Partida Rol por web

No me había fijado en la centauro hasta ahora, ella disponía de arco y flechas, pero quizás fuera demasiado pronto para una acusación directa. Me limité a observarla con ceño, desde el suelo dónde aún me hallaba sollozando.

Todo esto estaba pasando demasiado rápido, yo ya lo había vivido en el seno de mi familia, muchas muertes al igual que aquí, pero eran mucho menos agresivas y violentas, todo esto fue lo que me hizo hacer este gran viaje pero aquí deberían de haberse reunido muchos asesinos y por eso las muertes se sucedían tan rápidamente.

-Debemos permanecer más unidos que nunca ya que en nuestra unión reside la fuerza para luchar contra tan terribles criaturas-mientras miro de un lado a otro intentando vislumbrar algo que delate a cualquiera de ellos.

!Primero el fuego y ahora una FLECHA envenenada que busco matar a la víbora con alas!, exclamo sorprendido Achimallén con los nervios a flor de piel.

¿Quien tiene arco y flechas aquí?, preguntaba el duende

Veo como algunos estáis mirándome porque tengo un arco y flechas. Pero yo no tengo nada que ver con lo ocurrido os puedo mostrar mi arco mis flechas para que comparéis una flecha con otra o si mis manos y patas están manchadas de sangre. Pero me he preocupado por no dormir para poder vigilar y me he encontrado con todo esto, conmigo también estaban Edaiht y Manticora.

¿No habéis pensado en que quizá quieren que nos enfrentemos entre nosotros? Las supuestas llamas, la flecha envenenada... - Se acerca a la flecha clavada - ¿Quién podría elaborar veneno...? 

Ifrit saca la flecha clavada. - Definitivamente nos están culpando, piensa la flecha es para inculpar a centauro y el veneno mira a todos los presentes si no es Medusa soy Yo mueve su cola en forma de aguijón de escorpión Excelente estrategia de estos traidores, la mejor forma de destruirnos es que lo hagamos entre nosotros.

Tened una cosa bien clara, ....

En su mano aparece de la nada un bello arco decorado con runas doradas. A su espalda un carcaj incrustado de piedras preciosas. Con una endiablada rapidez carga una flecha y dispara al cielo.

Se oye el leve graznido de un ave. Cae al suelo, inerte, con su corazón atravesado.

... yo no hubiese fallado.

Recoge lentamente el ave, de un tirón arranca la ensangrentada flecha y ofrece el cuerpo sin vida a las serpientes de su cabeza, que engullen con celeridad.

Tras envainar mi katana, me crucé de brazos escuchando a unos y a otros como se lanzaban acusaciones tras los incidentes. Alzando la voz exclamé con tono tranquilizador:

-Por los vientos del oriente y el occidente, invoco vuestra calma, criaturas. Todos estamos aquí para descubrir quien está detrás de todo esto y recordad que no podemos pretender apagar con fuego un incendio, ni remediar con agua una inundación. Hemos de utilizar los hechos para descubrir los posibles autores de tal cobardía....matar por la espalda.....- ,al decir esto maldije por dentro recordando como actuaban los shinobis, seres oscuros que mataban a traición y desde las sombras, sin duda cobardes sin escrúpulos ni honor alguno, -Hasta ahora lo que es seguro es que debemos centrar nuestra atención en la terrible muerte agónica de este ser...- ,dije señalando lo que quedaba de Bargas, -Una flecha puede errar su blanco pero él no ha tenido oportunidad alguna. Deberíamos descubrir quien ha obrado tal maldad y cercenar su estómago arrebatándole su chi, y ni tan siquiera así hallaría honor tras esto.-

A diferencias de otras criaturas mágicas, Achimallén no tenia veneno en un aguijón, no podía volver en piedra a las personas con su mirada, tampoco era un dios, o el señor del tiempo, un dador de deseos, el amo del fuego, tampoco tenia un cuerno en la frente, o una olla de oro, ni alas en la espalda, su sombrero no era de gala, no tenia ni hachas ni espadas, en definitiva la magia especial del duende  se limitaba a cosas pequeñas.
Pero si podía hacer algo que pocos seres mágicos podían hacer.
Y eso.
Era poner la “mejor” expresión de sorpresa ante el disparo de Medusa.

Miro a mi alrededor, asombrado y apenado por la muerte del minotauro y su hermano traidor. Los demás ya comienzan a acusarse los unos a los otros y a buscar extrañas explicaciones de lo ocurrido. Me quito la túnica en un rápido gesto y mis duras palabras retumban en la reunión.

Como antaño ocurrió la muerte ha llegado matando a dos buenos soldados. Debemos unirnos, hermanos, luchar contra los traidores que quieren acabar con nuestros hados. Mi espada clama sangre, sangre de aquellos que traicionan nuestro divino poder, de aquellos que quieren arrebatarnos nuestro lugar en el mundo, nuestra libertad, nuestros dones -rujo con fuerza y entusiasmo -vengaremos al fuerte y estúpido minotauro y al poderoso Bargas

Rumpelstinski se tapa los ojos deslumbrado por Azrael.

- ¡¡No veo nada!! ¡¡Me he quedado ciego!! ¡¡Apagad esa luz!!

De nada dijo el Unicornio con un leve suspiro por el sprint que tuvo que dar sin poder prepararse

Suerte que pude ver esa flecha a tiempo

Criaturas, esto va a ser una cacería sin fin. O bien mueren unos, o bien otros, pero debemos actuar con cautela y precisión

Callado seguía, observando todo aquello, como si estuviera que algo o alguien se manifestara, y manifestara sus verdaderas intenciones...

Todo debe de ser cuestión de paciencia...Aún la aparición del angel nisiquiera le sorprendió...

El genio esperaba otra cosa.... ¿Qué esperaba? Eso nadie lo sabría... Solo observaba..

Inmersos en pequeñas discusiones acerca de lo sucedido a Bargas y a Minotauro....Sin previo aviso Unicornio sale al galope en dirección al grupo y se abalanza sobre el ser, ahora infantil, Quetzalcoatl.

-¿Qué es lo que ocurre?- dije-

Pensando que es un ataque me pongo en posición de defensa, pero me percato que el resto de mis compañeros permanecen impasibles a la escena...

¿Porqué nadie hace nada? ¿Acaso están dispuestos a ver como muere otro ser mágico ante nuestros ojos?- pensé entre mí-

Tras décimas de segundo de incertidumbre, finalmente me doy cuenta que el único fin del Unicornio es salvar al Dios Quetzalcoatl, una flecha envenenada ha intentado acabar con su vida.

- ¿De dónde proviene esa flecha? ¿Quién ha podido ser el partícipe de esta acción? 

Todos comienzan a desconfiar de los seres mágicos que portan arco y veneno...se enfrascan de nuevo en recelos y desconfianzas

- Debemos permanecer unidos....- grito, pero mi voz es poco escuchada entre tantas voces

De repente el Arcángel Azrael se hace oir, amortiguando y dejando en silencio al resto de los miembros de cónclave...

- Tiene razón- digo después de escuchar sus palabras - Debemos estar juntos y luchar contra los traidores, seremos más fuertes, solos seremos un blanco fácil ¿Es que no veis que lo único que provocan es que la duda y el recelo se instalen en vuestras mentes? Debemos prepararnos ya nos llevan demasiada ventaja, de nada sirve seguir discutiendo-.

Tras mis palabras, me cubro con mis alas y me envuelvo en un haz de luz....

- Es hora de ponerse en marcha y luchar- digo mientras que el haz de luz se desvanece y me descubro equipada para la batalla.

Aun leve golpe de morir y solo el unicornio le había salvado, sin embargo quedaba algo inminente quien sería capaz de odiarle tanto para desear su muerte impensable  - Lo cierto es que tenemos pocas pistas y por mi parte desconfió de todo aquel que maneje arcos y veneno, desde las hadas y elfos, hasta la Medusa, manticora y Centauro- dijo la voz de la serpiente  con un ligero aire de sorpresa.

Shea asomó la cabeza al ver a Edaith decir todo aquello y tras verla enfundarse en su traje de batalla. Todavía tenía los ojos llorosos pero las alas habían recobrado algo de color, igual que el ligero polvo que emitían.
Ver a Edaith y al Arcángel Azrael la animó, y revoloteando hasta el suelo grito - ¡¡Tienes razón!! ¡¡Pudieron con ellos!!, pero si nos mantenemos juntos, vigilantes... cómo el Unicornio... nos podemos proteger unos a otros, ¿verdad? - termino de decir mirando con ojos abiertos y ansiosos a los demás.

La verdad es que todo esto iba a ser más coplicado de lo que parecía.

- No sé que creer pequeñas y grandes criaturas - digo revoloteando un poco y situandome un poco más al centro - llevo rato escuchandoos, si antes nadie vió nada, ¿ahora tampoco ha visto nadie nada? Unicornio, ¿solo viste la flecha llegar? ¿de que dirección era eso? O alguien está intentando desviar la culpa a otros o los que tienen la culpa son los más obvios, los que manejen flechas o veneno... pero está claro que no se puede confiar mucho en ellos...

Vuelvo a volar hacia mi posición anterior estirandome entero en el aire. Me estoy empezando a cansar de estar tanto tiempo en el mismo lugar y necesito aire. Cuando doy un par de vueltas en el cielo oscuro, bajo a tierra y me tumbo con la cabeza en alto, observando.

Mi oído es agudo, pude escuchar cómo cortaba el aire antes de verla. De dónde venía, sólo se su camino como lo, y no es complicado de seguir. Pero no por eso tiene que ser que haya alguien oculto, pudo ser la magia misma quien creo esa flecha y la dirigió contra él

que ha pasado aquí, uno ya no puede ni tomarse una siesta tranquilo y de repente todo este jaleo.... miro alrededor y veo los dos cadáveres... uuff que paso aquí, porque habéis matado al hijo de Minos y al humano de dientes amarillos?.. esto se esta volviendo demasiado serio... hay que localizar a los culpables digo tras tomas un buen sorbo de cerveza como desayuno

Puede que el causante de esas muertes sea uno de los "menos habladores", uno de esos que ni acusan ni defienden, ni están presentes la mayor parte del tiempo. Ya sé que como habéis dicho, yo podría haber matado a uno de ellos y Mantícora tiene arco y flechas para intentar dar muerte a otro pero... ¿Cómo? Estábamos presentes todo el tiempo, ¿verdad? ¿Cómo entonces podríamos uno de los dos matar a alguien? - Bajo el todo de voz - Hace rato que no veo a Ugluk, al Ogro ni al Dementor...