Partida Rol por web

-¡Alaaaa...!-Dijo flipando en colores cuando vio el Vertibird derribado por aquel misil, salido ni mas ni menos de la Zona Muerta. Al contrario que todo el mundo, centrados en el noroeste, Maddy buscó algún sitio alto al que encaramarse para mirar hacia el Oeste, donde el Vertibird habia descargado una cantidad ingente de balas de su ametralladora pesada.

-¡Davo...! ¿Alguna idea de a qué disparaba?.- Preguntó, finalmente acordandose de quitarse la olla de la cabeza.

Después de todo aquello, prestó atención a los sonidos externos, no quería precipitarse a tomar decisiones imprudentes. No era el caso de JJ, aquel loco salió como alma que llevaba el diablo al exterior, lo que hizo que Nyx alzara una ceja. Luego sonrió cuando vio a Maddy con la olla en la cabeza, sin duda la mas prudentes de todos allí dentro.

Acto seguido, miró a Kath, que esperando alguna reacción positiva, dijo las palabras que deseaba oír. Esbozó una sonrisa y asintió con la cabeza. - ¡Vamos!

Pero antes, se acercó a la mesa, y se terminó el café de golpe. Le iría bien una dosis de cafeína para entrar en calor y estar activa, antes de presentarse a los peligros del exterior.

- No he visto dónde ha sido el impacto ¿Sabes la ruta? - Preguntó Nyx a Kath mientras salía por la puerta y observaba el jaleo de las calles de Vault City, tras el alboroto.

Davo observa como los recién llegados salen, prácticamente a escape, en dirección a donde deben haber caido los restos del vertibird. Por un segundo una ligera sonrisa aparece en su rostro al ver la celeridad con la que sale JJ y, escucha tanto como observa, como también Kath, Katya y Nyx parecían disponerse a salir. Justo entonces escuchó la pregunta de Maddy.

- Un misil, desde la Zona Muerta sin duda. Ha acertado al vertibird y lo ha derribado. Iré también hacia allí. Quizás una técnica de tu nivel no vendría mal, Maddy. Y, después de todo, un grupo más o menos amplio será satisfactorio si, como es lo más probable, no somos los únicos que marchan hacia ese lugar.

En todo caso, y tras mirarla, Davo no esperó demasiado, poniéndose en marcha y echando un vistazo a Kath, Katya y Nyx.

- Yo también iré. Creo que ya que todos pensamos regresar a la ciudad, es bueno que afrontemos esto todos juntos. Seguramente bandas de saqueadores están ya acercándose al lugar, y es probable que haya material de sobra para los que estamos aquí.

-¡No puñeta! El Vertibird disparaba a algo al oeste.- Señaló la dirección.-Se nos ha escoñao al noroeste, ¡pero a qué disparaba! ¿Y si es algo mucho peor? ¿No habeis escuchado de las hordas de necrofagos?.- Maddy parecia alterada porque todo el mundo estaba centrado en donde habia caido el pajaro, pero no a qué disparaba el pajaro.

-Si quereis que vaya vale, pero me voy a saltar la clase de neurociencia del doctor Mitchels y...-Parpadeó, mirando como de mal sonaba aquello delante de unos cuantos adultos hechos y derechos.

-Que le den al doctor Mitchels.-Dijo intentando sonar lo mas segura de si misma que podia.

Asiento a las palabras de Maddy mientras ya empezaba a partir.

- Perdona, no me expliqué. No, ni idea. Desde donde estábamos no se veía a qué podía disparar, y dado que, sea lo que sea, ha sido capaz de lanzar un misil... No tengo demasiado interés en acercarme por ahí. Aunque tal vez existan en el vertibird datos que nos permitan resolver esa cuestión, ¿no te parece? 

El caos generado por el derribo del vertibird se apreciaba en la excitación que se veía en las calles de Vault City, pero mientras muchos aun encajaban el golpe, un pintoresco grupo con instinto de inversores, se había reunido a las puertas de la ciudad. Y es que los siete presentes, junto a tres perros, formaba un equipo bastante imponente.

—No veo nada al oeste, a quien disparaban —anunció Brenda la Verde desde lo alto del muro, se inclinó dirigiendo la mirada hacia Davo —. ¿Ya vas a salir, bombón? Menudo grupito te has montado —soltó burlona mientras se sentaba al borde de la plataforma, mirando al grupo desde unos cinco metros de altura.

—Conociendo al rey, mandará cerrar la ciudad hasta asegurarse que no hay peligro —dijo la mujer refiriéndose al rey Quentin, gobernante de la ciudad —. Pero.. aun no me han dicho una mierda. Ve con ojo, bombón. Y tú también, Maddy.

Brenda era una forie de Vault City, mitad mercenaria, mitad guardia de la ciudad. Era habitual de la cantina de los Pearce, solía ser bastante dicharachera y buena onda. Dio un par de golpes al metal del muro.

—¡La puerta, joder! ¡La puerta! —bramó al encargado de la puerta, se puso en pie y señaló —. La columna de humo se ve al noreste. Id con ojo, estoy convencida de que no hemos sido los únicos que hemos visto el percal. Como putas moscas a la mierda.

Las puertas de Vault City se abrieron dejándoos pasar, Brenda retomó su posición de guardia con su rifle y se despidió de sus conocidos con la mano. Ante vosotros se abría el Yermo.

- Bueno... la verdad es que no tengo demasiado claro que seamos un grupo- dijo riendo ante las palabras de Brenda.- Tú por si acaso no dejes de acordarte de las caras de todos, para que luego podamos volver a entrar. En la medida de lo posible. Quiero intentar enterarme de lo que está pasando, Brenda. Que esto nos pilla demasiado cerca y no me hace ninguna gracia que misiles y vertibird de desconocidos estén disparando sobre nuestro hogar.

Tras despedirse de Brenda miró al resto de los presentes.

- No nos conocemos entre nosotros. Pero como ya dije, esto se va a llenar de mierda y de capullos. Y es posible que haya material para todos si nadie es demasiado avaricioso. ¿Tenemos un acuerdo aunque sea parcial y temporal?

Katya deslizó las yemas de los dedos por la parte baja de su propio cuello según escuchaba a Brenda y Davo, este último parecía tener las ideas claras por lo que en cierta manera le confirió cierta seguridad. Era evidente que ir tras el ventibird sería problemático, por preparada que pudiera creerse.

—Me parece bien. Nunca he podido ver uno de cerca, me interesaría examinarlo... y recuperar aquello que no os interese. —dijo lo último casi con un murmuro, mirando de reojo a las cancerberas, que le parecían especialmente intimidantes. Era mejor no molestarlas— Soy Katya... para quién no lo supiera. —añadió finalmente.

Paseó entonces la vista entre los presentes, fijándose momentáneamente en su apariencia. Como mínimo podía decirse que eran un grupo peculiar.

Siguió a aquel pintoresco grupo hasta aquella puerta, escuchando el intercambio de palabras sin decir nada a éste, esperando para que abrieran las puertas. 

- Soy Kath y este es Aztharoth - Dijo señalando a su compañero canino - Yo solamente quiero reventar cabezas, morder yugulares y llevarme algunas piezas de recambios y para mejoras. Por lo demás, me da lo mismo mientras nadie se meta en mi camino y en mi punto de mira. 

-Siiii.- Dijo alzando el pulgar hacia Brenda la Prenda (porque a ella le gustaba más la rima).- ¿Yo también soy un bombón o lo es Davo?.-Señalo a este último con el pulgar, aunque cuando bajó la vista del muro se dio cuenta de que todo el mundo parecía prepararse para salir.

-Esperaaaaad.- Dijo Maddy antes de volver a la cantina, apenas pasaron unos pocos minutos y la joven estaba ajustándose un mono del refugio que había sido Vault City en su dia, cargando con algunas herramientas en un cinturón y portando una caja de herramientas metálica en la que peleaba por meter algunos chismes varios, entre ellos algo de cinta americana. Para colmo, la muchacha cargaba un rifle de caza bien cuidado y se afanaba en buscar un lugar en el que poner la munición extra que portaba.

-Davo…Davo…¡Davoooo!...¿Te sobran balas del 308?, solo llevo 15, espero que no nos topemos con un yao guai; o sea, mi viejo si sabe cazarlos pero yo no lo he hecho aún.- Parecía que en cualquier momento se fuera a caer y se le fueran a desparramar todas las cosas que había cogido para salir en la expedición a ver el vertibird, pero para cuando se situó junto al grupo lo tenia todo en orden.

Al pararse en la puerta de la ciudad, se fijó en la guardiana verde y sonrió de lado al oír como a Davo lo llamaba "bombón" lo cual hizo que echara una mirada de reojo al susodicho con aquella expresión divertida. No conocía al muchacho, pero sin duda tenía sus contactos y eso era bueno.

Llegaron el momento de las presentaciones. Miró a Katya, entendía que buscaba piezas, como los demás, seguramente por su oficio. - Un placer, Katya. - Luego su amiga Kath, que resaltó por la crudeza de sus palabras, lo cual hizo que Nyx la mirase levantando las cejas. Se conocía bien el modus operandi de la "Perra de Hierro". - Kath, tu tan dulce como siempre. - Dijo con ironía y cariño. - Yo soy Nyx, y este es Torx. - Dijo señalando a su acompañante canino, que iba siempre a su lado. - Yo también quiero ver si puedo sacar alguna pieza interesante, y ver qué chatarra se puede recoger para vender. Seguro que hay para todos. Y bueno... me llaman "La Rompe Huesos" por algo. - En ese momento, juntó sus manos e hizo crujir sus nudillos, uno por uno, con un sonido de roce de huesos muy particular.

Se giró hacia Maddy, que de pronto, se marchaba a la cantina y regresaba. La forma que tenía de hablar la camarera, y la manera en la que se expresaba le parecía absolutamente adorable. Pero frunció ligeramente el ceño al verla tan puesta. ¿Acaso también era chatarrera o mecánica? Terminó levantando la barbilla y mirándola con mirada analítica mientras abría los labios sorprendida, con esa expresión apunto de soltar una carcajada desenfadada.

Sin duda, éramos un grupo pintoresco...

Nyx podía ayudarla a cargar con equipaje pero quizá solo podría ayudarla de vuelta, no sabía hasta que punto era mejor decirle que se dejara algo atrás o no. - Vaya... y yo que pensaba que solo eras una camarera, sin duda te he subestimado. ¿Quieres que te ayude a llevar algo, Maddy? A lo mejor llevas demasiado peso para ti.

Gracias a Davo había cierto favoritismo porque el grupo pudiese llegar antes que los demás habitantes y turistas de Vault City al principal evento de ese día, los pases VIP les permitirían una pequeña ventaja que podría terminar en un encuentro contra los que hayan llegado primero al punto de impacto, desde necrófagos hasta supermutantes, pasando por carroñeros y saqueadores del yermo que perteneciesen a alguna banda, incluso las ratas topo a las que les encantaban los movimientos de tierra.

Davo mostró simpatía al hablar y estaba claro que todos querían un recuerdo de aquel día, así que JJ asintió mirando al muchacho sin decir nada aceptando unirse al grupo de “rescate”, con su maravillosa personalidad digna de un robotrón.

Katya por otra parte, junto a Kath y a Nyx se presentaban ante los demás, obligando a Jay a corresponder. – Soy “J”. – Se limitó a decir, receloso de su otra J, captando gracias a la vigía de la puerta de Vault City que los otros dos eran Davo y Maddy.

- ¿Las balas están tan caras como siempre, verdad?- repondió a Maddy mientras le miraba con una sonrisa divertida y ligeramente irónica. Luego golpeó con suavidad el rifle láser que llevaba al hombro y, al salir ya fuera de la zona segura de Vault City, lo empuñó mientras caminaba junto al resto- No, lo siento. Prefiero confiar en las células de energía.

Atomic Cakes en Vault City, tarde del 23 de Octubre de 2291

Brenda silbó largamente al escuchar vuestro encuentro, lanzó una mirada hacia la columna de humo que empezaba a disiparse y soltó una maldición por lo bajo.

—Joder, si la Hermandad del Acero pulula por aquí.. es primera noticia —comentó mientras lanzaba una mirada a Maddy —. ¿Qué cosas dices? Ya vuelves con tus flipadas.. —suspiró negando con la cabeza.

La mujer os aseguró que se uniría a vosotros luego, y empredisteis camino hacia el Atomic Cakes. La gente estaba aun tensa, os miraba con curiosidad. Algunos se acercaron a curiosear, pero el camino al local de la familia de Maddy fue rápido. Quién fuera para allá se encontró la cantina con algunos clientes, más que por la mañana, pero no repleta. Al ver cómo cruzabais la puerta, Nicole soltó una maldición, sensiblemente más sonora que la de Brenda.

—¡Ya era hora! ¿Qué ha pasado? —preguntó lanzando una mirada inquisitiva a Maddy, luego miró a Davo con más clemencia —. Clara vino hace un rato preguntando por ti. No me dijo que quería, fue visto y no visto.

Atomic Cakes en Vault City, tarde del 23 de Octubre de 2291

Asiento a las palabras de Nicole.

- Entonces tengo que ir a verla. ¿Te dijo donde estaría?- tras la pregunta procedió a contestar las propias dudas de la dueña del Atomic Cakes respondiendo, en esencia, lo mismo que a Brenda.- El vertibird que derribaron era de la Hermandad del Acero. Y no, no pudimos saquearlo. Y tampoco descubrir demasiado de lo que hacía en ese lugar, salvo que lo había derribado, como ya suponíamos, algo que venía de la zona muerta. Sin embargo el mercenario...- duda un instante tras nominarlo así, y niega con la cabeza- dejémoslo en el tipo trajeado y sin armas, que había contratado la Hermandad del Acero, y que al parecer era un comercial de Vault Tec con algún tipo de peculiar poder chungo que no necesitaba armas visibles. Y hemos sacado esto, claro- dice mientras da un golpecito en su pip-boy. 

Atomic Cakes en Vault City, tarde del 23 de Octubre de 2291

Maddy iba a empezar a poner excusas, pero Davo salvó el dia explicando las cosas como solo Davo, o en realidad cualquier persona que no fuera ella, podía explicar. Con una buena dosis de no ser “Maddy”.

-Si, yo también tengo otro.- Dijo dando un golpecito al Pipboy. Maddy se sentó en uno de los sillones largos frente a una mesa e hizo gestos a Davo de que se acercara, sacando un cable largo del Pipboy.- Creo que si enchufo este en tu pipboy podremos compartir los datos. El que quiera también puede hacerlo.

Atomic Cakes en Vault City, tarde del 23 de Octubre de 2291

Se encogió de hombros y siguió al resto, quizás debieran recopilar algo de información antes de ir a la Zona Muerta. 

Atomic Cakes en Vault City, tarde del 23 de Octubre de 2291

Mientras espero que Nicole me confirme donde puede encontrarse Clara (o me diga que no lo sabe, en cuyo caso iría a buscarla a su hogar), Davo asiente a las palabras de Maddy, y siguiendo sus indicaciones, conecta ambos pip boys con ambos cables, a fin que compartan la información que hay en los dos.

Más información es bien. La información vale dinero, y lo que es más importante, aumenta tus posibilidades de seguir vivo.

Atomic Cakes en Vault City, tarde del 23 de Octubre de 2291

Si había acudido anteriormente a Atomic Cakes, había sido en una serie de circunstancias muy distintas a las que les concernían ahora. Nyx, que ni siquiera se había atado a la muñeca el Pip-boy, asumía que estaría atada al cacharro hasta que acabase la misión que había unido al grupo.

Antes de entrar en el local, le ordenó a Torx a quedarse en la puerta, el cual obedeció dócilmente a su ama, como siempre, dedicándole una mirada hasta que se adentró en el interior, y el can se tumbaba pegado a la puerta, relajándose.

El saludo de Nicole hacia Maddy, hizo que "La Rompe Huesos" mirase a la chica, pero en seguida desvió la mirada hacia Davo al explicarse, e hizo un gesto con los labios a la vez que fruncía el ceño. Le ha salvado el pellejo de la situación... Pensó, mientras observaba la escena. Cuando la muchacha tomó asiento, y comentó lo del cable hacia el Pip-boy de Davo, e invitando al resto a lo mismo, Nyx miró un instante a Kat, y luego sin más, se sentó con ellos en la misma mesa, colocando su cacharro sobre la tabla, y acomodándose en su asiento.

- No hemos conseguido lo que queríamos, pero supongo que algo es algo... - Comentó, ante la nueva adquisición. También dejó las herramientas de Maddy a un lado a los pies, ya que había cargado con ellas hasta ese momento. Tanto para nada.

Atomic Cakes en Vault City, tarde del 23 de Octubre de 2291

JJ reparó en como la gente curioseaba al grupo como quien regresaba de un cráter de alguna bomba atómica, ajustando su capucha para esconderse aún más de las miradas indeseadas. La idea de Maddy de ir nuevamente al Atomic Cakes le pareció bien, había que recuperar las calorías perdidas tras la larga caminata, y más aún si regresas con un peso extra colgando de la muñeca.

Ya en el local, observó como Maddy zarandeaba un cable que le hizo poner los pelos de punta, se acerco a ambos compañeros con una expresión como quien hubiese visto un fantasma, la llave de su antigua prisión en manos de una niña camarera del mundo post nuclear, con una voz ronca y un tono aciago respondió al ofrecimiento del conector. – Esto es un cable para desbloquear manualmente la puerta de los refugios. Solo los pip-boys 3000 Mark IV tenían esta pieza, y solo los supervisores de los supervisores de Vault-tec, a parte de un puñado de cerebritos de Boston tuvieron la posibilidad de tener uno de estos. No sé si servirá para pasar datos, pero esto me habría venido de perlas hace mucho tiempo. – Concluyó su información con semblante pensativo.

– Siempre cabe la posibilidad de pasar la información a través de holocintas, por si no logran hacerlo funcionar, y si no le han metido nada personal a los pip-boys, no hay nada interesante que compartir, ya que todos deberíamos de tener lo mismo. – Dijo encogiéndose de hombros y retirándose a tomar asiento para encender por fin su nuevo aparatito y echarle un vistazo con calma.