Partida Rol por web

"Oh, no gran cosa, Maria, solo vivir en un mundo donde la unica manera de sobrevivir, es ser "normal" y matar a cualquier inocente que tenga la piel verde o cualquier marca que te señale como bruja." Aquel comentario, me odie a mi mismo por haberlo pensado, sabiendo que estaba bromeando sobre el cadaver de varios de mis compañeros, y una niña que no merecia esta mierda, al igual que tampoco se lo merecia Donovan, Jolene, ni siquiera Arthur, y estoy seguro que Arthur se merecia un monton de cosas segun su karma. Pero lo que mas odiaba, es por muy negro que fuera mi comentario, sabia que marcaba la linea entre seguir de pie o caer de rodillas y llorar, y si caia, no habria nadie aqui para ayudar a enterrar a los muertos y guardar en la oscuridad la tristeza.

Ignorando como Maria se destrozaba los nudillos y Donovan la garganta, por mucho que deseara pararles ahora mismo y mentirles sobre que todo va ir bien, me dirijo hacia el cajon donde estaba Sven, e intento examinarlo y reanimarlo como mis conocimientos medicos me permiten, brusco y a sacudidas. Despertarle era priotario, siendo quizas lo mas cercano que teniamos a un doctor, un puto pediatra, en un lugar donde los unicos niños que quedan huelen a muerto. Alguien va a pagar por esto, alguien… Sin querer, o tal vez si, doy una bofetada mas fuerte de lo normal a la cara del doctor, mordiendome a sangre mis labios para no gritar de furia. Estaba harto de huir, estaba cansado de hacerle caso a mi instinto y refugiarme en un lugar donde cosas como estan ocurren a nuestras espaldas. Queremos sangre, y terminar esto de una vez por todas, ya sea con la muerte de “ellos”, o nosotros.

Gritos, gritos, crueles para quien los escucha, seguramente inaudibles para quien los emite, llegando el último al lugar de donde proceden los estremecedores sonidos, y entrando tras aquel chico y ese tipo llamado Hugo. No imaginé que entraba en el averno.

Uno nunca sabe cómo va a comportarse cuando se encuentra en semejante lugar, tal vez algunas personas lo piensen, pero la gran mayoría son incapaces de imaginar una situación así, por descontando me contaba en ese grupo. Sentí calor, y quise despertar de la realidad, el hedor del rojo líquido se introducía en mis fosas nasales, coloreando todos mis sentidos, induciéndome a permanecer en esta vida que tantas veces esquivamos, buscando onírico cobijo en nuestras propias contradicciones, pero se me negó ese hecho que tan placenteramente hubiera recibido.

Así que hice lo que se supone que mejor se me da, Emma ya no era una amenaza, su hermoso rostro grotescamente desfigurado, ni un segundo más de macabra atención, que tal vez algo morbosa, se detiene en la joven Jolene, inconsciente, aunque no parecía dañada, el alegre y optimista Milo era otro asunto bien diferente. Sven, semioculto ahora por el español, parecía debatirse entre dos mundos, no era él tampoco a quien debía señalar.

Ni siquiera tuve el valor de cerrar los ojos al ver a aquella niña que abrazaba el actor, sabía que si los cerraba, seguiría viéndola igualmente, y en momentos así, odiaba la memoria que poseía, sólo esperaba poder almacenar su imagen en un rincón de difícil acceso. Pero ella tampoco me retuvo en mi búsqueda, que continuó implacable hasta dar con aquel hombre que no acerté a reconocer, aunque sí sus síntomas, tampoco era él quien me preocupaba. Sólo el cuerpo cuya cabeza había separada del mismo quedaba en aquella dantesca escena.

Fruncí el ceño, algo me decía que se me escapaba algún pequeño detalle, que mi asquerosamente frío análisis no iba más allá de una lucha y un accidente de consecuencias horribles. No esperé más, y usé mi maldito poder para sacar un doble de mí, no hizo falta que le dijera que quería que fuera hacia la puerta, a echar un vistazo, a vigilar. Supe entonces que aquella vez, cuando desgarré mi otro yo no fue un sencillo uso de la mutación, supe que algo se iba con él, fue como si el desconocido clon fuera yo, y Andrea se hubiera marchado con él.

Introduje la mano en el bolsillo que llevaba justo sobre el corazón y extraje un pequeño frasquito que sostuve con suavidad, tendiéndolo a Hugo, cuyos esfuerzos por reanimar al doctor no parecían fructificar Dale un par de gotas de esto aparté de mis pensamientos a quien me lo había entregado, pues la rabia no era prudente dejarla escapar en esta circunstancia.

Caminé un par de pasos hasta quedar junto a María, a la que sujeté con firmeza, apresándola para que no continuara con su flagelación, podía entender a grandes rasgos sus lamentos, era incapaz de comprender enteramente su dolor. Fijé mis ojos en los de Donovan, y desvié la mirada hacia la dormida madre que había perdido a su hija, seguramente ni siquiera veía más allá del pequeño y ensangrentado cuerpo.

No me reconocía.

Las tortas parecian insuficientes para despertar al doctor, y eso que juraria que bien les fue con Morty, aun asi, realmente necesitaba despertarlo, aunque por lo menos fuera para sacar alguna droga dura para que todo nosotros podamos seguir con la lucha, sin derrumbarnos y mirar alguna cuchilla suelta como via de escape. Asi que a punto estaba de iniciar otra ronda de tortas, cuando Andrea me paro y me dio un frasquito de algo que no sabia que era, pero que este decia que era capaz de despertar al doctor.

Poco despues Andrea se fue a parar a Maria de romperse algun dedo en su ataque de furia, cosa que agradeci, y tambien me hizo odiarme un poco mas. Sabiendo que ese debia ser yo, pero que era incapaz de pararme y dejar que la tristeza me engullera, hasta que por lo menos alguien pudiera tomar control de la situacion. Quien sabe, quizas despues de despertar a Sven y entregar los cadaveres a Sanuye pueda tomarme un descanso y consolar a Maria, o quizas ahora mismo estan viniendo tropas armadas y terminen su trabajo quemando con sus lanzallamas el ultimo refugio y esperanza que nos queda. En cualquier caso, lo importante ahora es Sven, y eso hago derramando con cuidado un par de gotas en sus labios.

Las gotas se deslizaron por los labios entreabiertos del doctor hacia el interior de la boca. Sufrió un par de espasmos similares a los que se tienen en la fase R.E.M. y emitió un leve quejido, abriendo lentamente los ojos. Sintió la superficie sólida bajo su espalda. Cuando recibió aquel golpe jamás se imaginó que lo contaría... Podría decirse que su vida pasó ante sus ojos, y que como última "esperanza" barajó que no volvería a caminar. Sentía las piernas... Y probó a mover el dolorido cuello, girando la cabeza hacia un lado, donde vio el cuerpo de Jolene, tan perfecto como siempre, echado sobre el cadáver de Milo. Se sintió extrañamente orgulloso, pero al girarse hacia el otro lado...

La imagen que descubrió a su lado le hizo desear no haber despertado. Amber. Su pequeña...

Tenía la piernecita totalmente destrozada, y con su sangre chorreaban sus últimos recuerdos antes de caer inconsciente... Una advertencia desoída... Los Dryden nunca escuchaban nada que no viniera de una voz presuntuosa. No le habría importado morir si hubiesen hecho algo por salvar a su pequeño ángel...

Se levantó inmediatamente, de un salto, apoyando ambas manos en el cajón en que estaba Donovan, observando el rostro céreo de la niña mientras apretaba los dientes, transformando su habitual inexpresividad en una mezcla entre frustración, rabia, pena y desolación. Esa niña había movido su vida desde que Jolene la llevara en su interior. Ahondó la respiración mientras alternaba la mirada entre el patético niño de papá y el cadáver de su pequeña. Por desgracia, aunque no llegaba a acostumbrarse a ver algo así, podía mantener una relativa frialdad ante el cuerpo sin vida de una criatura como Amber...

- Por mí como si te pudres... -musitó entre dientes el doctor mirando con sumo desprecio al joven actor, igual que habría mirado a Arthur si creyera que tiene tiempo. Tenían que largarse de ahí... Cuanto antes... Se obligó a apartarse del cuerpo de su niña. No era natural. Solo alguien como él podría hacer algo así... Una vez más, por desgracia. Pero fue hasta Jolene ignorando gritos y llantos... Pocos importaban ya... Y ella era una. La empezó a coger en brazos mientras en voz alta decía, con las piernas temblando: - Dadle de bofetadas a esa mujer hasta que se calme, pero cogedla y seguidme. Tenemos que salir de aquí y ella nos hace falta... ¡RÁPIDO! -puso a Jolene en brazos de Andrea entonces- Llévatela, vuela lo más rápido que puedas hacia el sur, hay una ciudad costera llamada Lulea... -se saca una tarjeta del bolsillo, con su nombre y su teléfono- Llámame en veinticuatro horas. Si no cojo el teléfono, lárgate a algún lugar en el que no nieve y no conserves nada electrónico... ¡CORRE!

De pronto, en aquel lugar, hacía más frío del habitual. El aire se espesaba en una neblina blanca que iba conformándose en un vertiginoso vórtice, enrocándose hasta formar el faldón blanco como la nieve... Pero a unos metros del centro de la estancia, donde ésto sucedía, salía despedida una estalactita del tamaño de un hombre... Afilada como la flecha del más meticuloso cazador...

El inmenso proyectil no solo destrozó el cuerpo de Arthur Dryden, sino también los armarios y la pared en los que estaba apoyado, incapaz de reaccionar. Un nuevo estallido de sangre, vísceras y astillas de hueso tiñó la habitación... Un posible contratiempo menos para la Dama de Hielo...

Lockhart, aunque puede que solo sirviera para ganar tiempo, reaccionó a tiempo y miró a Isenhall con los ojos llenos de odio y deseos de muerte. Debió surtir efecto, pues la Dama de hielo se tambaleó llevándose una mano a la frente... No había estado pendiente de quién había sido... Podría haber sido Lockhart, quien siempre había sido un verdadero inútil, o podría ser el niño de sus ojos... No obstante, su mirada buscaba a Mortymer...

Hasta ahora, siempre me habia quejado de mi suerte, y en mi defensa, dire que hubo muchas y multiples razones para enseñarle el dedo corazon al Destino, pero reconozco algo, por muy putas que me hubiera ido, siempre habia sobrevivido, y no me refiero a ese truco tan molon de Morty, Lior y Arthur de volver despues de una taza de te con la muerte en su casa, realmente habia esquivado la muerte, y siempre habia considerado que mi maldicion seria ser el ultimo en quedar de pie. Si esto era asi, hoy, quizas unos de los peores dias que he tenido, lo cual es mucho decir, que tenia que enfrentarme a mi antigua jefa para evitar todos nosotros nos convirtieramos en carne de picahielos, era el momento ideal para sacrificar mi vida para proteger a mis seres queridos. Porque de no ser asi, dudo mucho que quiera seguir vivo para llorar sobre un lago de sangre.

-Maria, te quiero.

Lanzando lo que podria ser mi ultimo grito de guerra en el mundo mortal, dejo que la furia llene mis venas y el oso que llevo dentro tome las riendas de la situacion, lanzandome como un oso tan blanco como la nieve sobre Isenhall, cosa que reconozco que siempre quise hacer pero reze porque nunca tuviera que hacerlo, apresandola entre mis garras y gruñendo y salivando sobre su cara, obligandola a centrar su mirada en mi. Aquello no iba durar mucho, aun menos si aun teniendo un adorno de ricachones encima podia tirarme encima un iceberg, pero sin con eso era capaz de apartar la vista lo suficiente para que los demas actuen a tiempo y sobrevivan, entonces quizas no moria en vano… Mmmmhhh, me pregunto si ofrecen puntos en el cielo por tocarle las tetas a una diosa pagana.

En cambio, la diosa parecía acostumbrada a esos inmensos animales, pues en lugar de apartarse, intentó ser ella quien lo abrazara, sin embargo el oso logró zafarse a tiempo de un posible movimiento de Isenhall por el cual no habría merecido la pena el sacrificio...

Y sin embargo, la suerte que solía acompañar milagrosamente a Hugo, hizo que los astros se aliaran en su favor: Isenhall levantó una mano en dirección a Mortymer, pero cuando los demás abrían sus ojos (o los cerraban) dispuestos a ver una vez más cómo los proyectiles de hielo de aquella diosa destrozaban en mil pedazos a un ser humano, un sonido de cristalización, crujiente, precedió la mueca de incredulidad de la propia diosa, quien vio cómo por su brazo ascendía una película de denso y blanquecino hielo que, en menos de un segundo, la había engullido totalmente.

Aunque en una posición más lejana habría entreabierto la boca y abierto los ojos de forma que se le habrían quedado fuera de las cuencas, Lockhart no iba a perder el valioso tiempo en el que la Dama siguiera inmóvil. Sus ojos parecieron palidecer muy levemente y de nuevo aquella mirada asesina en su semblante mientras el hielo que envolvía a la diosa seguía crujiendo, resquebrajándose poco a poco...

- ¡ANDREA, LÁRGATE! -gritó mientras algo surgía desde su mente para hacer jirones la de Isenhall...

Reconozco que cuando la presa que intente hacer fallo, y ella se abalanzo sobre mi como si mi subito incremento de masa corporal fuera solo relleno para su nuevo juguete, estuve apunto de llorar y aceptar la cruda realidad, iba a palmarla, mucho. Pero mi instinto no era tan nenaza como mi yo racional, obligadnome a esquivarla a un milisegundo de que practicara conmigo alguna nueva version del "Aguila Sangrienta", pero olvidando que estaba ahi para proteger a Mortymer, el cual estaba a punto de sufrir un universo de dolor por mi desliz, siguiendo nosotros a su destino. Pero como he dicho antes, mi maldicion es sobrevivir, e incluso Isenhall, era un solo titere ante las manos del destino.

No pienso preguntarme como pudo pifiarla tanto para congelarse a si misma, ni tan siquiera si el karma se estaba equilibrando despues de hacerme desgraciado por tanto tiempo, solo sabia que este momento, seria el punto donde pasariamos de ser simples victimas dominadas bajo la voluntad de los dioses, a semi-dioses cuyo poder reside de la union de la vida y la muerte en una noche desenfrenada.

-!Por Amber¡- Rugi entre mis colmillos, intentando darles el valor a los demas de dimitir, por siempre jamas.

No, no solo por Amber, habia mucho mas, tantos que habian sufrido por Isenhall, demasiadas muertes.

-!Y por Alice, Falken, Art, Lior, Marcos, Balas, y todos aquellos que han muerto para que nosotros sigamos vivos¡- Dije intentando recordar, cada uno de los que habia conocido y habian caido en combate por el cruel juego que se estaba llevando a cabo en un nivel superior de la realidad.-!Por todos ellos, vamos a sobrevivir, y recordar con orgullo, que si aun seguimos aqui, es solo porque para asegurarnos de que sus muertes no fueran en vano y decir al mundo, que hubo gente buena e inocente entre la quema de brujas provocadas en esta guerra¡

Sólo solté a María cuando esta pareció tranquilizarse, y fue porque Sven, el revivido doctor gracias al milagroso ungüento entregado por Sanuye, depósito sobre mis brazos la mayor responsabilidad que había tenido en toda mi vacua vida. Tal vez usar ese adjetivo pueda parecer excesivo, pero nada lo es cuando te ves rodeado de tanto rojo que asfixia tus recuerdos.

La mirada que devolví a aquel hombre estaba mucho más cerca de ¿estás loco?, ¿por qué iba a hacer lo que me pides? Que de alguien que ofreciera mucha confianza, tenía que largarme de allí, eso dictaba el sentido común, desde que había entrado en aquel palacio de hielo habían pasado cosas difíciles de asumir, tanto como el hecho de que la hermosa joven no ha sido dejada caer, y aún sienta el leve movimiento de su cuerpo al respirar.

Hago un gesto con la cabeza indicando que ponga la tarjeta en el bolsillo, y asiento, ¿qué otra cosa puedo hacer?, ¿abandonar a esta niña que acaba de perder a su hija?, ¿he pensado realmente en como decírselo si llego al lugar donde me han indicado? Para que hacerlo. Ninguna palabra sale de mi boca mientras me giro en dirección a la puerta, una que no llego a cruzar, ni siquiera a culminar la mirada que buscó a María para asegurarme de que seguía aquí.

La poderosa irrupción de aquella que se hace llamar diosa trae de nuevo la muerte, algo que parece le es muy familiar, el caprichoso juego parece haber terminado, todo termina por aburrir en este mundo. La necesidad de huir de allí, de salvaguardar a la que es ahora mi cobarde y a la vez heroica excusa, se hacía acuciante, pero el desarrollo de aquel combate tan desigual atraía mi atención, metahumanos luchando para su supervivencia, como cualquier ser vivo, los que los tachan de anomalía deberían ver sus actos, no sus habilidades.

El clon se acercó a mí, leal y protector, pero le señalé a María, y a ella se dirigió, ¿Vienes? podría haberla cogido por la fuerza, arrastrada lo más lejos posible de aquel lugar, pero en cambio, esperó su contestación, si deseaba quedarse, él se quedaría junto a ella, junto al resto, haciendo lo que pudiera, sabía de su papel, lo había interpretado demasiadas veces últimamente.

El grito de Sven es la señal de salida, mis pies dejan atrás el helado firme, volaré tan rápido como pueda, tan veloz como mi conciencia me lo permita, mira sus cerrados ojos, busca en ellos lo que necesitas.

Mortymer se quedó completamente sorprendido al ver como la diosa que les dio cobijo y una posible salvación se acababa de convertir, sin previo aviso, en su enemigo... Sus ataques de hielo resultaron fatales para el Dryden y el adolescente se quedó mirando con la boca abierta sin que ningún musculo de su cuerpo respondiera como a el le gustara, la sangre salpico por todos lados acompañada de trocitos de piel y vísceras...

Su labio inferior comenzó a temblar mientras tenía la boca un poco abierta... los gritos, la rabia... todo se aglomeraba en su interior y no sabía que hacer... pero la fortuna le sonrió al ver como Isenhall le miró dispuesta a arrebatarle la vida... no sabía si un Dios más poderoso le protegió o que diablos pasó y aunque no lo supiera su trastornada mente volvió a la carga durante un instante haciéndole ver que el hijo de la muerte sencillamente no podía perecer...

Hugo transformado en oso empezó a gritar los nombres de los ya muertos... de gente que conoció... poco a poco el chaval fue reaccionando y con los ojos aún hinchados se lanzó a por aquella mujer deidificada... la distancia que los separaba la recorrió en escasos segundos y sin pensarlo lanzo dos puñetazos concentrándose en tratar de hacerle el máximo daño posible... el primer golpe fue un golpe bajo, su intención era darle en la barbilla, pero Morty calculó horriblemente mal y su puñetazo se estampo directamente contra la zona genital de la Diosa... pero no había tiempo para pensar, el segundo puñetazo lanzado por la izquierda impacto en su brazo... no parecía haber infligido daño alguno... y eso horrorizó a Kamau que se la quedó mirando estupefacto... ya era tarde para correr...

La desgracia se estaba cebando en la familia Dryden. Su fortuna, su poder social y político, sus amistades y bienes materiales... Nada de eso servía cuando el destino atacaba con garras de muerte. El apellido Dryden parecía estar maldito y los pétalos de la flor se marchitaban uno por uno. Primero se había ido su madre. El joven actor guardaba en secreto la esperanza de que estaría bien, de que aún seguiría con vida... Pero al ver caer el segundo de los pétalos, toda esperanza se había evaporado. Amber Daelyn Dryden había muerto en sus brazos. Y había muerto por su culpa. El tercero de los pétalos había sido su padre. Arthur Dryden había sido atravesado ante sus ojos, por una deidad del hielo.

Su hermana, su querida y adorada hermana yacía en brazos de un desconocido en el que no confiaba. Y su hermano, el idiota y bruto al que aún quería por encima de todo, estaba en paradero desconocido.

Donovan dejó de gritar y forcejear con la nada cuando la sangre de su padre salpicó su rostro, mezclándose con la suya propia y la de su sobrina. Tres generaciones compartían ahora un lazo que no se podría romper, el lazo de la muerte. Para Donovan ya no había marcha atrás. Había muerto por dentro.

Mientras se levantaba con cuidado extremo del cajón de la morgue, sujetando con un triste amor el cuerpo de su pequeña, Donovan no era capaz de encontrarle sentido alguno a todo lo que estaba sucediendo a su alrededor. Diosas de hielo asesinando y convirtiéndose en estatuas, osos polares atacando y gruñendo con voces humanas, adolescentes haciendo vibrar los cimientos de la sala con la fuerza de sus puños. ¿Qué era aquella locura? ¿Qué sentido tenía todo aquello? El chico, que había sido considerado uno de los grandes genios de su época y que había rechazado ingresar en MENSA solo por lo pesadas que podrían llegar a ser las responsabilidades derivadas de aquello, no era capaz de hacer funcionar su mente para encontrar una buena razón por la que todo lo que estaba pasando estuviera teniendo lugar.

En silencio, contrastando con el clamor reinante en la sala, Donovan avanza como un fantasma de ojos profundamente tristes. Su mirada no se fija en ninguna parte salvo los dorados rizos de Amber, a la que protege con ambos brazos, como si aún pudiera evitar que sufriera más daño que el de la muerte. Comienza a murmurar una nana sin sentido alguno cuando se encuentra ya muy cerca de Isenhal. Las palabras salen sin fuerza de unos labios agrietados y una garganta reseca por el esfuerzo y la enfermedad. El crujir de las hojas de otoño se escucha en la única estrofa que se hace audible... La estrofa final de su nana para Amber.

- Desearía poder ir contigo
no te conozco pero te siento tan cercana
éstos sentimientos, que creí haber olvidado...
Te encontré pero ahora te has ido
pronto te seguiré...

Cuando caiga dormido...-

Toda su frustración, todo su dolor, su odio, su pena. Todos los sentimiento negativos que albergaba su corazón, que eran los únicos que le quedaban, escapan de su cuerpo con esas últimas palabras, apenas un suspiro. La energía negativa que se había acumulado cruza los pocos metros que separan al chico de la diosa, como una espada de justa venganza.

Y nada más sucede. No hay explosiones, ni efecto especial alguno. No surgen rayos de luz, ni siquiera la diosa llega a proferir un alarido de dolor. La villana muere en silencio, atrapada en su propia trampa, el dedo índice extendido hacia Mortymer en un último gesto dramático. Lo único que anuncia la muerte de la diosa de hielo es el ligero aumento de temperatura. El frío mortal que siempre acompañaba la figura nívea de Isenhal, se disipa en el ambiente junto al hálito de vida de su dueña.

Se acaba el tercer acto, cae el telón... pero nadie aplaude.

Donovan, que siente en los huesos que la amenaza de Isenhal ya no es el peligro mas inmediato, vuelve la cabeza para buscar a su hermana con una mirada cargada de tristeza y dolor. La muerte de la diosa no le había supuesto ningún alivio a su destrozado corazón. No le había restañado ninguna herida, ni le había servido para disminuir el vacío que sentía en el alma. La sangre aún estaba tibia.

Cuando alza la cabeza para buscar a su hermana, y la encuentra en brazos de un perfecto desconocido, la tristeza de Donovan se hace aún mas oscura y profunda. ¿Por qué la llevaba en brazos?, ¿Cuál era su intención?... Ese tal Andrea seguía las indicaciones de Sven. Y Sven era el que había provocado todo aquello. Si hubiera dejado que Milo se llevara a Amber a un lugar seguro, ahora no tendría que sujetar su cuerpecito sin vida entre los brazos. Si ese maldito médico hubiera hecho lo que tenía que hacer...

Donovan no quería, no deseaba matar a Sven... Pero ese maldito loco pagaría por su error. Y tras él, pagarían todos aquellos que hubieran conducido a la familia Dryden al horror que estaba viviendo. Primero los seguidores de Isenhal... Donovan deseaba venganza y justicia. Y deseaba tranquilidad. Y si tenía que matar, uno por uno, a todos los mutantes de la Tierra... Lo haría.

Irónicamente, Sven fue aniquilado por el mismo poder con que había nacido. Su cerebro se colapsó sobre si mismo, atacado por una potencia psíquica que nacía de la mas negra de las determinaciones. Múltiples hemorragias surgieron de todos los conductos de su cabeza mientras los ojos se le inyectaban en sangre. Ahora el buen doctor presentaba el mismo aspecto que su último paciente, el griego Milo Notara.

Donovan por fin comprendía a Madsen... Y haría lo mismo que el militar estaba haciendo para quedar en paz consigo mismo.

La desgracia se estaba cebando en la familia Dryden. Su fortuna, su poder social y político, sus amistades y bienes materiales... Nada de eso servía cuando el destino atacaba con garras de muerte. El apellido Dryden parecía estar maldito y los pétalos de la flor se marchitaban uno por uno. Primero se había ido su madre. El joven actor guardaba en secreto la esperanza de que estaría bien, de que aún seguiría con vida... Pero al ver caer el segundo de los pétalos, toda esperanza se había evaporado. Amber Daelyn Dryden había muerto en sus brazos. Y había muerto por su culpa. El tercero de los pétalos había sido su padre. Arthur Dryden había sido atravesado ante sus ojos, por una deidad del hielo.

Su hermana, su querida y adorada hermana yacía en brazos de un desconocido en el que no confiaba. Y su hermano, el idiota y bruto al que aún quería por encima de todo, estaba en paradero desconocido.

Donovan dejó de gritar y forcejear con la nada cuando la sangre de su padre salpicó su rostro, mezclándose con la suya propia y la de su sobrina. Tres generaciones compartían ahora un lazo que no se podría romper, el lazo de la muerte. Para Donovan ya no había marcha atrás. Había muerto por dentro.

Mientras se levantaba con cuidado extremo del cajón de la morgue, sujetando con un triste amor el cuerpo de su pequeña, Donovan no era capaz de encontrarle sentido alguno a todo lo que estaba sucediendo a su alrededor. Diosas de hielo asesinando y convirtiéndose en estatuas, osos polares atacando y gruñendo con voces humanas, adolescentes haciendo vibrar los cimientos de la sala con la fuerza de sus puños. ¿Qué era aquella locura? ¿Qué sentido tenía todo aquello? El chico, que había sido considerado uno de los grandes genios de su época y que había rechazado ingresar en MENSA solo por lo pesadas que podrían llegar a ser las responsabilidades derivadas de aquello, no era capaz de hacer funcionar su mente para encontrar una buena razón por la que todo lo que estaba pasando estuviera teniendo lugar.

En silencio, contrastando con el clamor reinante en la sala, Donovan avanza como un fantasma de ojos profundamente tristes. Su mirada no se fija en ninguna parte salvo los dorados rizos de Amber, a la que protege con ambos brazos, como si aún pudiera evitar que sufriera más daño que el de la muerte. Comienza a murmurar una nana sin sentido alguno cuando se encuentra ya muy cerca de Isenhal. Las palabras salen sin fuerza de unos labios agrietados y una garganta reseca por el esfuerzo y la enfermedad. El crujir de las hojas de otoño se escucha en la única estrofa que se hace audible... La estrofa final de su nana para Amber.

- Desearía poder ir contigo
no te conozco pero te siento tan cercana
éstos sentimientos, que creí haber olvidado...
Te encontré pero ahora te has ido
pronto te seguiré...

Cuando caiga dormido...-

Toda su frustración, todo su dolor, su odio, su pena. Todos los sentimiento negativos que albergaba su corazón, que eran los únicos que le quedaban, escapan de su cuerpo con esas últimas palabras, apenas un suspiro. La energía negativa que se había acumulado cruza los pocos metros que separan al chico de la diosa, como una espada de justa venganza... Pero no sucede nada. Nada cambia en la escena. Isenhal sigue ahí, congelada por su propio poder, Hugo aún es un oso polar y Mortymer enfrenta a la diosa como un épico David contra un monstruosamente poderoso Goliath.

El poder que Donovan había obtenido de Sven, no había servido de absolutamente nada... Y el actor comenzaba a flaquear, poco a poco, perdiendo la poca confianza que le quedaba en sí mismo...

María negó a Andrea sin dejar de mirar a Isenhall... No iba a dejar a sus compañeros...

- ¡¡JODER, BASTA, VÁMONOS DE AQUÍ, JODEEEER!! ¡¡A LOS TRINEOS!! -grita María apunto de desgarrarse las cuerdas vocales, y con ello llega la necesidad inmediata de marcharse de aquel lugar...

Ella y todo el contingente abandona la enfermería corriendo, hasta llegar al lugar en que los perros de Emma descansan... Sólo un trineo, y en él sólo caben tres personas mas el conductor. Son cinco ahora que Andrea ha echado a volar, ni siquiera contaba con el clon que también había echado a correr con ella, de ser así el asunto del trineo le habría resultado más fácil...

El hecho de que Donovan no suelte el cadáver de la niña no ayuda a mantener la calma. Medio ahogada por los efectos del virus y los nervios, la española es incapaz aún así de moderar el volumen de su voz.

- ¡HUGO, CONVIÉRTETE EN HALCÓN O LO QUE SEA, PERO VE CON ANDREA! ¡NO DEJES SOLA A JOLENE! -Eso les deja en cuatro. No es que sospeche mal del maltés, pero desde luego no le conoce todo lo bien que quisiera- ¡SVEN! ¿Sabes condu...? ¿¡POR QUÉ HAY QUE IR A ESA PUTA CIUDAD!?

Sven cogió las riendas del trineo antes de que María terminara la frase, mientras ésta se sentaba en el puesto más alejado de la nieve y le hacía otra pregunta que, por algún capricho del destino, le inducía a mentirle:

- Es la única forma de que nos cojan y nos maten a todos -ni siquiera se dio cuenta de que lo que había dicho era su sentencia. Sacudió el pelo inmediatamente después y, como si nada, dijo: - ¡VENGA, SENTAOS!

Pero María le observaba con auténtico horror. Estaba segura de que había usado bien su poder...

Estabamos tan cerca, tan cerca de hacer algo que marcaria por fin algo, sino en la generacion mutante, en mi vida, la idea de enfrentarme por fin al cruel destino de los dioses, estaba a la punta de mi lengua, y justo cuando lo saboreo, se convierte en el horrible sabor de saber que estas matando a una cria virgen, quizas poseida por una diosa que posiblemente nos hubiera reventando las espinas dorsales con cubitos de hielos sonriendo, pero aun asi una cria. Maldije a Maria, porque esas cosas eran las que amaba de ella, como siempre podia mantener su humanidad, y siempre podia perdonar al mas indeseable, como yo, pero tambien la odie, porque sabia que en cuanto se descongelara Isenhall de su propio hielo, nunca en nuestras vidas podriamos comprar un frigorico o un helado sin el temor de que una garra fria clame venganza en nuestras gargantas.

Sin nada mas que decir que no fuera una perdida de tiempo, y obligado a Maria a separarme otra vez de su lado a proteger a alguien que ya esta en mejores manos, teniendo que hacer acopio de todo mi confianza en ella para no saber que NUNCA nada bueno sucedia cuando nos separabamos, tome la forma de un halcon y vole tras el rastro que hacia un ser vivo cuando desafiaba las leyes de la gravedad. Tras de mi, me parecio oir a Sven algo sobre que los iban a matar y cojer, lo cual era extraño, no sabia que Sven le gustara bromear con personas que acaban de sufrir el trauma de su vida.