Partida Rol por web

-Bien, tres menos.-Digo mientras miro a la instructora con una sonrisa.-Será mejor avanzar. ¿No te parece? Mantén tu arma cargada por si acaso.

Dicho esto, comienzo a avanzar con cierta precaución pero sin detenerme.

Por supuesto dije bajando la ballesta y cargándola de nuevo No quiero que me pillen desprevenida.

Dime, ¿estás nervioso? Es una prueba muy importante, pero puedes ir tranquilo. Estás bien preparado.

-Bueno, podría estar más cómodo, pero cuanto antes salgamos menos frio pasaremos, ¿no?-Digo en tono de broma mientras continuo.-El siguiente desafio nos espera. ¿Ves algo?

Continuais avanzando por la cueva del frío cuando dos nuevos elementales salen de detrás de unas rocas de hielo. Ambas criaturas estaban acechándoos y cuando pasáis cerca de ellos os sorprenden con sus puños de hielo. 

Os sorprenden sus ataques y no podéis evitarlo, por lo que sus puños de hielo os golpean dejandoos una herida rodeada de cristales de hielo. Aquellos puñetazos eran peligroso, debían acabar con las criaturas cuanto antes.

-Aerith, eso me ha hecho mucho daño.-Digo cubriéndome con el escudo.-Voy a necesitar que me cubras mientras me tomo la pocion... pero de momento son demasiados. Lucharemos un poco. ¿Te parece?

Acto seguido me lanzo contra uno de los elementales tratando de no dejarle huecos para que me alcance.

A la mierda dije cabreada. ¿Qué era eso de atacarnos por sorpresa.

A mi nadie me ataca así, cobardes. Me llevé una mano al cuello para agarrar mi símbolo y la otra mano la extendí hacia las criaturas.

¡Alejáos de mí y no os acerquéis!

Aerith cubrió a su discípulo y optó por sacar su símbolo sagrado que comenzó a emitir ligeras llamas de fuego al mismo instante que decía unas cuantas palabras a modo de expulsión. Aquellos elementales se fundieron con la cueva de hielo alejándose de allí asustados por el objeto sagrado de la mujer.

El objetivo había sido vencido y aquello le daría cierta ventaja a Arthas para llegar cuanto antes al guardián.

-Bien, gracias por la ayuda, maestra.-Digo sacando la poción.-Voy a tomarme esto para recuperar fuerzas y continuamos. ¿De acuerdo?

Acto seguido, vacío la poción de un trago y me dispongo a continuar.

Esto no servirá contra el enemigo final, Arthas. Tenlo en cuenta dije mientras me guardaba el símbolo en el escote. Me quité la mochila y busqué un momento en su interior.

Toma dije tendiéndole una poción. Bebe y terminarás de recuperar fuerzas, que tus heridas no han cicatrizado del todo. Yo también me tomaré otra y bebí tranquilamente, sintiendo cómo mis heridas se cerraban.

Sigamos y mantente alerta.

-Asi lo hare.-Respondo bebiendo.-Espero que no vuelvan a pillarnos por sorpresa. No te preocupes, contra el ultimo guardian mi espada debería bastar.

Dicho esto, me cubro con el escudo y avanzo mirando a todas partes.

Habían decidido parar para tomar un respiro. Arthas se tomó la poción que le había entregado Kai y su maestra le tendió otra para que se pudiera recuperar del todo. Ella hizo lo mismo, habían decidido descansar un poco, pero ya era momento de volver a ponerse en pie y continuar avanzando a través de las pasarelas.

Aerith recordaba más o menos el lugar, y no debería quedar mucho más para encontrarse con el guardián del Frío.

-Adelante, maestra.-Digo avanzando con precaución.-El guardián nos espera. Sería descortés hacerle esperar.

dicho esto, sonrío de oreja a oreja y avanzo con cuidado y cubriéndome con el escudo mientras miro a todas partes..

Es perfecto, ya que estamos recuperados podemos ir a por ese guardián. Vamos

Practicamente os habías adentrado ya hasta el final de la cueva, cuando descubrís que la pasarela se introduce por un nuevo orificio. Cuando lo atravesais dais a un lugar aún más bello que el anterior, pero seguía sin haber ni rastro del guardián.

En aquella nueva cueva había una columna enorme que parecía sujetar la parte superior del lugar. Cuando estabais suficientemente cerca pudisteis sentir como el frío salía de aquel lugar. Y entonces, un nuevo elemental os atacó por la espalda, por suerte había hecho el suficiente ruido como para captar su atención y quizá fuese esos los segundo que necesitabais para reaccionar.

Al ver aparecer al nuevo elemental, me coloco en posicion defensiva y trato de herirle con mi espada lo más pronto que puedo mientras cubro cada posible hueco en mis defensas.

Nos giramos a tiempo para ver cómo el elemental nos atacaba.

¿Aquí nadie tiene modales? ¡Presentaos como es debido antes de atacarnos, criaturas!

Levanté la ballesta y disparé a la criatura. Después, volví a recargarla.

Antes de que os diera prácticamente tiempo a hacer nada, el último enemigo que os acababáis de encontrar se lanzó directamente a golpear a Arthas. La rapidez del movimiento le sobrecogió y notó como su frío puñetazo golpeaba su mejilla dejándosela prácticamente congelada.

A continuación, Aerith y Arthas tomaron sus armas y se dispusieron, ambos, a devolver el golpe. Pero tuvieron tan mala suerte que ninguno de los dos lo consiguió. Aquello daría una nueva oportunidad al elemental de encajar un nuevo golpe al aspirante.

-Vaya vaya.-Digo preparandome de nuevo para el combate.-Asi que quieres jugar. Bueno, la proxima no te sera tan facil.

Venga, vete a buscarte una novia helada, que tenemos prisa dije apuntando y disparando de nuevo.

De nuevo y gracias a la saeta que le clavó tu maestra al elemental pudisteis deshaceros de él y continuar avanzando en vuestra búsqueda del guardián.

Cuando anduvisteis parios metros más os disteis cuenta que estabais frente a un portal, una catarata de agua helada fluía a través de las rocas.

Sin duda habíais llegado a vuestro destino, teníais que atravesar aquella catarata y enfrentaros al rival que habíais venido buscando.

El fin de aquella misión estaba realmente cerca. Pronto sabríais si, verdaderamente, merecíais convertiros en un Filo del Alba.