Partida Rol por web

De las escaleras oyes el ruido de una ducha y una cancioncilla animada. Puedes asegurar con exactitud que es Ipophema.

-La madre que lo parió...

Que bien se quedó...

Tras ese pensamiento sarcástico observo al gigante, ahora sí estábamos metidos en un lío... y era de los gordos al parecer...

Sin detenerme un segundo corro hasta el baño y abro la puerta. Si está cerrada saco la espada y golpeo la cerradura.

-¡Señora! - Grito desesperado - ¡Su marido quiere comerse a mis amigos!

Ipophema te mira sorprendida desde la ducha sin hacer ningun esfuerzo por taparse. El agua se desliza perezosamente por cada curva de su bronceada piel.

-¿Que dices? ¿Como que quiere comerse a tus amigos? -La mujer frunce el ceño desaprovadoramente.

Jackie retrocedió un par de pasos mientras cargaba el arco y su mirada buscaba algún punto flaco donde se podría dirigir la flecha que estaba a punto de disparar. Sonrío de medio lado y exclamó:

-Te advierto que pienso cumplir mi amenaza de antes... Allá tú si quieres continuar.-le dijo con valor y un deje fanfarrón. 

Tensa el arco y se dispone a disparar.

-¡Se ha vuelto gigante! ¡Y casi mata a mi mejor amigo! ¡El resto están intentando combatir con él pero es demasiado grande! ¡Tiene que ayudarnos por favor!

El enorme ser ríe divertido. 

-¡No os habeis enfrentado antes a un ser como yo! ¡La madre Gea me sustenta y mi fuerza es comparable a la de un dios!- Para demostrarlo, el enorme ser descarga un hachazo en medio de la arena. El hacha abre un inmenso surco en la arena haciendo que esta misma tiemble violentamente. El gigante extrae el hacha riendo estruendosamente ante vuestra sorpresa. -¡Preparaos a morir mestizos!

Puedes ver como una sombra sale de su escondite y se refugia en tu hombro. No sabes como pero el gato negro se te acaba de subir al hombro de un solo salto

-¡¡¡ES CLITO!!! ¡Maldita sea niña, ¿¡Que crees que haces con el arco?! ¡Sal de aqui! ¡Solo un dios ayudado por mestizos puede matar a un gigante! ¡HAY QUE SALIR DE AQUÍ YA!- El gato está histérico y aterrado. Y si un gato que a combatido al lado de Atenea esta así de asustado... 

No tenía miedo, al contrario, tenía rabia. Había que matarle, así que con la espada en mano, la cogí fuerte y la balanceé hacia ese individuo. Rápidamente me fui contra él y con todas mis fuerzas le golpeé. El golpe no sabía si era muy fuerte, pero seguro que era certero y le acertaría.

Jackie escuchó al gato que se encaramó al hombro y lo miró sorprendida y, para qué negarlo, asustada. Pero no dejo que eso se reflejase en su mirada firme y su gesto serio. Respiró hondo y colocó una flecha en el arco para apuntar a una zona que pudiera ser letal. Mientras apuntaba, reflexionó sobre las palabras del gigante.

...La madre Gea me sustenta...

Abrió los ojos de forma exagerada, comprendiendo qué es lo que tenían que hacer, pero sin verse capaz de realizarlo.

-¡Hay que sacarlo de la tierra!-exclamó.-¡O destruirla, hacerla inservible de alguna manera!-Muy inteligente, Jackie, ¿cómo destruyes la tierra?-pensó mirando unos segundos al suelo. 

Levanta la vista finalmente y dispara.

-Si los dioses quieren que vivamos, viviremos. Si no... Yo por lo menos pienso darles mucho por culo desde el Elíseo, allí me tendrán que soportar durante toda la eternidad.-le dice a Chachito, que seguía asustado en su hombro. Jackie nunca demostraba el miedo que sintiese, por muy insegura o peliaguda que sea la situación. Ella miraba a la muerte a los ojos y, si podía, se reía en su cara. 

Cuerpo a cuerpo poco puedo hacer así que lo primero que hago es retirarme dejando mi hueco a Alcander para que él puediera usar su arma. Cosa inútil pues aunque me exprimo los sesos para encontrar una forma de separarlo de la tierra no encuentro ninguna... tal vz subiéndolo a las gradas pero ese tío es demasiado grande para hacerlo...
 

La chica había sugerido sacar al "pequeñín" de la tierra, lo cual me parecía poco menos que imposible, así que me limité a encararlo con la lanza, valor nunca me había faltado, pero pensar no era mi mayor virtud, si a alguien se le ocurría alguna ingeniosa idea no sería a mi. La mía siempre era la misma, cargar y machacar al rival.

-¡Vamos a bailar guapete!

El inmenso coloso ríe al recibir las heridas que apenas parecen penetrar en su dura piel.

-¡Estúpidos mestizos! ¡Vuestra fuerza no tiene nada que hacer contra mi!- Dicho lo propio estampa su pie contra el suelo provocando un seismo que hace retemblar el suelo. Del techo caen enormes trozos de piedra de diverso tamaño, Uno de los cuales se estampa contra la calva cabeza del gigante que se tambalea al recibir el impacto.

Una cañería de agua se rompe dejando paso libre al agua que cae como una tromba amenazando con llenar el suelo del anfiteatro de agua. Podeis ver como el gigante maniobra torpemente para quedar en el lugar seco del ruedo.

La mujer se sorprende y sin mostrar pavor alguno asiente.

-Pues tendremos que pararle... Ya hace algún tiempo que estaba muy raro. Todo por culpa de ese nuevo patrón suyo.

De repente el suelo empieza a temblar y el agua de la ducha se corta. Ves como Ipophema palidece al ver el temblor y sale disparada en dirección a las escaleras.

-Por los dioses... Que no haya crecido mucho...-La oyes musitar.

Sin dudarlo salgo corriendo tras la mujer, espero que salve a mis amigos.

La mujer alza una mano deteniéndote al inicio de las escaleras. Todo rastro de broma y diversión han huido de su rostro.

-Debes tener mucho cuidado ahora joven héroe... Si mi marido a agrandado debes coger a tus amigos e irte de aquí. Yo trataré de detenerlo, pero debes saber que ni todos vosotros juntos y aun contando con mi ayuda podríamos vencerlo. Es un hijo directo de dioses y su poder está lejos del nuestro. ¿Lo entiendes?