Partida Rol por web

No se había dado cuenta, pero había apoyado una rodilla en el suelo y respiraba trabajosamente. Le dolía.

Si, os llevaré ante el sacerdote. Además tengo un par de asuntos que tratar con él.

 Con problemas se puso en pie. Recogió maravillado los elementos que podría usar en la forja, cosas con las que nunca había soñado.

Ahora que me habéis aceptado, puedo echar un vistazo a vuestras armas, y ponerlas a punto o haceros unas nuevas... una vez hayamos descansado todos.

Al ver venir aquella terrible demostración de poder ígneo, busqué correr y buscar cobertura, pero en ese lugar resulto algo casi imposible.

Aún así el salto y el giro fue lo suficientemente bueno para que la explosión no me agarrara de lleno, quemando mi ropa y extremidades pero permitiéndome salir mejor parado de lo que esperaba, el daño que sufrió Azazel por ejemplo, fue mucho peor.

Mientras me levantaba y sacudía la gabardina notaba el rostro caliente y note las quemaduras.

-Voy a necesitar una mano con esto- dije señalando las marcas del fuego- pero lo importante es que pasamos la prueba y ahora nos merecemos descansar y luego un buen trago, pero primero descansar-comenté mientras guardaba la daga y me acercaba agitado a ayudar a Khenta.

El grupo, con algunas quemaduras y algunos daños, salen del recinto del orador y el de la prueba, encontrándose de nuevo en el hall del templo.

Si no os importa, tengo que hablar con el jefe del templo. Después me uniré a vosotros.

Con paso decidido al principio, y extraño y divertido tras llegar a las escaleras. Azazel se acerca al sumo sacerdote para hablar con él.

Acepto con decisión las pulseras de la mano de Khenta. Sus palabras han sido más que convincentes para disipar todas mis dudas y me las coloco en mi cuerpo. No puedo admirar su belleza, y en el mismo momento un calor sobrenatural recorre mis extremidades. Es agradable, pero diferente a cualquier otra sensación que haya experimentado hasta ahora. Noto la compañía del Eon en su regalo.

-Adelante Azazel. Después lo más sensato es volver al pueblo a descansar. Y a que prepares tu equipaje completo, porque después de esto estoy más que alegrada de tenerte a bordo. Te vienes con nosotros. Estoy en mi límite y necesito una cama...-

---No es necesario ir al pueblo, sí lo solicitamos, podemos descansar en el templo y partir mañana cuando estemos mejor; ire a hablar yo tambien con el Jefe del templo...- dicho esto me encamino hacia el sacerdote para solicitar un lugar de descanso y de paso preguntar un par de cosas más...

Mientras Khenta intenta conseguirnos alojamiento, me acerco a la estatua del alto invocador Ohalland. Es raro pensarlo, pero tal vez en unos años la estatua de Khenta esté allí, inspirando a los jovenes invocadores del futuro. Nos espera otro viaje en barco y nunca está de más rezar por un viaje seguro. Me arrodillo frente a la estatua haciendo el signo de Yevon y rezo en voz baja:

-Gran Ohalland, que derrotaste a Sinh y ahora descansas en el Etéreo, danos valor para enfrentarnos a la adversidad. Danos fuerza para proteger a los necesitados y a nuestros allegados. Danos sabiduría para elegir el camino correcto. Danos esperanza para seguir adelante cuando todo parezca perdido. Alabado sea Yevon.

Mientras el grupo sale de la prueba y charlan sobre los siguientes pasos a seguir, ven a varios sacerdotes hablando con uno que parece de un rango superior al resto. Parece que le están pidiendo consejo y, de vez en cuando, lanzan un par de miradas hacia el grupo... 

-No me gusta la idea de dormir en el templo, además yo necesito curaciones para mis heridas, prefiero ir hacía el pueblo y esperarlos allí- dije mientras Khenta se alejaba.

Miré a Urumi.

-Además no me gusta como nos ven en estos lugares y si necesitas que te cargue solo dilo- comenté sonriéndole.

Me acerco al grupo de sacerdotes.

---Saludos, mis guardianes y yo acabamos de superar la prueba y necesitamos descanso para sanar nuestras heridas, así que solicito que se nos dejen habitaciones para descansar y a ser posible acceso a la biblioteca del templo...- digo tras realizar el saludo de Yevon

El sacerdote que parece estar al mando realiza un pequeño gesto con la cabeza al resto de sacerdotes, los cuales hacen una leve inclinación de cabeza y se retiran.

Una vez a solas con vosotros, el hombre mira de arriba a abajo al grupo, deteniendose en Khenta y en Azazel durante unos segundos más.

- Ya veo... Parece que la prueba les ha supuesto más complicaciones que a otros Invocadores... - Dice concentrándose en mirar al invocador. Aunque en otro tono el comentario podría haber sido más relajado o incluso con cierto toque de humor, su forma de hablar es fría y distante, convirtiendo el comentario en algo duro. - Lo que tenemos aquí no se podría denominar biblioteca Invocador, sino más bien una pequeña colección de libros. Por su puesto, son accesibles para cualquier invocador o guardián, encontrándose estos en la habitación lateral del templo. - El hombre mira hacia un lado y os muestra una pequeña puerta. - Sin embargo, ahora mismo no disponemos de camas libres en el templo, de manera que tendrán que bajar al pueblo y buscar alojamiento allí. 

Sacerdote... como supongo que ve, Khenta me ha aceptado como guardián, por lo que dejaré el pueblo en breve. Descansaremos en mi casa y una vez haya, el templo puede tomar posesión de ella.

Gracias por todos estos años.

Con una oración a Yevon, esperó alguna respuesta del sacerdote. Después hizo lo propio en alguno de los altos invocadores a los que más respetaba.

Oigo que vamos a tener que atravesar de nuevo la jungla en nuestro estado y dejo escapar un suspiro de cansancio. Quiero pensar que realmente no tienen camas y el aspecto de Khenta no tiene nada que ver. Me levanto pesadamente y me quedo mirando de frente al gran Ohalland. "Al menos ahora las escaleras son de bajada", pienso en un intento de darme ánimos.

Durante el camino de ida pude encargarme sin problemas de los monstruos que aparecían, pero no se si podré mantener el mismo ritmo esta vez.

---Vaya...es una lastima, pero bueno, nos apañaremos como podamos para volver a la ciudad, gracias...- digo retirndome para volver junto a los compañeros- me gustaria consultar unas cosas de la biblioteca del templo,a ver sí puedo encontrar  alguna cosa que nos sirva para más adelante, aprovechad a descansar sí quereis no tardaré mucho, espero...

Apreté los puños y me mordí la lengua para no responder a la descarada muestra de desprecio que acababan de mostrar hacia mi protegido. A estas alturas no esperaba que siguieran siendo tan impertinentes. Bueno, en realidad si, pero eso lo esperaba de la gente común, no de unos monjes a los que acabábamos de demostrar la valía de nuestro grupo. Gestos así hacían que me avergonzara de mi fe y de los donativos de caridad que muchos ofrecían como el que acababa de realizar Azazel.

Con un suspiro pesado para mantenerme en mi  por fin pude hablar con la educación merecida. -Tómate tu tiempo para consultar los libros, así nosotros podremos recuperar un poco el aliento. Gran sacerdote... hemos visto un grupo de lo que parecían aventureros descender los escalones a nuestra llegada. Éste no es un lugar muy frecuentado por los no allegados a la misión del invocador y además no me transmitieron buenos sentimientos. ¿Hay algo que pueda decirnos al respecto? Perdone que sea tan directa, pero nos hemos cruzado ya con amenazas inesperadas y la seguridad del invocador es mi prioridad.-

Aunque el sacerdote mantiene una expresión fría y distante, esta cambia cuando Urumi comenta sobre los aventureros que han bajado.

- ¿Aventureros? - Pregunta con cierta sorpresa. - ¿Qué aventureros? No sé de qué hablas muchacha. - Dice volviendo a su expresión fría. - Ningún aventurero ha venido al templo. Aquí solo vienen creyentes e Invocadores con sus Guardianes.

Miente, evidentemente.

-Oh... entonces habrá sido una confusión mía. Le ruego me disculpe.- Dije volviéndole la espalda y dando por concluída la conversación.

-Te acompañaré Khenta, cuatro ojos ven más que dos- No se me había ocurrido pensarlo, pero va a pasar bastante tiempo hasta que volvamos a ver un templo. Debería aprovechar y buscar información sobre las cosas extrañas que ocurren a nuestro alrededor, como personas capaces de atraer monstruos y brotes de Sinh. 

Pero no podemos tardar mucho o tendremos que atravesar la selva a oscuras.