Partida Rol por web

Ante el intercambio de palabras Ipophema chasquea los dedos para llamar vuestra atención.

-Muy bien, lo que haremos será lo siguiente. Yo distraeré a mi marido, mientras tanto tu debes coger a tus amigos y salir por patas. En cuanto salgais del sótano teneis que ir directos a la parcela. Sin paradas.- Dicho lo cual empieza a bajar las escaleras lentamente.

De nuevo asiento con la cabeza.

Entre todos estuvimos dándoles golpe al estraño cuando de pronto empezaron a caer trozos del techo, piedras. Esquivando y esquivando pero al final uno me dio, aunque por suerte no me hice mucho daño. Entonces al caer al suelo, cogí rápidamente la espada y volví hacia él, para darle un ataque duro.

Podeis ver que tras enorme gigante unas sombras aparecen en el corredor por el que entrasteis en el sótano aunque no podeis percibirlas bien.

Si quereis saber quien viene tirad percepción dificultad 60 (debido al inconveniente del mastodonte que trata mataros.) 

¡¡¡Ojo con los destinatarios!!!

Cuando el techo cedió, Jackie no lo vio venir a tiempo y cayó sobre ella, que sólo atinó a cubrirse con el brazo libre para evitar el menor daño posible. Entonces vio como el suelo comenzaba a inundarse... Cosa que les favorecía a ellos, ya que Clito parecía débil ante cualquier terreno que no fuese la tierra... Pero el muy condenado se había colocado en una parte seca donde el agua no alcanzase.

Si Mahoma no va a la montaña...

Jackie rajó con sus manos la camiseta de tela que llevaba, dejando al descubierto todo su vientre liso y estilizado. Con la tela, rodeó una de sus flechas dejando el suficiente espacio en la punta como para que pudiera clavarse en la carne del gigante. Al ver como se llenaba la arena, corrió hacia los arbustos que quedaban incendiados gracias a la Quimera que pereció ante sus ataques. La muchacha pudo llegar a tiempo para que la tela prendiese y una llama rodease la flecha que ahora cargaba sobre el arco.

El gigante estaba demasiado ocupado intentando no meterse en el agua, por lo que Jackie aprovechó para colocarse a su espalda y... Disparar a su trasero. Sonrió satisfecha por su trabajo. Ya lo había dicho... Ella siempre cumplía sus promesas.

Sin embargo, pudo ver como algo se acercaba...

Viendo que el gigante se afanaba por ponerse en tierra firme esta vez no me refreno a la hora de poner una flecha en mi arco y disparar, ahora que ya me he separado del lado del gigante.

Justo a la entrada puedes ver la inmensa mole en la que se a convertido Ktimatías... Da miedo. Es facilmente diez veces más grande que tu y gracias a los dioses lleva calzoncillos de corazones acordes a su tamaño. 

Mientras contemplabas a Ktimatías, ves como su esposa empieza a borbotear y a convertirse en liquido ante tus ojos, uniéndose al agua que parece formaba parte de la arena en la que se encuentran el resto. 

-Recuerda, huid en cuanto lo distraiga. No podré aguantarlo mucho.- Dicho lo cual se difumina su rostro. 

Puedes ver como Johan rebusca entre sus bolsillos y empieza a sacar piezas que al ensamblarlas construyen la ballesta más extraña que hayas visto jamás.

Al ver como la miras te guiña un ojo nervioso.

-Estuve mucho tiempo en ese taller. ¿Tu crees que le molestará que le haya cogido esto a Prometeo?

Podéis ver como desde la entrada aparecen tres figuras. Una mujer que empieza a transparentarse, un joven coronado por un casco griego portando una extrañísima ballesta y a Holden... Al poco la mujer parece licuarse y fundirse, con el agua que ya empapa la arena sin ningún resultado aparente.

-No - Digo sin tampoco pensar demasiado en lo que está preguntando.

-Vamos, tenemos que sacar a todos de aquí, en cuanto empiece a distraerlo debemos llamarlos para que vengan.

Aquella mole inmensa parece inmune ante los ataques pero no me rindo, tendrá que matarme para que deje de atacar.
Acto seguido me golpea una piedra, no soy lo suficiente rápido como para esquivarla, pero gracias a los dioses no me hace mucho daño. Entonces me preparo para volver a lanzarme al ataque, pero algo llama mi atención.

-¿Y ahora quien cojones...?

Es todo lo que me permito dudar, vuelvo a fijar mis ojos en aquel hombre, si es que se le puede llamar así para atacarle con la lanza...

Vuestros ataques parecen rebotar o solo perforar muy ligeramente la dura piel del titan que Eleva el hacha por detras de su cabeza... Y se queda ahí, atrapada por una columna de agua que surge de la charca que se había formado en el suelo.

-¿Que cojones? ¿Ipophema? ¿¡Que crees que estas haciendo, mujer!?- Parece que el agua se extiende del mango del hacha a los brazos del gigante que se revuelve y arremete contra la columna de agua. Alza un pié para aplastaros... Y una bola de fuego surge del pasillo para impactar en la extremidad, quemándola y haciendo que de ella se desprendan trozos de carne churruscada. Por la ballesta que sostiene uno de los chicos de la escalera que al ser iluminado por el fuego reconocéis como Johan Firefist surge un estruendoso ruido similar al de una locomotora.

-¡Corre Holden!-Dice el mestizo.- ¡Ya sabes a donde ir, vamos!- Con otro disparo el joven logra abrir un boquete en la pared tras vosotros... Antes de que el pié del gigante se estrelle contra su cuerpo estampándolo contra la pared con un desagradable ruido de huesos rotos y metal abollado.

-¡Aquí! ¡Por aquí! - Grito empezando a dar pequeños saltos y agitando los brazos para llamar la atención de mis compañeros. Se puede ver que esta vez no está la típica felicidad e inocencia que me caracterizan, esta vez mi gesto es más duro, es preocupado.

-¡Tenemos que irnos de aquí! ¡Rápido!

Jackie parecía totalmente metida en el combate, intentaba esquivar los golpes del gigante y acertar los suyos con el arco... pero cualquier golpe que daban, parecía ser ignorado por el gran Clito. Sin embargo, algo pareció cambiar la suerte de los mestizos, pues una columna (que parecía estar gracias a Ipophema), atrapó al gigante. 

La muchacha se apartó de un salto, alejándose de su radio de alcance. Fue entonces cuando vio a Johan, quien se había separado de ellos en Río de Janeiro. El pequeño Holden estaba con ellos y Jackie no pudo evitar sentirse culpable al darse cuenta de que apenas había caído en la ausencia del chico.

-¡Johan! ¡Holden!-los llamó, pero entonces el último de los mencionados, indicó con mucha insistencia que lo siguieran, al parecer, a un lugar seguro. Jackie no se lo pensó dos veces en echar a correr, aún con el arco dispuesto a disparar en caso de que hiciese falta.-¡Eneas, Alcander, vámonos!-gritó sus nombres para que la siguieran junto con Holden. De los otros dos ni se preocupó... al fin y al cabo, ni siquiera sabía sus nombres ni el porqué estaban ahí. 

- ¡¡Johan!! - grita al verle desaparecer tras la pared y el pie del gigante

Sentía unas ganas horribles de golpear a aquel gigante hasta hacerlo caer, pero los gritos le hicieron dudar. Miró alternativamente al agujero en la pared y al gigante, hasta que finalmente descargó un golpe al suelo con furia antes de correr hacia Holden, intentando convencerse inútilmente de que Johan podía soportar algo como eso.

No entendía muy bien lo que pasaba, bueno ni bien ni mal, no tenía ni puñetera idea de lo que pasaba. Aquel bruto parecía invencible, pero entonces parecía que otros nos ayudaban.
El niño al que había visto antes nos alertó para que huyéramos, y la chica del arco no tardó en ir hacia él. Así que tampoco lo dudé, total, la alternativa no era mucho mejor. Eché una breve mirada a Casta y le grité.

-¡Vamos!

Acto seguido empecé a correr con el resto.

- ¿Eh como? - No sabía como reaccionar, así que me cogí al brazo de Noah y empecé a correr. Corriendo a toda velocidad por escapar de allí en cuanto antes.

Al ver el espectáculo salís disparados hacia Holden quien os guía por la entrada del sótano y salís de la casa (Me figuro que hacéis eso.)

Os encontráis agotados por los combates y las acciones del día pero antes de salir habéis podido ver como el Fauno Steve y lo que parecía ser una camilla echa por helechos en la que reposaba Lukas han salido por el boquete abierto.

La casa tiembla al compás con los gritos y golpes de Clito que no parece ser capaz de escapar de la presa de su esposa... Por cuanto tiempo, eso ya es un misterio, pero lo más probable es que no queráis comprobarlo en persona.

-Johan... está... está...- Digo, me derrumbo sentándome con los ojos fijos en mis pies ¿cómo puede ser? Lo último que le dirigí fueron unas palabras llenas de sarcasmo... no pensé que él pudiera caer. Él era como yo, como Jackie... luchó con nosotros para parar las hordas de Cronos...

¿Cómo pudo caer Johan...? Tan tenaz... tan generoso...

De nuevo me pregunto de qué sirve todo esto, de qué sirve hacer todo esto si al final... todos caen, nadie es una excepción... ni los grandes héroes del pasado ¿acaso es el destino de todo semidiós?

Todo había sucedido tan rápido para Jackie, que apenas había tenido tiempo de pararse a pensar* en lo que realmente había sucedido allí dentro. Johan, el hijo de Hefesto, prácticamente dio su vida por salvarlos a ellos. Jackie apretó los puños con fuerza y rabia, deseando dejarla salir... Pero no podía. No tenía fuerzas suficientes, además, no era el momento porque tendrían que irse rápido si no querían que Clito los alcanzara. 

Cuando se detuvo cogió a Holden y lo abrazó con fuerza.

-Lo siento, lo siento, Holden, siento no haber estado atenta a ti allí dentro.-le susurra, conmocionada, mientras espera que los demás lleguen.-¿Estás bien?-pregunta preocupada, separándolo de ella y estudiándolo con sus profundos ojos oscuros. 

Esperó a que llegasen los demás mientras Holden le respondía. Entonces escuchó a Eneas, más afectado que ella. Dejó a Holden un momento, dedicándole una sonrisa de disculpa. La muchacha se sentía desbordada... muchas personas a las que atender, muchas emociones muy fuertes y poco tiempo para atenderlas. Debían marcharse, pero Eneas necesitaba que le insuflasen ánimos. 

Se arrodilló a su lado y llevó la cabeza del muchacho a su pecho, mientras que con la otra mano rodeaba sus hombros, estrechándolos con fuerza contra ella. Apoyó el mentón sobre su coronilla y después descendió para darle un beso sobre ésta. 

-Escúchame, Eneas.-le pidió en un susurro.-Johan... Johan era muy importante para nosotros...-se humedeció los labios, sin saber qué decir. ¡Jackie era una guerrera, no una plañidera! No sabía bien como consolar a alguien después de la pérdida. Cuando volvieron de la gran batalla, ella se encerró en su cabaña durante un par de días... no tuvo que hablar con nadie ni intentar consolarlo. Y ahora... se sentía una inútil por no conseguirlo.-... pero... ha caído como un héroe. Ha dado su vida por nosotros, si nos quedamos aquí quietos, su pérdida habrá sido en vano. Tenemos que seguir adelante y salir de aquí, Eneas. Aguanta un poco más, sé que puedes. 

Elevó el mentón del chico, guiándolo para que alzase la vista. Ella le apartó un par de mechones rubios de la cara y se inclinó para depositar un beso suave sobre sus labios, intentando transmitirle el ánimo que no sabía expresar con palabras.