Partida Rol por web

Mierda dije mientras disparaba de nuevo al elemental, sabiendo que no le iba a impactar.

Odyr, rueda y huye, no merece la pena que te maten

Odyr realizó una maniobra evasiva. 

Rodó por el suelo en dirección a la instructora. Si conseguía que aquel ser se fijara en ella y le dejara en paz, quizás podría acabar con él.

Odyr rodó en el suelo y se colocó detrás de la instructora a modo de protección, mientras que ella disparaba su virote con muy mala puntería. El elemental de fuego ni siquiera se movió del sitio donde se encontraba y esta vez lanzó una bola de fuego a la mujer que también esquivó con facilidad.

Llamitas dije agachándome para esquivar la bola de fuego y disparando al mismo tiempo. El proyectil quedó incinerado al acercarse. Apunta mejor

El joven monje estaba demasiado herido como para acercarse al elemental. Así que sacó de su cinturón una larga tira de cuero y una bola de metal de su bolsita.

Haciendo girar en el aire la honda apuntó al flamígero y dejó que la bala volara hasta él

El pedrusco lanzado por Odyr impacta en la criatura de fuego y esta se desvanece reduciendo su cuerpo a cenizas. Ahora erais libres de seguir avanzando para encontraros con el guardián.

Cuando anduvisteis varios metros más os disteis cuenta que estabais frente a un portal, una cortina de magma fluía a través de las rocas.

Sin duda habíais llegado a vuestro destino, teníais que atravesar aquella cortina y enfrentaros al rival que habíais venido buscando.

El fin de aquella misión estaba realmente cerca. Pronto sabríais si, verdaderamente, merecíais convertiros en un Filo del Alba.

Odyr se llevó la mano al pecho. Tenía una gran quemadura producida por el elemental anterior pero se recompuso al instante.

Ni debía ni quería parecer débil. Tapó como pudo aquella herida con los jirones de su ropa y miró a la instructora.

Estoy listo.- le dijo mientras sacaba un pergamino.

Era una de las pocas posesiones de valor que tenía y lo había guardado para una ocasión como aquella.

Sí, no seas impaciente. Tienes que presentarte ante el Guardián, no puedes ir hecho un adefesio. Me chupé el pulgar y me acerqué a él. Restregué el pulgar contra su cara, donde tenía marchas del humo provocado por esas criaturas. Le moví el pelo para que se aireara, ya que estaba grasiento y sudoroso. Me alejé unos pasos de él y le miré.

Bueno, así estás mejor. Ah, queda el tema de esa fea herida... Metí la mano en mi mochila y estuve hurgando un poco. Como siempre, mi cara de concentración consistía en mirar hacia arriba y sacar un poco la punta de la lengua mientras la mordía con los dientes. Aquí está dije extrayendo una poción.

Tómatela para sanarte un poco y no te mate con la mirada, venga.

Atravesais la cortina de magma notando como el calor inunda vuestro cuerpo pero no os llega a quemar.

Cuando accedéis a la sala una especie de león está tumbado en el suelo de roca rodeado de magma.

Su pelaje es rojizo y en lugar de una melena habitual tiene una corona de fuego alrededor. La criatura abre los ojos al veros atravesar la catarata y entonces se pone en pie.

Dedica una mirada a Aerith, como si dos antiguos conocidos se encontraran de nuevo.

Aerith, ¿has traído un nuevo alumno a mi guarida? Sabes que no pienso rendirme. Jamás me habéis derrotado y dudo mucho que lo hagáis ahora. Dime, de quién se trata esta vez. ¿Crees que será capaz de vencerme?

Oh, por favor dije abanicándome Esto hará que pierda unos cuantos kilos. ¡Fíjate! dije llevándome la mano al cinturón. ¡Ya casi no se sostiene! De aquí salimos morenitos morenitos bromeé con Odyr y el Guardián.

Aquí te traigo a otro digno contrincante. Veremos si con éste puedes añadí sonriendo. Me giré a Odyr y le hablé seriamente.

Debes mostrar tus respetos. Preséntate y dile a qué vienes. El es un Guardián, un ser mágico, no es una criatura cualquiera. Recuerda cuál es tu objetivo.

Odyr se recompuso ante aquella espectacular visión. El guardián parecía formidable pero esto no disminuyó ni un ápice la ilusión de derrotarlo.

Se arregló la vestimenta y agachó la cabeza en señal de respeto.

Mi nombre es Odyr "Rugido Nocturno". He venido hasta aquí dispuesto a probar mi valía para ser un Filo del Alba y dejaré hasta la última gota de mi sangre para conseguirlo. 

El magnífico guardián les concedió la ventaja de tratar de golpearle primero, y eso era una opción que Odyr no pensaba desaprovechar.

Herido como estaba podía ser que su única opción fuese la de conectar un buen golpe. Así que se movió rodeando al confiado guardián para tratar de dejarlo entre la instructora y él.

Después pronunció unas palabras arcanas y golpeó con todas sus fuerzas al guardián

Todo un detalle por tu parte dije cargando la ballesta. Levanté el arma y disparé

Ambos puños de Odyr golpearon con precisión en el león de fuego, aunque no le hicieron mucho daño. ¿De verdad esto es todo lo que sabéis hacer? Y tras aquellas palabras una gran cantidad de fuego salió de la melena del guardián directa sobre Odyr.

Odyr cae al suelo inconsciente