Partida Rol por web

Después de salir del monasterio, Odyr vago por varios dias, que después se convirtieron en semanas... En su viaje solitario el poder que yacía en su interior se fue manifestando poco a poco, logró comprender que por sus venas corría un torrente de poder arcano ancestral y gracias a ello mejoraba considerablemente en su estilo de combate.

Zard es un pequeño lagarto que inesperadamente comenzá a seguir a Odyr y poco a poco se fue formando un vínculo entre ellos más allá de lo natural, además uno de los cambios más impactantes en el cuerpo de Odyr fue que sus uñas se convirtieron en unas poderosas y filosas garras retráctiles, que aprendería a manejar gracias a su nuevo compañero.

Así fue como llegaron después de varias semanas y meses de viajes y constante aprendizaje a las puertas del Filo del Alba, y fue entonces que comprendió que si conseguía sobresalir en aquel lugar, conseguiría lo que tanto anhelaba su corazon, explotar aquel ancestral poder que se encontraba dormido en su interior.

Sin embargo engrosar las filas de tan prestigiosa institución no es tarea fácil y tvo que someterse a innumerables pruebas y desafíos, allí entablaría una amistad de sana rivalidad con Garlik, un humano que practicaba un inusual pero efectivo estilo de combate, Garlik se valía de artimañas y estrategias para despistar y hacer bajar la guardia de sus enemigos, esperando el momento oportuno para ejecutar su mortal movimiento.

Por cosas del destino, en uno de las pruebas Odyr tuvo que enfrentar en combate a Garlik, pero los dos jóvenes estaban tan llenos de espíritu de victoria, que la prueba se convertiría en un auténtico desafío a muerte.... El combate duró horas y ambos demostraban gran determinación, sin embargo, quizás preso por l canasancio o por un mero descuido, Odyr termino sucumbiendo a una de las artimañas de Garlik y finalmente calló pesadamente al suelo con una enorme herida en su pecho y cuello, mientras la sangre que brotaba dejaba un pequeño charco que crecía poco a poco.

Odyr finalmente despertó en en una camilla con su pecho y cuello vendados, el dolor de la herida aún eran palpables, pero en su interior el deseo de luchar y la emoción por mejorar hacían que su sangre hirviera de emoción, esperaba ansioso una revancha y, aunque reconocía la habilidad de Garlik, su cuerpo y mente no se conformarían con la derrota.

Tenías todo el cuerpo destrozado, te dolía la cabeza y sobre todo estabas cansado. Aquel combate no había sido digno, ni por la forma de luchar de tu rival, ni de la forma de actuar por su parte. Su forma de combatir por poco te cuesta la vida y te había dejado completamente noqueado.

Cuando abres los ojos te encuentras en el interior de la enfermería de la Escuela del Horizonte. A tu lado está la Sanadora Saith que está pendiente de que te mejores.

Al verte despertar se acerca corriendo a ti, te quita el paño que tenías en la cabeza y te toma la temperatura sin dejarte decir nada. Después te sonríe, te quita las vendas de tu cuerpo y comprueba el estado de tus heridas. Finalmente vuelve a sonreírte y te las quita.

- Parece que estás mucho mejor. Quizá sientes algún dolor o alguna molestia, pero las heridas ya están completamente curadas. La próxima vez ten más cuidado en los entrenamientos, no deberías acabar en la enfermería. En verdad no me importa volver a verte, pero es mejor que estés un tiempo sin aparecer por aquí.

La instructora Moonlight me ha pedido que la informase cuando despertases. Espera aquí sin moverte, ahora mismo vendrá.

Dice la enfermera justo antes de marcharse de la sala.

Pocos minutos después de que la enfermera saliese de la habitación y mientras tú aún te estás frotando la cabeza debido al dolor te parece ver la imagen de una chica asomarse por tu puerta que te dice:

¡Hola Odyr, volvemos a vernos!

Y después de dedicarte una amplia y sincera sonrisa se marcha de allí haciéndote un gesto con la mano.

Minutos después llega la instructora.

Aún estaba algo desconcertado, intentaba recordar a aquella chica que me saludó con tanta propiedad, la verdad era que no podía recordarla... Observé a mi pequeño compañero que se mantuvo todo el tiempo a mi lado y le dediqué una amplia sonrisa mientras me reponía en mi cama para quedar sentado, el dolor en la herida de mi pecho ya casi desaparecía, cuando observé la intervención de la Instructora a el cuarto.

-Lamento mi irresponsabilidad Instructora...- Dije solemnemente mientras acariciaba la cabeza del pequeño lagarto que ahora se posaba en mi hombro  -En un entrenamiento con Garlik nos hemos exedido un poco..... Quizás nos dejamos llevar por la emoción del combate.....- Sonreí por un momento, pero inmediatamente recobré la compostura... -Pero ahora ya estoy listo para continuar, esta pequeña herida no será un inconveniente y no me detendrá para continuar con mi objetivo de ingresar a los Filos del Alba..... Quedo ahora a su disposición, mi señora... -Con una leve reverencia de cabeza, finalicé la frase.

¿Con Garlik? Tendré unas palabras muy serias con él. ¡Podrías haber muerto! O peor, ¡por esa muerte nos podían obligar a cerrar! ¡Prométeme que no volverás a pelearte hasta ese punto! dije mientras me abalanzaba sobre él y le cogía la mano, apretando con fuerza

No puedo evitar sonrojarme ante la reacción de la Instructora, un sudor frío recorre mi espalda mientras intento evitar la mirada de esos profundos y hermosos ojos azules....- Lo..... lo prometo m... mi señora  - Me apresuré a realizar una nueva reverencia mientras apretaba los puños con nerviosismo.

Oh, menos mal dije suspirando con alivio mientras dejaba caer la mano de Odyr. Más calmada, y sin darme cuenta de la reacción del chico, me puse seria.

Bueno, veo que estás en buen estado. Y es una suerte, porque si no no podrías presentarte hoy al examen para acceder a ser un Filo del Alba. Pero antes del examen, te queda una última prueba.

Tenemos que ir a la Caverna del Fuego. En cuanto estés preparado nos ponemos en marcha

Sigues a la instructora Moonlight a través de los pasillos de la escuela. Te diriges a toda prisa hacia el pórtico, donde allí está la salida de la escuela.

La Escuela del Horizonte, era una de las escuelas más pequeñas de la región, pero eso no quitaba para que no fuera lo suficientemente grande como para que cruzarla de una punta a otra no durase unos cuantos minutos.

Cuando llegasteis al pórtico y salisteis al exterior comprobasteis que el día era luminoso y claro. La cueva quedaba lejos de allí, pero apenas habría que andar un par de horas hasta alcanzarla.

Desgraciadamente los terrenos que rodeaban la escuela eran un poco peligroso y por eso se recomendaba evitar salir solo de allí.

No lejos de la escuela estaba el pequeño pueblo de Talant, una pequeña región cuyos habitantes vivían, principalmente, de lo que pescaban en el mar, no daba para mucho pero al menos lograban subsistir. Talant hacía también de puerto de la Escuela del Horizonte. Los escasos habitantes del lugar, era gente simpática y agradable y que procuraba ayudar en todo lo posible a los visitantes.

Tomáis la dirección opuesta al pueblo para dirigiros hacia el pueblo, pero de pronto, y antes de llegar a vuestro destino sufrís una emboscada de cuatro criaturas casi tan grandes como un perro de presa. Se parecen mucho a una hormiga, pero mantienen su cabeza y tórax erguidos. Las criaturas poseen hombros parecidos a los de los humanos y brazos que terminan en manos rudimentarias con garras.

Cada pareja os decide flanquear para aprovechar la ventaja de su posición, teniendo que enfrentaros cada uno de vosotros contra cada una de las parejas.

Al levantarme de la camilla recogí mis cosas y seguí a la instructora, el pequeño lagarto que me acompañaba se mantuvo en mi hombro todo el tiempo moviendo la cabeza de un lado a otro con curiosidad, ya llevábamos algo de trecho recorrido cuando inesperádamente unas extrañas criaturas aparecen de la nada, tendiéndonos una emboscada, rápidamente gesticulé unos movimientos con los brazos y me puse en posición de combate, mientras miraba de reojo a la instructora con preocupación, una extraño resplandor cubrió mi cuerpo a la vez que hacía un ágil movimiento con mi brazo derecho buscando impactar a una de esas criaturas, en ese momento las uñas de mis manos habían crecido inesperadamente, transformándose en unas filosas garras.

-Tenga cuidado instructora!!! -Exclamé a la vez que me preparaba para el inminente combate.

Tanto la instructoria como el aprendiz reaccionaron rápidamente y lucharon contra las formícidas. Las criaturas resistían los golpes debido a su recia y dura piel, por lo que no lograron hacerles ningún tipo de daño.

Instantes después, las criaturas hicieron chascar sus mandíbulas para luego tratar de clavaroslas. Lograsteis esquivar la mandíbula de una, pero la otra os llegó a hacer algo de daño provocandoos una terrible herida.

No me gustan los mordiscos dije al retirar la pierna de la boca de una de las criaturas.

Alcé la mano apuntando al cielo y, al bajarla por delante de mi cuerpo, desaparecí.

En pocos segundos, aparecí tras una de las criaturas que flanqueaban a Odyr y, con esta nueva posición, flanqueábamos los dos. Aproveché para atacar a la criatura

Por intentar evitar un ataque de la formicida perdí la concentración y la energía que se acumulaba en mis manos se disperso en el aire, evito algunos de los ataques de las criaturas, pero uno de ellos logra clavar sus mandibulas en mi brazo, zafándome rápidamente di un paso lateral para evitar seguir siendo flanqueado, al menos por el momento e intenté concentrar nuevamente energía en mi brazo derecho, esta vez la energía surte efecto, los músculos de mi brazo se tensionan y adquieren un color grisáceo, ágilmente lanzo un nuevo ataque con mis garras ahora endurecidas por el conjuro, esta vez logro impactar en la mandíbula de la criatura, asestando un tremendo golpe sobre ella.

Interesante lección instructora, ahora acabemos con estos insectos...