Partida Rol por web

- ¿Qué hotel, so capullo? - ríe Arthur - Vamos a mi casa, no a un hotel... Encantado de poder ayudarla, señorita... Y a su hermana también.

- No es mi hermana, es mi hija - informa Jolene, levantando una ceja y cargando en brazos a la preciosa niña.

- Oh... Eh... Bueno, como sea, estoy encantado de poder ayudar - le guiña un ojo - Bueno... Recojamos el equipaje, ¿eh? - el frío de Londres sienta muy bien, aporta ciertas fuerzas...

Salís a recoger el equipaje y finalmente un taxi, en el que los tres os sentáis en el asiento trasero, cada uno a un lado de Jolene, que sostiene a su hija en los brazos mientras el carricoche descansa en el asiento del conductor... La cercanía y el tacto con la joven crea una tensión dificil de superar de camino a la casa Hayes...

¿No era un hotel por ahi?... Bah, whatever - piensa Mort mientras va tamborileando los dedos sobre su rodilla algo nervioso... La siente cerca, proxima... huele su fragancia, su piel; su mirada se desvia de vez en cuando hacia ella pero trata de centrar su mirada por la ventanilla - nunca habia venido a Londres - deja caer como una piedra sobre un lago

- Yo he vivido aquí siempre... - revela ella en voz muy baja.

No se comenta nada más... Salvo ya en el centro de la ciudad, donde Mortimer se gira hacia vosotros.

- No queda nada, es a la siguiente esqui... - de pronto empiezan a oirse sirenas, de policía y de hospital, además de bastante barullo...

Arthur abre los ojos como platos, al igual que Jolene, cuando ve que de un edificio bajan una camilla con un cuerpo tapado con una sábana impregnada de sangre... Todo está lleno de policía, y entre todos los espectadores le ves: Es Idebaru, y su enorme caja descansa en el callejón de al lado... No lleva su capa, va de paisano...
Las pupilas de Arthur se contraen cuando ven que el cabello de la víctima es negro y largo... Empieza a hiperventilar, ni siquiera se pone en alerta hasta que el taxista empieza a frenar e Idebaru mira hacia vosotros...

Hijo de puta... - mascuya entre dientes mientras ve a su padre como mira - no habra sido capaz ese cerdo hijo de puta... no... - baja su cabeza y lo mira con odio puro... odio iracundo... Su respiracion es agitada y lo mira fijamente con la cabeza agachada con el flequillo de su negro pelo tapando parte de su cara. Los nudillos blancos estan sobre el aire encima de sus rodillas... Las ganas de salir y abrirle el craneo ganan fuerza; pero hay demasiada gente

- ¡¡JODER, NO PARE AQUÍ!! - grita Arthur entonces, cuando ve que Idebaru se avalanza hacia la puerta del coche para abrirla - ¡¡CORRA!! ¡¡ARRANQUE, COÑO!! - se desgañita.

Por puro instinto, el taxista arranca y acelera, justo en el instante en que Idebaru ya tenía la mano en la puerta para hacer Dios sabe qué... Está lo bastante loco como para montar el espectáculo de sangre ahí mismo...

- ¿Porqué me gritas así, chaval? ¿Es que tienes algo que ver con ese crimen? Vamos a comisaría... - dice el taxista.

- ¡¡NI DE COÑA!! - le ruge el joven Hayes, todavía presa de la histeria, mientras la niña parece arrebujarse contra Jolene - ¡¡CONDUZCA Y NI SE LE OCURRA PASAR POR LA PUTA COMISARÍA!!

En ese momento, ocurre lo inesperado: Jolene saca de su bolso una Magnum del 46'' y apunta al costado del taxista sin cambiar la cara...

- Apaga la radio - le pide, a lo que el hombre obedece inmediatamente - Da la vuelta AHORA hacia el jodido aeropuerto... Y quiero estar ahí AYER... - ordena friamente, mientras que el conductor obedece ipso facto, aterrado.

Morty no sabe muy bien que hacer... el shock de ver a su padre, Hayes muerto... y ahora la preciosidad saca un arma y se convierte en una ¿Criminal? Para que luego te digan que un cura no es padre. - ¿Al aeropuerto? ahora para donde.,..

Al ir a la habitación de Anne, te encuentras a un chico cubierto con una capucha negra de una sudadera, agazapado sobre sí mismo en las escaleras... Para el frío que hace en esos pasillos de piedra, a esas horas, va muy ligerito de ropa... Tan sólo la sudadera, unos guantes, unos tenis y unos vaqueros... Todo de color negro...

- ¿Eres Alice Doyle...? - pregunta, levantando un poco la cabeza, sin que puedas llegar a verle el rostro. Su voz es profunda, grave*, pero susurrante...

Os detenéis en la puerta del aeropuerto y Jolene os dice que salgáis, diciédole a Arthur que coja a la niña.

- Id a sacar ahora mismo tres billetes a París... Curráoslo, nos vendrá de perlas si lo que nos falta es dinero... - te dice en voz baja, para que el taxista no le escuche - Yo voy a atar y amordazar a éste gordo en algún callejón oscuro. Llego en seguida, ¿está bien?

En ningún momento despega la pistola del costado del taxista.

Creo que Arthur se podra encargar de eso - le mira mientras saca los equipajes y los carga todos el solo son siquiera inmutarse - venga primo, en marcha Menudo marron joder... mi puto padre y Hayes muerto

Luego de una maniobra parecida a la del aeropuerto de Berlín, Arthur, jadeando con la niña en brazos y cuatro billetes (uno de niño, por supuesto), se acerca al tren de equipaje a dejar las maletas en él (una vez más) y a hacer cola en la de embarque... No puede evitar que se le salten las lágrimas y mirar a todos lados... La niña, por su parte, le quita las lágrimas con las manitas...

Cuando han dejado las maletas en la zona correspondiente Mort le pone la mano en el hombro a Arthur - tendremos nuestra venganza... - susurra cerca de su oido y luego sonrie a la pequeña al verla secandole las lagrimas a su primo - A ver si llega la chica

- ¡Uff...! Ya estoy de vuelta - explica, tapándose bien - Ha sido duro pero lo he logrado... - Coge a su pequeña en brazos, y entonces repara en Arthur, poniéndole una mano en la cara - Lo siento... ¿Era alguien de tu familia? ¿Qué ha pasado ahí...? - Arthur niega con la cabeza, en silencio, mientras las lágrimas son incontenibles... La cola avanza, y una vez dentro del avión, con la desesperación del calor, Arthur empieza a sudar y a llorar... Jolene y la pequeña le observan apenadas desde el asiento de al lado...

Arthur... Tio... lo siento - dice sin saber como narices ayudar a su amigo. Suspira de frustracion y posa su mirada en Jolene. Sera una perfecta desconocida, pero su belleza aparte de revolucionar hormonas y romper braguetas le inspira confianza. Se acerca un poco y se lo susurra - Era su Padre... y el que casi entra en el taxi era el mio... Soy Mortymer Lagoon, hijo de ese monstruo... Idebaru Lagoon, el que logro escapar de su condena a muerte...Espero no cagarla contandolo

- Tu padre ha matado al suyo, ¿eh? - niega con la cabeza, suspirando - Lo siento... Es horrible... Os ayudaré a llegar a ese sitio, mi hermano vive en París, tiene mucho dinero... - se seca el sudor de la frente, sofocada, igual que tú. Un deje de nostalgia aparece en sus ojos - Además... Tengo muchas ganas de volver a verle... - mira de nuevo a Arthur - Mejor le dejamos desahogarse...

Si... mejor... - suspira - no crei capaz de algo asi a mi padre... - trata de mantener la cordura, pero las ganas de destrozar cosas para descargar su ira no le deja tranquilo - en fin... no creo que sea la ultima vez que lo veamos... - la mira a los ojos un instante y luego quita su mirada avergonzado para centrar su atencion en Arthur, al que no le quita la mano del hombro

Alice se sorprende de ver al chico en mitad del pasillo. Tras el sobresalto inicial dice con voz tímida - Si...soy yo...

¿Por qué sabe mi nombre?

- Tengo ésto para tí - se saca una carta del canguro y la sostiene en su mano, sin levantar la cabeza.

Jolene mantiene un silencio respetuoso durante el corto viaje en avión hasta París (unas dos horas). La niña, obviamente, no.

- ¿None mamo? - pregunta a un pasajero cualquiera, que queda inmediatamente enternecido por la carita de ángel de Amber.

- A París, guapísima... ¿Vas a Eurodisney?

Amber sonríe con el dedo índice en la boca y asiente. Parece ser la típica niña que en vez de decir "NO" a todo, da un "sí".

Finalmente llegáis a la ciudad de las luces...

Alice alarga el brazo lenta y temerosamente . No creo que sea anthrax ni un sombre bomba...¿O sí? . Retrocede en el avance de su mano hacia el sobre - ¿De qué se trata?

- Necesito que me salves la vida... - dice en tono casi suplicante.

Al abrir la carta lees lo siguiente:

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