser fijó su atención en la caja de hierro. Sacudió la cabeza, esa criatura sólo se preocupaba por los asuntos materiales y no por los seres que viven por la gracia de Obad-Hai. Cerró los ojos y envió a su espíritu búho al interior. El espíritu luminoso comenzó a sobrevolar la habitación mientras la mujer chamán se comunicaba con los espíritus.

El líquido en el vaso es café muy viejo y frío. Dentro de la caja, que no estaba cerrada, hay varias piezas de ropa y enseres personales sin nada de valor. Colgada en la pared más al norte de la sala hay una capa negra con el símbolo de un ojo en llamas que está un poco sucia, pero en buen estado.

Observo el símbolo del ojo en llamas por si lo reonozco.

Elvar hizo un gesto a sus compañeros para que guardaran silencio. Afortunadamente los gnolls no eran conocidos por su sigilo y oyó su llegada antes de que hicieran mucho ruido.

Por contra un grupo tan numeroso era difícil que pasara tan desapercibido así que elevó una plegaria a cualquier dios que le escuchara para que aquellos gnolls pasaran de largo.

Se situó al lado de la puerta con sus armas desenvainadas esperando coger por sorpresa al primer gnoll que la atravesara. Pegó el cristal luminoso de su espada corta a su cuerpo para evitar que la luz llamara la atención

Galimatías se llevó la mano al cuello y apretó el colgante. Miró a Elvar para que le indicara si sabía cuantos eran, pues si eran muchos convocaría a su criatura para que les ayudara a derrotar a un ejército grande. Si eran pocos, ellos se bastarían para derrotarlos.

Elvar negó con la cabeza a los gestos de Galimatías. Levantó cuatro dedos y después cinco. Seguramente alguno más pero no podía asegurarlo.

Viendo los gestos entre Elvar y Galimatias, desenvaino una daga y me coloco en el otro lado de la puerta dispuesto a sorprender al primer enemigo que entre

Al ver como todos se preparan para combatir, me coloco en el otro extremo de la sala y Hablo en susurros a Berio.

-Cúbreme, hermano.-Digo sencillamente mientras empiezo a pensar en algun conjuro que lanzar.-Pues a mi me gustaría quedarme la capa de la pared.-Añado en voz  perfectamente audible.-Ese diseño con el ojo no tiene mal aspecto...

Chui se preparó para lo que pudiese ocurrir y esperó a que apareciese el enemigo.

LA mujer esperó que regresara su espíritu guía a su hombro. Observó a sus compañeros y no entendió que ocurría, pero al ver a Chui tensarse buscó su arco y se apresuró a colocar una flecha sobre la cuerda destensada.