Partida Rol por web

No pude evitar soltar una breve carcajada y agachar la cabeza por un momento de pura delicia, no solo porque mi cuerpo me pedia liberar un poco de tension, sino porque me habia hecho gracia el comentario sobre las pistolas. Y justamente, cuando por fin relaje la mandibula de reir y afloje el abrazo, ocurrio algo muy raro. Estabamos tan juntos y mirandonos tan fijamente, que creia que por un momento ibamos a besarnos. Y sucedio... a medias.

Sin embargo, aunque no habia sido un beso de novios en toda regla, a mi ya se me estaba acelerando el corazon al notar sus dulces labios acariciando mi mejilla y notaba como algo de mi queria corresponder ese beso, por siete veces su valor y mas. Algo que hubiera hecho, si no hubiera visto su timida y sonrojada sonrisa, y recordado durante unos minutos que habia hecho una promesa. Ese beso rozaba mucho al "Si", pero no lo suficiente.

-Supongo que eso es lo bueno de tu cara, no necesita pintartela para estar preciosa.- Dije sonriendo picaro mientras me echaba una mano a la mejilla, ocultando a medias mi colorada verguenza.- Anda, mejor nos damos prisa en coger las bolas de nieve y tirarlas. Que a este ritmo, tanto las bolas como nosotros, nos vamos a derretir.

Empiezo a recoger las bolas entre los brazos, y a caminar con ellas hacia la otra pared exteriro de la posada, solo girandome a Maria y prestandole atencion, para cuando ya habia caminado unos cuantos pasos y no estaba seguro de si me acompañaba."Vale, reconozco, que pasar de un momento tan romantico a obligarla a ir detras mia para hacer gamberradas, no es muy logico o maduro. Pero seamos sinceros, otro beso como ese, y me tiro encima de ella sobre la nieve, diga lo que diga."

Con el halago sobre el maquillaje, María pareció ladear un poco la cabeza y una sonrisilla, mientras los ojos se le volvían algo brillantes... No obstante en esa ocasión fué el propio Hugo quien se armó con una barrera de bolas de nieve y la sacó de su estupor sugiriendo la propia guerra nival contra quien fuera (incluso el objetivo era ya menos exquisito, la cuestión a conseguir era el "efecto ducha fría").

- Ah... Sí, sí... Tienes razón... - rió, poniéndose literalmente roja y volviéndose su voz y su sonrisa algo estúpidas.

No obstante, cuando Hugo se asomó a la pared exterior de la posada, vió que Balaguer abandonaba la estancia a paso rápido, mortalmente serio, seguido tardíamente por un igualmente serio Rewell, quien decía en tono grave:

- ¡Balaguer, espera ahí! ¡Voy contigo!

María se detuvo y se asomó contemplando el espectáculo, y era espectáculo porque ni vuestro criminal compatriota ni Rewell parecían tener en consideración que nadie hablara inglés en el pueblo: Hablaban en un tono de voz normal. El mayor de los Dryden incluso había borrado su sempiterno ceño y más que nada parecía abatido.

- ¿Qué hacemos? - susurró María - ¿Les tiramos un bolazo de nieve a cada uno... O vemos qué pretenden? Los dos tan serios y juntitos... ¿No es raro?

Michael, que caminaba tranquilamente por aquel pequeño pueblo, pudo ver de lejos cómo Balaguer salía a paso ligero de la posada con aire preocupado. Pero lo interesante de ésto fué que un Rewell cuyo ceño había desaparecido salió tras él a la voz pacífica de:

- ¡Balaguer, espera ahí! ¡Voy contigo!

Y no sólo eso, sino que los otros dos españoles, cargados con bolas de nieve en los brazos y sin haberse percatado de tu presencia por el momento, parecen cuchichear en el callejón contiguo a la posada sobre si enterrar a aquellos dos en bolas de nieve o "mantener la discreción", lo que hablando en términos más mundanos sería "espiar"...

Cuando Balaguer alcanzaba los diez metros más lejos de la cabaña, la voz de Rewell le interrumpía...

Desde la ventana, ya que es un pueblo pequeño, se puede ver a Balaguer saliendo rápidamente de la posada y a Rewell persiguiéndole poco después, gritándole algo por lo visto, aunque no frunce el ceño, y su expresión, en contraste con la preocupación evidente en el español, es de abatimiento.

Me doy la vuelta con mala cara. Ya tengo bastantes preocupaciones como para pensar que encima este me venga a dar y yo no pueda defenderme ni con mi poder ni con mis cuchillas.
- Que quieres Rewell, tengo que encontrar a una cria...
Un poco hasta los huevos pero sin faltarle yo.

Alcanzo al español sin dedicarle una de las miradas habituales de desprecio. Aparte de cansancio y abatimiento no se ve mucho más en el rostro.
-Te ayudaré, Balaguer -suspiro largamente, no me puedo creer esto-. Espero que seas buen padre y buen marido... -y por extraño que resulte no es ni siquiera una amenaza, sino un deseo.

- No te preocupes, al fin y al cabo es necesario - Sonrie amablemente - Te hemos arrastrado hasta aquí sin darte más información...Es justo que por lo menos sepas el porque.
Alice se fija en la ventana...Parece que ocurre algo ahí afuera. Centra su atención en la ventana.

Alzo una ceja al ver la extraña situacion

Despues de lo de antes, Bigfoot de buen rollo con Balaguer?, ni de coña, o esta intentando disimular para llevarselo a un sitio apartado y darle una paliza o no lo entiendo, pero no creo que con lo que tiene en la cabeza le de para pensar algo tan complicado. Lo unico que se me ocurre es que la hermanita haya puesto paz, pero no lo veo

Redirijo mi paseo para seguir mas o menos en la misma direccion que ellos, como quien no quiere la cosa, tratando de que parezca que no les he visto

No sólo ves que a lo lejos Michael esté viendo la escena también y os haya visto a todos, sino que además, desde la ventana de la tienda de ropa, observan Alice y Madison... E incluso alguien más: Un chico rubio desde un portón parece muy atento a las reacciones de Rewell y Balaguer...

Te percatas que hay personas observandoos por todas partes: Michael, caminando en plan "fortuito" hacia vosotros, Madison y Alice desde la ventana de un comercio de ropa; Hugo y María desde el callejón contiguo a la posada de Valdemar... E incluso un muchacho que debe ser de la zona, que parece entenderos perfectamente dado el interés que pone en vuestra conversación...

Te percatas que hay personas observandoos por todas partes: Michael, caminando en plan "fortuito" hacia vosotros, Madison y Alice desde la ventana de un comercio de ropa; Hugo y María desde el callejón contiguo a la posada de Valdemar...

Os dais cuenta de no ser las únicas espiando esa situación: Michael se va acercando a ellos y los otros dos españoles espían cargados de bolas de nieve desde el callejón contiguo a la posada...

Antes de que Balaguer pueda responder a Rewell, Michael llega por casualidad hasta donde están ambos hombres...

Pero eso no..… La mirada de Alice me hace girarme a la ventana y que me calle. Ay, ¿Qué ocurre….? ¿Están peleándose? Parece que no…. Pobre Rewell. ¿Van a tirarle unas….? Alice, esos dos… ¿Van a lanzarles bolas de nieve? La miro sorprendida, no creo que estén para bromas…. Vamos a la puerta a ver que hacen. Andando rápido llego a la misma.

Hago un gesto de saludo hacia los dos, aunque parece que estoy perdido en mis pensamientos disfrutando del fresquito y no presto demasiada atencion, pese a que por un momento enarco una ceja, al parecerme una pareja de paseo un tanto extraña

Joder... Si la calle está atestada de gente... Incluso un tipo que no conozco de nada y que, me da la impresión, está fisgoneando un poco... Mejor hablar de aquello más tarde, cuando no haya tanta gente de por medio. Simplemente sigo de cerca a Balaguer, él debe saber lo que se hace... Y yo tengo que protegerle de que nada le ocurra. Pero qué mundo tan raro, hay que joderse, hace unos minutos nos estábamos desollando con palabras y miradas.

- Por ella haria lo que fuera.Y lo primero que tengo que hacer es encontrar a esa cria.
Al verlos a todos alzo la voz y les digo, mirandoles a Michael, a las tias y a los españoles:
- Alguno de vosotros ha visto a Lior y a Art con una cria?