Partida Rol por web

La sala de terapia grupal no es gran cosa. Un salón de 7 x 10 , donde hay varias sillas dispuestas de manera circular al rededor de las paredes. Son pocas sillas, a comparación del grupo total de internos.

Todos entran con algo de desconfianza al lugar, es más, con tedio, parece no gustarle mucho la idea de estar ahi. Por primera vez ven a una mujer pelirroja, que no habían visto antes, Kendra, la llama la enfermera que la trae, al lado de ella se sienta Diego, Andrew, Cain, Eduardo, Everet, Kavi, Emma, Maniana y Julio.

Hay un ambiente de tensión pues por corrillos o situaciones, se ha sabido que Julio y Eduardo casi tienen una pelea en los baños, que fue detenida por un enfermero. Por tal motivo,  ambos personajes estan bien separados y el enfermero negro, enorme esta en la sala cuidando la situación.

Es momento de saludarse, hablar, callar, o conocerse más... el psiquiatra aún no ha llegado.

Para algunos el ambiente es muy incomodo, para otros, simplemente no.

Entra en la habitación, confuso y algo desorientado por aquel cambio que suponía tener una terapia grupal. Aquello podía suponer un agradable encuentro en el que el corazón hablase y se hallase una comunión con la propia mente. Pero había pocas probabilidades. El propio corazón guardaba con celo los sentimientos, un terreno peligroso en el que adentrarse

Pisar firme es difícil si todos tenemos cosas que ocultar. Tampoco es la mejor situación, teniendo en cuenta la pelea. Eduardo no hablará, y Julio se mantendrá como si nada hubiera pasado. Lo cual dará lugar a más tensión... Tal vez no sea la mejor situación para una conversación en grupo

Posa su mirada en Emma durante unos instantes, e intenta esbozar una sonrisa que no sale demasiado bien. El mayor contacto que ha tenido con alguien desde que llegó. Aunque algunas palabras aún resuenan en su memoria, así que decide sentarse simplemente a esperar la llegada del psiquiatra. Levanta la cabeza para saludar, sin atreverse demasiado a iniciar una conversación

Kavi ingreso en la sala parecia un poco mas relajado luego de tomar una ducha, habia oido de la pelea y ver a todos alli parecia algo de admirar, cainitas juntos en un salon, cuanto faltaba par aque se arrancaran los ojos. Busco un asiento y miro a cada uno de los presentes como estudiandoles en vano ya que no tenia intencion de hacerlo. Sus ojos rponto miraron las palmas de su smanos que se habian colocado entre las piernas; el ambiente estaba en silencio y eso parecia molestarle un poco.

La mano derecha acaricio su cuello y luego tras unos golpecitos de palmas sin hacer sonido alguno el silencio se interrumpio - Hey soy... Kavi - Expuso su nombre - Y hoy lo perdi todo - esas fueron sus palabras de presentacion luego no agrego nada mas y volvio al silencio esperando alguna reaccion.

Ingresó a la sala sin mirar a nadie. Cabeza gacha, brazos cruzados y se sentó en el lugar que le indicó la enfermera. Resulta evidente que no está allí porque quiera.

Parece nerviosa, inquieta. Cruza y descruza las piernas, mueve incesantemente el pie. Por el rabillo del ojo ve a Diego, lo reconoce y es entonces cuando alza la vista y lo mira, pero su mirada es dura, de pocos amigos, desconfiada. Es esa misma mirada la que se pasea por el rostro de todos pero que no se detiene en ninguno en especial, ni siquiera cuando otro de los cainitas rompió el silencio.

Entro en la sala con desconfianza como de costumbre, por un momento sopeso la idea de usar mis poderes para ofuscarme, pero sería simplemente estúpido, de modo que simplemente me siento donde me indica la enfermera

No miro a nadie, en lugar de eso bajo la mirada, pero ver mis puños apretados sobre mis piernas hace que la levante de nuevo y me dedique a mirar fijamente al frente, donde no hay nadie

"que esto acabe de una vez"

El que esta al lado habla, creo que hable con el ayer "¿tenemos que presentarnos?"  no nos han dicho nada y miro de refilón a los demás por si alguien responde a Kavi, finalmente digo lo único que se me ocurre

-¿hoy?-

Me siento donde me indican con una media sonrisa sarcástica.

Observo con descaro a todos los presentes. - ¡Vaya fauna! - Pienso sin borrar mi sonrisa de la cara. Cuando las dos mujeres, Emma y Mariana, se sientan cerca de mi, las saludo cortés.

Veo entrar al drogadicto y lo miro con desprecio mientras pienso que en otro lugar no habrían detenido la pelea y le habría metido sus garras de gangrel por su asqueroso trasero.

Finalmente, me acomodo en mi asiento. Un tipo con aspecto demacrado, un tal Kavi, dice algo que no tiene mucho sentido. Lo ignoro, pues si la cosa evoluciona en algo interesante ya tendré tiempo de enterarme de qué va todo aquello. De momento me centro en Mariana, que se sienta a mi lado.

- ¿Qué tal, preciosa? - Le pregunto en voz baja, aunque no lo suficiente como para que los demás no lo oigan, sino más bien para indicar el ámbito privado de aquellas palabras.

Qué sala llena de hermosos ejemplares, miro a Emma la cual por alguna razón que no entiendo sigue ignorandome. Me acerco coqueta a Julio, Bien, supe por ahi que te emprentaste como tarzan a un simio. Me rio, murmurando.

- No - responde ante la pregunta de Everet mientras se frotaba las manos y luego buscaba contacto visual con su receptor - Creo que todo se fue hace unas noches, o antes aun estoy tratando de entenderlo - Kavi se intento relajar un poco en la silla mientras su vista observaba el techo.

- Mi pasado desaparecio y quien tomo su lugar pone en peligro a todos los presentes - Al decir aquello su rostro cambio la tristeza y el miedo le abordaron, asi tambien un gesto de lucha se hacia presente.

Me siento muy incomodo al entrar en el lugar, me siento en esa silla, a sabiendas de pocos me van a entender,  tengo un temblor en la mano, y me muestro desafiante ante Julio, tuviste suerte idiota, pienso para mi, pero igual aunque recibo la mirada de él, desafiandome, no pienso mover un sólo dedo para hablar con ese manipulador, que fue capaz de joderle la mente a la enfermera  y de paso, perjudicarme a mi...

Miro a Kavi, ¿ a todos los presentes?, ¿mmm es algo así como voldemort?....

Kavi me aguanta la mirada, lo cual me agrada realmente, pero desde luego no entiendo de que habla "locos, recuerda que tratas con locos"

Ignoro a la pareja de chicos guapos que hablan como si estuvieran por encima de los demás en una reunión de la jetset, me encantaba enseñarles de que estamos hechos todos en mis viejos tiempos salvajes, pero ahora son solo una pérdida de tiempo

-¿voldemort?- el nombre no me suena de nada, algún vastago que se habrá hecho algún renombre con cualquier barbaridad

Me rio, jeje Everet, ¿nunca leiste Harry Potter?, o por lo menos vistes las pelis?... jaja digo divertido,  bueno voldemort es el malo mas malo, que quiere acabar el heroe y tiene malvados complices que son los mortifagos... bueno, es un cuento de niños, pero ahi esta que me lo se, por una novia que tuve.... me reia, la loca después de beber  canabis leia el libro y me lo recitaba de manera teatral...luego hago un gesto amargo, en esas  se lanzo a las vias del metro y murio aplastada. Fijo la mirada en el piso.

Miro a Eduardo, pero cuando me doy cuenta de que habla de un personaje de ficción me desentiendo un poco del resto de su conversación

"como desperdician sus noches, como lo hacemos todos" miro a mi alrededor impaciente porque esto empiece de una vez

Kavi nego con la cabeza les estaba advertiendo de algo y ellos le tomaban el pelo, quedo en silenciocerrando los puños con algo de rabia contenia - Lo que digo es verdad y ... y.... y ustedes solo me hablan de una fabula - Cierto recelo surgio en el ambiente hacie Eduardo - Olvidenlo... yo estoy solo en esto y saldre de este infierno solo - Quedo en silencio con una ligera molestia. El joyeor miro hacia todos lados esperando que no apareciera... no queria lastimar a nadie y si lo hiciera la culpa seria mas que una carga en este estado.

Impaciente se puso de pie. No sabía para qué la habían llevado a ese lugar con toda esa gente con la que nada tenía en común. Al menos así es como ella lo percibía. No los conocía, no la conocían y no le interesaba conocerlos. ¿Para qué? ¿De qué servía?

Dio la espalda a todos y se acercó a la ventana. ¿Cuánto más la iban a tener encerrada en ese lugar? Había perdido la cuenta del tiempo que llevaba en ese lugar. Apoyó la frente en el cristal y con su blanca mano escribió en el mismo el nombre de su pequeño. Kendra estaba tiste, se sentía sola y más vacía que nunca.

- Ahora que lo pienso - interviene Andrew con los ojos cubiertos por una mano - no sé si es peor haberlo perdido hace una eternidad o el mismo día, perderlo para siempre o tenerlo a tu alcance y no saber recuperarlo... - suspira con pesadez, apoyando sus codos sobre sus rodillas

No mira a nadie, tan solo mira al vacío cuando no tiene los ojos cerrados, intentando hilar recuerdos o rememorar tiempos mejores que ya difícilmente volverían. Todos allí parecían absortos en su propio infierno, de tal modo que no querían salir. Más de alguno tendría algún tormento en común

Miro a Eduardo de reojo, por un instante. Luego miro al frente y pienso que, mira tú por donde, este desgraciado se ve atormentado por una mujer que falleció de su propia mano. Desde luego, la vida no carece de cierta ironía. 

Vuelvo a mirar a Mariana.

- Sí, creo que esa comparación es muy acertada, tierna Mariana.

Cuando presto atención a lo que dicen los demás, no puedo si no que arquear una ceja y mostrar una media sonrisa.

- No sé de qué me sorprendo. Al fin y al cabo, estoy en un manicomio.

Luego habla Andrew. Sus palabras conmueven algo en mi interior. Me siento incómodo. Algo más frágil. Intento sobreponerme mientras miro al techo, como contando hasta cien para recuperar la compostura.

Había entrado en silencio a esa reunión. Tras la pésima mañana que he vivido, y la falta de voluntad de hablar, noto, como Eduardo y Julio siguen la contienda, no entiendo, y no me gustaría meterme en esas pendejadas, sin embargo aunque poco hablo, concentrado en mis pensamientos escucho la historia de Eduardo, y no puedo dejar de pensar en la drama comedia del asunto, lo que surgió en un chiste resultó ser una situación muy dolorosa. Hay gente con más problemas que yo, aunque en realidad, nadie me conoce lo suficiente para saber todas las cagadas de mi vida. Observo a Kavi quien dice algo fuera de total sentido... y luego esta Julio que parece divertirse con esta situación...
Miro mi reloj para ver a qué hora es... no sé, no tengo ganas de nada.

De repente se abre la puerta, y el psiquiatra entra tranquilo, un buenas noches se escucha, y muchos contestan el saludo, con la réplica exacta, como es común. El enfermero acuerpado, sale de la sala, y es entonces cuando el médico comienza a hablar.

Bueno, para algunos esta es la primera terapia grupal, para otros ya han estado en un par de estas reuniones. Suspiro. La idea de estas intervenciones es que entre todos podamos salir adelante,  somos un grupo pequeño y estamos acá quienes hemos llegado hace poco al centro, bueno. Miro a Cain. Casi todos, algunos tienen espacio  por un poco más de tiempo.
Los miro a todos, ¿todos se conocen?, me parece que no, porque no comenzamos con una breve presentación, recuerden que no quiero apellidos, como se llaman, de donde son, y algo más de lo que quieran decir.
Miro a la chica que mira un poco fijo en el piso.
¿Por qué no comienzas Emma?