Partida Rol por web

Bedric observa con atención a la criatura que se encuentra frente a ellos. Se trata de un ser imponente, y su primer enemigo serio, lo que hace que las manos del nómada tiemblen ligeramente. Además, la electricidad de la estancia y el rayo que sujeta le recuerdan en terror reverencial de su tribu a las tormentas.

Asiente a su instructora y da unos pasos adelante apretando los dientes. Golpea su pecho con la mano derecha, inclinándose ante el Guardián. 

-Mi nombre es Bedric, hijo de Hagnar, y estamos aquí para que te unas a nosotros.-El acento marcado de Bedric junto con sus nervios hacen que las palabras sean casi incomprensibles. El joven deja caer al suelo la lanza y posa suavemente su mano sobre el pomo de su alfanjón, esperando la respuesta de su adversario.

¡Que comience la fiesta! dije levantando la ballesta y apuntando al Guardián. Mi virote no impactó donde debía. La electricidad del lugar lo desvió y se quedó clavado en la pared.

Vaya... Primero el pelo y ahora esto.

Bedric nota como la tensión por el futuro combate inunda su cuerpo. Siente su sangre hervir, y por un momento deja de oír nada a su alrededor. Conoce la sensación, es su recién descubierto poder mágico. Deja que la magia inunde su cuerpo mientras pronuncia unas palabras de forma instintiva. Su mano derecha brilla unos segundos, y las venas de su brazo se marcan sobre él.

Después se mueve lateralmente para colocarse entre su rival y Aerith, arde en deseos de pelear.

El guardián del Rayo mira de reojo el virote de Aerith que se ha desviado de su trayectoria ampliamente y después obeserva a Bedric. ¿Esto es todo lo que sabéis hacer? ¡Pensé que seríais más dignos de enfrentaros a mi!

Tras decir aquellas palabras el guardián se lleva una mano a la parte de detrás de la espalda y de ella saca una lanza que parece chisporrotear con la electricidad estática de la zona.

Después toma algo de impulso y la lanza contra Bedric clavándosela en pleno muslo y después dándole una ligera sacudida eléctrica.

Con su respiración cada vez más acelerada, Bedric se deja dominar por la rabia. Desenvaina su arma y se lanza sobre el Guardián, sin preocuparse de la lanza que tiene clavada en su muslo, y dirige un golpe cargado de fuerza al pecho de su rival.

No se molesta en contestar a la bravuconada del Guardián, ya que está concentrado en el combate.

Es que si no le doy emoción al asunto, acabo muy rápido contigo y no tengo gracia... dije levantando la ballesta para apuntarle de nuevo. En ese momento Bedric saltó para atacarle y, para no herirle, desvié el arma, con la mala suerte de que apreté el gatillo en ese momento y no impactó en su objetivo.

El Guardián del Rayo hace un gesto de molestia cuando Bedric le clava su alfanjón en un costado. ¡Eso ha sido un buen golpe, Hijo de Hagnar! Pero me temo que tendrás que esforzarte un poco más si quieres derrotarme.

Y tras decir aquellas palabras el guardián alza su mano para materializar un rayo de electricidad que lanza directamente contra Bedric.

El rayo golpea a Bedric de lleno; al estar al lado del Guardián y concentrado en atacar furiosamente a su enemigo, el nómada es incapaz de hacer nada para esquivarlo.

-No he acabado.- Responde, soltando un pequeño gruñido al sentir el impacto, y responde con otro tajo que provoca otra herida sangrante en la pierna del Guardián.

Cargué de nuevo la ballesta y disparé, pero la electricidad del guardián hacia que los virotes se fueran donde no debían, al igual que mis pelos.

Bedric logra impactar de nuevo al Guardián del Rayo con un terrible golpe con su puño de piedra. Y entonces nota como el rayo que le había impactado anteriormente sigue haciendo mella en su interior hasta tal punto que termina por dejarlo completamente aturdido e inconsciente desmayándose y finalizando así aquella misión.