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Fort Doom: Dead Lands

Capítulo 6: Diez de Diamantes

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20/02/2012, 21:44
Director

"Regresados". Eso había dicho Hank que eran ahora, pero no es que hubieran resucitado como en la Biblia. Sus cuerpos seguían muertos, animados por una fuerza de oscuro origen, y sus mentes estaban intactas. Hank Bully, alias Látigo, parecía entender un poco mejor la situación que Danny y Bill porque fue el primero en salir de su tumba y había aprendido mucho de los inquietos habitantes de Bronco Pueblo. Había muchas dudas, sí, pero tras dos semanas de vagabundear por los estados sureños, se le empezaba a ver el lado bueno a ser un engendro no muerto. Calor, cansancio, miedo, hambre, sed, dolor... eran debilidades del pasado.

Stephen Boyle, reputado químico y gentleman de la Gran Bretaña, en cambio, era bien capaz de sentir todo eso y lo hacía. La última vez que se había encontrado con el pelirrojo Bill, este le había dejado inconsciente con la culata de una escopeta. Pero eso fue antes de que el tipo quemara su diligencia y asesinara a Hank. Estar muerto y salido de la tumba no le hacía menos inquietante. Sus propios compañeros, Danny y Bully, ahora eran cadáveres parlantes. Su mera existencia era un insulto a la ciencia y la lógica.

Tres muertos vivientes y un pie tierno viajaban juntos por un objetivo común: ayudar a Dakota y Frank en su autoimpuesta misión de cazar a un ladino hombre lobo. Los cuatro viajeros formaban una alianza improbable que, aun con todo, parecía funcionar. Las vidas de Dakota y Frank dependían de ello; debían llegar a tiempo. 

El viaje a través de desierto se había transformado en viaje por montañas. A medida que ascendían, las temperaturas se hacían más moderadas y el paisaje se volvía menos seco. El rastro del mestizo y del vaquero no siempre había sido fácil de seguir, pero sin duda habían pasado por aquí, un camino entre montañas en algún lugar de Nevada cerca de la frontera con Utah. El cochero Hank Bully, guía del grupo, tiró de las riendas del caballo que montaba y el grupo le imitó, deteniéndose en la base de una colina alta salpicada por piedras blancas, mojones y trozos de madera tallada. Un cementerio en mitad de la nada no era frecuente, pero seguramente no sería solo curiosidad lo que forzaba a Látigo a detener la marcha. El camino no estaba claro...

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21/02/2012, 00:40
Hank Bully

Justo al parar su caballo, y como era de esperar, Hank esbozó una expresión de hastío al oír tal barullo en el cementerio. Oír a los muertos hablando a la vez era un caos. Intentó centrar su atención para escuchar lo que alguno pudiera estar diciendo pero no tuvo ninguna paciencia e, inmediatamente, hizo mover al caballo de manera brusca para acercarse a la tumba más cercana. 

—Cuéntame qué carajos sabes de este camino y qué puedo encontrar al otro lado de él.

Hank no pretendía una conversación larga y tendida con el muerto, así que fue al grano desde que estuvo algo más cerca de este. 

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21/02/2012, 02:12
Stephen Boyle

La prolongada compañía de seres clínicamente occisos dialogando entre sí era suficiente para crear el familiar vacío en la boca del estómago del químico. Ni siquiera cuando intentaba en las noches alguna entretención en su mente, recordando aquellas partidas de cricket en el club, sus lecciones en la universidad e incluso aquella rara sensación que le produjese su profesora de piano de vuelta en la mansión Boyle podían alejar de su mente la desagradable y terrible sensación de estar ante una verdadera afrenta a todo lo que su preparada mente consideraba como cierto. Al principio trató de confrontarlo de la manera racional, tratando de hallar razonamientos circunspectos y recopilando data antigua de manuales forenses que ojease alguna tarde de ocio en su adolescencia. Sin embargo la verdad le eludía, y el parlanchín químico había quedado, por primera vez en su joven vida, mustio.

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21/02/2012, 15:47
Director

Las experiencias pasadas habían difuminado la línea entre locura y cordura. Antes, cualquiera hubiera considerado demencial ver a alguien hablándole a una tumba, pero ahora había pocas cosas capaces de sorprender a este grupo. Aun así, la posibilidad de que la estancia en la fosa hubiera podrido ligeramente el seso de Bully existía; todos se habían preguntado siempre qué había querido decir el Látigo con eso de que los muertos de Purgatory "no le habían dejado descansar" o lo de que le habían contado cosas interesantes sobre el hombre lobo. En última instancia, la traición del licántropo charlatán se había conocido por esas fuentes, así que Danny, Bill y Stephen confiaban en no estar siendo los proverbiales "locos que siguen al loco".

Mientras Bully parecía escuchar a su interrogado, los demás no dejaron de examinar el paisaje. Si seguían en la dirección que habían llevado hasta el momento aún tendrían que ascender más antes de llegar a un valle. La meseta que hollaban en ese momento era verde y húmeda; en algún lugar se oía correr un río y delante podía verse un denso bosque. A pesar de la paz del entorno, los cuatros caballos que montaban los viajeros y los dos que usaban para cargar demostraban estar nerviosos.

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23/02/2012, 01:31
Hank Bully

—Malditos soldados...—. Hank asentía mientras miraba la tumba de un muerto cualquiera. Una vez pareció que no tenía más que oír, decidió volver con su caballo a donde estaban los demás. 

—El camino que tenemos que seguir es ese; es el mas corto para encontrar a los nuestros— Bully acompañó la explicación señalando el camino, el que iban a seguir antes de que este se parara. —Pero hay que tener jodido cuidado; es un bosque fantasma. Los árboles están malditos, y seguro que no será la única sorpresa que encontremos por ahí, así que cuidado.

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23/02/2012, 03:00
Stephen Boyle

- Maese latigomante, le insto... cordialmente, nos comparta la atestación de los demás... congéneres de Purgatory sobre el licantrópico ser. En acorde con mi remembranza de la apología folclórica, la única manera de erradicar a semejante portento es con proyectiles cuya ojiva esté fundida en material argéntico. -

Era lo único que se atrevió a expresar Stephen, dado que un traspié sintáctico acabaría con él en situación similar a la de sus extraños compañeros, posiblemente. 

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23/02/2012, 11:19
Bill

- ¿Pero qué puñetas dice el pie tierno éste?- Bill miraba a Boyle con algo similar al desprecio pintado en su rostro putrefacto - Oh, da igual... ¿Seguimos por aquí?

Observó el sendero que Hank señalaba. El sendero que, después de todo, iban a seguir al principio.

- ¿Fantasmas? ¿Árboles malditos? Por todos los diablos, Hank... ¡míranos, joder! ¡Vamos a estar como en casa!

Picó espuelas abriendo el avance del grupo. El retorno de la tumba no había mejorado su humor.

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25/02/2012, 00:13
Danny Chang

El Chino miró el camino que Bully señalaba, luego a su malhumorado guía y una vez más al sendero que debían tomar, tragándose un gesto de fastidio. Elevó los hombros como diciendo "pues será para allá", se caló el sombrero en la cabeza y acarició la cabeza del pobre caballo al que montaba en un intento de calmar al animal. Lo de "Bosque Maldito" sonaba muy divertido a sus oídos, pero si bien una parte de Danny Chang quería volver a las andadas aunque su cuerpo estuviera más muerto que una planta seca, la otra se preguntaba cuándo demonios podría encontrar confort en la blanda tierra que la muerte le había prometido.

Torciendo un gesto de fastidio, observó a Stephen, a quien no había entendido ni una palabra de lo que había dicho, y luego a Bill, quien hubiera podido hacer fácilmente una competencia con Hank Bully de quién demostraba el peor carácter. Observando con sus ojos muertos al letrado, preguntó como para darle pie a la conversación:

- ¿A qué se refiere con "argéntico", mi buen amigo? ¿Es que le tiene miedo a un pobre lobo al que solo falta una buena bala entre las cejas para mandar al otro mundo?

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25/02/2012, 06:28
Stephen Boyle

- En realidad m-maese de levantino origen. La m-mitología de estos seres...- Stephen se pasmó un momento y tragó saliva, al ver algún gusano royendo la piel de la cara de quien fuese otrora un compañero viviente - U-una bala de plúmbico proyectil no hará mucha mella, es n-necesario, según decían los pasquines que ojeé alguna vez en Londres, impactarle con munición de un material más puro: la plata. ¿A-alguno de ustedes caballeros de casualidad posee en su bagaje algún ítem de tan preciado metal?-

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26/02/2012, 21:38
Bill

- Si alguien entiende una puta mierda de lo que dice este tipo estamos de suerte... A mí me resulta más fácil entender al abuelo de Chang, que nunca llegó a aprender a hablar inglés.

Bill escupió en el suelo. En medio del escupitajo viajó una cucaracha que se estaba dando la gran vida comiéndole los intestinos. Resucitar no era divertido, nada divertido.

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26/02/2012, 22:19
Hank Bully

Hank se propuso ignorar lo que Stephen le estaba diciendo, pero en el momento en el que nombró la manera de matar al hombre lobo, Hank cambió de opinión y prestó toda la atención posible. El cochero era lo bastante supersticioso como para que el comentario que Stephen hizo acerca del monstruo peludo captara toda su atención. 

—¿No puedes hablar normal? No hay quien carajo te entienda...— Hank respondió con un toque despectivo una vez Stephen terminó su discurso. —No tengo ni idea de si hay oro o plata, pero será mejor que busquemos y estemos previstos, por si acaso. Y será mejor que no preguntes por lo que me han contado... porque posiblemente no quieras saberlo—.

Hank esperó que su comentario sirviera para que Stephen no siguiera preguntando, ya que prefería no hablar del tema.

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26/02/2012, 23:17
Director

No había sido la primera vez en la que los pensamientos llevaban desde la búsqueda hasta los hombres lobo, sus vulnerabilidades y sus invulnerabilidades. El licántropo siempre había sido una de las bestias más temidas en los cuentos de la abuela. Un monstruo inmortal que mata a placer las noches de luna llena sin que balas o espadas puedan hacer nada. Decir que la plata podía matarlos no era más que, en el folclore popular, otra forma de decir que nada podía hacerlo. ¿Quién había visto alguna vez una bala de plata? ¿Qué honrado granjero, pescador o peletero podría permitírsela aunque se pudiera fabricar?

Mientras hablaban, el bosque se había formado a su alrededor, en todo caso, y preocupaciones más cercanas ocupaban la atención de los más prácticos. La arboleda era la más densa que habían visto en mucho tiempo. Abetos, pinos o alguna especie parecida formaba el grueso del bosque. Árboles altos, de hoja perenne, que parecían propios de un clima mucho más frío que el de Nevada. Los caballos, que apenas se habían acostumbrado a la compañía de cadáveres, demostraban estar aun más inquietos de lo habitual.

Poco a poco se habían adentrado en el bosquecillo y ya estaban en su mismo corazón. Tal vez los árboles estuvieran muertos, pero parecían gozar de buena salud. Cierto que parecían un poco estáticos, como si fueran fotografías de ellos mismos, pero también era cierto que el viento, por alguna razón, había dejado de soplar. Eso no impedía que Stephen Boyle notara un súbito frío muy poco natural.

No se veían ardillas correteando ni se oían pájaros. La falta de vida recordaba a Purgatory y todos los árboles tenían cierto parecido con el Árbol del Ahorcado de esa ciudad fantasma.

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28/02/2012, 02:07
Stephen Boyle

Si bien era cierto que Stephen era un hombre de ciencia, tenía que recordarse muy a menudo "un Boyle nunca deja sus tareas a medias" para no dar la media vuelta y salir despavorido a coger el primer tren hacia el este que alcanzase. Su mirada nerviosa saltaba de hito en hito en el bosque y su ya conocida táctica de utilizar magnesio había funcionado, ahora mantenía una tirita en el bolsillo de su manga, por si acaso...

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28/02/2012, 08:43
Bill

Bill cabalgaba en silencio. Un bosque es un bosque, muerto, vivo o agonizante. Y los árboles no son tan peligrosos como los hombres armados. Prestaba atención, precisamente, a la posibilidad de que alguien intentase emboscarles mientras avanzaban por aquel paraje.

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28/02/2012, 17:50
Director

El grupo estaba alerta cuando rompió la paz el súbito resonar de un aleteo y el vuelo de una sombra, cazada apenas por el rabillo del ojo. El susto casi provocó un síncope en el bueno de Boyle, y la alarma hizo a Bully rezongar y agarrar su rifle, mientras la risa de Bill desentonaba con la expresión de sorpresa de Danny Chang. Lo que solo el pelirrojo había visto llegar era un simple cuervo, que revoloteó hasta Danny y se posó en su hombro. Alas negras, plumas de azabache y pupilas brillantes; el animal era tan apropiado para el tétrico ambiente como inofensivo, y si algún misterio tenía su presencia aquí venía de la aparente ausencia de otros pájaros o animales de cualquier tipo en la zona.

El cuervo dio dos saltitos por el hombro de Chang hasta quedar muy cerca de su cara. Entonces dio dos rápidos picotazos hacia el ojo del pistolero chino. El ave torció la cabeza, decepcionada: las cuencas vacías del cadáver de Chang ya no conservaban nada de la jugosa gelatina. Había llegado tarde. Danny, aun sin temer especialmente por su integridad física, alzó la mano para apartar el animal. Fue un movimiento instintivo comprensible; su memoria de vida le decía que recibir un picotazo en el ojo no era agradable. Con un graznido, el cuervo aleteó separándose dos palmos para luego volver a posarse exactamente en el mismo sitio. Los sentidos del animal no le engañaban: aquello estaba muerto. No hizo más caso al movimiento de la mano de Danny que al balanceo de un cadáver que cuelga de la horca.

Tras entretenerse un poco con la reseca oreja del chino, el cuervo pareció dar el plato por incomible y miró a su alrededor. Clavó su mirada de pequeños ojos negros en Stephen Boyle y, aún desde el hombro del pistolero asiático, el ave graznó.

—¡Hola!

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28/02/2012, 21:33
Hank Bully

Hank no se esperaba en absoluto el saludo del cuervo. 

—¡Válgame el cielo! ¿Pero será posible? Ese maldito pajarraco acaba de saludarnos... Qué... ¿buscando carnaza con la que alimentarte? Pues siento informarte de que solo tienes un plato del menú... los demás estamos remuertos.— Bully soltó una carcajada que resonó en su calavera escasa de piel y músculos internos. El cochero miró a Stephen mientras carcajeaba, para que viera que se refería a él.

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29/02/2012, 06:09
Stephen Boyle

Stephen bajó sus lentes para el sol a pesar de estar oscuro en el bosque y respondió tímidamente al ave -saludos, emplumado ser-

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29/02/2012, 14:43
Cuervo

—Ser —repitió el cuervo mientras dejaba de mirar a Stephen en favor de la sección de oscuridad entre dos árboles. 

—Ser. 

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02/03/2012, 06:19
Danny Chang

Chang miró a aquel pajarraco que se había montado en su hombro con cierto asco. No le gustaban los cuervos, con sus plumas más negras que un cielo sin estrellas y aquel pico que olía a muerte. Con la boca torcida en un gesto de fastidio, intentó sacarse al pájaro de encima, pero el cuervo parecía demasiado cómodo allí, no sólo para quedarse, sino para sorprenderlo cuando minutos después el animal pareció saludar.

Se quedó mirando al cuervo con malicia. ¿Qué hacía un pájaro de mal agüero dándole la "bienvenida" al bendito bosque? No quiso decir nada al principio, pero al pajarraco hablar por segunda vez el vaquero chino alzó una ceja (si es que la tenía). ¿Es que el animalejo había dicho la palabra "ser" proferida por Boyle?

- Oigan ustedes, pero a mí se me hace que esté maldito pájaro está repitiendo lo que estamos diciendo. Y si se me da permiso de ser paranoico, hasta me gustaría decir que "alguien" o "algo" lo atrajo hacia nosotros...