Partida Rol por web

GELUS VIRICA

[M.4.2] - FACE I-HEART

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27/11/2008, 11:14
Andrea Scerri

NO, NO y mil veces NO, las palabras de Alexandra mi hicieron reaccionar como un resorte, mirando en la dirección en donde antes se encontraba Madison, ¿Qué coño pasaba aquí?, malditos hijos de puta, malditos hijos de puta, la visión del cadáver de Isabella, las lágrimas de Alexandra, y la puta imaginación sobre lo que le podían hacer a la chiquilla canadiense son demasiado, demasiado.

HIJO DE PUTA, HIJO DE PUTA doy dos patadas al cuerpo del hijo de puta de las cuchillas, con una rabia que acaba de recordar, protégela, protégela, pero no podía, no podía, no tenía fuerza, no tenía valor para hacerlo, él era demasiado fuerte, no podía protegerla, lo había intentado, lo había intentado, con todas mis fuerzas, fui valiente, lo fui, no lloraría, no lloraría por ella me había visto a mi mismo destrozar la cabeza de un hombre con una violencia descomunal, era capaz de hacerlo, era capaz de hacerlo, Dios mío, permíteme que la encuentre, y al que se la ha llevado también, y que siga vivo.

El tirón de mi ropa, el rostro de la húngara, era horrible verla así, no te va a pasar nada, no te va a pasar nada, te lo prometo, y en ese momento volví a hacer aparecer una copia de mi mismo, a la mierda que nos descubrieran, ¿qué iban a hacernos peor que mandarnos psicópatas asesinos?, si ese era su estilo, por Dios que tendrían de lo que buscan, por la ventana, a la azotea, por si salen del edificio, que no se escape.

Luego miré a Taylor y el esqueleto en llamas, joder, no había tiempo que perder, corrí adelantando a Alexandra, a la planta de abajo, a donde fuera, sólo rezo para que esté a salvo, por el bien de todos.

Notas de juego

Mi clon vuela por la ventana, pegado a la pared, hasta la azotea, y desde allí mira por si la viera desde la altura.

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27/11/2008, 12:29
[Madison Greens]

Mirando agobiada hacia el asfalto, pero decidida, frena de una condenada vez, cayendo en la cuenta de que no tengo puesto el cinturón de seguridad… y que no pienso ponérmelo. Frena y se enfada, increíble, ¿parece que cree que me está haciendo un favor? Lo miro confusa, no quiero estar aquí contigo, pero más tranquila con el coche parado.

Nada consciente de mi cuerpo, sólo de los sonidos que llegan a mis oídos, creo que ni parpadeo mientras escucho lo que dice Adrián. Cuadra, en mi cerebro cuadra. Pero no lo entiendo…

… Un pequeño bote cuando empieza a escucharse la radio, con lo más diferente que puede haber en música y letra a una canción. Mirando alternativamente de ella a Adrián, ojos abiertos como platos y mano en el pecho, aprensiva, ea, otra rareza al saco. Otra cosa no, pero desde que me salvaron no dejo de aprender… y de llorar.

Me dejo caer en el respaldo del coche cuandoa caba "la melodía", apretando mis labios, centrarme en lo importante, la información. Todo es Gelus Virica, yo estoy en la Gelus de Isenhall, la diosa despiadada. ¿Quiénes son entonces los de la cámara de gas? Pero no tiene sentido que unos maten y otros recluten… cada respuesta provoca seis o siete preguntas.

Me incorporo y quedo de lado, mirándolo. -¿Quién es Gabriel?... ¿Quién es El Faraón?... O Dirzas…. -Si querías información has ido a coger a la peor. Aspavientos con las manos ¿A qué… a qué se refiere con lo de las niñas? ¿Lex, la pobrecita Isabella y yo? Los ojos me brillan por un segundo, ha dicho algo realmente importante, Oh, dime ¿Dónde puedo encontrar al senegalés? Esto es un caos, una peligrosa locura, fijándome en el guapo muchacho que tengo frente a mí, un par de años mayor tú… ¡nos delataste! y le doy un empujón contra el asiento, enfadada por haberme separado de ellos y muy nerviosa por todo lo que se nos echa encima, pero no quiero matarlo, ya no.

Y eso es bueno.

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27/11/2008, 16:54
Taylor Hawkins

Como en aquella mansión londinense, como en las inmediaciones de Zyklon B..., Taylor asiste al espectáculo de luz y color embutido en su propia inoperancia.
Sólo sus ojos se movían a espasmos, consumiendo quizá la energía que robaban de las piernas: el recluta novato en mitad de una escaramuza bien jodida que sólo tiene tiempo para cagarse en los pantalones mientras las balas silban cerca..., y el resto se gana una medalla póstuma y un telegrama para la familia.

Así asiste Taylor a cómo las Leyes de la Física no valen - de nuevo - una mierda: el fulgor verde ilumina un suelo de estado indefinido que se traga compañera e hijoputa. Ni siquiera sabe por qué Lexy grita y corre pareciendo saber lo que hay que hacer. O el motivo por el cual el tahúr se deja de secretos.
Ahí plantado, húmedo, rígido, con una toalla a la cintura como única indumentaria, muestra en su cara la misma expresión que exibiría un salvaje del Amazonas contemplando los fuegos artificiales de Nueva York en fin de año. Pero aquí no hay pólvora. Aquí hay sangre.

- Joder.- es cuanto puede decir, sin capacidad de reacción, de respuesta. Uno jamás se puede acostumbrar a tantísima mierda, a que cada segundo sea una lucha por salir del matadero. La dulce Mady...

Taylor, con el aplomo y la parsimonia que dá un shock en las putas meninges, se asoma al pasillo casi sin preocuparse en evitar los charquitos de sangre que adornan la moqueta...y se dirige a la planta baja con la agilidad y la consciencia de un autómata averiado.

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10/12/2008, 19:07
Director

En el hotel el único rastro que hubo fue el de las miradas que perseguían si no a Lex, a Taylor y demás manchados de sangre, vestidos con aquellos monos negros de ronco invierno, muy inadecuados para el clima de Cartagena. Fuera en la calle, una calzada algo estrecha, ningún coche parecía estar dándose a la fuga, y ni aquellos que funcionaban ni los que estaban aparcados parecían tener dentro a Cadaval o a Madison... Las sirenas, seguramente de policía alertados por los inquilinos de habitaciones vecinas, empezaban a aproximarse...

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10/12/2008, 19:11
[Adrián Cadaval]

- ¡¿Quieres calmarte?! - pidió, volviendo a cogerse al volante. No podía creer lo que le andaba preguntando la chica. Fuera empezaban a oirse sirenas de policía, y Cadaval daba gracias a Dios por estar aún en el garaje, de algo había servido la retención de Madison - ¿Cómo puedes no saber quiénes son el Faraón Verde y Dirzas? ¿En qué planeta vivís los Gelus de Isenhall...? - parecía irritado. Que un rescate le estuviese dando sensación de secuestro lo descolocaba - ¡YO NO DELATÉ A NADIE MÁS QUE A ESE CABRÓN DE TRAFICANTE! - se defendió - Soy estudiante de periodismo. Al margen de toda ésto, soy estudiante de periodismo. Sé lo que hicieron tus amiguitos en Estocolmo, en Beijing... Y sé que el psicópata de Madsen les está buscando. ¡Pensé que estabas en peligro y quería ayudarte, coño! ¡Ese tío te estaba tratando como basura, estás en los putos huesos, estás llena de golpes y tienes ojeras! ¡Tu aspecto no es muy alentador! - respiró, forzándose a tranquilizarse - Si cualquiera que tenga la oportunidad de coger a los que Madsen tiene en la lista negra no les coge y los entrega, está jodido, ¿comprendes? Yo mismo entraría en la lista si no hubiese dado el aviso. El ejército viene hacia aquí, y no dudes que Madsen también... Ese cabrón con su armadura de Dirzas es omnipresente y casi omnipotente - se echó el pelo atrás - Gabriel es un compañero mío al que no quiero ni ver. Dirzas es un puto constructor de milagros oculto en algún rincón secreto del mundo: Si puedes pagar sus máquinas, te da con ellas poderes como si fueses un jodido mutante cebado. El Faraón es el jefe supremo de Gelus Virica y creador del Ígnea y de muchos otros males. Puedes encontrar al senegalés en sitios comunes como la cola del puto paro, barrios africanos de la ciudad, registros de inmigración... ¡Joder, Cartagena es pequeña! Y las niñas lo único que sé decirte es que se llaman Alma y Polly son experimentos fugados de Gelus Virica. Una especie de homúnculos con el crecimiento alterado o algo así... ¿¡Te vas o te quedas conmigo!? Decídete ya: Yo me largo.

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10/12/2008, 22:02
John R. Dryden

Perfecto. Sencillamente perfecto. Una vez reducido el enemigo principal, resulta que las cosas se van de madre una vez más gracias a la, por otra parte, lógica aparición aún lejana de la policía y el repentino secuestro de Madison. Retorné a mi forma humana en el acto, volviendo a ajustarme la parte superior del mono, mi única ropa por el momento. El móvil estaba intacto, tal como era mi intención al retirar aquella parte. Ahora lo fundamental era mantener la calma pero no relajar la tensión ni por un instante... Madison estaba en peligro, y como no hiciéramos algo para rescatarla, podía acabar muy mal parada. Necesitábamos salir del hotel sin ser vistos, preferiblemente, y rápido.

Recuerdo que algo raro ocurrió durante el combate con Thais (de quien me gustaría asegurarme que está muerto, pero el tiempo apremia), y es que apareció un segundo Andrea... Ya pocas cosas podían sorprenderme, y no había que ser muy hábil para deducir que, debido a su posterior desaparición, el tipo probablemente podría crear copias de sí mismo. Bien, eso podía ser muy útil. Y, además, estábamos libres de sospecha. Había cuatro cadáveres (incluído el de Isabella, que en paz descansara, pero ya habría tiempo para llorarla, y no ahora) por heridas de cuchilla, y el cadáver de un tipo repugnante con cuchillas en las manos. Blanco y en botella...

Por desgracia, mi posición como jefe de grupo, todas las consecuencias que podrían lloverme en caso de fallar y algunas otras cosas me convertían en la única persona templada en aquél momento. Lex, Taylor y Andrea se largaron como alma que lleva el diablo... Estaba claro que, si quería ser el líder, tenía que empezar a comportarme como un líder... Y de momento la actuación no estaba siendo magnífica, precisamente. Al pasar Andrea junto a mí, el impulso fue sujetarle del brazo, pues se me había ocurrido algo que podía sernos útil... Pero por desgracia pasé demasiado tiempo pensando y muy poco reaccionando...
-Hostia puta... -las cosas podrían ir peor, con todo... Siempre podía aparecer un topo gigante mutante que devorase toda la ciudad desde el subsuelo. Salgo corriendo tras mi nervioso grupo, llamando a Andrea a voz en grito, aunque en su nombre falso-. ¡Angelo! ¡Espera, joder, tienes que...!

- Tiradas (1)

Tirada: 1d100
Motivo: Ven paquí, Andrea (reflejos)
Dificultad: 44-
Resultado: 49 (Fracaso)

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10/12/2008, 22:16
John R. Dryden
Sólo para el director

Notas de juego

Eso sí, antes de salir de la habitación y justo al salir de ella observo los pasillos y las paredes en busca de cámaras de vigilancia.

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11/12/2008, 10:45
Andrea Scerri

Mi primer impulso es ignorar la voz de Rewell, cada segundo que pasaba mi frustración iba en aumento, y con ella mi rabia, tanto tiempo olvidada bajo la máscara del control, voy a matar a ese hijo de puta, ese pensamiento me alimentaba y me aterrorizaba, sabía que podía hacerlo, había machacado a ese tipo, y ahora mismo, no sentía ningún remordimiento, esperaba tenerlo luego.

¿Qué cojones quieres? digo deteniendo finalmente mi carrera, pagando el mal genio con aquel hombre que no tenía la culpa, o sí, no lo sé, maldita, así no voy a ayudar a nadie, miro a Alexandra, respirando profundamente, buscando en ella calma.

Lo siento, perdona, ¿Qué tengo…? pregunto animándole a completar la frase que empezó, si él tiene la cabeza más fría que yo, mal asunto, siento una inquietante necesidad de ¿sangre?, ¿venganza?, crujo mis dedos en un gesto nervioso, buscando serenidad.

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11/12/2008, 10:45
Andrea Scerri
Sólo para el director

Notas de juego

mi clon que vuelva si no ve nada. Estoy a tope de curro, posteo para no retrasar.

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11/12/2008, 17:20
[Madison Greens]

Me encojo de hombros cuando se sorprende de que no tengo ni idea de nada, es lo que hay. Culpabilidad, durante el rato que sigue hablando Adrián la siento claramente en mi corazón. He estado a punto de atacar con "eso" a un chico normal pese al poder que tiene, igual que yo, unícamente más informado. Frunzo el ceño entristecida, no debo perder la serenidad ni cegarme, pero es que es todo tan desconcertante... tan agobiante...

Eso no es lo importante ahora, me quedo mirándolo seria, intentando retener toda la información que me da, él que menos me conoce y el único que se digna. Sinceramente, se lo agradezco. La boca está abierta todo el tiempo, anonadada por lo que dice, intentando memorizar todo lo que dice, nunca he estado tan atenta a algo en toda mi vida, hasta que la cierro de sopetón cuando nombra a las chicas, se quienes son ambas, una era la siniestra niña de la cámara de gas, y la otra, la hija de Taylor... me recuerda... MIS COMAÑEROS. Dios, la angustia vuelve, ¿Dónde estaran? ¿Dónde los buscaré?... Bajo la mirada trás su última pregunta. Si voy con él, me separaré irremediablemente de la gente de Isenhall (lo único bueno es que de ella también) pero si me voy y no los encuentro... sola. sin remedio. Trago saliva, mirando al suelo, lo mío no son las apuestas tan fuertes. Bueno, hace tiempo que cambió todo...

Suspiro lentamente, volviendo a mirarlo, sería pero agradecida porqué haya querido salvarme. Te agradezco la intención, muchísimo, Adrián. Aprieto mis labios, ni siquiera estoy segura de lo que voy a decir, de si servirá para algo... Pero me quedo aquí, voy a buscarlos. Y que sea lo que tenga que ser. Suspiro de nuevo. Ojalá sea una buena idea Madison, ojalá no se hayan ido todavía. Quito el seguro, saliento del coche.

Temblando, me giro y lo miro a través del cristal. Esbozando una sonrisa triste Suerte. Y me despido con la mano. Miro hacia las puertas del parking, en las pelis siempre es mejor usarlas que los ascensores. Niego con la cabeza, jugármela en base a eso es de locos, lo sé.

Salgo corriendo hacia ellas, esperanza, eso es lo único que tengo.

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11/12/2008, 19:50
[Lex Czigany]

Los bramidos del enorme Dryden no alcanzaban a ponerle el freno a la joven promesa húngara, que se detuvo de golpe sólo al ver que Andrea también se detenía. ¿Qué había que hablar? ¿Había que pensar? ¿Pensar con la policía en los talones? Un momento: ¿Por qué huían de la policía?

Espera... ¿¿POR QUÉ DEMONIOS HUIMOS SI NO HEMOS MATADO A NADIE NI HAY HUELLAS EN LAS ARMAS??

En posición de alerta, girando el torso en dirección al líder y al italiano, los observó como si esperase "La gran revelación". Alzo las cejas, expectante y con la respiración agitada, el mentón tenso.

Madi... Madi, bien, la ha cogido... Ha tirado para abajo... No sé cómo pero... Y nosotros tenemos que salir así que...

- El garaje... - comentó entre leves jadeos. Con suerte podrían encontrarla ahí (el topicazo del garaje, todo el mundo comete fechorías en uno) y hacerle un puente a algún coche para volver a escapar. Pero claro, si los pillaran, esta vez no tendrían excusa ("Lo robamos porque teníamos miedo"). Técnicamente no habían hecho nada malo (no, espera, Rewell se había convertido en el Motorista Fantasma), pero aún así... ¿Quién no le haría caso a una chica guapa? ¿O a los supermega poderes ilusorios de Ty? ¿Y si Madison no estaba en el garaje? ¿Y si se encontraba en otra habitación?

Se llevó las yemas a sus sienes, temblando de los nervios, sofocada por el calor...:

- Pongamos una denuncia... ¡¡Se han llevado a mi amiga y han asesinado a otra, JODER, LO HAN VISTO!! - separó los dedos del tacto de sus sienes, perladas, con un movimiento rápido y defensivo. Aquello había sonado a rabieta, y tras esto se mordió el labio, girándose hacia Taylor, tragando saliva - Podrías "escondernos"... Ya sabes... - susurró, ladeando la cabeza. Si Madison aún seguía en ese hotel Lex no quería abandonarlo...

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12/12/2008, 16:46
Taylor Hawkins

Taylor abre los ojos hasta el límite elástico muscular y expulsa un chorro de hiel por las narices. No se lo puede creer: en mitad de la calle, Rew - amigo y ángel de la guarda -ha decidido que es buen momento para parlamentar. Y, como no puede ser de otra forma, Ty se detiene.

-Vamos, vamos, vamos...- susurra a cierta distancia sin que nadie pueda oirlo, jadeando como el puto Colmillo Blaco tirando del trineo. La excitación y las prisas le hacen pegar saltitos inconscientes de impaciencia...hasta que La Musa habla, el cuello gira...y la mente se desvía a

Medio metro.

Medio metro puede ser una longitud tan colosal o ínfima como el objeto en el que se piense. Unas uñas de medio metro, un jodido pigmeo de medio metro. Un bisturí de medio metro, o medio metro de carne de cuello embutida con dos bolas en la base y un diámetro de medio metro (cada una).

Ofrecer un escondite estaba fuera de su alcance: se cansaba sólo de imaginarse creando algo lo suficientemente grande como para ocultarlos a todos. Dificil. Tanto como enfundarse unos guantes de boxeo y un bozal para encontrarle el punto G a "Montaña" Fiji.

-Medio metro.- dice ahora, negando con la cabeza y percutiendo la rodilla. Decepcionar a Lex le irrita.-Quiero decir...más o menos. Sólo he podido...¿fabricar?...fabricar cosas de ese tamaño.

Las sirenas de la pasma cada vez parecen más cerca...y aunque lo de Mady no le hacía ninguna gracia...¡joder!,¡era su pellejo el que estaba en juego!. Ya podía ver los titulares:

"El rockero californiano Taylor Hawkins, batería de "Sniper", apareció cadáver ayer en una comisaría de Cartagena, España. Tras varias semanas en paradero desconocido, el famoso músico fué arrestado y conducido a las dependencias policiales locales. Una vez allí, y por hechos aún sin confirmar, se produjeron una serie de altercados que ofrecen un saldo de 21 heridos y 13 muertos ( nueve policías entre ellos)".

- Lo del garaje me parece buena idea.- murmura después de tragar la plasta de su saliva.

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14/12/2008, 21:14
John R. Dryden

Comprendía perfectamente que las cosas no estaban como para tocar las narices, pero precisamente por ello mismo veía fundamental esta parte del plan... Si es que esto era un plan. Tomo a Andrea del brazo, caminando junto a él hacia el ascensor, hablando en tono confidente, aunque apresurado.
-Vi lo que hiciste... Llegó a haber como... como un segundo tú. ¿Puedes crear copias de ti mismo o algo así? Si pudieras crear una de ellas y dejarla aquí como testigo para que entretenga a la poli vendría muy bien. Ya que somos inocentes y eso se prueba con el cadáver de ese hijoputa -señalo con el pulgar el cadáver de Thais-. Tu clon podría explicar a la policía que si no estamos presentes aquí es porque un compañero de ese tío ha secuestrado a nuestra compañera y amiga y estamos siguiéndole el rastro... Lo máximo que podrían echarnos en cara es irresponsabilidad...

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15/12/2008, 07:00
[Adrián Cadaval]

El muchacho observó extrañado a Madison. No estaban en el mismo bando, y seguramente ninguno de los dos había podido elegir el suyo... Pero eso no dejaba de convertirles en un par de jóvenes de la misma edad, en circunstancias muy similares. Además Madison era una chica muy guapa. No tenía nada que envidiar a las modelos o a las actrices de Hollywood. Si había un momento para sufrir mínimamente el complejo de héroe, era ese.

Comprendía a la chica. Él tampoco cambiaría de bando así como así. Se sentía a salvo en el suyo... Había conocido gente, y...

Suspiró y se levantó igual de rápido que Madison le sonrió a través de la ventanilla, bajando del coche atravesando la puerta y la carrocería del mismo con su curioso poder. Corrió hacia ella y la cogió de la muñeca.

- ¡Shannon! - le giró hacia sí, tragando saliva. Era bonita y valiente... Sería una pena perder semejante chica en el mundo de locos en el que se había sumido. Soltó el aire por la nariz y le puso un juego de llaves en la mano - Yo me voy... Pero si os quedáis en Cartagena para buscar a ese senegalés... Ten mi coche y mi casa. Dejádmela bien, espero poder volver. Está en la Avenida de América, aquí al lado, edificio número tres, piso décimo izquierda... - no podía ser más consciente de estar haciendo una idiotez: ¡Dejarle su casa a una desconocida...! - Sé que es de locos confiar el uno en el otro... Pero quiero creer que si lo hacemos, elegiremos la mejor opción. Suerte - en ese momento, tras guiñarle un ojo, desapareció. Madison siguió sintiendo su tacto, se había hecho invisible, y entre aquel poder y el que había demostrado anteriormente de atravesar la materia, quedaba claro porqué le llamaban "Ghost"...

Dejó de sentir aquel tacto, y en ese momento, la puerta del garaje se abrió.

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15/12/2008, 07:16
Director

En el mismo momento en que Alexandra pretendía correr hacia el garaje y los demás quizás le imitarían, con las sirenas de policía cada vez más cerca, la puerta de dicho garaje se abrió y Madison apareció ante ellos, un Seat Alhambra rojo en la puerta, y la canadiense sostenía un manojo de llaves en su mano, viendo en el exterior a sus compañeros...

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15/12/2008, 11:55
Andrea Scerri

Apenas presté atención a lo que decían Alexandra y Taylor, únicamente la idea de ir al garaje me parecía coherente, el resto escapaba a mi limitada comprensión en estos momentos. Se han llevado a mi amiga y han asesinado a otra eso si lo entendía, la sangre saliendo del cuello de la chica rubia, con la que charlé amigablemente esta mañana, no había hecho daño nadie. Lamentarse no ayudaría, teníamos que salvar a Madison, ¡teníamos que encontrarla!

La frialdad de Rewell, era buena, lo sabía, yo debía poseerla, se supone que era lo que tenía que hacer, no dejarme llevar, no perder el control, maldita sea, Tienes razón… concedí a nuestro “jefe”, Puedo crear copias y es una buena idea dejar una aquí... hablábamos sin dejar de caminar, siempre podía regresar, intentaba calmarme, pero la impotencia que sentía ante el desconocimiento del estado de la joven canadiense, o simplemente pensar que a la húngara le pasara lo mismo que a Isabella, JODER. Me libero del contacto de Rewell cuando veo la puerta abrirse, mis sentidos parecen haberse agudizado. ¡MADISON! ¡MADISON! digo como un eco de mi pensamiento, y olvidándome de lo que acaba de hablar con John, corro hacia ella, y sin previo aviso, la estrecho entre mis brazos, apretándola con fuerza, las llaves se claban en mi pecho, pero no me importa, acariciando la parte posterior de su cabeza. Siento su calor, aliviado, está bien, el recuerdo de otro abrazo, frío e inerte, me asusta, y me separo de ella, mirándola de arriba abajo.

¿Estás bien?, ¿Te ha hecho algo?, ¿Dónde está ese hijo de puta?, un aluvión de preguntas mientras me aseguro de que no está herida, palpando su cara, su espalda, su estómago, parece que todo está en orden. El alivio se equilibra con la venganza, apaciguándola, demasiado intenso, la charla con la húngara, sonrío nervioso a la chica que, gracias a Dios, acabamos de recuperar, sin creérmelo aún, vuelvo a abrazarla, y yo que me jactaba de mi autocontrol, soltándola de nuevo, dirigiendo al resto, confuso, Está bien es lo único que acierto a decir, lo siento, no he podido hacer nada, un consuelo insuficiente, contrólate, aprendiste a hacerlo.

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15/12/2008, 11:58
[Madison Greens]

La carrera dura apenas un metro y medio, tres zancadas y de repente todo el cuerpo gira hacia la muñeca que se ha quedado junto a Adrián, si no hubiese sido por eso, el sonido de su voz también me habría parado en seco, pese a no ser mi nombre el que escucho. Lo miro sorprendida, por lo que dice, y por mi misma. Nerviosa, con una intensidad que hacía mucho que no experimentaba, con un desconocido nunca en la vida. Demasiadas cosas chavala…

La respiración se me corta cuando me empiezo a hacer una idea del favor que me está haciendo, rígida y sin dejar de mirar sus bonitos ojos. Madison, haz el favor… puff, en las pelis que pensé antes esto hubiese sido de otra manera... Aprieto los puños, sin saber como quiero que acabe la escena, o sin querer saberlo por ser demasiado desconcertante que yo piense algo así…

Cuando siento el frío metal en mis manos, sin pensar, aprieto su mano, débilmente, cortada, y… expectante. Roja como un tomate, eso que no falte. Suspiro cuando tras el guiño desaparece, él y mil posibilidades, o ninguna, quien sabe... Miro incrédula alrededor, definitivamente no quería este final, ¡¡¡y ni siquiera sé por qué!!! Muerdo mi labio inferior, volviendo a respirar y hablando con voz rota, al aire, al viento, a mi fantasma preferido. –Gra… gracias… te lo prometo, la cuidaré… Adrián… yo...- La cierro de nuevo, soy una cobarde al fin y al cabo. Suspiro agradecida, los encuentre o no, me ha dado un sitio para cobijarme, para sentirme menos perdida, un maravilloso plan b. Nunca se lo agradeceré lo suficiente.

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15/12/2008, 12:57
[Madison Greens]

El ruido de la puerta al abrirse y la luz que empieza a entrar me despiertan ya del todo, seguramente ni siquiera está ya por aquí… suspiro, a buscarlos, a ….

….. otra vez el grito de mi nombre, pero ahora es el verdadero, giro sorprendida, no parece ser una ilusión, ellos, ahí, a unos pasos, sonrío ampliamente, abriendo la boca, incrédula y sobre todo… feliz…. Aliviada... Ha sido…

¡¡¿¿Andrea que haces??!! Con la cara aprisionada en su cuerpo, casi sin poder respirar… aprieto las llaves contra su pecho, vaya diíta… un repelús cuando me acaricia…. Empiezo a hacer fuerza para separarme de él, tres días desde que lo conozco y me ha agarrado en dos… Me separo y lo miro a los ojos, casi enfurruñada, pero sin darme tiempo a hablar empieza a palparme… encima… procedo a dar golpes suaves para apartarle las manos y que se esté quieto, NN no, no…. deja de hacer eso…Puff, para ya, que me estoy poniendo colorada otra vez… estoy bien. ¿Tanta preocupación por mí? ¿Es eso posible? No me lo esperaba la verdad, suponía que, como en aquel maldito aeropuerto, mala suerte para el que queda atrás…

Otro abrazo, aprieto los labios, madre mía que vergüenza…

Me recompongo cuando me suelta, un poco, me molestaría lo que ha dicho si no estuviese tan contenta de verlos, Él.. creía que me estaba salvando, no quería hacerme daño. Me encojo de hombros, esa impresión da… Carraspeo, y sigo hablando Ha sido muy amable, nos presta su casa, vayamos, tengo que contaros la información me ha dado. Bajo la vista a las llaves, apretándolas un instante, sonriendo, finalmente se las doy a Andrea, todavía con una sonrisa, miro hacia el resto de mis compañeros, Lex, Taylor y Rewell, casi todos… falta la pobre Isabella, dato que hace que vuelva a la seriedad y a recordar por qué estamos aquí. Me dirijo a Rewell, el que toma las decisiones. Dijo que está cerca, pero es mejor llevarnos el coche ya, ¿No?

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15/12/2008, 16:35
Taylor Hawkins

Uuuuhh...Hey, hey, hey!! Break time!. Si, es ella. Lo parece al menos. Escuálida, sexy a su manera, adorablemente tímida...Pero no te fíes un pelo, vaquero. Ya sabes de lo que es capaz un tipo como Michael, por ejemplo. ¿Quién te dice que el puto Cobain no ha hecho...algo?. Ese tío podría ser el delirio de su instituto o el alma de la fiesta playera pero, desde luego, nadie con los huevos rotos sería "amable" con quien se los partió...

Taylor da un par de pasos hacia atrás al ver a Madison. La cabeza gira en torno a hijos de puta ladrones de cuerpos y chiquillas con la voluntad trastornada. Desde su posición, aguarda y teme el abundante aparato eléctrico que podría caerle al valiente tahúr: lo observa acercarse a la que podría ser Mady...y se mantiene espectante como un artificiero atrincherado tras el robot desactivador de bombas.

-Yo no voy a casa de nadie...- refunfuña receloso con los ojos clavados en Madison. La idea era tan poco atractiva como la línea del monovolumen donde pretendían subirlo.- Al menos no a la mi botones favorito.

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16/12/2008, 00:00
[Lex Czigany]

Alexandra ya estaba dándole vueltas en su irascible cabeza al capítulo trece de la chavacanería: "Cómo hacerle un puente a un coche". Había asentido desanimada a la respuesta del batería. Unas cuantas mejoras y la habilidad de Hawkins podría salvarles el cuello en otra ocasión... En otra. Y justo cuando pretendía volver al interior del hotel, lo impensable hizo volver su atención hacia afuera nuevamente:

Cita:

¡MADISON!

Si hubo un momento preciso para que Dios decidiera responder a las súplicas, fue aquel. No sólo andaba Madison feliz y dicharachera, vivita y coleando. No. Llevaba un cochazo. Uno de esos en los que la húngara se desenvolvía cojonudamente bien, y más importante que ese detalle fetichista de los vehículos a cuatro ruedas eran tres cosas: Huída asegurada, sombra y aire acondicionado. Y no había más razones por las que convercerla de que debía introducirse ahí a cualquier costa. La imagen de una dulce Madison llevándose frito al chaval de los huevos picados, arreándole patadas en las costillas mientras le robaba las llaves de su Seat Alhambra, se desvanecía con la aclaración de la muchacha, que hacía que la hermosa joven no encontrara un pero mayor que su necesidad fisiológica.

- ¡¡Nos pisan los talones!! ¡¡¡¡No nos queda otra!!!! - les dijo a Taylor y Rewell, que aún no se acercaban, mientras ella reducía la distancia entre ella misma y el vehículo echando a correr hacia este, aliviada al ver a Greens en perfectas condiciones y abriendo entonces la puerta de atrás. Pero antes de entrar, se dió la vuelta para mirar al resto con gesto grave. Lo estaban viendo, no había otra.