Partida Rol por web

Esha se retira tras una cortina que da a su cama y tras ella se cambia de túnica. Al salir os ofrece la que tenía puesta y tiene cortes y desgarros junto con su sangre.

Con una sonrisa, la recojo y la guardo en una bolsa antes de girarme hacia el resto

Creo que ahora si que podemos volver. Esperemos que, después de esto, podamos averiguar algo más.

Además, recordad que hemos dejado allí a Caín y no sabemos si le ha pasado algo.

Una vez listo para partir, me acerco a Esha Muchas gracias por su ayuda. Esperemos por el trono dorado que evitemos que pase lo que parece que se va a producir.

El libro deja que os lo llevéis con la condición de devolverlo y Kos'ke está dispuesto a llevaros junto con sus jinetes en los perros de las arenas.

Meneo la cabeza.

Esto puede salir muy mal... Que el emperador nos proteja...

Subidos a lomos de los perros de las arenas, llegáis cuando comienza la noche. Vais hasta la colina donde dejasteis a Caín y ahí se despiden Kos'ke y sus hombres. Os queda una pequeña caminata de 30 minutos hasta Desesperanza....es momento de poner temas en común.

¿No son malolientes esas bestias? -preguntó Caín a los demás, pronto cambió de conversación, tenía preguntas más importantes que las relativas al hedor de unos animales- ¿Qué habéis averiguado? ¿Kos'ke en persona os ha traído? -entonces recordó algo- ¿Dónde está el camión?

Rascándome la nuca Pues verás....tuvimos un pequeño percance con el camión, ya sabes, arena, viento, mala visibilidad, cof que Atellus no sabe conducir, cof me llevo una mano a la boca mientras digo esto último lo que causó que tuviéramos un accidente y el camión se jodió. Tuvimos que ir andando buena parte del camino, pero al final encontramos a Esha y estuvimos hablando con ella.

Lamentablemente no sabe nada, tiene algunas ideas de lo que pueden pretender, pero nada concreto. Nos entregó este libro digo revolviendo en la mochila hasta sacar el libro y entregárselo a Caín lamentablemente ninguno hemos sido capaces de leer su contenido.

Por otro lado, hemos traído la túnica de Esha manchada de sangre para mostrársela al bastardo. Es de hoy mismo, ya que cuando llegamos fuimos atacados por una bandada de pájaros y la hirieron.

Avanzo junto a mis compañeros, y me alegra ver que Caín no ha sufrido percances, está de una pieza. Quizá hasta se lo haya pasado mejor que nosotros...

Tras ver la expoisción de Albrek, resumiendo lo suficiente nuestra experiencia, le pregunto a Caín.

¿Tu has averiguado algo? ¿Ha estado todo tranquilo por aqui?

El soldadito, claro, cómo no...

Este libro versa sobre herejía. ¡Hemos de entregárselo a nuestro Inquisidor! ¿Pájaros? -un recuerdo borroso había asaltado a Caín, una mención, el Padre Cuervo- ¿Qué clase de pájaros? ¿No serían cuervos?

Mi único enemigo ha sido el sol. Por lo que he podido observar el Abad Skae tiene buena salud, pese a haber estado en punto de mira en numerosas ocasiones, y ha recibido a los fieles. al igual que Severus. El padre Lamarck debe seguir convaleciente, ni rastro de él.

Encogiéndome de hombros Bueno, un cuervo es un pájaro ¿no?, aunque efectivamente, se trataba de cuervos.

Esha dijo que los Ashleen lo llamaban El que baila en el umbral, pero que otros lo conocern como el Padre Cuervo ¿acaso tú has oído o sabes algo sobre eso? pregunto a Caín extrañado por lo de los cuervos.

Llegáis a las puertas donde sigue empotrado el vehículo que utilizaron los voceadores para entrar. Allí uno de los hombres de la milicia os franquea el paso. Dentro os dirigís a La Clota llorona, vacía en estos momentos de parroquianos y dueño; al subir a vuestras habitaciones encontráis todo como lo dejasteis. 

Al tocar a la habitación de Aristarchus ésta se abre pero no está el vidente. Sobre la mesa de su cuarto está el diario donde ha ido escribiendo a lo largo del viaje.

Cuando entramos en la habitación, al ver el diario, me giro hacia el resto con una pequeña sonrisa y un leve encogimiento de hombros antes de acercarme a la mesa donde está. Tras echar un vistazo al hueco de la puerta donde están Atellus, Cristoph y Rabalías vigilando, cojo el diario y comienzo a leerlo en voz alta.

¿Una capa ensangrentada? -se extrañó- ¿Qué capa es esa?

Mientras esperaba respuesta avanzaron por las calles de Desesperanza, donde se veían las marcas de la reciente batalla; sin embargo habían retirado los cuerpos para que no se pudrieran al sol...o se alzaran de nuevo. Aquel asunto le estaba comiendo la cabeza al asesino. Al menos tenía más claro este asunto que el incidente con el Cirujano...pero aún no había termiando de encajar las piezas. Consideraba a Skae y Aristarchus corruptos y Resha una aliada. Quedaba determinar el papel del hermano Severus y el convaleciente Lamarck. Habría que hacerles una visita a ambos.

Entraron en su posada y recogieron sus cosas, Caín aprovechó para beber agua y refrescarse, cuando vio que ALbrek cogía el diario:

¿Acaso no vio esto en sus cartas? -dijo, con marcada burla hacia sus poderes. Calló de repente, no era propio de él cuestionar a sus superiores, aunque tuviese sospecha de ellos. Menos aún de los poderes de los psíquicos, tras haber presenciado su potencial- ¿Hay algo que nos interese?

¿No es demasiado obvio que esté ahí?

¡Por el Dios-Emperador, no puedo creerlo, pero es cierto! Skae me llevó a la catedral, ¡y allí se me apareció el mismísimo San Drusus! El Santo me habló, aunque no era digno de sus palabras. Sí, ahora todo tiene sentido: que me asignaran esta misión, el obsequio del mazo del Tarot...¡Todo me ha guiado hasta aquí para que pueda ser su avatar, el bendito instrumento de su renacimiento!

Así reza la última entrada.