Biblioteca de Hogwarts

Bien. Se habían librado de Artemis y ahora podía contarle su idea a Marty. En la biblioteca no debía de haber apenas gente. Teniendo en cuenta que era de noche y el primer día de clase, ¿quién iba a andar por allí si no ellos? Solo estaban la penumbra, el silencio de la sala y ellos dos.

- Oye, Marty.- comenzó mientras miraba por diferentes secciones sin prestar mucha atención.- Artemis me dio una idea con lo del fantasma. Más o menos. ¿Qué te parece si bajamos a las cocinas y le preguntamos a Pynn? Él se conoce bien el castillo y si ha visto alguna cosa parecida a esa puede que nos lo diga. O quizás les han instruído de alguna manera, qué sé yo. No sé cómo entrenan a los elfos domésticos. Pero no le digas nada a Artemis sobre Pynn, ¿vale?

La biblioteca siempre había sido uno de mis sitios favoritos en Howgarts. Bueno, para qué mentir.. todos los sitios aquí eran especiales. Pero los libros siempre fueron una de mis pasiones. Crecí en la pequeña librería regentada por mi madre, y eso se lleva en los genes. Me maravillaba cada vez que entraba allí, con todos esos libros aún por leer.. y algunos prohibidos, cosa que me apetecía desvelar algún día.

Aún estaba mirando a mi alrededor, cuando Troy me comentó su idea.

-Ah, no te preocupes. No diré nada a nadie sobre Pynn. Tu idea es buena, podemos preguntarle, entonces, y subir más tarde a la biblioteca de nuevo. Así aprovechamos para que nadie más lo sepa. Pero.. una pregunta: ¿no te fías mucho de Artemis, verdad? ¿Te quedó mal cuerpo después de lo del año pasado, o es que simplemente te cae mal?

Para mí era un compañero de casa, y aunque demostró que podía ser bastante precipitado, no me había dado razones para desconfiar. 

Sonrió, contento por que Marty aceptara su idea. Así que cerró uno de los libros que tenía en la mano, pero aún no lo devolvió a su lugar, atento ahora a su conversación con Marty. 

¿Se fiaba de Artemis? No, en realidad. Y era curioso porque Troy siempre había sido un chico confiado que veía lo mejor de las personas. Pero había algo en aquel chico que no terminaba de convencerle. ¿Realmente tendría que ver que hubiera pedido a Marty bailar? 

Y ella aceptó...

¿O tenían que ver otros factores?

- Bueno, digamos que mis secretos no me gusta confiárselos a cualquiera.-empezó.- Obviamente tú no eres cualquiera y el año pasado demostraste que eras de mi total confianza. He intentado hablar con él dos veces, y en las dos se ha ido antes de intercambiar dos palabras.- Troy era bueno, pero no tonto. Y desde luego se había fijado en los dos primeros desplantes de Artemis.- Solo ha hablado conmigo cuando estábamos los tres a solas. ¿Entre tú y yo?- y se acercó mucho a Marty, de frente, para que sus palabras no pudieran ser escuchadas nada más que por ella.- Puede que esté más quisquilloso desde lo del año pasado, pero... tiene algo... que no me acaba de convencer.- Miró la portada del libro, bajando la cabeza, antes de volver a fijar su vista en su amiga.- Espero equivocarme.

Se apartó entonces de Marty y dejó finalmente el libro en su lugar.

- Venga, ¡vayamos a ver a Pynn entonces!

Sujeto a Troy por la manga, haciendo que se detenga y me mire antes de continuar el camino. En susurros, que nunca se sabe quién podría estar escuchando, le digo:

-Que el año pasado no estuviese confieso que aún me hace considerarlo también un poco.. intruso, si puedo usar la palabra. Ya sabes que intento ser amable con todos, mientras no me saquen de quicio.. Y él de momento se ha portado bien. Acepté bailar con él porque me lo pidió amablemente, y me daba cosita denegárselo, siendo nuevo. Sé lo que es llegar nuevo a un colegio, y quise facilitarle las cosas. Ahora parece que ya se las apaña mejor.. No sé. Entiendo tu resquemor, pero espero que no haya nada de qué desconfiar.. ¡Venga, vamos! ¡Tengo ganas de ver a Pynn!

Le sonreí, haciendo un gesto de continuar con la cabeza.

Aquel lado amable de Marty siempre le había gustado. Era una niña que solía pensar en el bien de los demás antes que en el suyo propio. Entendía a la perfección que hubiera hecho aquel "esfuerzo" de bailar con Artemis más que por tener ganas por querer ayudarle. Aunque no quitaba que Artemis había sido bastante insistente en aquel aspecto y algo en el interior de Troy se había removido, incomodándolo. Pero ahora ya era agua pasada y ahí estaban, Marty y él en busca de aventuras.

Amplió la sonrisa mientras la seguía. 

- ¡A las cocinas!

Gracias a su amistad con Pynn, Troy se conocía muchísimos lugares de Hogwarts y la cocina era uno de ellos. Al fin y al cabo su pequeño amigo trabajaba allí.

-¿Te das cuenta? -le digo mientras caminamos -. Todos los demás están en sus respectivas salas.. supongo. ¡Y nosotros de paseo! Aunque nos encontremos a Filch, tenemos permiso del prefecto para estar por ahí... Podíamos aprovecharlo. Me sentó mal lo que Ladien hizo a Maren.. ¡Si pasamos por Slytherin, no descarto prepararles alguna jugarreta, que conste! 

Marty parecía tan emocionada como él y es era genial poder caminar por el castillo de noche y con permiso. Troy iba como más relajado que de costumbre. Procuraba estar casi pegado a Marty porque la luz escaseaba y no quería perderla de vista por algún motivo.

- Mentiría si te dijera que no sé cómo entrar en la sala común de Slytherin.- admitió.- Y la verdad es que Ladien un poco sí que se merece alguna que otra broma. Pero sabrían que hemos sido nosotros.- O al menos yo.- A no ser que tuviéramos una coartada... mmmm... a ti seguro que te creen si dices que hemos estado en la biblioteca todo el tiempo juntos.- el plan iba formándose en su cabeza.- ¡Está bien! Vayamos a ver a Pynn, le preguntamos por la insignia y le pedimos que nos lleve a los dormitorios de Slytherin. ¡Lástima que no me quedan chinches!- ups. Lo admitió en alto. Miró a Marty con una graciosa cara de circunstancias.- Olvida eso último que he dicho.

-Jajaja.. ¿te crees que me sorprende? Ya sabía que fuiste tú.. ¡Nos conocemos, chaval! Jajaja.. -me quedé pensando en sus palabras-. ¿Así que sabes entrar en Slytherin, eh? Está claro que a tí es mejor tenerte de amigo que de enemigo.. Chinches no, pero podíamos quizás enviar a Pynn para que traiga a Lavinia y nos cuente qué ha pasado. Porque Maren no sabemos dónde está.. ¡Venga, definitivamente a por Pynn!

Cocinas

La conversación fue creciendo hasta que finalmente llegasteis a las cocinas, todo estaba algo más calmado... algunos elfos aún arreglaban las vajillas y cena desperdiciada por la inundación.

Pero el ambiente era tranquilo, sin mucha agitación.

Mientras secaba algunos platos, vio a lo lejos como unas sombras entraban por el arco de la cocina. Al principio no hizo mucho caso, pero luego las figuras se hicieron claras en sus ojos, y con nerviosismo miró a los lados.

Pynn tragó saliva, esperando no ser reprendido por lo de la inundación y sin pensarlo, chasqueó los dedos y desapareció por un momento para ir justo tras Marty y Troy, y chistando les llamó en silencio la atención.

Señor Troy... no era mi intención, yo no pensaba que usted las soltaría todas, de esa manera... yo solo quería darle un regalo por su llegada a Hogwarts... yo...

Pynn se ha equivocado, y asumirá el peso de todo señor... - Dijo algo compungido mirando hacía abajo.

Escucho al compungido elfo sorprendida.. Ahora ya sé de dónde sacó las chinches el gamberro que me acompaña.

-Tranquilo, Pynn.. Seguro que Troy no está enfadado contigo. Fue él quien las soltó, pero eso sólo lo sabemos nosotros tres. Así que ssssshhhh... -me puse el índice sobre la boca, indicando silencio-. Será nuestro secreto y ni a tí ni a él os pasará nada, ¿vale?

En el fondo me caía simpático Pynn, y todos los elfos domésticos en general. Aunque me encontré alguna vez alguno que era para colgarlo de las orejas, como en todas partes.

-En realidad veníamos a hablar contigo de algo completamente distinto.. Cuéntaselo, Troy.

Cuando llegaron a las cocinas, Pynn parecía bastante disgustado, algo que en un principio Troy no entendió. Hasta que sacó el tema de las chinches, lo que provocó que se agachara hasta estar a la misma altura que el elfo y le diera una palmada en la espalda para tranquilizarle:

- ¿Qué dices? ¡Fue el regalo perfecto! Y salió genial la cosa.- al fin y al cabo Artemis había dejado de bailar con Marty, ¿no?- Necesitamos un par de cosas. La primera es si sabes lo que significan las siglas P.E.D.D.O.

Me quedé esperando la respuesta del elfo, a ver si mi leve recuerdo de algún tipo de examen tenía sentido. Si Pynn lo sabía, pues trabajo que nos ahorrábamos en la biblioteca, eso es cierto.

-¿Ves? -le dije al elfo-. Ya te dije que a Troy le encantó el regalo. Si tienes algo más así del estilo que puedas regalarnos, seguro que será bien recibido, jaja

Pensaba en Ladien concretamente, pero.. ¿quién sabe? El año es muy largo, y un elfo generoso en productos para trastadas no se encuentra todos los días.

El elfo miraba a ambos con cierta cara de incredulidad... no esperaba que todo fuera tan fácil, pero al menos asintió. Y cuando la pregunta llegó desde los labios de Troy no dudo. Asintió con la cabeza y dijo.- Claro que Pynn conoce, lo que es P.E.D.D.O., es más... yo soy miembro de la Plataforma... 

Gracias a la labor de la Señorita Granger, hoy en en día, alguien nos considera algo más que un esclavo sin sentimientos a despreciar.

Mira a ambos chicos y dijo.- Para eso vinieron aquí... ¿Quieren unirse a la Plataforma...?. No había tanta prisa señor Troy.

¡Hala! Pues había sido realmente sencillo averiguar aquello. Troy miró a Marty y le sonrió, contento de que ya habían cumplido la misión y Aaron les debiera una. ¡Y menos mal que no eran cervezas de mantequilla!

Pero entonces Pynn dio por sentado que los dos chicos iban a hacerse miembros de aquella especie de asociación, pillándolo totalmente desprevenido.

- ¿Eh?

Pero Pynn era su amigo y si aquello era realmente importante para él, entonces entraría a formar parte de aquello. Disimuló su sorpresa con un nuevo golpecito en la espalda de su amigo:

- Eso queríamos, sí. Pero es verdad que queríamos enterarnos primero. Nuestro compañero Artemis encontró una de las chapas debajo de su cama y nos entró la curiosidad. ¿Verdad, Marty? ¡Oh! Oye, ¿podrías llevarnos a escondidas hasta el dormitorio de los chicos de segundo de Slytherin? Y si tienes más chinches... sería genial.

Miré a Troy intentando que Pynn no se diese cuenta de mi cara, una mezcla de sorpresa y risa malvada contenida. No recordaba que Pynn podía introducirnos allí. Lo de las chinches era buena idea.. aunque quizás podíamos experimentar con cosas nuevas.

-Estoooo... -me costaba volver a la cara inocentemente seria-.. Yo había oído hablar de la plataforma, sí, alguien me lo mencionó el año pasado, pero no lo recordaba. Yo también me uniré a la plataforma, sí. Además.. Ya sabes que eres nuestro amigo.. Y si no tienes chinches y es otra cosa, pues también estaría bien.. No sé.. Polvos de estornudar, bebida que hace que cambies de color.. -una vez lo probé con mi hermano. Estaría bien que el vanidoso de Ladien de pronto se pusiese de color verde, o rosa jajaja. 

Los ojos de Pynn se abrieron como platos al escuchar a Troy, mientras se tocaba la túnica por todos lados y dice con la mirada nerviosa.- Pynn ha perdido el prendedor de la Plataforma...

Pynn no quería preocupar a Troy ni a los demás.- Miró hacía abajo y dijo con respecto a la nueva broma.- Pynn necesita aún tiempo para limpiar el desastre del comedor. Soy un elfo libre, pero comprometido y trabajador...