Partida Rol por web

Tras el abrazo ilusionado a María, llega el jarro de agua fría, seguramente, mas fuerte desde hace mucho tiempo, tanto que ni siquiera reacciona de ninguna manera tras las palabras de la misma... Marcos permanece como petrificado en el mismo sitio donde estaba... mirando a ningún sitio, con el alma rota.

La mirada perdida apuntaba al gélido suelo, mientras de sus labios tan solo expulsaban ligeros soplos de respiración. Ni siquiera siguió a María cuando esta se fue, tan solo permaneció inmóvil... No... tu... tu no. Yo... yo lo siento tanto, de verdad... Cierro mis ojos haciendo que de ellos caigan unas lágrimas, mientras me dirijo al primer asiento que vea y que esté alejado del resto, en estos momentos no le hacía falta estar con nadie... bueno realmente si, pero la única persona con la que sinceramente ansiaba permanecer lo acababa de hundir...

Mama... no... porque... yo, pensaba que, que jamás....

María traga saliva y cierra los ojos al notar que Marcos se ha quedado quieto y después se ha sentado, hundido...
Le conoce bastante bien, aunque diga que no...

Aparta la mirada para evitar sentirse culpable y hundirse... Desvía la vista al suelo sin hacer caso de los intentos de apoyo de Lex... Hacerle caso a cualquier otra persona sólo serviría para que Marcos se pusiera celoso y le cogiera manía... No se sentía ni con el valor de preguntar dónde se habían metido los dos hermanos Dryden y la niña... Ni siquiera pudo dirigir una mirada de disculpa a Hugo por alejarse, o a Lex por ignorarla...

La escena era deprimente, por un lado estaba Marcos sentado en un rincon, que estaba deprimido porque su "mama" le habia dicho que asesinar a gente y atosigarla no era forma de mostrar su "amor", por otro lado estaba Maria igualmente sentada en otro rincon, tambien deprimida y carcomida por el miedo, la culpabilidad o ambos, y por ultimo estaba yo, que como le dije a Michael y a Balaguer, realmente necesitaba...

-Cuentamelo a mi.- Sonrei amargamente en respuesta a la broma de Michael.- A mi estan dando ganas de beberme una botella entera.- Dije en un tono que podia ser una triste verdad o una broma muy mal contada.- Por cierto, ya que estais hablando de Taylor.- Mis ojos observan curiosos a Taylor y la mujer con gafas de bibliotecaria.- ¿Quien es la mujer a la que Taylor esta acosa...?.- Toso brevemente y rectifico lo que iba decir.- ¿... hablando?

Abre la boca para contestar a Kramer. El aire entra en su garganta pero no sale de ahí: Lior aparece en la sala, escrutadora, fría, distante...como siempre. Pero hermosa como nunca.
Se siente pequeño a su lado (cosa muy poco frecuente) y sólo pensar que él, Taylor Hawkins, yonki confeso aporreador de tambores, le ha cogido ese prieto trasero como quién se lo agara a una zorra gruppie cualquiera...Entonces no la conocía.

Y ahora tampoco...No hasta donde te gustaría...

Chasquea la lengua y niega con la cabeza cuando advierte la enésima escena "amor obsesivo-rechazo-despecho" entre aquel border line y la chica española.

Tienes faena con este grupo, doctora,- sentencia mirando a Marcos y Herkus con desdén. El caso es que...has conseguido despertar mi curiosidad. La mayoría de tus colegas me colaban los antidepresivos antes de poder tumbarme siquiera en el diván. Fué aquella temporada en la que desayunaba psiquiatras todas la mañanas.

La tutea, irreverente: la única persona con medios para conseguir drogas en este agujero parecía en contra de ellas. Una auténtica y dolorosa jodienda.
Ella es...mutante también, no hay duda. Y, a su manera, una mujer extrañamente atractiva. Bromea con ella y su sonrisa es limpia.

Pero bueno, no me hagas mucho caso. Después de todo, tu oficio es el único en el que el cliente nunca lleva la razón.

Czigany se lamió las muelas sin saber qué hacer. Pero cuando la puerta se abrió alzó la vista para sonreir a quienes habían entrado, y recibió a su novio sonriente aunque con gesto comprometido, desviando por un instante la vista a María...

Aún así, se inclinó hacia el lituano... - Estas guapísimo... - susurró a su oído, dándole un besito en la mejilla. Observó de nuevo a María, quien parecía haber preferido callar, y ésta apartó la mano de su espalda con miedo a agobiarla...

- Es la doctora Victoria Kramer. La "loquera" - contesta brevemente Lior, de forma lapidaria como es costumbre en ella. Incluso bromeando su voz imprimía un carácter difícil de pasar por alto - Ésto es un altar, no un fumadero o, aunque parezca mentira, una pasarela. Yo no hablaría de droga, ni de alcohol, ni de nada que no proceda ante un altar... Más que nada porque el dios que lo presida podría escucharlo y desmejorar bastante la suerte... - alza las cejas, en gesto casual de consejo. Mira a Marcos y María con total indolencia - [ES]Se encuentran ustedes frente a un altar. Se ruega que muestren el debido respeto.[ES]

Decidió dar la recomendación (que sonaba más bien con la misma distancia y frialdad con que un escultor de lápidas lee esquelas) por terminada y observó su reloj de cadena de plata...

- Dos minutos para en punto... - susurró para sí, volviendo a cruzarse de brazos...

Renka se volvió para mirar a Lior y levantó una mano con dos dedos en el aire hacia Kramer. Después de eso, cogió del brazo a Alice y la sentó a su lado, en un silencio sepulcral y plenamente respetuoso, bajando incluso la cabeza.

Kramer por su parte frunció el ceño en gesto grave, desapareciendo su trato y gesto informal.

- Continuaremos la charla después de la reunión, señor Hawkins... Le ruego que tome asiento civilizadamente... Está usted a dos minutos de hacer la recepción más importante de su vida... No le quepa duda... ¡El resto! - se dirige a los demás... Curiosamente María y Marcos parecen reaccionar algo turbados al entenderla, aunque habla en inglés - Siéntense ordenadamente y muestren respeto en todo momento... Recuerden que les va la vida en ello...

Se gira hacia Lior de nuevo:

- ¿Dónde se han metido el resto de Drydens, Arthur y Antti...?

Lior encoge levemente un hombro sin mover la postura de brazos cruzados ni girar lo más mínimo el cuello para mirar a Kramer. Ni lo sabe ni le importa, lo ha dejado clarísimo.

En ese instante entra Koivusaari, resoplando un poco debido al cansancio, parece que ha corrido lo suyo.

- Dos minutos... Menos mal - dice mientras se sienta - ¿Dónde están...? - recibe la misma respuesta de Lior que la que le ha dado a Kramer.

Mortymer entro acompañando a Alex y a Marcos, el muñeco pimpon que solo estorba y no dice nada.
Con gesto de "no te preocupes" no le importo que Alex fuera con Maria en ese pequeño y patetico teatrillo que acababa de realizar, ni un suspiro dedico al chico, simplemente se la sudaba.

Miro a todos y seguro de si mismo, sin necesidad de sentirse acompañado se quedo cerca de la gente, mirando curioso la estancia y de vez en cuando "planchandose" la PEDAZO de gabardina de cuero que acababa de adquirir, un niño con zapatos nuevos.

Cuando Lior saludo, Mortymer la miro fijamente y con una educada sonrisa y una leve inclinacion respondio al saludo de esta - ojala tu viera mi camara aqui... todo esta genial - pensó.
Detras de Lior aparecio Herkus, al que miro un breve lapso pero paso de el, queria disfrutar del momento y cuantas menos gilipolleces por su marte mejor que mejor.

Cuando oye lo de los dos minutos y la orden/peticionamenzante de la doctora Kramer, se sienta en una de los bancos con tranquilidad, preferiblemente en segunda fila

-Pues sí... Suele hacer lo que le apetece, la verdad... Resulta problemático a veces, aunque sabe adaptarse bien a lo que le rodea, o eso parece. -Respondo a Renka cuando ésta formula su pregunta. Igualmente saludo a Alice con una amplia sonrisa. -Las dos estáis preciosas. -Más que un cumplido, formulo la frase como si fuera un hecho, pues tampoco soy muy ducho poniendo el tono adecuado y las formas como para lanzar cumplidos. Me sorprende no ver a Jolene en la sala, tal y como me lo confirma Renka, así que me giro, con las manos en los bolsillos pero el ceño fruncido. Se ha ido a por Donovan y a por Amber... Eso es buena cosa, claro. Me mantengo junto a Renka y a Alice en todo momento, saludando a María con un levantamiento de cejas en el momento en que entra al salón, sin pretar atención a las conversaciones adyacentes por no ser de mi incumbencia, y agachando la cabeza en el momento en que entra Lior en escena. Lo malo de todo esto es que Jolene, Donovan y Amber aún no han vuelto. Comienzo a preocuparme, más todavía cuando escucho a Lior y a la chica de las gafas... Quedan dos minutos... ¿Dónde demonios se han metido? Nervioso y muy ceñudo me giro hacia Renka. -¿Qué están haciendo? ¿Estarán en la habitación, no? Tengo que ir a buscarles, joder... A mí me da igual no curarme, pero ellos tienen que hacerlo...
Dicho lo cuál me dispongo a salir de la sala, en busca de mis hermanos, a menos que Renka o alguno de los presentes tengan algo que objetar. Aunque observo que ella y Alice se han sentado en silencio en unas sillas... Es raro que ella no esté preocupada por el retraso de ambos... ¿Tal vez estoy preocupado innecesariamente? Si ella sabe que van a llegar, como lo indica su comportamiento, es que lo harán... Quizá no sea lo mejor precipitarme... Eso sí, me siento nervioso y ceñudo, girando constantemente la cabeza y contando mentalmente segundo a segundo de los dos minutos.

Alice se deja llevar por Renka y se sienta junto a ella en el banco, observando entonces todos los detalles de esa especie de capilla en silencio. Parece ser que Isenhall llegará en unos 2 minutos...La puntualidad parece ser algo que llevan hasta el extremo. Cuando ve a Lior tiene un primer impulso de preguntarle por Falken, pero decide esperar a que finalice lo que sea que vayan a hacer allí.

Tras terminar la conversación con la húngara me retiro a uno de los sitios habilitados para sentarse, alejado del lugar, me pregunto como demonios conseguirán que no haga frío, sin derretir el hielo, ¿y lo de anular nuestros poderes?, realmente tenemos muchas cosas que aprender todavía, puede que sea un gilipollas, pero desde luego si una cosa he aprendido es a escuchar a quien sabe más que tú, el problema es que me cuesta distinguir a esas personas.

El grupo es tan variopinto, las palabras de Kramer no me gustan un pelo, no me seduce en absoluto la idea de que entren en mi cabeza, para nada, recostándome ligeramente sobre el curioso respaldo observo distraído a los demás, unos más nerviosos, otros discutiendo, reproches y preguntas, hasta que la presencia imponente de Lior pone orden en la sala, bueno, todo el orden que alguien puede poner entre nosotros.

Dioses y altares, siempre me la han traído al fresco, nunca les he mostrados más respeto que él que ellos me han mostrado a mí, y encima amenazando, lo que faltaba, puta secta, eso es lo que parece toda esta mierda, una jodida secta de mutantes que adoran al mutante jefe.

Dos minutos para tranquilizarme.

La voz de Lior resuena en la sala de hielo, más fría y más dura que las propias paredes del lugar:

- John Rewell Dryden: No eres quien decide quién se cura y quién no... Te sugiero que te pongas una tirita en el corazoncito, te sientes y dejes de pensar que tienes algún tipo de control sobre ésta situación... A alguien podría parecerle una "osadía"...

Le clava los ojos, gélidos...

Alexa se acomoda de forma correcta en el banco, tragando saliva, azorada de los nervios. Se coge la trenza. Se la aparta. La vuelve a coger. La deshace... Y ahí se queda, espectante, paseando la mirada por la sala, con miedo incluso de abrir la boca para evitar recibir algunas de las frases lapidarias de Lior...

Ya verás... Ya verás cómo la cago y... y... Y lo mando todo a la mierda... Nooo, joder, no puedo hacer eso...

Permaneció seria, con una mano apoyada sobre la rodilla de su novio, y el pico cerrado.

Parece que la cosa se precipita y va a empezar el baile asi que lo mejor que se puede hacer en estos casos bailar, parece que todo el mundo empieza a sentarse asi que me siento en la parte delantera, asegurandome de que la cahqueta no queda arrugada y poniendo expresion solemne, intentando tener a la vista a Victoria que parece saber de que va esto, hay muchas mas vistas mas agradables en la sala pero tendran que esperar

Levanto la vista hacia la nueva cara en la sala, retiro mis manos de mi frente... Y... ¿esta quien es?, porque es tan... tan superior y todos la miran con ese respeto... ¿que me he perdido?

Lanzo una fugaz mirada a María, y rápidamente la retiro, me pregunto que le estará pasando por la cabeza que sentirá porque no me ha podido perdonar... miro a los demás, no parece que vea a Donovan o Jolene, pero al menos Renka al verme no se ha tirado contra mi... lo harán alguno de los dos hermanos?.

Suspiro mirando de nuevo a Lior... ¿Y ahora que va a pasar, a quien esperamos?

Ya sentado, miro a Lior a los ojos, escuchando sus palabras con atención y asimilándolas, encontrándoles la razón. Jode mucho admitirlo, pero ninguno de los presentes tenemos control sobre la situación aparte de los que ya estaban metidos en esto. Tampoco es que pretendiera tenerla ni por un momento, pero la preocupación por mis hermanos es algo que no me puedo quitar. Por otra parte, ésta Dama de la que hablan y que seguramente aparecerá de un momento a otro parece demasiado importante como para mostrar el debido respeto, y no tengo intención alguna de ofenderla, pues si tal cosa ocurriera las cosas podrían ponerse verdaderamente feas. Aunque el sarcasmo de Lady Lior me hubiera provocado una reacción en cualquier otra situación, la propia persona que habla así como la situación me obligan a mantenerme callado y buscar la tranquilidad en mi interior y en la esperanza de que mis hermanos y sobrina lleguen a tiempo. Simplemente asiento a la mujer, dándole la razón, con los brazos cruzados, tras lo que agacho la cabeza, incapaz de mantener su mirada por más tiempo, cierro los ojos y me mantengo a la espera de lo que pueda ocurrir.

Asustado por la orden de Lior pero no del todo convencido sobre la importancia de esta reunion, me siento en uno de los bancos mas cercanos y me dedico a mirar el techo y los alrededores en silencio.Preguntandome en silencio, que podia ser mas impresionante que todo el grupo que estaba reunido aqui, formados desde hombres calaveras y fuego a hombres que podian recibir la peor de las enfermedades y sobrevivir. No lo sabia y mi imaginacion estaba demasiado inquieta para fijar una imagen mental a la cual atenerme, asi que al final me canse y me puse a proseguir mirando la bella sala con ojos despreocupados y mente en blanco, olvidandome de los problemas y dudas que agobiaban mi cerebro y alma.

Arthur Hayes entra en la sala corriendo, cogiendo de un brazo a Jolene y también a Donovan. Jolene sujeta a Amber y tiene el maquillaje de los ojos emborronado, marcándole lágrimas negras sobre las mejillas. Donovan lleva un traje blanco, pero está despeinado. Arthur les sienta en uno de los bancos y se sienta él después junto a Mortymer. La solemnidad y el silencio desbordan el ambiente, estando Lior y Antti a cada lado del trono de hielo.

Lior suspira al comprobar que todos están en el lugar... Y es entonces cuando el frío inhunda el lugar...

Del trono se desprende un vapor frío, helador, que lo envuelve impidiendo la vista...

La puerta se cierra súbitamente y de las paredes surgen, como si se esculpieran a sí mismas, estatuas de hielo con forma humana y levísimos tintes de color, todas ellas de aspecto guerrero, con cascos extraños y un hacha y martillo en cada mano, de un tamaño desmedido... No obstante, lo peor no fué que aquellos guerreros de hielo surgieran de la pared... Sino que se llevaron los brazos en cruz al pecho, con un movimiento preciso y rápido.

El vapor gélido se concentraba sobre el trono, formando una figura humana... Y poco a poco la figura se pulía, hasta dejar el aspecto de una mujer sobre el trono... Una mujer cuya presencia abatía y estremecía... Su mirada era insostenible, pues no era humana... No era una mirada que transmitiera algo que existiera en la Tierra... Su sóla presencia resultaba inquietante... Y sin abrir la boca o tener conocimiento alguno de quién era ella, ya se sabía que su poder era colosal...

Y esa mirada se posó en todos y cada uno, mientras el aspecto de mujer humana se refinaba, haciendo más cómoda su visión...

La voz sonó como el viento de invierno, y a la vez con la fuerza de un alud cuando dió su primera orden:

- Presentáos ordenadamente.

Que coño es esto... Las estatuas han salido de la nada y se mueven... Esta si es mutante nos da mil vueltas... Ostia mas vale no cagarla...
Me levanto con un par de huevos voy delante del trono y me arrodillo sin mirarla.
- Me llamo Alejandro Cebrián de Balaguer. Soy español, estudio para veterinario y es un honor y un privilegio estar aqui.