Partida Rol por web

Gloria, Fortuna y Muerte.

El Sátiro Errante: Expresión y Relatos

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19/10/2014, 02:12
-DM-

Esta escena es de ustedes! A muchos les gusta profundizar sus PJs o describir situaciones relacionadas con tu personaje. Esta es la escena para eso!

Ven aquí y comparte un relato, quizá un fragmento de tu historia que valga la pena recordar, una peripecia de aventuras pasadas o presentes, o quizá una canción o balada que un bardo haya cantado.

Un buen relato es recompensado con puntos de experiencia y con el aplauso mío y de tus compañeros.

Para que sepan más o menos de que va, empiezo yo...

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19/10/2014, 02:31
-DM-

La mirada perdida y sumida en sus propios pensamientos de Gael no pasó desapercibida para la Iluskana, lo observó atentamente a los ojos mientras hablaba, quedaban los dos solos en esa silenciosa cripta que había guardado el silencio de unas almas que hacía siglos no se acobijaban con el calor de un cuerpo viviente.

De repente sus ojos azules desprendieron una mirada que Gael jamás le había visto, un atisbo de expresión en ese frío rostro norteño de rasgos bruscos, sus ojos podían mostrar cierto ¿deseo? o ¿desdén?. ¿Qué diferencia había?, en ese lugar donde se encontraban, rodeados por el lúgubre manto de la muerte reciente y antaña, Arianna de repente se sintió viva, como tocada por una manta cálida en una fría noche invernal, ni ella misma entendía que ocurría, quizá fuera ese periodo de unos días sincronizados con el ciclo lunar que le alteraban mes a mes su estado de ánimo o quizá fuera el hecho de estar a solas con Gael, pero un calor recorrió su espina dorsal y se refugió en su cabeza, manifestándose en forma de pensamientos lujuriosos y deseos reprimidos.

Suspiró sonoramente y observó detrás del hombro de su compañero la gran figura del Semiorco contrastando con la pequeña mediana sonriéndole expresivamente. Más cerca se encontraba dedos caminando para reunirse con el par, y detrás del moreno, los orcos hacían caso a Gael y caminaban con pasos inseguros y medidos hacia la salida, con un evidente temor hacía el imponente bárbaro que aguardaba por ellos.

Volvió su mirada a Gael y con su mano izquierda envuelta en un guante de cuero desgastado se retiró un mechón de cabello rubio que se le había pegado en la frente y en el pómulo izquierdo a causa del sudor que empezaba a filtrarse a través de los poros de su piel a pesar de la corriente de viento helado que entraba a la cripta.
Se acercó un par de pasos hasta tenerlo a su alcance y levantó su mano derecha para ponerla delicadamente en el cuello del Aasimar.

—Yo no quería que esos orcos fueran contra su voluntad como prisioneros nuestros, ¿con qué derecho haríamos semejante cosa?, ellos desean ir con  nosotros y ni siquiera como compañeros de viaje, quieren ir como guías y esbirros. ¿Quién niega que en un corazón negro no se alcance a filtrar algo de bondad?, quizá y solo quizá estén agradecidos por perdonarles la vida. O quizá estén asustados y en medio de su insensatez y estupidez saben que los dos solos no pueden sobrevivir a esta salvaje tierra. Solo espero no equivocarme y que el justo nos haga justicia en esta ocasión, los orcos son traicioneros, pero los humanos también lo son, los humanos son codiciosos, pero ¿todos son así?.

Se encogió de hombros ligeramente, suspiró otra vez y acercó su rostro al rostro de Gael, le dio un beso en la mejilla y pudo sentir el vello de su barba incrustarse suavemente en su mejilla, inmediatamente la sangre subió a su cabeza y en cuestión de un segundo sus blancas mejillas se tomaron rojizas. Alejó de nuevo su rostro y continuó hablando, golpeando con su cálido aliento el frío rostro del seguidor de Helm.

— Y si tú no estás seguro, nadie en esta partida puede estarlo. Quizá no te hayas dado cuenta, Gael, pero si bien seguimos los pasos del mestizo, es a ti a quien verdaderamente seguimos. Dentro de nuestros corazones sabemos, sé, que estamos por buen camino si tu considera que vamos por buen camino, no deberías confiar en mi juicio más de lo que deberías confiar en el tuyo mismo, yo confío en ti y los demás —Dijo señalando con sus cejas al resto del grupo. —Seguro que también. Porsha es nuestro propósito, Mozhog nuestros pies, pero tú eres nuestra cabeza que toma las decisiones correctas cuando es debido.

Se apartó definitivamente de Gael y recogió el ciervo destripado que aún permanecía empalado en el suelo, los orcos en el afán de cumplirle a Gael y salir, olvidaron que eran los encargados de cargar con ese tipo de cosas. Arrastró lo que les serviría de alimento por un par de días en dirección a la entrada para empezar de nuevo el recorrido a través del escarpado páramo...

—Arianna Pradocalmo, Guerrera norteña consagrada a Tyr

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25/03/2015, 04:06
Plebeyo

El viento soplaba frío proveniente de las montañas, la tarde caía y el sol se desplomaba para darle paso a una luna que llegaba con sus estrellas para enfriar más el aire.

Yo terminaba mi jornada diaria, recuerdo que fue un día pesado, las manos terminaron magulladas, el mulo terminó exhausto y los músculos de mi espalda quedaron más tensos que las cuerdas de arrastre. Recuerdo muy bien que decidí caminar hasta el edificio, necesitaba una bebida que me refrescara pero a a vez me calentara el cuerpo, necesitaba la espumosa cerveza de la casa y una sopa de verduras con un poco de pan y queso.

La posada estaba llena, como todas las noches, estaban Marcian, los Torello, Macuncio y su familia, habían mercenarios y un par de grupos de aventureros, lo recuerdo porque había un bardo que empezó a recitar poesía, ¿o empezó a cantar?, ya no recuerdo bien. Ahhh y unos Enanos, casi se me olvida mencionar a esa mesa de graciosos Enanos, claro, como todos los barbudos, son graciosos vistos desde lejos, no me atreví a contemplarlos mucho, de darse cuenta que los observaba, seguro me llevarían con ellos. Había un caballero, con una armadura de esas que utilizan los grandes señores de Cataratas, tenía escuderos y sirvientes y un verdadero banquete servido en su mesa. Recuerdo muy bien su nombre: Rogan, lo recuerdo muy bien porque aquel hombre invitó a una ronda a toda la posada ¿Puedes imaginar? esa ronda podría costar más del dinero que puedo hacer durante la cosecha! Pero así son los ricos y poderosos, mejor que gasten su dinero en uno y no en otros!

Tardó más Nari en traerme la comida que yo en devorarla, y justo cuando me disponía a volver a casa, entraron por esa puerta un grupo bastante llamativo, dos hermosísimas mujeres, una de ellas era una de esas extrañas criaturas que parecen mujeres pero que no lo son, lo sé porque he visto otras personas de esa especie, tienen sangre de ángeles y seres que no existen en el valle ni en los alrededores, seres que viven con los Dioses, si, así como lo oyes, sus parientes ancestrales alguna vez se sentaron junto a Lazhander y Chauntea. Supongo que ella era la líder del grupo a juzgar por su divinidad, venía acompañada de otra mujer muy hermosa, bastante voluptuosa. Ambas llamaron no solo mi atención, pero nadie intentó propasarse porque venían con el leñador y el bárbaro amigo que tiene, ese hombre que tiene sangre de gigante en sus venas, uno de esos bárbaros de las colinas. Ahh y con ellos venía un enano, bastante gracioso también, parecía un guerrero con su armadura usada y su martillo y su hacha a la espalda.

Bueno, allí llegaron y allí se sentaron...

No sé que sucedió después, yo ya estaba alistando mi abrigo de piel para largarme de ese lugar, ya estaba a punto de salir, cuando no se porque ni como ni en que momento el caballero se encontraba discutiendo con la mesa de los recién llegados. Aquel buen Rogan intentó saludar a una de las damas, muy galante, como todo caballero, pero no sé porque el Enano reaccionó con un puñetazo a traición. Así es, esos hombres habían llegado y de repente empezaron a tirar puños y patadas, el bárbaro lo siguió pero el leñador no participó.

Lo interesante de la historia fue lo que sucedió a continuación, el Enano invocó a los de su especie, los graciosos de la otra mesa,lo recuerdas? debían ser parientes, porque como un resorte se levantaron de la mesa para defenderlo de aquel fuerte y noble caballero, como si esos dos no pudieran contra una sola persona, cobardes! Los Enanos nunca llegaron, ya que en el camino un grupo de mercenarios los recibió con el pie en sus caras. Pero cuando me di cuenta, los aventureros peleaban a mano limpia contra otros hombres, los Torello aprovecharon la situación para abalanzarse contra Macuncio y su familia, por la moneda de Tymora que un hombre barbado cayó a mi lado con el rostro ensangrentado, los vasos empezaron a volar y todo se volvió un caos.

Hice lo más prudente y salí de aquel edificio, jamás supe en que terminó todo, pero supongo que el leñador y  los suyos terminaron en prisión por haber atacado a aquel noble caballero que su pecado fue intentar saludar a una dama. La pelea no duró mucho, no había caminado diez pasos cuando una decena de guardias con lanzas y espadas enfundadas entraba al edificio presurosos de contener la situación.

Si, yo estuve aquella noche en la posada, cuando se armó la más grande pelea que jamás haya visto.

...y que jamás volvería a ver...

Duncan Carlson, Granjero del cruce de caminos;
Estuvo presente en la posada aquella noche del 18 de Alturiak.