Partida Rol por web

Trono Dorado... Ya sabia yo que esto iba a pasar. Pensé mientas desenfundaba la pistola bolter. En realidad lo dije en voz alta, mientras la cartuchera se abria y con un susurro de metal contra cuero el arma comenzaba a salir de su funda. Mi dedo gordo movio la placan quitando el seguro.

Sarvus reaccionó en cuanto el pájaro entró en escena y cuando echó las garras a la caja él ya tenía el bolter en la mano.

Karl, que se temía algo así no se sorprendió en absoluto... más bien trató de agarrar al pájaro en cuanto este paso a su lado cogiendo la piedra - ¡Tras el! - ordenó - Sokolov, me cago en la puta ¡DISPARALE!

Escuche con atención el relato del hombre en la silla de ruedas. Resulto no solo ser más interesante de lo que esperaba sino que además demostró que el viaje merecía la pena. El premio por encontrar el Camino de la Rectitud era más que suculento, solo el Omnissiah sabe que clase de maravillas contendrá en su interior.

Pero un premio tan jugoso es un premio cotizado y al que muchos desearían poner sus manos encima. Iba a unirme a la sugerencia de Sokolov de volver inmediatamente a la nave cuando otro de los pretendientes del tesoro se nos adelanto y un cuervo se abalanzó sobre nosotros para robarnos el mnelolito.

El bolter estaba en la mano y el tiempo pareció detenerse. "Sokolov, me cago en la puta ¡DISPARALE!" La voz de nuestro jefe sonó en mi cabeza como un látigo. ¿Pero que podía hacer? Bien sabia que quizás si le disparaba la pieza que portaba entre sus garras acabaría destruida por la fuerza del proyectil bolter, pero también sabía que si no lo hacía podía escapar y nos quedaríamos sin la pieza igualmente. Ya se han cometido demasiados errores por hoy, nos han robado la pieza como a niños un caramelo delante de nuestras putas narices. !No dejaré que otros se la lleven! Sabía también que nuestro capitán esperaba que eso no cayera BAJO NINGUN CONCEPTO en manos equivocadas, así que tensé el brazo y apreté el gatillo ahora que el pájaro estaba a mi alcance y a baja altura. !BANG! El disparo fue una maravilla. Preciso hasta el extremo, alcanzó al pájaro en el lugar exacto donde había pretendido, al milímetro, con la intención de no dañar la pieza.

El enigma del "Camino de la Rectitud"
¡Emboscada!

La situación.

Aquel pájaro negro, un cuervo, ave de malagüero, les robó el mnolito en sus narices. Nadie en el mercado pareció darse cuenta de su presencia. Como si a nadie le importara lo que acababa de suceder. Un pájaro sobrevolaba el Patio de los Muertos y cogía una piedra negra entre sus garras.

La respuesta.

Tanya Sokolov, archimilitante del Umbra Tigris desenfundó su pistola bolter como los actores de aquellos audiovideos de nativos y colonos. Algunos de los transeúntes más cercanos se sorprendieron ante la repentina aparición del arma. Con idéntica destreza apuntó su arma y presionó el gatillo.

El caos.

La detonación retumbó en toda la estancia. Algunos dirían, por improbable que fuera, que la gente ya había empezado a  correr antes de que el proyectil desintegarara al pájaro. Antes de que la piedra negra cayera al suelo. Gritos. Empujones. Maldiciones. Voces. Lamentos. Punteros láser. Punteos láser sobre ellos, y un instante después las descargas.

El enemigo.

Tres hombres a su derecha, esos desertores guardias imperiales, parapetados tras un puesto de mercado disparaban contra ellos. Pero habían recibido más disapros que los de esos tres hombres.

Un rayo laser me cruzó por delante de mi rostro justo cuando di un paso atrás, aun con la pistola humeante en mis manos. !Emboscada! !Señor! !Debemos salir de aquí! A nuestro alrededor aun estaban cayendo como pétalos de rosa las plumas en llamas del pájaro que había destrozado con el disparo. Me fijé en la pieza, y me dispuse a recogerla cuando recordé mis prioridades. !Que alguien coja la pieza muchachos! Debía devolver el fuego como fuera pues estaba claro que nos estaban esperando. !Mierda mierda! Lo advertí mi señor. Debimos bajar con escolta... La gente no hacía más que cruzarse en nuestro camino y así era prácticamente imposible disparar sobre nuestros enemigos. !Apartar por el Trono Dorado! Grité para lograr una línea de tiro limpia.

Por fin los transeúntes dejaron un segundo de espacio libre y aproveché para abrir fuego contra los atacantes en modo semiautomático. La pistola bolter vibró en mi mano cuando disparó dos proyectiles en muy corto periodo de tiempo. !BANG-BANG! Los dos proyectiles volaron rápidos y certeros contra el primero de los guardias imperiales que nos habían disparado. Lo que tienen las miras laser... es que señalan en ambas direcciones muchacho... Karl seguía al descubierto y debía protegerlo. !Von Schawrz, póngase a cubierto! El infierno se desataba por todos lados.

¡Kungel! ¡Cubrete! - gritó al ver que eran atacados después de que el pájaro desapareciera.
El capitán desenfundó su pistola de plasma y se movió a toda la velocidad que pudo hacía la piedra... por fortuna para él, nacido en un mundo colmena, moverse a través del gentío era algo harto fácil para él...

!Von Schawrz, póngase a cubierto!

Los cojones... la mejor oportunidad que tengo y que me ponga a cubierto.... los cojones... - pensó al escuchar la advertencia de Sokolov

Una luz roja cruzo el mercado reflejándose en los cristales del techo de la estación su destino era Kungel pero una mujer se interpuso entre el disparo y el segando su vida y salvando la del navegante.
Solo salio una palabra de su boca-Bastardos -antes de desenfundar su arma y correr para ponerse a salvo -Donde están -una rápida mirada a su alrededor para localizar otros posibles enemigos.

Disparos por todos lados. Tanya disparó sus proyectiles bolter convirtiendo en astillas los puestos de mercado. El rogue trader arriesgó su vida por la promesa de riqueza, no se esperaba menos de él. El navegante, muy maltrecho de una descarga láser buscó la cobertura.

El disparo de la archimilitante Sokolov parecía indicar el final del problema cuando el cuervo estallo en mil pedazos y el mneolito cayo al suelo. Pero en realidad fue el pistoletazo de salida para el caos. Disparos, gritos, gente corriendo. Definitivamente si buscabas una definición pictórica de la palabra caos podrías encontrar una foto de este momento.

Note un impacto laser en el brazo ya que debido al gentío que corría sin control era imposible ver los ataques antes de que estuvieran encima tuyo. Aunque esto también tenía la ventaja de que se podrían interponer en la trayectoria de los disparos.

     Por desgracia, desde que empezó a servir a la ordenes de Karl, situaciones como ésta se habían hecho cada vez mas comunes. En una sucesión de acontecimientos demasiado confusa para ser seguida por el ojo, un extraño cuervo había intentado llevarse el mnemolito, solo para ser abatido a los pocos aleteos por Tanya. Aquello había dado el pistoletazo de salida para una algarabía como hacía tiempo que no presenciaba. La gente comenzó a correr para salvar la vida, sin saber que seguramente eso sería lo que acabase con ella. ¿Pero quien podía culpar a una turba asustada de su suerte?

     Para colmo sintió dos impactos y un aumento de calor sobre su cuerpo. El tejido de malla termosensible que le protegía, se endureció a la vez que disipaba el calor provocado por los haces láser. No fue bastante para herirlo, pero si para ponerlo muy nervioso. Sabiendo que no era, ni mucho menos, el mejor tirador del grupo, su atención se centró en recuperar la valiosa piedra negra que había caído a escasos metros de allí, pero su instinto llevó a Bastian a escrutar los alrededores en busca de nuevas amenazas. Ahí estaban. Varios hombres armados disparando por igual contra ellos y la multitud que los rodeaba sin ningún atisbo de piedad.

Sarvus observa como Sokolov revienta al puto pájaro de un solo disparo y antes de poder felicitarle su puntería todo es un hervidero de gritos y sombras corriendo. De pronto alguien les dispara y la archimilitante vuelve a lanzar una andanada contra los enemigos pero están bien cubiertos...esto es demasiado grande, joder...en una nave no hay civiles de por medio y las opciones se igualan...apuntó con su pistola bolter y soltó dos disparos.

Los exploradores estaban sufriendo las claras desventajas de verse rodeados por sus enemigos, buscaban cobertura como podían, mientras a su alrededor al gente caía herida por las descargas láser de esos desalmados que no les importaban nada las víctimas colaterales.

Sarvus se agacha cuando los mercenarios disparan pero aún así las balas le alcanzan la armadura.

Nuevos impactos laser golpearon mi cuerpo pero por suerte solo uno de ellos fue capaz de superar la armadura y solo con fuerza para hacer una herida menor. La situación se estaba volviendo desesperada. Capitán estamos totalmente rodeados. Propongo que abramos una brecha en su círculo y huyamos por ella. Nuestro objetivo principal sigue siendo conservar el mneolito no eliminar todas las amenazas.

Tras dar mi evaluación de la situación al capitán active el cogitador de disparo que llevaba integrado para intentar acertar al uno de los enemigos que estaba al noroeste de nuestra posición para intentar abrir el hueco que le había dicho al capitán.

Regulus consiguió herir, levemente, a uno de los guardias.

     Maldiciendo por lo bajo, Bastian se preparó para la tormenta. La idea de lanzarse a por la piedra le pareció menos atractiva cuando vio que había tres enemigos con línea de tiro clara hacia él si lo hacía. Quizás fuese mejor intentar igualar las apuestas antes que empezar a correr como pollo sin cabeza. Aunque no era un soldado, su escasa formación militar le había servido para aprender un par de trucos. Con un rápido movimiento, liberó la correa que ceñía el bolter que llevaba a la espalda para que se basculase bajo su sobaco. Ésto le permitiría disparar sin perder la sujeción de la correa por si tenía que echar a correr. Orientándolo en dirección hacia el mas cercano de los mercenarios, apretó el gatillo disparando desde la cadera. Por suerte el disparo salió bien dirigido.