Partida Rol por web

¡Señorita!
Donovan miraba desde la cama bastante divertido como su sobrina echaba a correr por el piso de hielo vestida solo con el mono de dormir.
¡No puede usted correr descalza por el suelo, que se va a resfriar!
Sale del saco de dormir riendo disimuladamente y rebusca por el cuarto hasta encontrar sus zapatillas y las de la niña. Las coge y, sin preocuparse por ponerse mas ropa, corre hacia la puerta por la que se ha ido Amber...

Un grito de la niña rasga los oídos de Donovan justo cuando sale al umbral de la puerta y ve el pasillo...
El blanco impoluto se ha teñido de rojo... La sangre se cristaliza bajo los cuerpos mutilados, la cabeza de su padre yace a los pies de Amber, que no deja de gritar, histérica... Buscando la salida Donovan descubre a Art en un extremo del pasillo. A sus pies, su hermana Jolene está abierta en canal, desnuda y con los labios pálidos.
Buscando otra salida, en el otro extremo del pasillo, un montón de gatos rodean a Balaguer, que está empapado de sangre al igual que Art, pero éste sostiene del brazo el cuerpo inerte de Dale, destrozado a base de cortes.

En el centro de la masacre, Marcos se mece sentado sobre sí mismo...

- Por tu culpa Jolene ha muerto... - rugía el español - He visto cómo mirabas a ésta... - tiró el cuerpo de Dale al suelo, y los gatos se abalanzaron sobre ella - Estamos igual...

- ¡Me vino bien que no lucharas, Donovan...! - rió Art.

- ¡CALLAOS! - Marcos gritó y cientos de púas se tragaron a Amber, dejando tan sólo un charco de sangre y jirones de carne...

Donovan despertó entonces, temblando, acosado por el calor del saco y el sudor, gritando y con la cara empapada. Nadie en la habitación, la puerta cerrada y una nota cerrada sobre la mesa cogida con un clip...

¡AAAAAAAAAAAAAAAHHHH!
Donovan se despertó gritando, recubierto todo el cuerpo de sudor frío y con los ojos abiertos de par de par por el horror vivido en la pesadilla. El saco de dormir le oprimía y le sofocaba como una trampa mortal de la que debía escapar para poder volver a respirar con normalidad, pues lo hacía de forma entrecortada y con gran dificultad.

Comienza a revolverse, forcejeándo de forma frenética con el saco hasta que sus manos dan con la cremallera y la descorre de un fuerte tirón. Se desliza fuera de la cama, dejándose caer sobre el helado suelo y dando gracias por su gélido contacto.

Se queda ahí unos minutos, acostado sobre su espalda, recuperando la respiración y convenciéndose de que solo había sido un sueño... solo un sueño y nada mas. ¿Se sentiría así Tylor cuando tenía aquellas visiones que decía tener?... Si no supiera que los poderes dentro del Ice Hotel no funcionan, llegaría a pensar que estaba teniéndo visiones él también.

La otra alternativa es que se estaba volviéndo loco. Y ninguna de las dos opciones le parecía mejor que la otra.

Con el pelo pegado a la cara y manos temblorosas se levanta como buenamente puede y se acerca hasta la nota que ha visto desde el suelo hace un momento.

Dentro de la nota hay una tarjeta de crédito-regalo anónima...

Cita:

Así era él, siempre queriendo quedar bien con personalidades "útiles".

Bufffffffffff
Bufa algo mas tranquilo gracias a los retazos de realidad cotidiana a los que le solía someter su padre con ese tipo de notas y mensajes.
Bueno Donovan... Toca mañana de compras
Se sienta en la cama tarjeta de crédito en mano mientras se le dibuja una sonrisa en la cara. Necesitaba irse de compras. Lo necesitaba y ya.

De entre sus cosas elige algo bueno y elegante que le proteja del frío de la calle pero sea fácil de quitar una vez entre en algún comercio con calefacción.

Se quita el pijama y lo deja tirado en cualquier parte, dispuesto a vestirse para salir a desayunar, cuando descubre algo que le amrga la mañana tanto como la pesadilla que acababa de tener: La enfermedad se le estaba extendiéndo hasta la piel. Pequeñas ronchas de un pálido color rosado comenzaban a formarse en varios puntos de sus brazos y piernas como si intentaran formar brazaletes alrededor de sus extremidades... No pasaría demasiado tiempo hasta que estuviera en las mismas condiciones que María...

Ya pensaré mas tarde en esto... si me pongo a darle vueltas ahora...
Tenía la mala costumbre de pensar en voz alta en algunas ocasiones. Sobretodo cuando quería alejar pensamientos negativos de su mente.

Se viste y sale al pasillo en dirección a la cafetería.

El pasillo está limpio y vacío, como es normal en ese hotel, si acaso pasando una estatua de hielo animada... Lo que curiosamente también es "normal".
Al ir llegando a la cafetería, se oyen algunas risillas cansadas y comentarios entre chicas en un idioma que a Donovan le es desconocido. Pero las risotadas son de María, sin duda.

Al entrar, Donovan ve sentadas delante de un par de croisants humeantes a María y Dale. La última envuelta en una manta además de llevar el pijama, la primera con ropa de otoño mediterráneo. Ambas reían amargamente, esas carcajadas en que uno ríe por no llorar... Pero incluso con las risas habían llegado las lágrimas.

- Odio el humor australiano - comentó María a Donovan nada más verle, hablando en francés y riéndose a pesar de todo - Es el más estúpido que he oído, pero... Es genial.

Dale levantó una ceja. Parecía cansada pero mucho más en paz de lo que la habías visto en el poco tiempo que la conocías. Ya no desprendía ese aire desconfiable de quien sabe mucho y cuenta poco, pero había descansado y se notaba. Verlas a ambas riéndose era realmente refrescante.

- Dice que odia el humor australiano... - sonrió débilmente Dale hablando tu idioma - No tiene ni idea de lo que es bueno...

Se miraron ambas riéndose e hicieron sitio para que te sentaras a la mesa.

- How are you?
- Comment ça va?

Casi simultáneo.

¡Yo también os quiero a las dos, chicas!
Saluda nada mas entrar en el bar de un palpable buen humor, agitando una mano en el aire con encanto inglés y en los dos idiomas en los que sabía que se podía comunicar.

Se acerca hasta las chicas y besa a las dos en la mejilla al estilo francés, primero a Dale y luego a María.
He pasado noches mejores... pero también las he pasado peores. Y he tenido despertares mejores... Así que no me puedo quejar... No vaya a ser que se me caiga una viga de hielo encima y me aplaste un pié.
Se echa a reír con el mismo tono amargo que lucían Dale y María a su llegada y se acerca hasta la barra para buscar algo de desayunar.
¿Tenéis algo que hacer esta mañana?... Me he encontrado a un amigo y creo que nos vamos de compras... ¡Se llama Visa Oro!
Exclama sacando la tarjeta de crédito que le dejó su padre del bolsillo del pantalón y enseñándosela a las chicas sujeta por los dedos corazón e índice.

- Me lo debes aquella noche - bromearon las dos cada una en su idioma al unísono, cogiendo con los dedos una esquina de la tarjeta.
De pronto apareció cierta tensión en el entorno. Ambas muchachas se miraron de reojo, serias. Era una especie de super poder natural en las mujeres que no se veía afectado ni entre las paredes de Ice Hotel.
Ambas alzaron entonces las cejas y se echaron a reir como quinceañeras. Dale debió decir algo ingenioso en castellano, porque María se echó la mano a la cara enrojecida y se rió a mandíbula batiente.

- [FR]Lo siento es... Es que es... En fin. Qué cabrona.[FR]

- A mi amiga y a mí nos pone tu amigo. Creo que saldremos a ver quién se lo liga, la que pierda... Tendrá que repetir contigo, qué le vamos a hacer... - Dale alzó una ceja, sonriendo. Parecía lo joven que ella sonriendo con aquella picardía.

¡Jejejejeje!
Se ríe maliciosamente y se apoya en la barra, alejando la tarjeta de crédito de las manos de ambas chicas y jugueteando con ella un ratito entre los dedos antes de volverse para mirarlas a las dos con una sonrisa lobuna y los ojos entrecerrados por la picardía.
¿Quién ha dicho que mi amigo esté libre?
Encoje un hombro y ensancha la sonrisa aún mas.
Me parece que no vais a tener por quién pelearos... Visa Oro y yo estamos comprometidos para el resto del día...
Hace un gracioso y provocador gesto de mano girándola en torno a la muñeca varias veces, sin dejar de sonreír.
Y para que veáis lo buen tipo que soy, os dejamos que vengáis con nosotros... ¿eh?
Alza las cejas, interrogativo y endiabladamente encantador antes de volver de nuevo a sus quehaceres para prepararse el desayuno.
Y ahora... a no ser que me queráis muerto, dejad que me sirva un bol de cereales, encantos míos.

- Pero... ¿Un hombre y una tarjeta de crédito juntos...? ¡Eso es inmoral! ¡El Vaticano no lo aprueba! - se indignó María partiéndose de risa mientras Donovan se servía, traduciéndolo luego al castellano para Dale, quien contestó algo y las dos se volvieron a echar a reir - Ha dicho - tradujo María - que "esas relaciones son las más directas a acabar en trío o incluso cuarteto, puro vicio" - le dió un empujón en el hombro que casi tira de su butaca helada a la escuchimizada australiana - Donovan - avisó María - Vas a tener que abrir mucho los ojos cuando vuelva Hugo... Creo que es un celoso de la re-leche...

- [ES]¿Tú stás con Hugo?[ES] - preguntó Dale echándose un barquillo en forma de pajita a la boca.

- [ES]Eso creo - río María - Aunque fijo que me trae problemas, siempre elijo mal, la prueba está en que Donovan y yo sólo somos amigos[ES] - de nuevo una carcajada.

- ¡Uhhmmm...! - asintió Dale con la boca cerrada, masticando y dándole la razón - [ES]Somos igual de idiochas enchonses.[ES]

- [ES]Nah, a él le gusta Lex, que es una psicópata por muy mona que parezca... Su novio y ella me han hecho estar como estoy - le mostró el brazo - Él elige peor que nosotras, no es sólo de mujeres la estupidez.[ES]

Puro vicio, sin duda alguna. Solo hay interés material entre nosotros... Nada de amor... Y si el Vaticano no aprueba nuestra relación... ¡Tendremos que vivir al margen de la ley católica!
Confirmó riendo la explicación traducida de Dale sin el menos tapujo, siguiendo también la broma con María y repitiendo luego en los dos idiomas para que ambas chicas lo entendieran. La verdad es que se hacía un poco raro esta especie de trío idiomático.

¿Quién no estaría celoso estando yo por aquí?
Suspira teatral, tras el comentario de la española sobre Hugo.
Si yo no fuera yo, y supiera que yo iba a estar todo el día con mi... ¿novia?... También estaría celoso. Sin duda alguna.
Sonríe, conciliador, tomándose un poco mas en serio la advertencia. Y no por lo que pudiera pensar Hugo, sino porque María se había tomado la molestia de avisarle.
Pero tranquila, no haré nada que active los celos de tu chico.

- Gracias cielo - María le echó un beso a Donovan desde donde estaba.

Mientras te servías, las chicas compartían una conversación mientras Dale devoraba unos barquillos de chocolate en forma de pajita. Primero Dale salió con el nombre de Hugo en una frase que por el tono parecía una pregunta. María se encogió de hombros riéndose y asintiendo, mencionando algo sobre Donovan y la reconocible palabra "amigos", estallando en una amarga carcajada.

- ¡Uhhmmm...! - asintió Dale con la boca cerrada, masticando y dándole la razón, para decirle algo después que incluía el internacional término "idiotas".

María contestaba algo que incluía a Lex y la palabra "psicópata", muy similar a la "psychopath" inglesa, y luego le mostraba a Dale su brazo. La australiana puso un gesto de repulsa y a la vez de tristeza, ladeando la boca y encogiendo un hombro indicándole a María que sentía su estado.
Luego le preguntó algo muy brevemente y la española asintió, cubriéndose de nuevo el brazo y sonriendo como quien acepta una apuesta.

- Oye Donovan - Dale parecía recuperar el ánimo de nuevo con aquella estúpida conversación - María me dice que Lex es una psicópata pero que te gusta... O sea, que te mola, no sólo que quieras llevártela al huerto, ¿mentiendes?

María le cogió el brazo a Dale y se rió. La australiana nombró a Madison y Alice y la española negó con la cabeza.

- Dice que sólo le pones ojitos a ella... ¡Pero no puedes! ¡Su nombre se parece mucho a "Laxante"! Joder, imagínate que os casarais... ¡Alaxenter Dryden, por Dios...!

María se echó hacia atrás entendiendo eso, muriéndose de risa, casi literalmente.

¡HORROR!
Donovan se llevó la mano inmediatamente a la boca para tapar su horripilante -y fingida- mueca de incredulidad y repulsa. No se reía. Era un buen actor y sabía mantener las risas a raya cuando le convenía. Sobretodo para dar la nota.
¡¿Pero qué dices, tía!? Si soy el único que no le pone morritos a la húngara. Vale que sea toda una belleza y que me podría pasar horas mirándola sin respirar de la impresión... pero le quitas su poder y no es mas que una tirada tan interesante como ponerse a contar las losas del techo de este hotel...
Niega con la cabeza, dejando bien claro que la posibilidad de que quisiera algo con Lex es tan acertada como la teorías que situaban a la Tierra como centro del Universo.
Eso por no decir que es una psicópata -aunque aquí casi todos los son, la verdad- ¡y que su nombre se parece a Laxante!
De nuevo todo repetido en francés, para que María pudiera seguir la conversación. Detalle que ellas dos no tenían para con él.

- María me ha dicho que Lex no deja de gritar, ir de un lado para otro y que entre ella, su novio y una chiquilla japonesa (que por cierto, ¿quién coño es?) le dejaron el brazo así... - contestó Dale tras reirse un poco del detalle de las losas del Ice Hotel. Le tradujo a María lo que había dicho y María frunció el ceño.

- [FR]Entonces... ¿Quién te gustaría que fuera la tercera, Donnie? - sonrió la española, cotilla como sólo los de su tierra podían ser entre amigos - ¿Madison? ¿Alice? ¿Emma, Miranda...? Te veo con Miranda. Sonríe mucho.[FR]

- Who are those names...? Emma and Miranda - se adelantó Dale, dándole un par de toquecitos en el hombro a María.

- Err... - Mara hizo un esfuerzo lingüistico, el acento no le perdonaba - Emma and Miranda ar sisters... Eh... Emma hav dogs and... Miranda has a... - se lamió los labios - Laik... Mmmhh... "Dior", "Dolce & Gabanna"... - trazó con los dedos la forma del típico dibujo de casita.

- "Clothing shop"? - Dale se tiró de la ropa - "Clothes". Chienda de roupa.

- Yes. Dat: Clozin shop. Du yu mit her, Donovan? Sister of Emma.

María se había dado una buena empollada esos días, sin duda, pero se notaba que le costaba un poco aún.

Como si fueran amigas de toda la vida...
¿Sabéis chicas? Me encantáis. Sin lugar a dudas. Sois las mejores.
Les guiña un ojo amistoso a ambas y comienza a pensar en las preguntas de sus amigas. Ya se había planteado hacer una pasado por cada mujer del hotel... pero la verdad es que al conocerlas se le habían quitado las ganas de meterse en la misma cama que muchas de ellas.
Puuees... veamos... ¿La tercera? ¿Después de haberme acostado con vosotras dos?... Si pudiera elegir, volvería a compartir noche con vosotras. No porque las demás no valgan nada a vuestro lado -que no os llegan ni a la suela de los zapatos- sino porqueee... ¡me quedé prendado de vosotras!
Sonríe, encantador, y sus ojos revelan que no miente. De una forma o de otra, se quedó prendado de las dos chicas. Bien de sus cuerpos, de sus carácteres o de lo que fuera. Pero era la realidad.
Repasando... Alice es demasiado parecida a esas chicas con las que estaba cuando tenía 17 años. Niñas pijas e insulsas a las que al día siguiente no llamaba para no tener que sacarlas de compras porque me aburría con ellas. No merecen el esfuerzo que supone un cortejo. Y además tendría que seguir viéndole la cara todos los días. Ni hablar.
Niega con la cabeza y alza los ojos, pensativo, antes de proseguir.
De Lex ya os he dicho lo que pienso... Madison... No se, me parece demasiado vulnerable. Demasiado sensible. No creo que le conviniera acostarse conmigo...
Se encoje de hombros esta vez, acompañándo el gesto con un suspiro algo triste. Madison le daba bastante pena. Y eso que la conocía muy poco.
Emma no. No me termina de convencer. Y a su hermana no la conozco... pero por lo que decís no estaría nada mal ir a visitarla alguna tarde.
Se sonríe, pícaro, y se vuelve a encoger de hombros con fingida resignación.
Si no puedo tener a los dos premios gordos, me tendré que conformar con las aproximaciones.

- A Madison... Déjala. Aunque deje de darte pena. Tu hermano me ha dicho que le gusta, no seas perro - era increíble que conociera a Rewell de un día y ya supiera qué chica le gustaba, qué desayunaba y qué decirle para que se cambiara el look. Se sirvió un poco de leche en una taza de té y empezó a removerla con la cuchara. Un atisbo de decepción en su mirada. María la miró a ella y luego a Donovan, levantando una ceja. Ajena a ésto, Dale sonrió y prosiguió - Eh, y si esa Miranda no te gusta... ¡Siempre puedes repetir segundo plato! No creo que me eche novio por aquí, sería un desperdicio y de alguna manera tengo que desintoxicarme... - parece que no eras el único con la idea de hacer un "tour" de huéspedes del hotel... Y por algún motivo estúpido, incomprensible y retorcido te molestaba bastante la idea de que Dale fuese a hacerlo.

- [FR]Miranda es muy guapa y sonriente. Pero tiene algo que da miedo, es un poco violenta... - ladeó los labios y le dió un abrazo a Donovan - ¡Tú también nos encantas, cielo![FR]

María no entendió nada de lo que le dijo Dale, y con algo de ansiedad le preguntó a la chica, quien le tradujo. María era un poco inocente a veces...

- ¡Hey...! - miró a Dale sonriendo pícara - ¿Es que haber problema que mister Rewell gustar Madison, Miss Lantana? - un inglés pobre, pero en una semana era una proeza.

- Mister Rewell está MUY bueno, Miss Ortís. Es una verdadera pena perderse a un hombre que lo tiene todo: Guapo, fortachón, bueno y tonto, con todo el cariño - un brillo de preocupación apareció en los preciosos ojos de Dale mirando su té.

- ¿Rewell...? - lo cierto es que a María le caía bien el mayor de los Dryden. Miró a Donovan. No entendía cómo alguien podía decir eso de un hermano habiendo probado al otro... - Poner la ropa que yo decir y Rewell se olvidar Madison - le guiñó el ojo a la australiana.

- Nah, para nada... No le conviene alguien como yo ni de coña - rió amargamente Dale - Además... Es pronto para ponerse celosa de nada, ¿no? ¡Y no soy tan gilipollas de liarme con un tío que me cuenta a la primera de turno que le gusta otra! - se carcajeó.

Le devuelve el abrazo a María con cariño y le frota ligeramente los brazos, el bueno con un poco mas de fuerza que el malo.

¿Madison y Rewell?... ¡JE!
Se rasca la nuca disimuladamente y niega un par de veces con la cabeza.
No funcionaría. ¿Los has visto? Como tu dices, mi hermano es demasiado tonto. Necesita una chica algo mas... activa que Madison. No se, me parece una mosquita muerta, en el buen sentido de la expresión, claro.
Se encoje de hombros y ataca de nuevo sus cereales.
Tú hazle caso a María que sabe lo que dice. Tú ponte lo que te diga por la mañana y tendrás al bobo de mi hermano en bandeja esa misma noche.
Sonríe de medio lado... aunque termina por ensanchar la sonrisa.
Y sino... siempre puedes repetir con el hermano guapo, listo, menos bueno y algo menos fortachón pero mucho mas divertido y elegante ¿eh? Qué será por falta de ganas u oportunidades.
Alza las cejas y sonríe, lobuno, antes de desvíar la mirada hacia María.
[Fr]¿De verdad crees que podás juntar a Dale y Rewell?[/Fr]
Había una nota discordante en el buen humor con que hacía esa pregunta. Una nota que a María, perceptiva como era, no se le habría escapado.