Partida Rol por web

Habiendo esposado a los tres mientras llegaban el doble de refuerzos, pedidos seguramente al ver la imponente figura de Dryden, condujeron a los tres reos hacia afuera del aeropuerto, con intención de meterles en un furgón blindado el cual Dios sabe qué destino tenía...

Mmmm... Emmerald puede absorber una parte del impacto de las balas... Una parte no es todo, y aquí hay muchas balas. La huida no es una opción por ahora, así que lo que es seguro es que vamos a acabar en prisión. Bueno, al menos me tomarán los datos con una identidad falsa. No llevo encima ni mi verdadera documentación ni la otra falsa, que tiré en Estocolmo a una papelera, haciéndola añicos previamente para evitar cualquier tipo de problema. Esperan tiempos duros nuevamente, no hay duda. La diferencia es que ahora estoy más preparado que cuando era joven y sé cómo actuar en ambientes como aquél al que nos llevan. Voy a tener que estar muy encima de Taylor... Cada vez se le ve más nervioso. No ofrezco ninguna resistencia a la hora de entrar en el furgón. No sé cómo serán aquí, pero parecen todos de gatillo fácil, y yo no tengo ninguna intención de morir aquí.

No digo nada, no hago nada, colaboro todo con lo posible con las autoridades locales, cuando estemos solos ya me ocupare de hacer uso de un truco para salir y marcharnos.
Hay mucha gente alli, demasiados, creo que tienen pensado que somos muy peligrosos y eso es cierto mas incluso de lo que ellos se esperan. Espero no derrumbarme en este momento aguantar hasta llegar y poder tener la sangre fria suficiente como para hacer lo que tengo pensado. Es hora de comenzar a pensar como si fuera un equipo

Aeropuerto = problemas. Y no, no daba igual el emplazamiento: Pekín no era Estocolmo.

- ... flashback ... -

Spoiler (marca el texto para leerlo):

- ... fin del flashback ... -

Cada vez más pálido, Taylor no puede creerse la seguridad y la tranquilidad que demuestran tener sus compañeros. Apenas forcejea y, cuando hace el ademán de detenerse, un empujón le obliga a seguir. La respiración es agitada, producto del miedo. Sudor.

Y ni una sola palabra.

Dentro del furgón el silencio continuaba, pero la tensión aumentó terriblemente en aquel espacio reducido y claustrofóbico, que aún tenía manchas secas de sangre, Dios sabe de qué...
El viaje comenzó, y parecía ser largo hasta llegar al penal...

Inquieto, Taylor se revuelve mirando a todas partes y a ningún sitio. Tamborilea con los dedos y las rodillas tiemblan. Intentando controlar, inspira exageradamente por la nariz y espira por la boca, inflando los mofletes.

Joder..mierda...coño...joder...joder...joder...

Hace tanto calor que le dan ganas de quitarse el pellejo. Se despoja de todo cuanto lleva encima, quedándose a pecho descubierto. Aún así aquello parece un microondas...

...manchado de sangre.

¡HOOSTIA PUTA!- dice apartándose de los restos, mientras su punto masoquista cobra fuerza...

-¡¡¡EH!!! -grito de pronto, con los ojos puestos en Taylor, ceñudo y autoritario. En un primer momento he estado a punto de decir su nombre, pero al final he conseguido rectificar. No debo olvidar que ahora usamos seudónimos y que cualquier error es fatal. Sí, ya vuelvo a sentir la tensión de aquellos años. Siempre atento, siempre alerta, no dejar nada al azar. Lo odio, lo detesto, pero es lo que hay. Vuelvo a hablar, una vez acaparada la atención de mi compañero, con voz más tranquila ahora, explicando como un tutor a un alumno:
-Escucha... No pierdas los nervios. No puedes permitírtelo, amigo... A partir de ahora tienes que echar más cojones que los que has podido echar en tu puta vida... Esto va a ser duro. Va a ser una de las peores experiencias de nuestras vidas, y te lo digo porque ya lo he vivido. Pero es más jodido estando solo, amigo. Ahora estamos juntos en esto, ¿vale? Tienes que tranquilizarte y tienes que ser fuerte... Porque a los débiles a donde vamos se los comen... -la mirada de absoluta gravedad que aparece ahora en mis ojos no sólo dice que no miento sino también que no voy a dejar a mi nuevo amigo a su suerte. Le apoyaré en todo lo que sea necesario.

Un furgon, sangre en el suelo. Creo que esto no acabara bien para ninguno de nosotros. La puerta cerrada al pasar el ultimo y Taylor se vuelve loco, como si le hubiera poseido alguien, se quita la ropa, comienza a gritar. Al menos el giganton esta intentando que se tranquilice. Respiro hondo y cierro los ojos mientras me concentro en las cerraduras de las esposas.
Voy a intentar una cosa, si lo consigo solo tendremos que salir de aqui, necesito ver vuestras esposas, intentare crear una llave para abrirla susurro para ellos mientras espero a que me la enseñen. Me concentro cerrando la mano a mi espaldas sintiendo como el aire se condensa a mi alrededor, como por un segundo se vuelve frio.

Taylor y Erick empiezan a sentir algo muy desagradable provocado por una combinación bastante nociva de drogas, nervios y ambiente cerrado y sucio: Una sensación abrasiva rodeándoles los antebrazos... Al descubrirlos, una especie de erupción cutánea les rodea partes del antebrazo como si se enroscara sobre él, surgiendo de la muñeca... El sofoco había ocultado la fiebre, pero poco a poco se sienten arder en el interior de aquel furgón...
La claustrofobia empieza a dominar el ambiente, la sed ataca a sus gargantas como si las estuvieran resquebrajando desde dentro, y el sudor comienza a empaparles el cabello, a Taylor la zona de la barba también, irritándose...

Me pican los brazos, siento la imperiosa necesidad de rascarlos, no se que me esta pasando esto es algo que se me escapa de mi comprension. Me descubro los brazos y veo la erupcion que hay en ellos, nunca he estado enfermo y ahora esto. Entre el maldito arresto, el calor que esta haciendo alli y la ropa que llevo esto es. Respiro hondo un par de veces y me intento tranquilizar
Erick solo es una erupcion, es por la ropa, seguro que eres alergico a algo del material que tiene y por eso ha pasado, en nada seguro que se pasa y desaparece. Ahora solo intenta que salgamos el resto de aqui, para poder irnos y reunirnos con el resto. Antes me comprare algo de ropa para poder ir mas comodo, demasiado calor con este abrigo.
Miro a mis dos compañeros creo que hay muchos alergicos en el mundo y me ha tenido que tocar con otro en el mismo furgon.

Taylor escucha a John, primero algo disperso, pero conforme su compañero le habla, poco a poco, va centrando en él su atención: esa voz grave, esos mirada hasta las trancas de determinación y la figura imponente del Big Dryden le da una sensación de seguridad real. Si alguien como Rewell está dispuesto a protegerlos, nada puede pasarles.

Aún así, el problema es más físico que mental después de esto. Mientras John habla de ser fuerte y Erick de escapar abriendo esposas, Taylor se rasca la barba. Primero suavemente, con más intensidad después...hasta que por el rabillo del ojo logra ver su antebrazo y esa erupción que se extiende desde la muñeca. Asustado, como pidiendo explicaciones, mira a John y a Erick alternativamente. Cierra los ojos. El techo del furgón parece contraerse. Su cerebro quiere salir del cfráneo, reventando los huesos que encuentre en su camino.

Es...es el virus.- suspira con desasosiego, viendo cómo se le acaban las opciones.Erick, necesitamos hielo. Agua fría, lo que sea.

Es entonces cuando, aún rascándose la barba, físicamente destrozado, ardiendo, se gira hacia John. Busca algún signo de la enfermedad en sus brazos con la mirada: no la hay. ¿Inmune? No, probablemente no. Rewell es fuerte. Quizá el hombre más fuerte que ha conocido. Por dentro y por fuera.

Tenemos que salir de aquí...

Mierda... Lo había olvidado por completo: el puto Ígnea. Sin esos tratamientos extraños Taylor y Erick morirían... No podemos quedarnos encerrados en una prisión esperando a que el virus se los coma poco a poco... Mierda, esto es problemático... Observo la parte del furgón en la que estamos. Los policías están delante, conduciendo... Quizá... Pufff... es arriesgado, muy arriesgado. Casi suicida, diría yo, pero necesario. Si no morimos ahora morirán más tarde sin el tratamiento. Tenemos que salir de aquí o morir... Aprieto los dientes, tenso los músculos del cuello, de los brazos y de los hombros. Soy capaz de levantar quinientos kilos si me lo propongo, sin transformarme siquiera... Tengo mucha fuerza: es hora de usarla. Cierro los ojos y comienzo a hacer fuerza para romper la cadena de las esposas.

La cadena de las esposas cede ante la fuerza titánica que Rewell, sin siquiera usar sus poderes, posee, saltando varios eslabones en el aire.

-Mmmph... -suelto un leve gruñido al sentir cómo la cadena se rompe, relajando entonces la tensión muscular. Me duelen un poco las muñecas, pero tampoco es nada serio... De hecho mantengo las manos en la misma posición y piso cualquier eslabón que haya caído al suelo, por si a los que están en la cabina del conductor les da por mirar hacia aquí. Adelanto el cuerpo hacia mis compañeros, para hablar en tono confidencial.
-Vale... Voy a transformarme durante unos segundos, atravesaré la reja que nos separa con los de alante y les tiraré fuera. Después me pondré a conducir y saldremos de aquí en este camión. Está blindado por fuera, así que aunque nos disparen no recibiremos demasiados daños. Vosotros os quedáis aquí atrás, por si acaso. Igual tenemos que parar en algún momento para escapar a pie... Es fácil seguirle la pista a este coche... Lo que está claro es que tenemos que salir del país. Por suerte aún no nos han tomado los datos... -reflexiono por un momento. Puede que la situación pueda controlarse, después de todo. Espero a escuchar la opinión y respuesta de Taylor. La de Erick me da bastante igual...

La sensación febril aumenta a la vez que la adrenalina. Taylor imagina la escena descrita por Rewell: militares chinos saltando por los aires, el furgón a toda velocidad, disparos... Qué lejos estaba todo aquello de las "aventuras controladas" de las que había hecho tan dependiente. Ahora, un mal movimiento, una pizca de mala suerte...y ya podían ir firmando los papeles. De una manera perversa, no deja de ser sumamente excitante.

Asiente con gravedad mientras John habla, respirando con dificultad...y esperando ansioso que llegue el momento en el que se abra un boquete en aquel claustrofóbico furgón para dejar de respirar muerte. De vez cuando se le escapa una mirada a su brazo y reprime, no sin esfuerzo, las ganas de llorar.

Vamos a tener detrás a todo el jodido ejército rojo.- murmura, y cada palabra es una punzada en el encéfalo. De todos modos, voy a tratar de confirmarlo...

Y, con las manos aún esposadas, mira de reojo a Erick, mostrándole la cadena. Libertad y frío: ¿que más puede querer un enfermo de Ignea?.

- Lo que tienes que hacer, tío - dices de pronto, tragando saliva angustiado - Es abrir un boquete y estamparles la cabeza una con otra a los dos amarillos. Ahí tienes un tiempo record para hacerte con el volante... Y frena en el próximo callejón.

Así lo hizo Rewell, pero no controlando la fuerza de Emmerald Skull consiguió hacer de las cabezas de ambos policías poco menos que un amasijo de carne, sangre y pulpa, y ésto provocó que el mismísimo monstruo quedase horrorizado de su propio acto, quedándose clavado al suelo, volviendo a ser Rewell mientras el camión perdía el control. Apenas tuviste unos segundos para abrirte paso hacia el agujero y tomar el control del vehículo, retomando la normalidad y frenando justo delante de un callejón en el que curiosamente esperaban hablando los tres españoles "preferidos" de las últimas fiestas: Hugo, María y Balaguer.

Miro a Rewell, y asiento mientras me enseña Taylor la cadena. Tras unos segundos la llave esta en mis manos y la uso para quitarnos las esposas, al principio forcejeo un poco, pero lo consigo, el click de la libertad me suena a gloria. Respiro hondo cerrando los ojos
Puede que me cueste un poco hacer el hielo, pero lo voy a intentar me quito el abrigo echandolo a un lado, miro al suelo y extiendo la palma de la mano mientras pienso en un iceberg, el mas puro que pueda haber en el circulo polar, solo espero poder hacer el suficiente hielo para al menos uno sino los dos. El calor me puede, me siento en el banco mientras noto el frio del metal en mi espalda necesito unos segundos, creo que el poder no se puede usar tan amenudo como me gustaria.

Asiento a las explicaciones de ambos y espero, en la misma posición, a que Taylor tenga su visión. Después de eso va a estar bastante tocado, así que habrá que tener cuidado con él. En cuanto hable y nos diga qué es lo que puede pasar tendremos una mejor visión general del asunto, así que podremos reaccionar en consecuencia.

Esta vez no fué tan intenso: le supo a poco, como cuando tuvo que sustituir "su" heroína por la puta metadona. Y, como en aquella ocasión, la experiencia fué corta. Los ojos, abiertos, enfocan de nuevo el interior del furgón tras haber estado perdidos en un suceso que está a punto de ocurrir. Se mira las muñecas, libres de esposas pero salpicadas de aquella repugnante y molesta erupción.

Bascula sobre la cintura y se siente a punto de desfallecer. Las ojeras son bolsas negras sobre el rostro mortalmente pálido...pero sus ojos brillan al encontrarse con Erick y, sobre todo, con Rewell.

Están cerca.- farfulla angustiado.- Hugo, María y...y Balaguer. Tengo que ver la carretera...tengo que...- dice intentando incorporarse, pero resulta imposible. Rendido, se desploma sobre el piso del furgón. Toma aire.

Noquéalos, John. Abre un boquete y estámpales la cabeza una con otra a esos jodidos amarillos. Pero...te lo pido POR LO QUE MÁS QUIERAS..., trata de controlar tu fuerza. Tienes que dejarlos K.O, no reventarles la chota.

Por un segundo, sus ojos vuelven a perderse en el vacío y arruga la nariz, como "recordando" algo sumamente desagradable...que no tendría por qué suceder.

Hazte con el volante y frena en el siguiente callejón que veas.- dice arrastrando el culo hacia la parte más alejada de la cabina.
Y tú, chaval...- dice con voz rota.Atento por si tienes que hacerte tú con el vehículo...y prepárate para el espectáculo.

Con la poca fuerza que conserva, trata de agarrarse a algún asidero para amortiguar posibles frenazos. Respira hondo y asiente.

Damas y Caballeros, con ustedes...

...la Calavera Esmeralda.

...y una sonrisa, fatigada pero espectante, se dibuja en su cara.