Partida Rol por web

Cuando Herkus oye pasos tras él, se vuelve extrañado, al verte sus ojos brillan enternecidos, sonríe y te ofrece su brazo.

- ¿Vienes a mandareme a paseo directamenete o a pasear con mí? - ríe.

Lex se detiene frente a él mirándolo de reojo y torciendo la boca, como pensándoselo... Finalmente niega y sonríe de lado, cogiéndose a su brazo y echando a andar junto a éste:

- Me sacas de quicio, ¿eh? Voy a coger el hábito de cerrar con llave y esconderla, para tenerme tranquila... - bromea, sonriendo, aunque se sabe perfectamente capaz de hacerlo - ¿Cómo puedes tener ganas de pasear con la que cae? Eres rarísimo...

- Tengo uno abrigo estupendo para protegerme de frío, un casa a la que volver... Es bueno pasear sin preocupar de encontrar comida, limosna o cobijo... Sólo pasear, andar como otro persona cualquiera... - sonríe, soñador, mirando al frente mientras camina - Además, nunca no estado más lejos de Lituania... Ésto es nuevo y raro para mí...

- Debe de serlo... Muchísimo... - comenta pensativa, mirando al suelo - Siento haberme puesto pesada antes. Es cierto que debes de necesitar tu tiempo para pensar en tus cosas. Tu vida ha dado un giro completo... más que yo o que Antti, sin duda - asiente, y suspira. Era difícil creer que alguien tan bondadoso, después de sufrir tanto maltrato, hubiese llegado... ¿vivo?, ¿sano?, de una pieza como lo estaba él. La vida como vagabundo en una ciudad como era Lituania debía de ser una auténtica pesadilla... Lo mira y le sonríe - ¿Cómo es que eres tan... amable con todo el mundo? La gente de la calle suele ser muy arisca y nada extrovertida... Tú en cambio eres... cálido, cariñoso. Eres una persona excelente...

- No siempre bueno - niega con la cabeza - a veces dehado sangrando hente que me molestaba muchísimo... Otro veses perdido pasiensia y ocurrido cosas malas a otros - se encoge de hombros - La vida en calle... - suspira - Pero siempre soniado mucho, ¿sabes? Soniado que alguien aseptaría y mi suerte se cambiaría... - sonríe, emocionado - y... Pasado, al fin... Cuando en calle yo siempre pensaba que había gente muy peor: Madres con bebés... Ninios... Siempre soniaba: "Cuando yo mayor y con dinero seré bueno con hente como yo de calle" - ríe.

Czigany sonríe enternecida, frotando cariñosamente el brazo del que se sujeta...

- Y ya puedes hacer todo eso... Nunca más vas a quedarte tirado en ningún sitio. Bueno sí, en la cama o en el sofá; ya está - se ríe - Dormir en una cama. Dios, cuánto lo echaba de menos... Te cambia la vida. Y la espalda - vuelve a reir - Seeeehh... Mi espalda es un PUTO Scalestric - Dormid esta noche si quereis en la cama, ya que sois dos tíos y os exploto cocinando, conduciendo y limpiando... Por mí no hay problema. No hace mucho me dormí en la cola del super - se ríe de nuevo.

- ¡No, no! - ríe, pasándote la mano por la espalda - Yo tengo espalda como yunque, tu tienes que reparar tuya, y no quiero dormir en misma cama que Antti - finge un escalofrío y se ríe - ¿Porqué no yo contigo? ¿No fías de mí? - saca la punta de la lengua entre los dientes, sonriendo burlón.

- Mmmmmmm... - se queda de nuevo pensativa y mirando de reojo - ...Sí, supongo que sí - se ríe - Total, no vas a durar ni tres minutos despierto. Es tumbarte ahí y... PAFF... caer en los brazos de Morfeo. Qué gran invento... Es una de mis grandes debilidades. Si pudiera, me pasaría la vida en horizontal - bromea y se ríe. Se la ve bastante agusto.

Cierra los ojos, fantaseando...

- Mmmmhhh... - hace un sonido orgásmico, lascivo, con su voz varonil e insinuante - ¡¡DORMIR EN UN CAMA... QUÉ PLASER!! - bromea después, riéndose por tu posible reacción... Cuando os dais cuenta, habéis llegado a una calle desde la que se ve el sobervio Palacio de Invierno... Herkus enmudece...

- No... ¿No es hermoso...? - susurra, repasando con los ojos brillantes toda aquella proeza arquitectónica.

Lex le da un palo en plan coña en el hombro cuando éste bromea, riéndose...

- Sí... Es una preciosidad... - le responde cuando repara en el lugar a donde han llegado a parar, acercándose a paso pausado... Aquel era uno de los momentos en los que se echaba de menos una cámara - Qué bonito. Creo que éste es el... Palacio de Invierno. Aquí hay un montón de maravillas como esta. Rusia tiene un paisaje increíble...

Herkus te coge la mano y se pone en la cola de entrada sin pensárselo dos veces cuando ve que la gente lo hace. Pide dos billetes de entrada y al fin entráis... El recibidor es impresionante...

Los ojos se le cargan observando la enorme escalera, todo en general... Por un momento piensas que es rabia, pero ves que toda esa rabia se derrumba dejando paso a un sumiso maravillamiento, como si la grandiosidad de aquella sala se apoderase de él... Niega con la cabeza, los ojos se le cargan...

- Hamás había visto lugar tan hermoso... Ni a mujer tan hermosa... Me siento como un rey... - bromea con una radiante sonrisa, aunque lo dice completamente en serio - Como en un cuento...

Lex se retira el gorro y sonríe, ligeramente colorada. Observa asombrada la estancia...

- Bueno, imagina que ésto es un cuento y que tú eres rey y heredero de éste grandioso palacete... - alza la vista, junto con los brazos, para poder reparar en los detalles del techo - Yo soy una... duquesa de puturrúdefoie - se ríe con el palabrejo - y te pido que me enseñes tu residencia... - le alza una ceja, alzando el hombro - ¿Qué me dices? ¿Me llevas a algún sitio guay, su majestad...? - sonríe tendiéndole la mano, bromeando, pero dispuesta a seguir con el rol. Se nota que ha tendido mucho al aburrimiento y ha desarrollado una gran imaginación...

- Eeehh... Claro - ríe Herkus. Es evidente que no sabe nada sobre los modales de la nobleza, quizás no haya visto una película completa en su vida... Coge tu mano y la besa, más por inercia que por modales, según parece, y finalmente te lleva por las escaleres... - Duquesa del Puturrúdefoie...: Ésta es mia escalera, más grande que todo Vilnius junto, la construí porque me salía lo dinero de orehas y no sabía que haser con él... Así que me asomaba por ésto escalera y lo dehaba caer abaho, así impedía que me ahogara en él... - ríe, justo antes de entrar en el recibidor y quedarse igualmente anonadado...

- Ésto... Ésto construido porque no sabía dónde meter... Ehh... Mis ideas. Tengo muchas y mucho grandes... - ríe, colorado, en un intento de hacer una actuación creíble de un rey - Además empesado a sudar dinero, en algún sitio había que meter...

Continúa avanzando, mirando hacia todos lados, visiblemente entusiasmado con la visita...

- Ésto es sala de trono. Con último trono pasaba frío porque era banio público, así que desidido poner tersiopelo en ves de tapa plástico malo... - ríe de nuevo, para acercarse a tu oído y decir: - Dinero empesaba a salir por sitio muy malo...

- Ésto sala de presiosos chismes... Ehhh... Escultura. La hise sólamente para haser rabiar a pobres y vagabundos como ese susio loco lituano... ¿Reisel? Creo que llamaba así... - se carcajea, aunque observa con detalle las esculturas, admirándose susurrando para sí mismo en lituano...

Se asoma entonces a una de las puertas que están cerradas al público, abriéndola deliberadamente y entrando con total naturalidad, cerrando la puerta tras él...

Observa maravillado la estancia, negando un poco con la cabeza...

- Y ésto... - se vuelve cual depredador hacia tí, te coge de la cintura, levantándote como si fueses un peso pluma, girándote en el aire como en una película, para dejarte suavemente sobre el sofá... Se sienta junto a tí y se inclina a pocos centímetros - Ésto salón construído para admirar a la duquesa... - te clava los ojos en los tuyos, luego en los labios, mientras empieza a acariciarte el cabello, luego el cuello, los hombros... Se pone serio.

Lex lo acompaña divertida durante todo el recorrido, riéndose al ver que éste interpreta su papel.

Sin problema alguno se adentra también en la última habitación, alucinando cuando éste la coge y rota con ella en el aire, esbozando una sonrisa de incredulidad cuando la deja sobre el sofá y mirándolo a los ojos bobalicona cuando Herkus empieza a ponerse serio...
Con una mano, acaricia su rostro cuidadosamente. Después sus bucles, con los que juguetea enredando suavemente sus dedos, desviando la vista a sus labios en ocasiones e inclinándose poco a poco hasta rozar su naríz con la suya, cerrando los ojos... creando tensión... saboreándo la tensión...
Sonríe idiotizada, sin terminar de creérse lo que esta haciendo...

- Has coincidido con los gustos de la duquesa... - le susurra, sin apartarse aún, pegando su frente a la suya y posando ambas manos sobre sus hombros, retirándole la bufanda con cuidado...

Herkus recorre suavemente con una caricia de sus dedos la línea de tu mandíbula, entreabriendo los labios para pasarlos casi sin rozarte, sin moverlos, desde los hombros hasta el lóbulo de tu oreja... El calor de su aliento quema envuelto en la tensión, ya con los dientes rozándote la oreja para mordisquearla mientras él respira hondo y cada vez más agitadamente... Y es entonces cuando la puerta se abre y el chico se sobresalta. Una mujer de seguridad del palacio.

- Aquí no se puede estar, por favor. Salgan.

Herkus traga saliva, colorado no, ROJO, y se levanta para esperarte y salir, sin poder evitar que se le escape una risilla traviesa...

Desenlace inapropiado.

...HAAAAAAAAH

Czygani pega un bote, y con un divertido - Ppppffffffff... - se levanta colorada, temblando de la risa y de los nervios... - ...Perdón - se disculpa al pasar junto a la vigilante, cogiendo a Herkus de la mano para, ya fuera y más alejados de la zona, partirse de risa:

- ¡¡...Jajajajajajaja!! ¡¡Qué triste!! ¡¡Qué verguenza!! - se lleva una mano a la boca, roja, colocándole correctamente la bufanda al lituano...

Todavía como un tomate, Herkus ríe tras su bufanda, cerrando los ojos y doblándose sobre sí mismo.

- ¡Qué malo...! - musita entre risas, siguiendo la ruta de la visita - Grande vergüensa, sí, casi le digo "¡Hola! ¿Tiene algo comida? ¿Snacks?" - se carcajea en voz bajita.

- ¡Jajajajaja! ¡Qué gamberro...! - se coge de su brazo mientras siguen la visita - Joder, eemmm... qué manera de cortar algo. ¿Quieres que vayamos a alguna cafetería o a un pub? O volvemos ya a casa o... - se muerde el labio. Se había quedado con la miel en los labios y le parecía injusto tener que volver sin... ¿tragarse la miel? Le planta un sonoro beso en su mejilla.

- Café no, que si no no duermes y mañana eres cansada cuando conduses - sonríe tiernamente - ¿Quieres bailar? Yo no sé... - dice, enarcando las cejas con pena y mordiéndose los labios mientras sonríe. Tampoco a él se le va el rubor de las mejillas...

La húngara se queda pensativa llendo cogida de su brazo...

- Pues pasemos a por cena rica y volvamos con Antti. Así vemos la película y descansamos para seguir mañana con el viaje... - le sonríe - Pasemos por una pizzería o así y nos llevamos algo que nos guste.