Partida Rol por web

-¡ESPERA ELIAM! -dijo Dragunov mientras esquivaba los ataque de Hal- Si quieres puedes practicar pelea sin armas con Sergey, puede que os venga bien a ambos y ya que estás aquí... 

Dejó la frase sin terminar, girándose ante un ataque de Hal, muy torpe pues se estaba dejando llevar por la ira, asique la cogió del pelo, tiró para atrás y la dió una bofetada como la daría un padre a una niña mala- Si peleas con ira pierdes tu potencial. Lo tuyo no es solo entrenamiento, sino que estás adiestrada, usa la cabeza -tras esto la da un tirón del pelo separándola de él- Vuelve a empezar.

Y se puso en guardia, con las dos manos cubriéndose los lados de la cabeza y las orejas.

Hal giró el rostro mientras la mejilla le ardía con un dolor latente.

-Sí, señor-dijo con disciplina pero era un claro "cómeme el rabo".

Sin ira Halyre no daba todo en un combate y Dragunov lo sabía, aun así, retomó el ataque ante las condescendientes esquivas de su superior, aplacando toda la mala leche y el cansancio acumulado. Como resultado, los movimientos de la chica adquirieron el carácter de un autómata, ni siquiera parecía fijar un objetivo antes de golpear, simplemente se dedicaba a golpear sin ningún tipo de obstáculo "visceral".

-¿Es que no has aprendido nada en estos años? -dijo mientras bloqueaba el ataque con una facilidad pasmosa. Se giró y la cogió por el cuello desde la espalda, haciéndola una versión de la mal llamada "llave del sueño".

-Ni todo ira ni todo mente, tienes que encontrar el equilibrio de ambas -tras esto la soltó de esa presa y la dió una patada en el gemelo de la pierna derecha, haciendo que cayera al suelo de culo- puede que tengas un mal día, pero sabes que eso no es excusa para que no pelees como sabes y como debes.

Desde el suelo golpeó a Dragunov en la parte posterior de la rodilla obligándole a hincar la rodilla en el suelo, aunque sabía, por la naturaleza de su superior que éste no había, ni mucho menos, recibido daño alguno.

-Sí,señor-cómeme el rabo.

Se incorporó alejándose de Dragunov, de espaldas a las rejas de la jaula donde en su momento estampó a Oliver y casi desmontándolo por la proyección.

Dragunov era un cabró pragmático. La estaba dando lo suyo por ese "cuidado con el género" y al tiempo estaba dando una clase más que visual sobre el combate cuerpo a cuerpo. Si no aprendían viendo como se desarrollaba era porque no querían.

- De acuerdo. Aunque la verdad y después de ver el guantazo que Dragunov acababa de soltarle a Hal, no estaba muy seguro de que debiese. Pero el profesor le había hecho un favor importante adoptando a sus futuros alumnos, y negarse sería una falta de educación bastante fuerte. No práctico estas cosas tanto como debería, la verdad. Se disculpó. Al fin y al cabo si un alumno le pateaba el culo iba a quedar un poco lamentable y, viendo la situación, podía pasar.

Pese a todo se quitó la chaqueta, quedándose en una camiseta negra de tirantes ajustada, que dejaba entrever un tatuaje en el pecho. Lo cierto es que la forma física de Eliam aparentaba bastante más de lo que era, sobretodo cuando estaba rodeado de frikis del combate como aquellos.

Se quedó, sinceramente esperando. Suponía que lo lógico sería dejar que el alumno empezase primero...

Sergey asiente militarmente a su profesor y se va a hacer pesas, era un ejercicio que le costaba, no era ni mucho menos un peso pesado, y a veces se preguntaba si podría superar bien las clases de Dragunov. Era entonces cundo recordaba a su padre, según él, lo podría hacer todo, sólo importaba cuánto lo deseaba. Si mi mente estaba concentrada en sólo eso, podría hacerlo. Empieza a hacer unas cuantas pesas, hasta que el profesor lo detiene para hacer una actividad mucho más entretenida.

Sergey sonríe. No es que fuese un Tyson peleando, de hecho, Halyre le daba unas cuantas palizas juntas, y el profesor se las daba a Halyre, pero era una actividad donde se ponía mucho mál al límite y donde aprendía mucho más. Eso siempre le gustaba más que hacer las repetitivas pesas.

Hizo unos cuantos estiramientos rápidos mientras se acercaba al profesor Gaunt.

- No se pase demasiado conmigo, yo no tengo nada que ver con Halyre, soy todo un novato.- Dice mientras sonríe y se pone en posición de combate. Sus movimientos y defensa mostraban un claro estilo de combate: el boxeo.

Sergey observa al profesor y cuando detecta que está esperando el primer movimiento, se adelanta hacia el lanzando un jab rápido y directo.

Gaunt se limitó a asentir ante las palabras de Sergey. Desde luego y siendo novato era complicado que estuviese al nivel de sus otros "contrincantes": Halyre llevaba ya varios años vapuleada por Dragunov, y eran cosas que quisieras o no te formaban a pasos agigantados. Si sobrevivías, claro

Eliam se apartó para esquivar el golpe de Sergey. No tenía mucho mérito, teniendo en cuenta que había estado allí esperándolo. El gesto, muy parecido al movimiento de una serpiente, podía resultar un poco extraño al de los luchadores allí presentes y es que lejos de ser un movimiento propio de un ring, aquello era más propio de una pelea de taberna improvisada.

Y es que mientras que estaba claro a que estilo de combate se aferraba el ruso, el serbio solo tenía una norma muy alejada del estilo: la mera supervivencia. El estilo de pelea de Gaunt era una amalgama de golpes dirigidos con muy mala hostia y derribos al contrario, dedicados a una única misión: acabar cuando antes con el enemigo, no acabe él contigo. Eliam no tenía fuerza, como Halyre había podido comprobar, así que su mayor arma era ser rápido y ser un hijo de puta. Puro sistema callejero, herencia que el nuevo profesor nunca se había molestado en ocultar.

Tampoco le había preguntado mucha gente.

Con más instinto que mala saña, la pierna del profesor se lanzó contra las de Sergey, buscando desestabilizar al chico. Aquello era solo un entrenamiento, y los habituales movimientos de Eliam se le antojaban excesivos en una ocasión como esa...Sin embargo los movimientos que realizaba iban bien dirigidos y bastante en serio, y es que Gaunt no entendía el significado de pelear en broma: cuando se hacía, era para acabar con tu enemigo.

Dragunov dobló la rodilla, pero aprovechó la caída y le dió un golpe con la otra rodilla en el estómago, como si hubiera sido premeditado, dejándo sin aire a Hal.

Se levantó un momento para ver la forma con la que se movía Eliam. La verdad es que era bueno, y Sergey tenía poco que hacer contra él, pero siempre eran necesarias las prácticas, para bien o para mal.

Asique Dragunov volvió a lo suyo, caminó alrededor de Hal cual depredador, esperando a que esta se pusiera en pie y quisiera dar por terminado el combate, o eso o la tocaría pasar la noche en la enfermería.

Hal respiraba con dificultad, y aun así le soltó un soberbio puñetazo a  Dragunov a sabiendas que la luz se apagaría poco después.

Gaunt esquiva con facilidad su golpe. No sólo eso, le coontrataca con un golpe en la rodilla bastante doloroso que le hace girar completamente y estamparse el costado contra el suelo, clavándose el codo en el impacto.

Sergey se muerde la lengua. La patada contra la rodilla ha sido muy dolorosa y no sólo eso, su codo y costado también le duelen. Se queda en el suelo un rato, intentando recuperarse del duro golpe. Y lo peor de todo es que el movimiento ha sido tan rápido e inesperado que no ha podido fijarse bien en él. Maldita sea, ese golpe seguro que le hace un buen moratón.

Dragunov sonrió y se apartó con dificultad. Ese golpe iba muy bien dirigido y no pudo evitarlo tan fácilmente como los otros.

-Vale, si quieres seguimos o lo dejamos aquí si ya estás más relajada -dijo con una sonrisa divertida mientras miraba como Gaunt había dejado grogui a Sergey- Vaya, menos mal que no era muy hábil. ¿Quiere probar con Hal o conmigo? -pregunto sinceramente, estaba muy por encima de Sergey, puede que fuera un buen rival para cualquiera de los otros dos.

Gaunt le tendió la mano a Sergey para ayudarle a levantarse. Estaba claro que la caída del chico había sido bastante espectacular y que no estaba ahora en el mejor de los estados. Aunque habría estado unas cuantas veces peor seguro (es más, el le había llegado a ver en la Enfermería)...

- Pura suerte. respondió, no exento de verdad. El golpe había sido meritorio, pero normalmente sus ataques no solían ser tan destructivos. Y nada de tratamiento de usted, por favor. Me hace sentir demasiado raro.- Eliam miró directamente a los ojos de Dragunov, mientras esperaba a que Sergey se despejase un poco del golpe. Estaba claro que el joven profesor aún no había acabado de acostumbrarse a su cargo.

Y ser tratado de usted por alguien que podía partirte la crisma de un golpe siempre era peculiar. Cuanto menos.

 - Nunca ha sido algo que me haya preocupado demasiado, pero luchar contra un rival cansado no es jugar limpio. Eliam lanzó una breve mirada a Hal, que parecía estar al borde del colapso. Que hubiese aguantado todos esos puñetazos y siguiese en pie era digno de admiración. Una sonrisa predadora apareció en el rostro del serbio por un momento. Y es un error de principiante luchar directamente contra algo que sabes que no puedes ganar. Sin embargo...se encogió de hombros. Ya que estoy aquí...

Gaunt sabía perfectamente que no tenía nada que hacer en caso de que el profesor quisiese luchar contra él, pero sentía algo de curiosidad por comprobar de primera mano las habilidades del profesor de combate. Seguramente se arrepintiese cuando su cuerpo vapuleado acabase en la enfermería, pero...

-Por supuesto -dijo abriendo la puerta de la arena y tras eso, se acerca a Hal y la coge en brazos como si fuera una niña pequeña- vamos. Espérate un momento fuera a que pelee un poco con Eliam -dice mientras sonrie hacia éste por usar su nombre de pila- y te llevo a la enfermería, ¿vale?

Deja a Hal sentada un un banco de cerca del ring normal y hace como si fuera un chofer cediendo la entrada en su coche- ¿Vamos?

Sergey está bien tocado, la cabeza le da vueltas fruto del duro golpe contra el suelo. El profesor Gaunt lo ha dejado KO en un sólo golpe, y decía que no practicaba. Estaría a la altura de Halyre? Intentaba pensar pero todo le daba vueltas, se sienta con la ayuda de Gaunt y mira hacia el suelo, intentando recuperar los sentidos. No se entera de mucho, hasta que por fin se vuelve a recuperar, mira como Dragunov le ofrece el pase a Gaunt. Un combate entre los dos?

Halyre se dejó coger en brazos rezongando que podía andar y que ella no quería ir a ver a Red, no la necesitaba para nada. Cruzó una mirada con Eliam en la que le deseaba toda la suerte del mundo si Dragunov se ponía mínimamente serio.

-Eh, Sergey-dijo esbozando una sonrisa que le hizo resentirse del soberbio guantazo que le había propinado Dragunov- te ha enganchado muy bien el chico de seguridad.

Volvió a mirar a Eliam y enarcó las cejas un instante, el chico tenía arrojo.

-Apuesto por Eliam mi paga de dos meses, Dragunov-dijo mientras se desenrollaba las vendas de boxeo.

- Haces mal. respondió Eliam, mirando a Hal con una sonrisa demasiado suya para ser la futura víctima del profesor de combate. Tenía bien claro que iba a salir de ahí con la cara rota, pero al menos parecía que Halyre al fin salía del estado de meditación furibunda en el que había estado sumida. Nunca se había considerado un buen chico, y mucho menos uno que se dejase partir las piernas por "la chica" del momento, pero la sensación era agradable.

Gaunt no tembló ni un pelo entrando al ring de Dragunov, a casi literalmente, la casa del diablo. En otras circunstancias se hubiera revuelto lo inenarrable para librarse de entrar en aquella jaula sin escapatoria, pero aquello era un entrenamiento. No iba a morir (esperaba) y Hal y Sergey en menor manera después de su día forzado de servidumbre eran ya "personas de confianza". O lo más parecido que tenía Eliam a eso. 

Además, que demonios. Perder contra Dragunov era lo más normal del mundo. Al menos hacerlo con dignidad.

Esta vez no dio tiempo de espera. En este caso él era el novato, y como tal, si no contaba con la ventaja del comienzo no contaría con ninguna. Sin miramiento alguno lanzó un rodillazo contra la parte del torso de Dragunov que más a mano le pillaba: cerca del estomago. 

Ojala no se dejase el menisco en el intento...

Dragunov entró en la arena de nuevo y antes de que pudiera cerrarla, Eliam se había lanzado a por él. Se había lanzado a darle un rodillazo, que evito dando un paso torpe hacia atrás y dando con el antebrazo en el muslo para bloquear el rodillazo. 

Dragunov miró a Eliam, había estado a puntito de conseguir golpearle... y eso no le gustaba. Bueno sí, lo hacía más emocionante, pero tenía un puesto en la cumbre de combate y no iba a cederlo.

Era hora de ponerse en serio.

Dragunov adoptó una postura que ninguno de los presentes podría reconocer de algún estilo. Los pies algo más separados que los de un boxeador, el cuerpo inclinado hacia delante, el puño derecho junto al lado derecho de la cabeza y el puño izquierdo estirado, hacia delante, para mantener la distancia.

Entonces se movió, a una velocidad pasmosa. Primero desplazó el pie derecho un poquito hacia atrás y entonces, se movió como una serpiente que salta. Dió un paso con el pie derecho hacia delante y luego saltó hacia Eliam. Parecía que quería estamparle un rodillazo en la cabeza, pero entonces, como un latigazo, lanzo la pierna con la que se había impulsado hacia delante. Como si supiera que el lanzarse la gente evitaría el rodillazo, la pierna derecha se lanzó directa a la barbilla de Eliam.

El impacto sonó seco y contundente. Le había golpeado en el mentón y había caído a escasos centímetros de él.

Eliam sintió que su rodilla golpeaba el antebrazo del profesor con satisfacción. Aquel golpe había estado bien cerquita de golpear a la gigantesca mole que era Dragunov, y una sonrisa de pequeña victoria se dibujó en la cara del serbio.

No duró mucho.

Con la velocidad y la contundencia de un rayo, el ruso realizó unos movimientos que envolvieron al joven profesor, incapaz de evitar tantos gestos tan bien destinados. Había conseguido bailar entre los primeros ataques de Dragunov, pero siquiera vio venir la brutal patada a la barbilla.

Gaunt salió prácticamente despedido hacía atrás, chocando contra la reja, que tintineó ante la violencia del golpe. Su cuerpo cayó casi a plomo al suelo emitiendo un gruñido de dolor. La vista se le perdía ante la violencia del golpe mientras un fuerte olor a hierro le invadió la boca. Era inútil intentar levantarse: pronto volvería al suelo. Y eso suponiendo que pudiese hacerlo...Que según como le había dado al mundo por ponerse a dar vueltas, no lo tenía muy claro.

Una mezcla de tos y escupitajo dejó caer al ring una buena carga de sangre. No sabía muy bien a quién dar gracias si no se había reventado la lengua. Pero no aquel fue el único gesto. Con más saña que buen hacer y como último latigazo, el serbio lanzó una patada a las piernas de Dragunov, lo bastante cerca como para estar en su rango. La desorientación de Eliam era más que obvia y el golpe era bastante más torpe que el anterior, pero no podía quedarse quieto para recibir el golpe de gracia. 

Nunca había podido. El imaginario olor a pólvora y polvo, a sangre y aceite de coches, embistió en su mente como un rinoceronte a un jeep de safari. La respiración jadeando, la figura casi desdoblada dispuesta a rematar la faena. No había pasado medio segundo, pero tiempo empezaba a avanzar con la lentitud inexorable del magma. Eliam Gaunt ya había pasado por eso, antes de ser Eliam Gaunt.

Sus dotes combativas no estaban a la altura de su supervivencia y, privado de su habitual instinto racional y encerrado entre una alambrada lo suficiente familiar como para despertar memorias no agradables, a Gaunt solo le quedaba una cosa.

Su mero instinto animal y salvaje.