Partida Rol por web

Nuevas y deliciosas riquezas inundan vuestras bodegas. La moral entre la tripulación es alta, inmejorable se diría. Por toda la nave se habla del triunfo de Lorayne sobre el navegante corrupto, cómo los valientes lucharon en el Recompensa del Emperador y la firme mano del capitán los mantuvo y sus puestos. Hay palabras de elogio para Nathin y M4R14, pero no entre la plebe, sino entre los oficiales de la nave. Los únicos con la educación apropiada para saber valorar su participación. No necesitan elogios, han obtenido la recompensa.

La nave permanece unida al Venganza Soberana mediante cientos de cables de plastiacero firmemente asegurados para poder viajar a través del inmaterium. El Recompensa del Emperador no tiene energía para poder viajar a través del inmaterium, pero lo suficiente para mantener activo el campo Geller. Una tripulación reducida irá en sus entrañas asegurándose de que todo está en orden. En un astillero, la nave necesitará un nuevo motor de plasma, y nuevos componentes. Un gran sacrificio económico, pero el premio bien lo merece.

El Campo de Batallas va quedando atrás conforme el motor de plasma aleja ambas naves de los escombros. Han tenido suerte, en las dos semanas que llevan en el Campo de Batallas no se han encontrado ninguna nave corsaria o pirata que pudiera arrebatarles su premio. La fortuna les favorece. El Emperador tiene fe en su causa.

Los tesoros del Recompensa del Emperador pasan a pertenecer a los exploradores, entre ellos se encuentra el gusano Hyscarus, un Artefacto Halo de oscura tecnología, creado por las corruptas y enloquecidas mentes de los Yu'vath para devolver la vida a la carne usando el tejido de la disformidad. El senescal Tsanthos tuvo la prudencia de mantenerlo en un lugar seguro, lejos de las manos de ignorantes que podrían desatar terribles acontecimientos.

Motores de disformidad preparados, listos para entrar en el inmaterium, capitán.

En el puente de mando del Ventura Soberana todo está listo para la traslación, los oficiales de cubierta confirman el sellado de las cámaras y los compartimientos. Los exploradores se afanan en completar sus tareas, bajo la mirada de Sarvus Task. La archimilitante Thorhallow golpea, con la yema del dedo, el cristal del puente de mando. Es un cristal firme, no se romperá como hizo el otro.

¿Cuál es el destino? -inquirió el navegante.

      Sarvus había meditado el tema durante el tiempo pasado en el Campo de Batallas. Si quería reflotar el Recompensa del Emperador no podía viajar a cualquier lugar sin mas. Hacían falta unas instalaciones navales medianamente competentes, a poder ser en gravedad 0. - Bien, necesitamos un destino que disponga de astilleros navales en mayor o menor grado para ocuparnos de nuestra nueva adquisición. Puerto Errante es la sede de la Flota Koronus y sus astilleros son seguramente lo mejor que encontraremos en ésta zona. Podríamos avanzar hacia Footfall, pero no lo conozco de primera mano y no estoy seguro de qué podríamos encontrarnos una vez llegados allí. Quizás no puedan satisfacer nuestras necesidades. Creo que volveremos hasta allí. Y una vez pertrechados debidamente y vendido el botín podremos hacer nuestra entrada triunfal en la Extensión como el Emperador Manda. El capitán estaba satisfecho y pletórico por los recientes triunfos y convencido de que la estrella de la casa Task había comenzado su ascenso a lo mas alto. - Pronto nos mirarán y se llenarán de envidia. Dijo con una ancha sonrisa a sus tripulantes mas cercanos que le acompañaban en el puente de mando.

El Senescal Nathin revisaba una placa de datos con una sonrisa suficiente. Había que completar el recuento del botín del Recompensa del Emperador, pero de momento las cifras tenían una muy buena pinta. - Desde luego, capitán.- respondió el Senescal de la nave. Tecleó unos segundos. - Diría que podremos incluso permitirnos aumentarle la potencia.

Rumbo a Puerto Errante, capitán. Déjeme consultar los mapas.

La cubierta empezó a llenarse de los oficiales ausentes, bien por no tener guardia o bien por haber estado realizando otras tareas. Los scriptores tomaban nota de las órdenes del puente de mando y las trasladaban a sus departamentos correspondientes.

Iniciando traslación. Entrando en el inmaterium. Que al Astronomicon nos guíe.

     Los dedos del capitán se engarfiaron sobre los reposabrazos del trono de mando mientras la Ventura Soberana se preparaba para entrar en la disformidad. El inmaterium siempre le había provocado respeto a Sarvus, no podía evitarlo. Aquellos que no se lo tenían acababan mal y lo sabía bien, pues el espacio estaba sembrado con pecios por culpa capitanes demasiado osados o poco afortunados. Aun así Ionn era un navegante expléndido y confiaba en él plenamente. Era en los mares disformes en los que no confiaba...

M4R14 se dedicó a hacer los chequeos rutinarios previos al paso al inmaterium para asegurarse de que la nave estuviese preparada. Como siempre, dejó para el final las dos piezas fundamentales de los viajes por la disformidad: la activación del campo Geller, que debía proteger a la nave y su tripulación de los peligros que acechaban en esos mares del caos, y el motor de disformidad, encargado de la propulsión en esa realidad disforme.

- 110101010100011001... Todo preparado para la traslación. ¡Qué el dios-máquina nos bendiga! 001011001101

Lorayne se mantenía cerca del Capitán, a pesar de la desagradable sensación de alcanzar el Inmaterium, esta seria peor de no proteger a Sarvus de un posible incidente en cualquier lugar. Confiaba en sus hombres de seguridad repartidos por el navío, pero para lo importante solo confiaba en si misma.

La sensación de traslado de un lugar a otro por medios que desconocía y que prefería que siguiera así, no era de su plena confianza. Aunque la navegación que habían tenido gracias al propio navegante del Ventura Soberana era esplendida, su sensación de que era algo que no podía controlar no le agradaba en nada. Miro hacia el lugar donde Sarvus permanecía impasible, se mantuvo cerca y dispuesta.

Nathin empezó a sentir un cosquilleo en las palmas de sus manos ya con la envoltura del campo Geller, y tuvo que reprimir el instinto de rascarlas cuando la nave finalmente dio el salto al inmaterium. Como senescal, había aprendido hace tiempo a mantener un aspecto calmado en situaciones tensas, y se tomaba los saltos como entrenamiento en este aspecto. No había salto que no entrañase peligro, pero no dejaría de irradiar un aura de estoica eficiencia.

Como había hecho en innumerables ocasiones, la Ventura Soberana se preparó de nuevo para romper el tejido del inmaterium y sumergirse en la disformidad. Como unas náuseas que surgían del fondo de vuestro estómago, sintieron cómo los motores de disformidad rugieron al encenderse una docena de cubiertas bajo sus pies y el aire se enviciaba cuando la empírea red del campo Geller envolvió a la nave. La estructura de la nave tembló y crujió cuando comenzó la traslación y entonces...

En ese momento, en otro lugar de la nave...

En una habitación sin luces surge un fulgor verdoso. Un artefacto, creación de una temible especie adoradora de la disformidad, recobra su fuerza. Puede sentir el inmaterium a través de un muro que no puede atravesar. Las fuerzas de la disformidad, génesis del Caos, elemento de los demonios, invisibles tentáculos de poder corruptor. Responde a su llamada.

Algo va mal. Repentinamente el puente quedó sumergido en las sombras y la nave pareció sacudirse bajo el peso de alguna fuerza invisible. Testigos de una antinatural ondulación del suelo bajo sus pies, como si de un material elástico se tratase. Los servidores que estaban en el puente dejaron sus monótonas tareas y se llevaron sus mecánicos brazos a la cabeza gritando silenciosamente de dolor a través de sus perdidas bocas. Os golpea la innegable verdad de que algo terrible acaba de ocurrir.

¡Fallan los sistemas de navegación!

¡El motor de disformidad pierde potencia!

¡Malfuncionamiento de los sistemas de augurios!

¡HE PERDIDO EL ASTRONOMICON!

     Como si sus premoniciones hubiesen cobrado vida, el infierno se desató en el puente de la Ventura Soberana. Sarvus se aferró al trono de mando y comenzó a gritar ordenes a los oficiales. - ¡¡Por el amor del Trono Ionn, sácanos de la disformidad!! ¡¡Parada de emergencia!! ¡¡Gaeta, toda la nave en alerta, soldados a sus puestos, posible incursión disforme!! ¡¡M4R14 quiero el campo Geller a pleno rendimiento!! El desastre era inminente si no se tomaban las decisiones oportunas y todos hacían su parte. - ¡¡Lorayne, ocúpate de la seguridad!!

Lorayne se vio sorprendida por una milésima de segundo por las señales de alarma, al oír los gritos y la respuesta de Sarvus se giro hacia este y asintió con la cabeza mientras ponía en marcha la frecuencia con la de las tropas de seguridad de a bordo.

 - Alerta General, distribuyan las tropas de Seguridad en grupos de 4. Quiero contacto por radio cada 5 minutos informando de posición y estatus. Vayan a los puntos clave del navío y evalúen las posibles intrusiones o fallos de perímetro. – su voz autoritaria no dejaba paso a la duda ni al error, a pesar de todo la mujer sabia que los posibles fallos que se habían producido en ese momento en el Campo Geller podían ser peores si algo del Inmaterium se había materializado dentro del navío.

Una traslación letal
Descenso en la oscuridad

¡No puedo salir de la disformidad! -exclamó, absolutamente atemorizado el navegante. Procedente de una casa menor de la casta de navegantes les había guiado, dentro de sus posibilidades, a través del inmaterium en numerosas ocasiones. Se había enfrentado a horrores que ningún otro había visto, pesadillas que le asaltaban al cerrar los ojos; pero su miedo era palpable. La parte inferior de su túnica de navegante empezó a oscurecerse, una creciente mancha oscura que fue creciendo hasta que al tocar el suelo se convirtió en un líquido: el navegante se estaba meando encima. Miró con sus dos ojos mundanos al Rogue Trader Sarvus Task y anunció el apocalipsis-  Nos está arrastrando.

Los servidores continuaban gritando en silencio cuasiparalizados mientras las luces del puente seguían parpadeando. Todas las alarmas estaban sonando y los oficiales y técnicos intentaban hacerse oir por encima del ruido general. Lorayne trató de contactar con las tropas de a bordo pero la comunicación era entrecortada y no habían recibido la completa transmisión.

Informe de daños:

• Rotura en el casco: Pérdida de aire y presión atmosférica. Fluctuación del Campo Geller. Exposición a la disformidad.
• Fallo catastrófico en el sistema de soporte vital: Los sistemas de producción de oxígeno y gravedad artificial fallan. Atmósfera 0 en 12 minutos y 21 segundos.
• Sobrecarga del motor de disformidad: Motor de disformidad funcionando al 326% de su capacidad. Peligro de fusión. Imposible abandonar la disformidad sin motor.

     ¡¡Maldita sea!! Pensó Sarvus. Aunque se temía lo peor, era un hombre de acción, así que no iba a quedarse de brazos cruzados mientras su nave se hacía pedazos. Se levantó del trono de mando y se dirigió hacia la salida del puente mientras gritaba ordenes a voz en cuello. - ¡Hay que moverse! ¡Nathin conmigo, vamos a poner en línea el soporte vital. M4R14, los motores de disformidad son tu campo. Lorayne, asegúrate de que cierran esa brecha en el casco! ¡Cuento con vosotros, 25.000 almas dependen de ello!

Uno de los mayores temores de Mechanicum se estaba cumpliendo en esos preciso momentos, la sobrecarga del motor de disformidad puede tener consecuencias muy nefastas no solo para na nave, el tejido de la realidad podría herirse con una explosión como esta. El coeficiente de seguridad estaba rebasado de sobra 326%, el Dios-Máquina nos ampare y la solución posible solo permitía un apagado manual del motor.

Con premura M4R14 desenchufó sus enlaces craneales y sus mecadendritas para correr hasta la Sala de máquina. No hacía falta que respondiese a la orden de su capitán, ella sabía cual era la prioridad en este momento y él, parecía, también.

Algo casi olvidado bañaba su cuerpo, sudor, cocteles de hormonas, adrenalina... sensaciones de un pasado lleno de inseguridad, un pasado de carne. ¡Ahora soy uno con el Dios-Máquina!, se recrimino, estoy por encima de las emociones, los sentimientos y las necesidades de la carne. Repitió esto último como una letanía para tranquilizar sus nervios.

Solo esperaba llegar a tiempo...

Órdenes dadas. Un deber que cumplir. Vida o muerte. No hay tercera opción.

Cada minuto eran miles de vidas perdidas.

M4R14

Tardó 9 minutos en llegar al motor de disformidad, un tiempo muy valioso había sido perdido. Por el camino había encontrado unidades de combate y equipos de extinción. Los sistemas de la nave estaban fallando y la radiación disforme estaba provocando cuantiosos daños.

Cuando la adepta llegó al motor de disformidad vio claro lo que había que hacer, pero los técnicos del mismo no lo habían logrado aún: los relés de potencia del motor debían alejarse de sus conexiones cuando la energía fluctuase, de ese modo se produciría un descenso controlado de la energía que detendría el motor disforme. Podía hacerse a través de un nexo de conexión (un ordenador) con los debidos ritos (acceder a su espíritu, programarle las órdenes, encender una varilla de incienso y pulsar la runa "Aceptar"); en caso de fallar se deberían alejar manualmente los relés.

Lorayne

¡La sección está totalmente expuesta a la disformidad! ¡La radiación es muy intensa y no se puede entrar! ¡Eso está plagado de demonios o sólo el Emperador sabe qué. Aún hay gente atrapada dentro, perdemos atmósfera muy deprisa.

Cuatro minutos, eso era todo lo que tenían. Pasado ese tiempo no habría oxígeno en la nave, y todos morirían. Se debía sacrificar a quienes estaban dentro. Sellar las puertas.

Nathin y Sarvus

El problema del fallo de soporte vital no era la ausencia de producción de oxígeno. Cuando eso ocurría bastaba con repararlo mientras se recurría a las propias reservas de la atmósfera de la nave. El problema se agravaba cuando había una fuga de aire, que dejaba sin oxígeno a una nave en cuestión de minutos.

Su problema era aún mayor, el sistema de soporte vital estaba funcionando, pero en el sentido inverso, estaba expulsando elementos contaminantes a la atmósfera, más letales cuanto mayor concentración (proximidad) a la zona de producción de soporte vital. No sólo aire nocido, sino también altibajos de gravedad que desequilibraban los biorganismos a bordo de la nave: los humanos, para empezar.