Partida Rol por web

- No es necesario, gracias, señor Reisel, están siendo ustedes excelentes - concede Falken sin posibilidad de variar su expresión facial - ...Creo que será mejor que vaya a inspeccionar el terreno que nos resta. Si no he vuelto para... - observa su reloj, son las doce del mediodía - Media noche, tomen otro camino, pues éste es una trampa, ¿de acuerdo? No quisiera que les ocurriera nada malo después de demostrarme todos cómo han sido... - mira durante un instante a Alice y después se cala la capucha, dispuesto a marcharse...

Entro de nuevo en la caravana tras haber recibido el golpe de granizo. Me llevo la mano a la zona dañada, encontrando que hay sangre en mis dedos. Sin demasiado problema, la chupo y escucho las conversaciones que tienen lugar. Los modales tampoco han sido nunca mi fuerte. Para usarlos ya están las personas como Falken. Además, en gran parte agradezco que me hayan sacado de esa tensa situación... Por otra parte, había salido fuera para vigilar, pero da igual. Que piensen lo que quieran, no tengo problema, y no voy a excusarme. Miro a Sven antes de que se acueste y asiento. "Buen trabajo", expreso con el gesto. El tal Herkus parece otro tipo amable. Últimamente me encuentro con muchos así... Eso está bien. Al decir Falken que va a salir a inspeccionar la zona me asalta la duda. ¿Debería ir solo? Parece un niño, está muy malogrado y no conozco sus habilidades... Aunque el hecho de que los granizos se despedacen al tocarle...
No sé... Aún con todo, quizá podría necesitar ayuda, y aquí hay demasiada gente.
-Voy contigo, por si tienes algún problema. Afirmo, que no pregunto. Si tiene algún inconveniente me lo hará saber a buen seguro. Llevo de nuevo la mano a la herida de la cabeza y chupo la sangre otra vez. No ha sido nada serio.

- De eso nada - se niega Falken sin que el imponente Rewell lo haya intimidado lo más mínimo - ¿Cuántos como ese o peores necesita que le caigan para reaccionar, amigo? Además, usted debe permanecer aquí para defender de cualquier posible amenaza a éstas damas, al igual que el doctor...

Sven suspira pesadamente y se levanta.

- Siéntate, John. Esa zona sangra mucho y pronto enfermaremos... Debemos tener las defensas tan fuertes como nos sea posible... - coge de nuevo su maletín y espera a que Rewell se siente para empezar a curarle - Suerte, señor Falken...

Asiento cuando Falken formula su respuesta. La verdad es que tiene razón... Aquí hay dos heridos, al menos, dos mujeres y Sven, que está bastante agotado. Tiene lógica que me quede aquí, seré mucho más útil. Sin decir palabra tomo asiento donde me indica Sven, apartando el pelo de la zona herida. Espero a que me cure sin volver a abrir la boca, pues tampoco tengo nada que decir ahora mismo. Y tampoco quiero enfermar... Lo habré hecho un par de veces en toda mi vida, pero no es agradable...

Alice grita de dolor al notar el pedrusco impactando contra su cabeza - ¡¡NO HA TENIDO GRACIA!!- Habla efadaa al cielo. De pronto siente un fluido caliente descendiendo entre su pelo. No le ha hecho ni la más remota gracia. Bastante malestar tiene ya por las heridas del accidente como para que encima vayan a empeorarla más.

Cuando Falken anuncia que se va solo, lo mira preocupada. Está a punto de decir que lo acompaña, pero ve como le contesta a Rewell - Pero...no creo que debas ir solo....¿no podemos esperar a que pare de granizar?

¿A quién, Señor...? ¿A quién se le ocurre salir a fumarse un cigarro cuando estan cayendo piedras del cielo...?

En un primer momento observa a Falken alarmada con la idea de salir... Aunque habiendo llegado a tal punto en el Ígnea y no haber... muerto... y bueno, eso de que los trozancos de hielo no le provocaran el más mínimo dolor...

- Tenga cuidado... Procure no tardar mucho. La caravana no tiene faros y va a ser bastante peliagudo conducir de noche... - le dice al encapuchado antes de marcharse. Después le retira un instante el hielo a Reisel para darle un piquito en la zona afectada, cariñosa... - Voy a calentar la comida de ayer y... - echa un vistazo a los armarios de arriba, sacando varias mantas que luego deja sobre la mesilla - Podéis usarlas. Hay de sobra, no os preocupeis... - dice al resto con una sonrisa amable, y se vuelve a la cocina...

- Gracias por tu preocupación, Alice, pero no me pasará nada a menos que me atrapen. Las inclemencias temporales, como no fuera un tornado, una arriada, alud o huracán, no me pueden, aunque esté mal decirlo de esa forma tan vanagloriosa... Cuídense - salta fuera de la caravana y cierra la puerta tras de sí. Sus pasos se pierden entre los sonidos de la tormenta...

Admirado por el valor y la entrega de Falken, Herkus hace amago de seguirle, pero cuando está en la puerta, se lo piensa mejor, mira a Rewell y a Sven receloso y se aproxima a Lex para abrazarla por la cintura desde detrás... Parece algo esquivo, sobre todo observa al doctor Lockhart, que prácticamente está dormido...

Czygani, que estaba haciendo arreglos en la cocina, sonríe al notar el abrazo del lituano, ladeando la cabeza y apoyándola en su sien... Se fija entonces en las miraditas que le echa al doctor, el cual estaba bastante increíble, sí... Pero Lex no parecía ser demasiado "exigente", y no era difícil darse cuenta de esto ya que le tiraba al vagabundo...

- Túmbate en el sofá un ratito, cielo, tienes que estar reventado después del golpe... Aaayy, ñoñoi... - se gira para besarle en la frente, sacando morritos - Yo picoteo algo y me echo contigo, ¿vale...? ¿Tienes hambre?

En silencio, espero a que Sven nos cure a mí y a Alice, obviando las miradas de desconfianza de Herkus. En cuanto termina, me pongo en pie y, de brazos cruzados me coloco delante de una ventana, observando el paisaje. -Sven, Alice, descansad. Ha sido un día duro. Digo. No lo hago con tono autoritario, simplemente no parece que las sugerencias sutiles sean propias de mí. Y sin añadir más, me mantengo como una estatua en esta posición, pensativo. Intentaría dormir, pero sé que esto no va a ser posible... Demasiadas cosas en la cabeza... Demasiados problemas que mi mente, que no es todo lo rápida y aguda que me gustaría, no es capaz de resolver.

Herkus se deja mimar y hacer tonterías por Lex de buenísima gana, recuperando su sonrisa y quedándose embobado cuando ésta le "hace morritos", sin poder evitar, a pesar de la mala situación, posar sus propios labios sobre los de la húngara, cerrando los ojos casi extasiado mientras le rodea la cintura. Luego se vuelve a abrazar a ella desde detrás y niega con la cabeza, sonriente.

- No, io te aiudo. ¿Qué hasemos? ¿Un caldo? Ésto rápido y bien para muchos, no gastamos mucho comida, si tenemos que coher más hente... Bueno cosa ahorar... - no es difícil darse cuenta de un potentísimo acento del este de Europa en la parla del muchacho...

Czygani se embelesa al besar al lituano, sonrojándose y mordisqueándole el labio inferior antes de apartarse de su beso...

Cita:

No... NO, MÁS GENTE NO, ¡¡POR FAVOR!! ¡MALO COSA!

Tras enarcar las cejas con aquel pensamiento, sonríe a Reisel - Nunca te quedas quieto, ¿eh, tesoro? - bromea, enternecida por su constante ansia de ayudarla... - ¿Un caldo? Buena idea... Un caldito y a dormir un rato... - comenta, deseosa de poner en práctica lo segundo. Comienza a sacar cazos y demás poniéndose manos a la obra junto a Herkus...

Alice se rescuesta en uno de los sillones con gesto preocupado haciendo caso de la propuesta de Rewell. Coge su discman e inteta distraerse con algo de música - In the name of things to come, too much poison come undone....- Canturrea entre dientes.

Cuando termina de cocinar junto a Herkus, Alexa va preparando los cuencos para servirlos... Se acerca al mamotreto de Rewell, el cual está más espabilado que sus compañeros y que, por gusto propio, está plantado cual estatua frente a la ventana...

Me das miedo...

- ¿Quieres? - le ofrece el recipiente, con una cuchara - Hace un frío espantoso... Y aunque esto no alimente demasiado, no te sentará mal - sonríe, con otro cuenco en las manos...

Miro a Lex de reojo. Esa chica tiene algo que trastorna los sentidos, no hace falta ser muy listo para saberlo, y tampoco la cortesía es algo que me interese demasiado como para mirarla fijamente. Alargo la mano y cojo el cuenco que me ofrece, asintiendo con la cabeza, agradecido.
-Muchas gracias. Digo, antes de seguir mirando por la ventana, comiendo lo que han cocinado sin rechistar y con tranquilidad.

- No es nada... - observa al doctor. Parece seguir dormido, y el caldo no va a escapar de la cazuela... Así que se acerca a Alice, dejando el cuenco sobre la mesa señalándolo con el dedo y mirándola, guiñándole un ojo cómplice sin decir nada, ya que está con los cascos...

Después vuelve a por Herkus, tomándose el caldo a su lado y haciéndole alguna que otra tontería de vez en cuando...

Alice sonrie a Lex mientras se quita los cascos - Gracias - Coge el cuenco y empieza a tomarse tranquilamente la sopa.

Una serie de golpes erráticos provienen del dormitorio de la caravana, como si un cojo intentara levantarse cogiéndose a todo cuanto ve...

- ¡HOSSSTIA...! - rezonga con voz temblorosa y tono preocupado, el cojo en cuestión - ¡LEEEX! ¡GUSILUZ! ¡ME CAGO EN MI CALAVERA! ¿¡DÓNDE COÑO ESTÁIS!? ¡TÍOS...! - resuena la voz de Antti, que con la frente y los ojos vendados parece no acertar a ubicarse... - ¡MORENA, NIÑO JESÚS...! ¡JODER, DECIDME QUE ESTÁIS BIEN...! ¡NO VEO UNA MIERDA...! - la voz se le va angustiando conforme tropieza e intenta abrirse camino hacia no tiene ni idea de donde...

La húngara se apresura a entrar en la habitación en cuanto escucha los golpes, alarmada.

- ¡ANTTI! - entra, con cuidado de no matar a nadie abriendo la puerta derrepente - ¡¡HEEEY!! ¡¡Tranquiilo, fiera, estamos bien...!! - se acerca y lo coge de los codos para estabilizarlo. Sonríe, ablandada al ver que se encuentra mejor... Por lo menos es capaz de dar gritos - Estamos bien, no te preocupes. Hemos encontrado al grupo que buscábamos y uno de ellos te ha operado del hostión que te has dado contra el volante. Estabas muy mal... - comenta, con tono preocupado... - No te muevas de aquí, ¿vale? Te traemos de comer enseguida.