Partida Rol por web

GELUS VIRICA

[ICEHOTEL] - Exterior

Cargando editor
31/10/2008, 13:25
[Isabella Tarin]

Isabella ya llevaba unos diez o quince minutos esperando en aquel lugar... de repente aparece Andrea, y de forma instintiva Isabella levanta las manos como diciendo "¿Que pasa?"... ¿No deberíamos estar aquí todos para ese... entrenamiento? digo un tanto mosqueada por la espera en solitario...

Cargando editor
31/10/2008, 13:57
Andrea Scerri

Aquí cado uno hacía lo que le parecía, sólo la figura de Isabella rompe la soledad de aquel frío lugar, la otra recién llegada, aquellos que no pertenecemos a esta “comunidad” de gente tan dispar, sin saber que hacer, únicamente deseando salir de allí, no me sorprende.

Sonrío a la joven, no tengo ni idea lo que pasa, seguramente estarán ocupados con Dios sabe que, únicamente Milo parecía realmente interesado en el resto, los demás simplemente iban a su aire, cada uno con sus dolores y paranoias, con su propia vida, nosotros no íbamos a ser menos. En teoría sí, pero creo que en este lugar todas las teorías que intentes elaborar, se derrumban de una manera u otra aquella chica era agradable, pero no dejaba translucir demasiado, sensible, pero a la vez parecía tenía una encomiable fuerza para superar las cosas, tal vez demasiado idealista e inocente.

Me preocupa eso del "entrenamiento", a saber de que se trata

Cargando editor
02/11/2008, 13:17
María Ortíz

Junto a Rewell, a quien cogía de la mano sin siquiera plantearse el poder o no hacerlo, María escudriñaba con curiosidad el patio interior del hotel. No tenía idea de cómo era, no había estado ahí ni le habían dicho que había baños termales, lo que provocó aún más fascinación por su situación actual, profiriendo una exhalación y llevándose una mano a la boca, sonriendo. Aquello era precioso, y desde luego sus experiencias anteriores no habían constado de un baño termal...
Apretó un momento la mano de Rewell y esbozó una sonrisa pícara, cogiendo el gorro de lana y arrojándolo al suelo.

De ahí, la chica fue quien, lentamente, llevó a John hasta el borde de las fuentes, quitándose los zapatos y entrando con la ropa puesta y todo, que empezó a quitarse poco a poco, empezando por la camiseta.

- No se puede entrar con zapatos, ¿no...? - murmuró, con un tono que invitaba a bajar al agua con ella...

Cargando editor
02/11/2008, 13:33
John R. Dryden
Sólo para el director

El viajecito hasta este lugar me vino bien para llegar a dos conclusiones fundamentales: uno, que soy un hombre muy afortunado (probablemente uno de los más afortunados del mundo); y dos, que hay que tirar hacia adelante y, ya que está dispuesto el escenario, mover las fichas sin dejarse llevar por los nervios. Y eso que es rematadamente complicado no ponerse nervioso teniendo delante a una mujer como es María. De un par de saltos me quito las botas en el mismo momento en que ella está haciendo lo propio con sus zapatos y, seguidamente, me dejo llevar por la presa que ejerce sobre mi camiseta hasta el borde de la fuente. La invitación resulta demasiado sugerente y demasiado ineludible. No tendrá que repetirlo. Sin pensar en lo que pueda guardar en los bolsillos del pantalón, entro en la fuente desabotonando la camisa hasta quedar frente a la española.

-Joder, María... Jé... -se me escapa una rápida risa, presa de la excitación-. Tampoco se puede entrar con tanta ropa, ¿no? -surge la frase de mis labios sin que fuera preparada. Y así, termino ayudándola a desprenderse de su camiseta, lanzándome a besarla nuevamente al retirarla por completo. Parece que aprendo rápido... Buena cosa es...

Cargando editor
02/11/2008, 13:54
María Ortíz

María se acercó a él mirándole, ahora sí, con mucha mayor ternura, invitándole a sentarse y haciendo ella misma lo propio. Con los besos llegaron las caricias, con aquellas caricias se crecieron los besos...

Parecía el tipo de chica que gustaba tanto de dar como de recibir placer, y lo disfrutaba tanto como lo hacía disfrutar, sabiendo siempre seguir el juego sin entorpecerlo, incluso mejorándolo y llevándolo a otros derroteros.
No sólo tiene el poder de la empatía... Tiene ese don, sabe meterse sin esfuerzo en la piel de otro y calcular sin siquiera desearlo qué es lo que necesita que ella pueda darle, y en esa situación aquello se deja ver en todas sus facetas...

- ¿Cómo te gusta que te llamen...? ¿John? ¿Rewell? - preguntaba a veces, con un tono suave, cosas como aquella... Quería acercarse a él, y estaba ansiosa por saber más y más...

Cuando la ropa quedaba fuera de ahí y la carne temblaba pidiendo saciar su deseo, María se recostó sobre el pecho de él, mirándole a los ojos, cercana como nunca había visto a una mujer...
Las curvas de vértigo, la piel tersa y suave, el gentil calor que desprendía aquel cuerpo que se movía al ritmo de la ternura... Cosquilleos, caricias besos... Lo dio todo para que él estuviese cómodo... Y finalmente, echándole el pelo mojado hacia atrás entre el vapor que el agua desprendía, le dijo:

- Llevo... En mi bolsillo, para... - ladeó una sonrisa, no burlona ni pícara siquiera... Era la primera vez de Rewell, y quería hacerla especial... Casi era una pregunta para acceder a aquel deseo...

Cargando editor
02/11/2008, 14:12
John R. Dryden
Sólo para el director

Supongo que la abnegación no es algo que se busque o se practique por deporte, sino que es algo que, simplemente está en uno, y sale de forma natural en cada situación. Y esta situación es igual que cualquier otra en ese sentido. La actitud de María es, desde luego, increíblemente halagadora. Es fantástica, es como un sueño hecho realidad. Y, conforme la pasión se desataba, concluí que, de igual modo que a ella le gustaba tanto dar placer como recibirlo, a mí me ocurría igual, de forma que puse todos mis sentidos en hacer lo propio con ella. Siempre desde la falta de experiencia, pero esforzándome al máximo en ello. Me volqué sobre ella con una ternura, una dedicación y un cariño tales que nunca me hubiera imaginado capaz de algo así.

Por otra parte, ella podía llamarme Rew, como sólo lo hacían aquellos que me eran más cercanos en su día. Esa chica me había calado muy hondo. El largo rato pasado junto a la española fue algo que recordaría para siempre, y lo sabía. Un recuerdo increíble de este hotel y, probablemente, el comienzo de algo más duradero y hermoso. Al menos eso era lo que en ese momento deseaba. Y, finalmente, ante su sugerencia, lo único que pude hacer fue alcanzar su chaqueta, de la que extraje aquello que demandaba. Ya no había ninguna inquietud, miedo o vergüenza... Ahora sólo estábamos ella y yo. Nuestros cuerpos ya se conocían bien... Lo único que faltaba era consumar aquél precioso momento.

Así que me dispuse a ello sin más demora, pues ambos lo estábamos deseando. Me sorprendí gratamente con lo que mi cuerpo bien entrenado durante muchos años y, asumo, buena parte del gen Dryden me permitieron hacer en aquél momento. La dedicación con la que me entrego a ella se mantiene intacta. Es mi primera vez, es un momento muy especial y es ahora cuando reparo verdaderamente en ello. Nunca había pensado en esto, nunca le había dado importancia... Pero ahora me doy cuenta de que es algo más. No es algo tan vanal como dar y recibir placer... Es algo distinto... Es unirte a una persona de una forma imposible mediante las palabras. Para mí, este es un momento en el que sólo tienen cabida los sentimientos, las emociones y las palabras que nunca fueron dichas.

Eres especial... María verdaderamente es especial. Y quería que lo supiera, que lo sintiera sin necesidad de decirlo. Quería que lo viera en mis ojos, que sintiera lo que yo sentía. Éramos uno en ese momento y, aunque nos separásemos más tarde, ese recuerdo perduraría ya para siempre. Por eso la amé. La amé sinceramente hasta que, de mutuo acuerdo silencioso, nuestros cuerpos decidieron que ya era suficiente por el momento. Y, al terminar, simplemente la abracé, porque quería mantenerla junto a mí. La abracé con fuerza y acaricié su cabello, con los ojos cerrados. Seguí el contorno de sus mejillas con las yemas de los dedos.

Cargando editor
02/11/2008, 14:58
María Ortíz

Exhausta, María se quedó echada sobre Rewell, envuelta en su abrazo. El esfuerzo con él había sido grande a pesar de todo, porque ella no tenía ni de lejos su constitución para aquellos menesteres. No obstante, puede que fuera el momento más especial que le había dedicado un hombre. No... No "podía ser", lo era con toda seguridad, y por ello se estrechó aún más contra él, abrazándole también, cerrando los ojos y quedándose tranquilamente a su lado un rato, descansando.

- Rew... Mi habitación está vacía... Dale duerme con Lex, Isabella y Madison... ¿Quieres que dormir juntos...? - preguntó, con la voz perezosa, sin siquiera abrir los ojos.

Cargando editor
02/11/2008, 15:10
John R. Dryden
Sólo para el director

-Me encantaría... -respondo, al instante, sin necesitar tiempo para pensarlo siquiera. Dormir con ella supone ya el remate definitivo para una noche inolvidable e inigualable-. Y no te preocupes por el viaje, te llevo yo -añado, sonriente. No había caído en el pequeño detalle de que ahora estamos mojados, y el regreso a las habitaciones, aunque no demasiado largo, puede ser terrible para la salud. Al menos para la mía. Y la ropa también está toda mojada... Hay que joderse... Mira que no pensar en algo tan básico... Apartándome de ella con cuidado, salgo de la fuente para colocarme de nuevo las botas y la ropa interior. Escurro como buenamente puedo nuestras ropas y me echo las mías por encima. Acto seguido, saco a María de la fuente y le enrollo sus ropas a modo de casual abrigo para, después, cogerla en brazos-. Sujétate ahora, que esto va a ser una carrera... -informo, aunque sin perder el buen humor. Imposible tal cosa ahora mismo. Y así comienza la carrera de retorno hasta la habitación de María, donde dormiremos los dos.

Cargando editor
02/11/2008, 15:17
Michael Fauchon (Loki)

Michael sale ajustandose el abrigo buscando con la mirada a los que estan fuera

Andrea, Isabella, venid para dentro, no hay entrenamiento, parece que mañana va a haber jaleo y parece que anda la gente un tanto acelerada

Cargando editor
02/11/2008, 17:13
[Isabella Tarin]

Doy un suspiro al escuchar las noticias de Michael... Bueno, al menos no hay entrenamiento... no es que me apeteciera mucho, a saber lo que tenía preparado.[I] Me encojo de hombros negando con la cabeza ¿Jaleo? mi mirada se torna algo temerosa... ciertamente no tenía idea de porque estaba en el hotel, pero por lo que le habían contado eso de las misiones... [I]Dios, tengo miedo.

Sigo a Michael... Que, que quieres decir con Jaleo

Cargando editor
02/11/2008, 22:09
Michael Fauchon (Loki)

Vamos de mision mañana, solo se que iremos en dos grupos, espero que nos enteraremos de algo mas a lo largo de hoy

Miro por un momento a la chica viendola algo preocupada

Perdona, no deberia ser tan brusco, acabas de llegar y andaras todavia un tanto desconcertada, pero ya veras como no es tan malo como parece, con un poco de calma y sentido comun no tiene por que ser para preocuparse demasiado

- Tiradas (1)

Tirada: 1d100
Motivo: Influ, tranqui que ta todo controlado
Dificultad: 119-
Resultado: 59 (Éxito)

Cargando editor
02/11/2008, 22:37
Andrea Scerri

¿Pero había entrenamiento?, pensaba que Milo se refería a otra cosa, jaleo, no sé porque pero no me sorprende, demasiado tiempo en paz, espero que no sea demasiado grave. La joven parece asustada, como para no estarlo, en estos momentos agradezco ciertas enseñanzas, por lo menos sirven para algo, aunque sea disimular.

Bien, confiemos en que tengas razón y con calma y tranquilidad todo salga bien digo al recién llegado para intentar colaborar en la tranquilidad de la chica. Vayamos a donde tengamos que ir de una puñetera vez, porque todo esto cada vez se me hace más complicado.

Vuelvo a entrar en el hotel, al lugar que ha indicado Michael.

Cargando editor
02/11/2008, 23:23
[Isabella Tarin]

Esta bien digo secamente tras escuchar las palabras de ambos... Bueno, vamos entonces Sin más comienzo a seguir a Michael y a Andrea al interior del hotel. Y ahora que... bueno veamos que eso del Jaleo... llevo mi mano a un colgante que pende del cuello, Espero que no sea nada malo.

Cargando editor
02/11/2008, 23:33
Michael Fauchon (Loki)

Pues nose muy bien donde nos querran ahora mismo, pero de todas formas mejor dentro que cogiendo frio
Comento mientras vuelvo hacia dentro

Notas de juego

Psoteo ahora en los pasillos

Cargando editor
21/01/2009, 00:14
[Lex Czigany]

Miro extrañado a Rewell, lo lleva claro si cree que voy a hablar con él, ¿quién coño se cree que es?, que Isenhall dado la supuesta “capitanía” de una mierda de equipo enviando a la muerte me importa tanto como nosotros a ella, que le den, sobre todo después de su comportamiento, ya discutiremos cuando llegue el momento, si es que este llega.

Joder, y tras las peleas ahora llegaba la sesión de quejas y llantos, como si cada uno no tuviera bastante con lo suyo, menos mal que Taylor sabe como quitarle hierro a las cosas, desde luego el tipo tiene un don, aún no conozco bien para que le sirve, pero lo tiene, de eso no tengo duda. No conozco a los muertos, pero no veo la diferencia entre unos y otros, lo único que hacen es confirmarme que vamos a durar poco en este jodido lugar, y lo poco que le importamos a su dueña.

Os devolveré a vuestros cuerpos, las palabras mágicas, las únicas que deberían salir de la boca del maldito niño, ese pensamiento puede que no sea políticamente correcto, pero perdí la sensibilidad al ver el cuerpo de John hecho literalmente jirones, no sé, a lo mejor esa es la única vía para conseguir aguantar aquí, perder todas tus emociones. Mirando al cuerpo que ahora controla Alexandra de manera interrogativa, espero su confirmación, y cuando la recibo, sin abrir la boca, salgo al exterior, a ver si de una vez terminamos con esto.

Cargando editor
21/01/2009, 10:59
Andrea Scerri

- Bien... - Scerri observó de reojo la escena del pequeño Oluwatobi, sin entender del todo el francés que dominaba. Pero "papá" era algo reconocible hasta en el japonés y, si rebobinaba un poco hacia atrás, recordaba que el pequeño había comentado algo sobre su padre... ¿Qué le habría pasado? ¿Se habría ido su madre de la lengua?

Asintió en general y se dirigió junto al grupo hacia el exterior, sujetando a Antti por si éste desvanecía, y contemplando el inmaculado paisaje con un tinte melancólico una vez llegados a la puerta... Antes de salir se giró de cara al grupo, haciendo rotaciones hacia abajo con el índice.

- ...Un consejo: No miréis. Daos la vuelta si acaso - dijo, mayormente a las chicas, sonriendo con cierta complicidad a Madison. Una vez dicho esto, se encogió de hombros a causa del frío dispuesto a salir al exterior junto a Alexandra, mirando expectante al chiquillo, con gesto relajado...

Cargando editor
21/01/2009, 17:44
Nadra Oluwatobi

Las palabras de su hijo la hirieron más que cualquier otra cosa, más que la jodida actitud de todos aquellos. Le hacían sentir como si les debiera la vida y si era de ese modo, mejor largarse ya mismo; encontraría la manera. Mientras se encaminaba en silencio, sopesando las palabras de cada uno a cual más soberbio que el otro, incluso ese Taylor que no hacía más que ponerle los nervios de punta, sujetaba a Roan de la pequeña mano que ahora le parecía enorme. Quizás la verdadera razón por la que estaban allí era él y no ella como en un principio había creído. Nuevamente centró su atención en el pequeño, sin dejar de mirarlo a los ojos e ignorando por completo a los demás en ese momento, como fuera no era con ellos con quien tenía que estar bien y poco le importaban.

-Il ne parlait pas de ta soeur, tu sais bien que je ne suis pas comme ton père. J'ai fait que tout ce qui est possible par elle aussi mais ne l'a pas obtenu… Je sais que tu es intelligent et que tu sais que j'étais aimée par tant comme. Tu ne me compare pas à nouveau avec ton pape, je préfère avant mourir-dijo con un tono más bien sombrío.

Luego se levantó sin esperar una respuesta, más que el cambio de cuerpos de aquellos dos. Lo lamentaba pero no tanto como para sufrir por ello, después de todo ellos podrían volver a ser los mismos. El frío se hacía sentir y ella sólo deseaba largarse de allí lo más pronto posible.

Cargando editor
21/01/2009, 17:51
Nadra Oluwatobi

Las palabras de su hijo la hirieron más que cualquier otra cosa, más que la jodida actitud de todos aquellos. Le hacían sentir como si les debiera la vida y si era de ese modo, mejor largarse ya mismo; encontraría la manera. Mientras se encaminaba en silencio, sopesando las palabras de cada uno a cual más soberbio que el otro, incluso ese Taylor que no hacía más que ponerle los nervios de punta, sujetaba a Roan de la pequeña mano que ahora le parecía enorme. Quizás la verdadera razón por la que estaban allí era él y no ella como en un principio había creído. Nuevamente centró su atención en el pequeño, sin dejar de mirarlo a los ojos e ignorando por completo a los demás en ese momento, como fuera no era con ellos con quien tenía que estar bien y poco le importaban.

-No estaba hablando de tu hermana, bien sabes que no soy como tu padre. Hice todo lo posible por ella también pero no lo consiguió... Sé que eres inteligente y que sabes que yo la amaba tanto como a ti. No vuelvas a compararme con tu papá, antes prefiero morir.-dijo con un tono más bien sombrío.

Luego se levantó sin esperar una respuesta, más que el cambio de cuerpos de aquellos dos. Lo lamentaba pero no tanto como para sufrir por ello, después de todo ellos podrían volver a ser los mismos. El frío se hacía sentir y ella sólo deseaba largarse de allí lo más pronto posible.

Cargando editor
22/01/2009, 21:59
[Madison Greens]

Suspiro pesadamente cuando vamos hacia el exterior, restregando ambas manos por el rostro. He tenido bastante. No, he tenido de sobra. Respondo con una sonrisa triste a Lex, más por reflejo de la suya que por tener interés alguno en realizarla. Y bajo la mirada, claro que sí, sé lo que viene… y mejor no verlo de nuevo...

La conversación del niño y su madre… no, no debería estar escuchándola, por lo menos sin que ellos lo sepan… la de los pasillos vale, pero el cariz de la conversación que está tomando ahora… no. No quiero espiarlos, no quiero ser una intrusa. Con voz congestionada y tras carraspear, miro a la nueva. Disculpa Nadra… pero.. sé francés... Con expresión culpable, debería habérselo dicho antes, aunque claro, si en medio te dicen la muerte de un buen hombre y no es la primera del día… pues la cabeza se va un poco… miro alrededor, evitando encontrar el rostro del italiano ahora que estamos fuera… y me siento en el suelo, con rodillas flexionadas. No hay mucho más que hacer hasta que el niño no se manifieste de nuevo.

Cargando editor
23/01/2009, 02:00
Roan-Kale Oluwatobi

Lo que de ningún modo podía ser era que estuviera de malas con su madre. Roan veía que Nadra se hundía, su madre perdía la fé a pasos agigantados, y sabía que él era el único que podía evitarlo. Hacía apenas unas horas le había hablado de lo "guays" que eran los X-Men... Era el momento de ser un héroe... Y empezaría por intentar salvar a su madre del pozo de pesimismo en el que estaba cayendo. En respuesta a su gesto sombrío, el niño sonrió.

- Perdona, mamá... No sé ni lo que digo. Estoy nervioso. ¡Pero mira, lo hemos conseguido: Ya estamos juntos! Vamos a hacer que Laniece sonría y los chamanes se retuerzan: Nos va a ir bien... -le dedicó entonces una sonrisa confiada a Madison- Era mi hermanita pequeña -su sonrisa toma ahora un tinte algo amargo, pero no desaparece, tan sólo su mirada se posa en la nieve... Tan blanca... Le recuerda a ella. Cuando levanta la vista sus ojos vuelven a emanar la energía y el optimismo que su madre conoce en él, y coge tanto a Andrea como a Lex de las manos... Ambos pueden notar que las palmas le sudan- Rewell dijo que confiáramos en él. Ya verás, mamá: ¡Seremos superhéroes! ¡Tenemos poderes y podemos! Se lo debemos a mucha gente... ¡A la compañera de nuestros nuevos amigos y a Laniece! -amplió la sonrisa, como si estuviese seguro de poder honrar la memoria de las citadas...

Un parpadeo, quizás algo mareante... Lex y Andrea volvían a ser los mismos. El niño corrió entonces a abrazarse a la cintura de su madre.

- Perdonad... -dijo desde la seguridad que Nadra le ofrecía.