Partida Rol por web

Adrian recupera su forma habitual mientras Darren realiza su ritual para impedir cualquier tipo de magia ajena en el interior de la tienda. Puede tener ciertos riesgos, pero desde su punto de vista los beneficios los superan con creces.

Cuando terminan, vuelven a abrir la tienda y recolocan los teléfonos. A los pocos minutos, el sonido de varios claxon en la calle les lleva a mirar por la ventana y ver cómo un taxi se ha parado interrumpiendo el tráfico.

Sonrió amablemente al guarda. – No lo dude – asintió, agradeciendo la confianza que había conseguido de Dustin. Apuntó la dirección de la cafetería y una hora por la tarde del día siguiente y le pasó el papelito. – Si vé que la hora no le va bien mañana, en la tarjeta que le he dado antes está mi correo electrónico, puede contactar conmigo a través de él.

Tras despedirse del guarda salió de la habitación e inspiró profundamente, finalmente sonrió y observó a su alrededor, curiosa, durante unos segundos en los que aprovechó para sacar su móvil.

Escuchó preocupada el audio de Mara mientras salía del hospital, frunciendo el ceño ante las palabras de su amiga. ¿En la vigesimoséptima? ¿Qué querrá ese ser con Mara? ¡Mas le valía que no le pusiera ni un dedo encima!

Mensaje de audio:

Iré con cuidado cielo, no te preocupes. Yo acabo de terminar de entrevistar al guarda así que tengo el resto de la tarde libre para que me cuentes toooodo. ¿Sigues en la vigesimoséptima? ¿O en la tienda?

M, la que tiene que ir con cuidado eres tu, si ese ser tiene sangre tuya… No estés sola, por favor.

Jade está esperando un ratillo la respuesta de Mara, tomándose algo en la cafería del hospital. Empieza a plantearse que la ausencia de respuesta debe implicar que su amiga está en un lugar sin cobertura, lo que le lleva rápidamente a recordar los pasillos subterráneos que llevan a la vigesimoséptima, cuando la notificación de un mensaje le hace cambiar de opinión.

Sin embargo, no es Mara quien escribe, sino Adrian:

Ey, preciosa... está siendo un día de perros. ¿Vamos a casa y me cuentas qué has adivinado?

Llevo la merienda. O la cena, ya no sé.

<3

La respuesta de Mara llega finalmente:

No estaré sola, tranquila.

Las cosas están algo tensas, no es un ambiente recomendable. Nos vemos en casa ¿si?

¿Algo interesante en tu investigación?

Bueno, parece que al menos en eso está de acuerdo también con el mensaje de Adrian. Si le contestas para confirmar, lo más seguro es que os podáis reunir allí de nuevo.

Jade aguardó un rato a que respondiera Mara, tampoco quería ir a la vigesimoséptima y que luego no estuviera allí… En cualquier caso, un buen café en la cafetería le entraba de perlas mientras esperaba. Bueno… hasta que se acordó que la comida de los hospitales no era la mejor del mundo, pensó mientras se atragantaba con el primer sorbo de café.

Primero llegó el mensaje de Adrian, enarcó las cejas al leerlo, ¿Qué había pasado? Primero Mara y ¿ahora Adrian con un día de perros? Justo estaba a punto de escribirle cuando llegó la respuesta de Mara que a medias la tranquilizó, pero también la preocupó más de lo que estaba.

Escribió rápidamente las respuestas a ambos y se levantó, dejando el café sin apenas tocar, saliendo del hospital y yendo directa a la parada de bus. Esperaba que cuando llegara a casa tuviera respuestas.

Hola, cielo

¿"Día de perros"? ¿Qué ha ocurrido? ¿Debo preocuparme?

En cuando llegue a casa te cuento lo mío.

Si claro, voy en camino, traeré la bebida… ¿Qué prefieres: sana, calórica o “quiero olvidar y esto está riquisimo me da igual lo jodida que sea la resaca mañana”?

No se si preocuparme o tranquilizarme… me da que hasta que no llegues a casa voy a quedarme sin uñas así que… mueve el culo… (¿porfiplis?) Dejaré que pintes mis uñas del color que quieras ;) para disimular que me quedo sin uñas por tu culpa :P

Te cuento en cuando llegues a casa, que así os lo cuento a ambos a la vez :), pero seguro que no ha sido ni de lejos tan interesante como tu investigación.

Mientras escribes con el móvil, pides un taxi que te lleve de vuelta a casa para reunirte nuevamente con Adrian. Aunque la promesa de esos kebab no te emociona especialmente después de la copiosa comida del Thai, seguramente unas bebidas os sentarán bien.