Partida Rol por web

Había temas que requerían la atención personal de la archimilitante de la nave. Varios equipos se habían perdido en las inmediaciones del motor de plasma, el corazón de la nave. desapariciones directamente relacionadas con la influencia de algún tipo de energía oscura, provocada, tal vez, por el mismo inmaterium. 

Lo más probable es que se tratara de alguna criatura del más allá; lo cual no era reconfortante en absoluto. Tal era, no obstante, la firmeza de la voluntad de Lorayne que se comprometió a acabar con lo que quiera que hubiera en el motor de plasma.

Allí se encaminó la archimilitante con un equipo, dispuesta a dar caza a lo que fuera que estaba matando a sus hombres.

Los marinos se pertrecharon con el uniforme de combate embarcado, al que añadieron su blindaje personal. El rifle láser constituía su armamento principal, al que añadieron una pistola escopeta, ideal para los combates cerrados de las naves. Comprobaron que las quimilámparas tenían batería y se persignaron. Delante de un sacerdote.

El Padre Karras era uno de los muchos miembros del Adeptus Ministorum a bordo de la Ventura Soberana. Los comerciantes independientes no confiaban demasiado en ellos, pues su lealtad esta en primer lugar con el Trono de Terra (como los Rogue Trader, por supuesto...) pero eran de una inestimable ayuda.

Mi señora, me presento voluntario para descender a la oscuridad -acompañó la petición con un golpe de su gran martillo al suelo.

Lorayne se había pasado antes por algunos habitáculos de material y se había predispuesto a varias contingencias posibles. Tras lo cual se había reunido con el equipo que la acompañaría. Al llegar observo como estos recibían las bendiciones del Pater Karras. Aun no sabia el motivo, tal vez su educación o la vida misma, pero los miembros de la Eclesiarquia a veces la sacaban de quicio. Pero a pesar de ello sabia que la mayoría de la gente les veía con otros ojos. Estupidos ellos, mira que confiar en la Iglesia. – pensó.

- Bueno, ¿todos dispuestos? – pregunto con un tono autoritario. Sabia que podía confiar en ellos, y si por casualidad la defraudaban verían de lo que era capaz. – Vamos a controlar la zona e investigar. Se cree que haya posible presencia Xeno, vamos a limpiar la zona, así que quiero un perímetro de seguridad de 10 metros y como a alguno se le escape un proyectil innecesariamente sabrá lo que es una celda de castigo y las horas necesarias para pulir la cubierta de los cuarteles. ¿Entendido?

Llegaron a las inmediaciones del motor de plasma, la sección mostraba continuas señales de "No pasar" y "Riesgo de contaminación". Toda la zona que rodeaba el motor de plasma había sido sellada por equipos civiles y militares. Vieron muchos de aquellos trajes protectores que habían estado apunto de generar un grave altercado, la mayoría los llevaban los militares.

Acudieron al Puesto de Mando avanzado, el individuo de mayor rango era un simple cabo de la 2º sección de marinos. Estaba siendo atendido por un medicae, una herida láser, tenía otras quemaduras en la armadura, sin que hubiera llegado a sufrir graves daños, pero estaba cubierto de sangre.

Junto a él había un soldado desquiciado; estaba sentado en un mamparo, abrazando con fuerza una quimilámpara; reconfortándose con su luz.

Las sombras...me susurran y me cuentan secretos. Terribles secretos.

Lorayne observo el lugar. Al ver el panorama se aproximo al Medicae y al Cabo.

- Informe Oficial. – le dijo mientras seguía mirando la zona.

La Archimilitante seguía observando mientras esperaba la respuesta de el Cabo, no dejo de mirar de reojo al loco con su lámpara, hizo un gesto al Pater y a un soldado para que le acompañara y viera si era capaz de sacar algo mas en claro.

Mientras miro a M4R14 y le hizo gestos para que se acercara a escuchar lo que el Cabo pudiera decir, ya que ella misma tenía unas ideas en la cabeza. Mientras despachaba a otro soldado para que buscara al técnico de mayor estatus y lo trajera a su presencia. También quería un informe de los técnicos de primera mano.

Mi pelotón había estado en la disformidad por un tiempo incalculable; nuestros cronos no servían para nada que no fuera medir un tiempo artificial en una nave de perpetua penumbra. Había sido un duro viaje, incluso para un ignorante como yo estaba claro que el Campo Geller tenía problemas para resistir la tormenta que zarandeaba la Ventura. Las cosas parecieron calmarse después de un tiempo, hasta que fuimos sacudidos por estremecimientos que reconocí como explosiones internas; no había duda. Serví en un Baneblade y puedes notar como los impactos van moldeando el blindaje a medida que revientan los mamparos internos.

Ordené a mis hombres prepararse en caso de que sintiéramos la indescriptible sensación de caer en el espacio real. Empezamos a notar frío. Nuestros trajes de protección llevaban calefacción incorporada, pero no era un frío real. La oscuridad nos envolvía, las electrolámparas estaban dañadas y sólo las chispas de algún cable o nuestras quimilámparas nos iluminaban. Sólo después oí al alférez Hanz -señaló al hombre abrazado a la luz- decir que las paredes habían cobrado vida, que le susurraban. Le habían convencido de que había que destruir la nave para cumplir con su deber al Emperador. No sé cómo pero se escapó. Poco después lo encontramos en los depósitos de combustible. Había tratado de alterar el flujo de plasma que alimentaba los motores, pero es sólo un marino; no entiende de máquinas, no sabía qué hacer.

En ese momento, algo ocurrió, Jen se llevó su arma al pecho y se disparó, Boone cayó muerto cuando algo le desgarró el cuello. Alguien empezó a disparar. Había una...sombra, como un humo negro. Se colocó frente a mí pero no pude apretar el gatillo, el dedo no me respondió. Hanz estaba frente a mí, gritando a todo el mundo que se callara, que le dejaran escuchar, que tenía un deber, mientras apuntaba a la sombra. Le ordené que disparara, cuando apretó el gatillo la descarga atravesó el humo y me golpeó de pleno. Fue un dolor agudo e intenso. Nunca antes me habían disparado. Caí al suelo y el humo se desvaneció. Mis otros dos hombres habían desparecido. El alférez me echó al hombro y me sacó de allí.

Ven, hijo mío, ten más luz -el sacerdote le extendió otra quimilámpara al hombre, la encendió y la sujetó con la mano izquierda-. Haces bien en reconfortarte con la luz, pero no debes olvidar que la verdadera luz procede de Él. Estos artefactos te guiarán por los pasillos oscuros, te evitarán peligros y te permitirán avanzar tu camino. Pero siempre fallarán, en un momento u otro te abandonarán.

Será en ese momento, cuando todas las demás luces se apaguen, cuando deberás probar tu Fe en el Emperador. Su luz viaja a través de las estrellas, atraviesa pecios, planetas y soles, e ilumina donde ninguna luz ha existido jamás. Tu voluntad se ha quebrado, el demonio te ha engañado.

Donde pisa el demonio, pisa el débil. El oscuro cazador nocturno siempre acecha tras el cobarde. ¿Lo habías oído alguna vez? Es la Primera Amonestación. Sólo los faltos de Fe y Valor sucumbirán ante el demonio. Tu deber no es destruir esta nave, sino proteger la luz que guarda en su interior, dar tu vida por ella si es preciso, llevar su luz hasta los lugares oscuros.

En la oscuridad, sigue la luz de Terra.

-Tarot imperial

Lorayne, escucho las palabras del oficial y los balbuceos del alférez. Dirigió una mirada a M4R14.

- M4R14, ¿que opináis? – pregunto. Tal vez podría responderle a las dudas que le habían surgido sobre lo del motor de plasma. - ¿Crees que es posible que se pueda reparar los desperfectos y disponer de el para ponerlo en marcha de nuevo? ¿Cuánto tiempo necesitaría y cuanta gente? – Lorayne comenzaba a evaluar las posibles operaciones, el número de personas que necesitaría, el mínimo de estas, los trajes necesarios para estos mismos y el tiempo que llevaría. Pero le atenazaba aun mas el horror descrito, que podía hacer mella en sus mentes y provocar nuevos terrores y tiroteos sin sentido.

Estaba claro que el Inmaterium podía albergar muchas sorpresas y que alguna de ellas podía colarse en la nave, especialmente con los problemas del campo Geller. Algo pululaba por los pasillos de esa sección y parecía peligroso.

M4R14 se dedicó a examinar los daños causados. Sin ser menospreciables, a simple vista parecían fácilmente reparables.

- Oficial Thorhallow, los daños presentes en el motor son menores de lo esperado, calculo poder ponerlo a pleno rendimiento en poco tiempo. Necesito hacer una evaluación más profunda para saber el tiempo y los medio necesarios. De todas formas ahora mismo creo que es más preocupante encargarse de la "sombra" de la que hablan estos marinos... Tal vez, de paso, encontremos un digno sujeto de estudio.

Los marinos que acompañaban a Lorayne se miraron entre ellos, nerviosos, murmurando.

Lorayne analizo la situación que se le presentaba. Las palabras del Tecno M4R14 habían sido claras. Y ella misma sabia que la amenaza era ese ser. Tras dirigir la mirada a los suyos creía saber lo necesario.

- Bien, debemos proceder a eliminar esa amenaza que ha acabado con los nuestros. Y como sabéis bien, yo seré la primara en ir a por el. ¿Quién de vosotros vendrá conmigo y hará justicia con ese ser? – comenta levantando poco a poco su voz. - ¿Quién será el que me acompañara para lograr poner a salvo la zona y lograr salvar al resto del navío? ¿Quién de vosotros será el valiente que me ayudara a acabar con la amenaza? – sus palabras estaban dirigidas para enaltecer los ánimos y lograr lo que por simples actos no lograría. Solo su fe y su iniciativa demostrarían a los demás de lo que era capaz. – M4R14, escoge 2 técnicos que te acompañen para las reparaciones. Tomad 2 trajes antirradiación. – Luego miro a sus hombres y entre los voluntarios dispuso de otros 3 hombres señalándolos entre los escogidos. Para que también tomaran trajes antirradiación. – Escoltaremos a los técnicos a la zona de reparaciones y progresaremos en la búsqueda de nuestro objetivo. Eliminaremos la amenaza. El resto permaneceréis aquí y seréis nuestro centro de referencia. Quiero informes periódicos de el estado de la zona y como lleguen a mis oídos algún que otro problema con los trajes o similar… - dejo que sus palabras se agotaran – conoceréis mi furia y mis castigos. ¿Comprendido?

M4R14 no tenía demasiadas opciones para escoger entre el personal técnico. De entre los presentes, Stevenson es el más experimentado con los motores por lo que su elección es clara, el viejo lleva mucho tiempo trabajando en la nave y si no ha ascendido es por no querer alejarse de su querido motor. También está Rogers pero tengo constatado que trabajaba mal bajo presión si no tiene a alguien que le supervise constantemente y en esta misión no podrá ser, es una lastima, es un joven prometedor. Prefiero decantarme por Swarkoff, Suer nervios de acero y su habilidad para reparar casi cualquier cosa nos vendra bien por si hay algún imprevisto.

- Stevenson y Swarkoff -señaló por fin -, nos acompañareis a la oficial Thorhallow y a mi. Confío en que no defraudéis la confianza que deposito en vosotros.

Se adentraron en la oscuridad. Las electrolámparas de toda la zona estaban dañadas por lo que tuvieron que llevar luces.  Pero era como si la oscuridad acabase devorando la propia luz. El pasillo era estrecho, lleno de conducciones que entorpecía el avance, más aún con los trajes antirradiación.

Susurros. Aquel marino no mentía, las paredes hablaban, susurraban. Decían cosas terribles, presagiaban una muerte dolorosa y un tormento eterno para el alma.

En la oscuridad, había muchos peligros. Lorayne, con valentía, encabezaba la incursión, pero el peligro no vino del más allá, sino de la propia nave.

¡Señora!

El aviso llegó demasiado tarde. Estaban en las inmediaciones del motor de plasma. Uno de los grandes problemas de los motores de plasma era su alta temperatura, por lo que era necesario un sistema de refrigeración que lo compensara. Se usaba un gas en estado líquido para ello. Lorayne avanzaba sobre una pasarela sobreelevada, bajo ella estaban los tanques de ese líquido congelante, cuando no vio una brecha en el suelo, sin duda provocada por la traslación letal, que amenazaba con engullirla.

Lorayne estaba buscando un objetivo, lamentablemente eso le hizo descuidarse del suelo que pisaba, o mas claramente del suelo que había desparecido a sus pies. La caída fue tan repentina que su brazo no consiguió agarrarse a nada antes de impactar con el líquido refrigerante.

Mientras movía rápidamente su cuerpo para salir de este y del lugar en donde estaba contenido, sentía como el frío intentaba penetrar su traje. Tras salir trato de recuperar el aliento.

Los marinos ayudaron a Lorayne a salir del tanque. La ropa de la archimilitante empezó a humear por el brusco cambio de temperatura y el frío intenso se apoderó de Lorayne. Notó cómo le costab mover los brazos, en parte por el frío pero también porque su ropa se estaba congelando y crujía con cada movimiento, por leve que fuera.

Vaya susto nos ha dado, señora. Creíamos que la habíamos perdido.

Ver desaparecer tan repentinamente a Lorayne puso en guardia a M4R14. Temiéndose lo peor aferró con fuerza su hacha de energía y lo encendió. La luz azulada que desprendía el arma no hizo sino resaltar el agujero del suelo por el que se había caído la archimilitante. Afortunadamente había caído en un deposito de gas licuado pero su vida corría peligro.

- Marinos, ayuden a la archimilitante a salir del tanque.

Una vez solventada la situación procuró anotar la situación exacta para poder mandar a un equipo de reparación una vez superada la crisis.

- ¿Qué tal se encuentra oficial Thorhallow? - preguntó con su tono monótono - Espero que no se haya quedado helada de la impresión... ¿un chiste?