Partida Rol por web

Erebus

Escena IV: Prisión de Hielo

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14/11/2013, 16:37
Director

Tras haber corrido dos días sin descanso, sin comida y sin agua por los paisajes árticos, las últimas millas hasta el Erebus resultaron paradójicamente extenuantes. Acompañados o transportados por sus camaradas, los exploradores alcanzaron al fin la nave. A pesar del agotamiento y del entumecimiento provocado por el intenso frío, de la angustia superada y de la tímida euforia triunfal, con facilidad percibieron tanto el terror como la esperanza en los ojos de la tripulación. Todos ellos, sin excepción, lanzaban miradas furtivas hacia el norte, y muchos se santiguaron, escupieron y realizaron gestos supersticiosos contra el mal agüero al pasar junto a una gran marca en la nieve, una colosal huella semicircular de pavoroso significado. Mas la mole gris y parda del buque se fue aproximando gradualmente con su arboladura salpicada de carámbanos, solitario gigante preso, y aquella cercanía daba un aliento casi físico al espíritu. Además, llegados a un punto, el grupo tomó unas largas pértigas con las que fueron tanteando la capa helada, y aunque la marcha se retardó sensiblemente, cruzaron sonrisas tensas: el hielo que cubría el mar había adelgazado y pronto las cadenas que aprisionaban al Erebus se derretirían.

La primera en ser atendida a bordo fue la baronesa, a quien el doctor hubo de amputar algunos dedos. Su aspecto era deplorable, y todos sabían que sus mejillas congeladas y sus orejas ennegrecidas no volverían a ser las mismas. A pesar de ello, la valerosa mujer no perdió su estoica simpatía.

No obstante, no era la única persona que debía guardar reposo a bordo. Dos hombres permanecían en las bodegas. Etienne Giarnac tenía las piernas machacadas, con todos los huesos rotos, y de continuo se lamentaba débilmente con voz enronquecida. El corso Julot, en cambio, estaba ileso, mas su mente estaba tan rota como las piernas de Giarnac: permanecía tumbado con los ojos clavados en el techo y una babeante sonrisa, tarareando las dos primeras estrofas de una canción de amor.


El capitán Bourmont tuvo la extraña deferencia de permitir a los expedicionarios reposar durante todo un día antes de mandarlos reunirse con él en el estrecho camarote de Madame D’uberville.

Notas de juego

Momento que aprovecháis para sanar 1 nivel de heridas –se curan los sabañones más leves-, y que aprovecho para otorgar la experiencia de estas primeras escenas.


Además, señor Tessier, haga una tirada de Astucia+Medicina dif 8. De su éxito depende que la baronesa recupere más niveles.

Señora Baronesa, haga vd también una tirada de Resistencia dif 9.

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14/11/2013, 16:39
Director

Notas de juego

7 puntos de experiencia.

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14/11/2013, 16:40
Director

Notas de juego

5 puntos de experiencia.

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14/11/2013, 16:40
Director

Notas de juego

5 puntos de experiencia.

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14/11/2013, 16:40
Director

Notas de juego

6 puntos de experiencia.

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14/11/2013, 16:41
Capitán Louis Bourmont

El capitán comenzó por preguntar cortésmente a la Baronesa por su estado de salud, pero rápidamente pasó al asunto principal.

-Parece, señores, que la fortuna les ha sonreído a pesar de todo –parecía algo nervioso, tal vez distraído, y al mismo tiempo claramente aliviado por alguna circunstancia-. El grupo de monsieur Jacquin no ha regresado aún, y sólo tres hombres han regresado de la escuadra restante. Al parecer sufrieron otra de esas repentinas turbonadas... Ejem, es todo lo que podemos inferir de sus relatos. Ustedes, sin embargo, han contactado con nativos evidentemente hostiles y han logrado sobrevivir...

La frase quedó deliberadamente abierta. Bourmont esperaba su informe, sus opiniones, todo lo que pudieran ofrecerle.

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18/11/2013, 21:32
Catalina d'Uberville

Después de todo, Catalina aún sigue viva. Añorará los dedos de los pies, pero tiene los suficientes como para poder andar. Cojeando, pero... tampoco es que vaya a ir a ningún baile, ¿cierto?

- Le estoy muy agradecida, doctor Tessier -sonrió al hombre, sabiéndole demasiado buena persona como para no lamentar haber tenido que amputarle dedos. Después, el capitán se puso a hablar, trayéndoles malas noticias. Malas, sí, pero no sorprendentes. Era de esperar... 

Catalina suspiró hondamente.

- Que alguien prepare un té, por favor -pidió, señalando con una mano izquierda sin meñique, vendada, la estantería donde tenía colocada una latita de Twinnings-. Lo haría yo misma, pero...

El té es la medicina universal. Todo lo cura, salvo las heridas del cuerpo. Bien lo sabía la mujer.

- Los nativos no eran hostiles per se, capitán. Tuvimos la mala suerte de interferir en un golpe de estado por parte del hombre-medicina. Una auténtica lástima, porque en su haber contaban con auténticas maravillas... tesoros que de haberse encontrado hace unos siglos, ahora mismo estarían en la categoría de Santo Grial

 

- Tiradas (1)

Motivo: Resistencia

Dificultad: 9

Tirada (2 dados): 1, 10

Éxitos: 0 Fallo

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18/11/2013, 21:43
Ojo-de-Cuervo

La alegría por regresar al barco no duró mucho. Sí, estaban a salvo, pero algo le decía a Ojo-de-Cuervo que ese estado iba a ser temporal. Había salido muy bien parado, eso sí, mucho mejor que sus compañeros.

Él no era quien para dar un informe al capitán. Para eso estaban los soldados, pero no pudo dejar de añadir algo a lo dicho por la baronesa. Sobre todo al hilo de lo comentado por el oficial francés.

-El shaman salió vencedor, y azuzó a todos los hombrecillos contra nosotros, convenciéndoles de que éramos la causa de la muerte del sachem -dijo el montaraz con disgusto-. Lanzó una maldición sobre nosotros, invocando a los manitu de la zona, a Wendigo. Su medicina es muy poderosa, capitán. A esta expedición le esperan horas negras.

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20/11/2013, 13:52
Jacques Goubert

Goubert le narró al Capitán Bourmont el encuentro con los indígenas al pie de una especie de altar construido al aire libre, el recibimiento que éstos les dispensaron, las maravillas que atesoraban en una impresionante construcción abovedada que, a todas luces, no habían podido construir aquellos salvajes y, también, contó como la ambición del Chaman le llevó a asesinar al jefe de la tribu y tomar el poder, obligándolos a huir de la aldea.

-“La situación es delicada: nuestra única posibilidad de abastecernos, con el fin de sobrevivir hasta que el Erebus pueda volver a navegar, pasa por ese poblado… y, ya que han sido ellos los primeros en atacar, no creo que proponga nada descabellado al sugerir la toma de la aldea. Creo que con unos cuantos hombres bien pertrechados será suficiente para conseguirlo, pues contra sus armas de hueso nada han de temer nuestros “palos de trueno”, como ellos llamaban a nuestras armas de fuego”.

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20/11/2013, 14:31
Ludovic Tessier

Tessier apenas esbozó una leve sonrisa sin alegría al recibir el agradecimiento de Catalina. El capitán quería respuestas, y sus compañeros estaban dándoselas. Él sólo era un doctor, con una única finalidad, y había fallado. Que las palabras fueran para los que habían merecido pronunciarlas. Él se dedicaría a intentar que nadie más sufriese en aquel malhadado viaje.

Empezaría dándolo lo mejor con Catalina, a la que ya había fallado. Su mente, por desgracia, no estaba en su mejor momento...

- Tiradas (1)

Motivo: Ast+Med

Dificultad: 8

Tirada (8 dados): 3, 4, 6, 5, 2, 7, 5, 4

Éxitos: 0 Fallo

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27/11/2013, 00:59
Capitán Louis Bourmont

Las pobladas cejas de Bourmont se curvaron indignadas al saber la forma en que habían sacrificado a Danton, y su furibunda mirada recayó por segunda vez sobre Goubert al conocer su encuentro con la mujer nativa, mas no hizo alusiones al respecto de ninguno de los casos.

-Señora baronesa, caballeros –anunció una vez hubieron terminado sus comentarios-, comprendo que han sufrido ustedes una amarga experiencia, pero me parece que exageran un tanto. El clima mejora ostensiblemente, el hielo terminará por derretirse en poco tiempo y podremos reanudar nuestro viaje con tan solo unos cuantos días de retraso. Llegaremos a St. Pierre antes que el invierno, y no nos faltarán víveres para la travesía, señor Goubert, se lo puedo asegurar –a pesar de las circunstancias, era notorio que Bourmont estaba de buen humor.

“En cuanto a apoderarnos de los tesoros de esos indígenas... Háganse cargo de que hemos perdido ya un puñado de buenos hombres, y aún aguardamos el regreso de la tercera partida... No arriesgaré más vidas, dadas las circunstancias. Sin embargo, para el caso de que una posterior expedición se dirija a esta zona, tomaré buena nota de nuestra posición y de la información que han obtenido ustedes. Por ahora, es todo.

El capitán del Erebus se dirigió a la puerta y se detuvo un instante antes de salir.

“Sepan que considero un honor servir junto a personas de su coraje.

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27/11/2013, 01:00
Director

Las diferencias sociales pueden hacer parecer distintos a los hombres, mas sus reacciones y actitudes desmienten rotundamente esa desigualdad. Los cadetes y suboficiales interrogaron al doctor con la misma insistencia que marineros y soldados lo hicieron con Goubert y LeFranc. El relato de su odisea circulaba de una boca a otra con asombro y admiración, bailando entre el humo de los braseros y enredándose con los cabos de la nave. La apariencia de los salvajes y sus costumbres era lo que más atraía su curiosidad, y los detalles de la suerte corrida por su compañero Danton o las referencias a el demonio de la tormenta eran rápidamente obviados por la mayoría. A su vez informaron a los recién llegados de la aparición el día anterior de los supervivientes de la partida de Montignac: dos hombres, uno de ellos completamente idiotizado, cargando a un tercero agonizante. Respecto a su suerte una conjetura casi por cada tripulante, desde que se habían caído en una grieta y habían muerto congelados hasta que habían sido atacados por osos. De nuevo el diablo del viento entraba en los cálculos de muchos, y especulaban por qué aquella pésima suerte se había abatido sobre el Erebus.

Notas de juego

Si alguien quiere realizar alguna investigación, entrevistarse en privado con el capitán o con algún tripulante, o realizar alguna otra acción, es el momento.

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29/11/2013, 17:28
Jacques Goubert
Sólo para el director

Goubert se sentía extasiado al ser el centro de atención de marineros y soldados y no dudaba en narrar al que lo deseara ,tan vivamente como le era posible hacerlo, las aventuras y desventuras acaecidas en el frío desierto y en el poblado de los extraños y hostiles indígenas. Sin embargo los comentarios que circulaban por el barco acerca de la suerte que podían haber sufrido los supervivientes de la expedición de Montignac despertaban en el soldado una descorazonada curiosidad, debía ir a verlos y tratar de averiguar lo qué les pasó.

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29/11/2013, 23:30
Director

Notas de juego

Pues lo dejo a tu elección. Tenemos tres opciones: Etienne Giarnac, gravemente herido; Julot el corso, abstraído; Iqanuc, un "viejo amigo".

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30/11/2013, 00:34
Jacques Goubert
Sólo para el director

Notas de juego

Pues le haremos una visita al amigo Iqanuc.

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03/12/2013, 05:28
Director

A pesar de ser un lugar pequeño, no fue sencillo encontrar a Iqanuc. Haciendo el frente al frío que laceraba las orejas y el rostro, el hombrecillo estaba en cubierta, sentado sobre un rollo de cuerda tras el último mamparo del castillo de proa, en el nacimiento del bauprés. Al acercarse, Goubert pudo ver que manoseaba algún objeto pequeño, mas enseguida el esquimal oyó sus pasos y giró la cabeza. Su generalmente hierático rostro cambió de expresión, dejando traslucir el disgusto que le producía encontrarse con el soldado, y sus ojillos rasgados localizaron tras él al marinero que, junto a un brasero humeante, montaba guardia a pocas varas. No hizo ningún gesto, pero su dura mirada continuó vigilando cada movimiento del francés sin decir nada.

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03/12/2013, 10:51
Ojo-de-Cuervo

En cuanto pudo, Ojo-de-Cuervo se acercó al capitán para hablarle a solas. Algo que le había enseñado su tiempo entre los soldados franceses era que casi ninguno deseaba escuchar malas nuevas, pero que menos aún les gustaba no enterarse de ellas cuando al final acababan apareciendo.

-Disculpad, capitán -le dijo tras una breve inclinación de cabeza-. Tengo que comentaros algo.

Tras pasar a su camarote le narró lo sucedido desde su propio punto de vista, haciendo hincapié en el tema de los espíritus y las maldiciones.

-Sé que pensáis que tales entes no existen, capitán. En vuestra Francia la tierra está domada, pero aquí no. Aquí vive junto con el hombre -un discurso muy largo para el habitualmente taciturno montaraz-. Algunos manitú son amistosos y benévolos, pero los de estas tierras tan al norte no. Wendigo se pasea impunemente y exige sacrificios. Ya tomó a Danton -señaló-. La única manera de controlarle es azuzarle contra otras víctimas, capitán... y el shaman al que nos enfrentamos usó su maligna medicina para convertirnos en las siguientes víctimas. De todas maneras creo que ese manitú tan poderoso no necesita muchos alicientes para alimentarse de la vida humana, capitán. Volverá.

Notas de juego

Intentaré después hacer uno de los rituales de Vidas Pasadas, haber si algún antepasado me dice algo que sirva contra el horror que nos quiere comer.

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11/12/2013, 00:01
Director

El discurso de Ojo de Cuervo fue recibido con frialdad por el capitán. Una vez el piel roja terminó de hablar, el capitán señaló la puerta del camarote con un sencillo gesto:

-Eres un bravo guerrero que nos sirve bien, Ojo de Cuervo, y tendré presente tu opinión. Con sólo que ese Uen-digó nos deje en paz un par de días más, podremos marcharnos y no volveremos a verle. Si se te ocurre alguna manera que no implique sacrificios humanos para mantenerlo alejado de nosotros durante ese tiempo, házmelo saber.

Notas de juego

Una tirada de Astucia+Empatía dificultad 8, por favor.

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11/12/2013, 00:03
Director

Notas de juego

¿Y bien?

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11/12/2013, 00:25
Ojo-de-Cuervo
- Tiradas (1)

Motivo: Astucia+Empatía

Dificultad: 8

Tirada (3 dados): 3, 2, 9

Éxitos: 1

Notas de juego

No me puedo creer que saque la tirada...