Partida Rol por web

Into Darkness

1-B. Make Your Own Kind of Magic

Cargando editor
11/12/2013, 00:28
Dani Jenkins

- ¿Por donde andas?. Espero que te lo estés pasando bien, por aquí estamos un poco liados. -Hablaba deprisa, acompañada por el repiquetear de las teclas del portatil y dando por hecho que ya sabía como funcionaban estas cosas. Si necesitaba un cable, solo tenía que soltar la primera respuesta anodina y sin sentido que se le pasara por la cabeza, y si no... ¡que cojones!, si no ya era hora de que moviera el culo, no pensaba comerme yo sola este marrón.

Cargando editor
11/12/2013, 07:34
Kate Evans

- De maravilla - no puedo evitar darle esa respuesta acompañada de un fuerte y evidente sarcasmo. Pero no añado nada más. Ni una señal o mensaje de que las cosas pudiesen estar yendo bien, o demasiado mal. - Iré en que pueda - concluí rápidamente. No sabían qué estaban haciendo ni dónde, pero estaba más que claro que requerían de mi ayuda. Aun así, no añadí nada más. Tampoco colgué. Esperaba que Dani añadiese algo y me diese un poco de información para que acudiese en que zanjar lo que tenía entre manos.

Cargando editor
11/12/2013, 15:45
Dani Jenkins

- Que suerte. -Repuse utilizando su mismo sarcasmo. -por aquí estamos bastante entretenidos organizando la excursión a la estatua, ya sabes, "Dios salve a América" y todo eso... oh! y a W le ha dado una embolia. Por cierto, cuando vuelvas trae también algunas latas de Burn, RedBull, Monster, RockStar, oh! o esas de FullThrottle, me estoy quedando sin reservas y tienen un logo que es una pasada. Lo se, lo se, "qué fácil es comprarme por los ojos" ¡Pero es que hay que premiar la creatividad! -El sonido de una lata rebotando entre más cubetas metálicas interrumpió la conversación. 

Cargando editor
11/12/2013, 16:41
Kate Evans

La extraña explicación de Dani hique me quedase callada unos segundos. Como una estatua, con los ojos como bolas de pin pón y sin ver lo que en esos momentos tenía delante. Sabía perfectamente que era un código, simplemente no tenía en esos momentos la cabeza centrada para descifrarlo al 100%.

- Está bien, nos vemos luego. Intentad esperarme, no quiero perderme la sorpresa.

Sin añadir nada más, colgué el teléfono.

Cargando editor
13/12/2013, 11:24
Sheryl Anderson

Sheryl se debatía internamente entre el deseo de apoyar a su amor platónico, Aaron, y la clara indignación por el menosprecio que nos estaba haciendo a las chicas. Entendía lo del grupo pequeño para pasar desapercibido, pero ¿qué entrenamiento de combate convertía a Saphiro, el *abogado* en mejor candidato a acompañarle que ella misma, o una de las otras chicas?

Trató de intervenir para protestar, pero Aaron la detuvo alzando la mano antes de empezar. La joven se obligó a morderse la lengua y esperar a que acabara su intervención.

Siguió una reacción típicamente reaccionaria de Dani. ¿Cuándo se convirtió en una amargada de lengua viperina? Era como una animadora líder, pero sin la pátina de belleza, estilo y superioridad ególatra de éstas. Bueno, de esto último tampoco estaba muy segura.

Lo suyo fue un ex-abrupto bastante hiriente ante el cual Saphiro guardó sabiamente silencio y dejó que fuera Jane la siguiente en intervenir. No le envidiaba, el ex-STARS le había colocado en mala situación, tanto ante las chicas como en la perspectiva de tener que asistir a la incursión, aunque no había protestado sobre este punto. Eso lo tenía que admitir Sheryl, Saphiro estaba demostrando también aplomo, sólo la idea de tener que meterse allí la aterraba.

La llamada de Jane para dejar solos a los hombres sacó a la rubia de su ensimismamiento.

-Un momento.

Entonces Sheryl intentó hacer un uso consciente de su poder, la metamorfosis. Su objetivo era convertirse en un S.T.A.R.S. En realidad no lo logró, pero cambió hasta asumir rasgos más anodinos, más masculinos. Se le hinchó una vena de la frente y su cara de concentración era evidente. Prosiguió intentándolo todavía unos segundos más hasta que, finalmente, se dio por vencida. Aunque, por supuesto, jamás lo reconocería. Al fin y al cabo había logrado cambiar completamente de aspecto y ellos no sabían qué aspecto había querido tomar (ni iba a decirlo en un millón de años) y éstos habían podido presenciar cómo cambiaba no una, sino dos veces.

-Ya. Bueno, los hombres han tomado su decisión. Seguro que nosotras no podríamos ni ayudar ni, por supuesto, hacerlo mejor. Infalibilidad masculina, ya sabes.

- Tiradas (2)
Cargando editor
13/12/2013, 15:58
Dani Jenkins
Sólo para el director

Kate terminó por colgar sin más así que sin darle mayor importancia dejé el móvil a un lado para centrarme en lo que estaba haciendo, después de todo no parecía que estuviera metida en ningún lío, o al menos no en uno demasiado engorroso. Estaba bien, abrí varios desplegables con los que trabajar más cómodamente, probablemente lo estaría...

Tan solo tenía unos cuantos nombres con los que trabajar así que la tarea prometía ser cuanto menos larga y aburrida, suspiré filtrando los resultados de la búsqueda preliminar, esperaba que al menos K no olvidara las latas de FullThrottle, las iba a necesitar.

Subí las piernas para cruzarlas sobre la silla y me ajusté las gafas que usaba tanto para trabajar como para leer chorradas o hacer los estúpidos a la par que irresistibles test de las revistas, "¿eres invierno o verano?" hacían que uno se preguntase como podía nadie vivir en semejante tesitura.

Tomando precauciones para no ser descubierta, decidí ahondar un poco más en mi improvisada investigación echando un vistazo a las bases de datos de las diferentes compañías telefónicas. Lo se, tal vez fuera... digamos un poquíto ilegal pero tampoco era tan grave, después de todo me prometí a mí misma que no guardaría los datos de nadie que no pudieran sernos de utilidad. Podía ser muchas cosas, pero aun tenía cierto criterio, o eso me decía. Cuanto más tiempo pasaba uno en este mundo de locos más se difuminaban las lineas de lo que se suponía que debía estar "bien" o "mal", los límites se tornaban borrosos y poco a poco ciertas cosas dejaban de importarte. Sacudí la cabeza, todo esto dejaría de tener importancia en cuanto me despertara en mitad de ninguna parte con sabor a fiesta nocturna y una enorme y pacífica laguna mental.

Así, mientras hacía lo propio entre los encriptados de las compañías móviles, aproveché para dejar un más que suculento cebo en los canales adecuados, a propósito del espectáculo desatado en Tokyo. 

"Vista cierta furcia asiática en el portaaviones. NY"

No había dejado rastro ni firma y perfectamente podría no ser cierto, sin embargo después de filtar la noticia de la batalla campal que se estaba librando en la estatua de la pureza a la prensa, nadie podría negar el progresivo aumento de su credibilidad. Estaba segura de que más de un clan de demonios no tendría ningún reparo en comprobarlo a sabiendas de la oportunidad única que brindaba la ocupación de la estatua y la capital japonesa...

Cargando editor
14/12/2013, 20:07
Michael Saphiro

Michael tragó saliva. Había pasado la tormenta en cuanto la última de las chicas salió por la puerta, pero sabía que aún no había pasado lo peor.

Miró a su amigo. - Sabes que todo lo que has dicho se volverá en nuestra contra, ¿verdad? - sonrió francamente. Aunque no le gustaba para nada imaginarse la venganza de las chicas.

Inspiró hondo. - Bien, yo estoy listo. Cuando estemos dentro seguiré tus indicaciones al pie de la letra, yo no soy un S.T.A.R.S. ni sé comportarme como tal así que si tenemos que pasar desapercibidos deberé hacerte caso. -

Su mano se fue instintivamente hacia el bolsillo de su pantalón buscando el paquete de cigarrillos que no estaba ahí. Bajó la mirada y apretó los dientes cuando recordó que ya no fumaba. Un momento excelente para haberlo dejado.

- Respecto a lo de Tokyo... no sé si lo viste pero hay un video en internet... recomendé a las chicas que no lo vieran pero en tu caso no creo que te provoque muchas pesadillas. - dijo dubitativo. 

Miró a la puerta y luego a Aaron. De nuevo alternativamente primero a la puerta y luego a Aaron. - Quizá deberíamos ir con ellas... para asegurarnos de que están preparadas antes de que nos marchemos... para asegurarnos de que han entendido el plan. - la vedad es que seguía con un mal presentimiento respecto a Dani. Aquella jovencita seguro que tenía algo preparado, algo que no iba a gustar nada ni a Aaron ni a Michael.

Por otro lado, el estarse quieto no era algo que le viniera bien a Michael, le ponía nervioso. En esos momentos tensos era cuando perdía el control. En una sala en el tribunal él marcaba el ritmo, siempre tenía el control. Aquí, cuando lo que contaba era la rapidez de acción y él no tenía experiencia, aquí se sentía vulnerable.

Cargando editor
15/12/2013, 23:17
Aaron Wake

Aaron aguantó las embestidas verbales de las chicas del grupo. Tal y como había previsto, las chicas estaban enfadas y muy, muy cabreadas. De no ser porque era soldado y un portentosos armario, seguramente se hubiesen lanzado a por él y le hubiese caído una buena reprimenda. Y merecida!

Sabía que había sido duro con ellas y cruel por la decisión que había tomado. Pero no por ello significaba que las despreciaba, ni mucho menos. Tan solo era parte de un plan, que cada vez se antojaba más y más complicado. Miró a Michael, con claro síntomas de nerviosismo.

- A ti no te harán nada - dijo después de la primera intervención. A mi, puede que sí, puede que no…
Wake estaba en calma, ni siquiera parecía que le hubiese afectado el cabreo de las mujeres. Y si le había afectado, lo ocultaba bastante bien bajo una capa de frío hielo. Asintió ante las siguientes palabras que pronunció Michael. Podía notar su miedo y no era para menos. Lo que iban a hacer era una locura.

- Le echaré un vistazo a ese vídeo más tarde, ahora hay asuntos más importantes que atender- necesitaban preparar el equipo- No te preocupes por las chicas, lo han entendido perfectamente- miró fijamente a Michael- Mira, sé lo que piensas. Si he actuado así es porque lo he visto necesario. He herido sus orgullos…intencionadamente. Ese odio que ahora mismo tendrán hacia mi, lo canalizarán en su tarea mágica. Así actuarán mejor, para demostrarme que me he equivocado con ellas y que he sido un estúpido por tratarlas de "débiles". O eso espero- hizo una pausa- Esto no deja de ser otro "entrenamiento" para ellas, pero esta vez es una práctica real. Las quiero llevar al límite, porque de ellas depende que tu y yo salgamos con vida de la Estatua. Y confío plenamente en ellas.

Dejó unos segundos para que Michael asimilará sus palabras, al mismo tiempo que notaba cuán inquieto estaba- No te preocupes. He estado con soldados que ni siquiera sabían manejar un arma o no tenían la preparación necesaria y han sobrevivido conmigo; Tú partes con cierta ventaja, así que tranquilo- le dio una palmada en el hombro- Si todo sale según el plan, no tendremos que entablar combate con ningún S.T.A.R.S., pero no puedo decir lo mismo de los demonios- para Aaron los demonios era un elemento que podía trastocar los planes o no hacerlo- Además no estaremos solos.

Cargando editor
15/12/2013, 23:27
Jane Simons

Le doy un margen a Dani mientras espero a que Sheryl deje solos a los chicos y después dirijo mis pasos de camino de vuelta a la cocina. Paso de nuevo por delante de los chicos. Les dirijo una mirada de cabreo, más que evidente. 

- Odio que intentéis dejarnos fuera, me parece que no tenéis ni puñetera idea de lo que podemos ser capaces y lo único que estáis consiguiendo es que haya más probabilidades de que todo salga mal. ¿Pensáis que sois mejores? Llevo metida en esto mucho más tiempo del que podéis pensar, y sé bien cómo cuidarme solita. Y las niñas, aunque no lo parezca, también.

Me giro sin esperar a oír su respuesta y me dirijo camino de la cocina, mientras mando un mensaje por el teléfono móvil.

- Estoy llegando. ¿Nos vemos en la cocina?

Cargando editor
16/12/2013, 02:26
Christian Jackson

Si Christian sintió algo durante la llamada de Kate, no lo demostró. Glaciar como el polo norte, se limitó a clavar los pozos azules de sus ojos en las avellanas pardas de Kate. La miró con severidad, firme, manteniéndose en silencio sin hacer siquiera amago de despegar los labios en lo que duró la llamada. Sin embargo, cuando colgó, en sus ojos afloró un matiz tenue de agrado, mezcla de satisfacción y aprobación.

Diente por diente. Oje por ojo. Clavo por clavo.

Aquellas palabras todavía resonaban en la mente de Kate. Eran un claro reflejo de la mentalidad de Chris. Firme, parco, inamovible, circular, intransigente, agresivo, sanguinario, brutal. Y sin embargo, la regia mirada de aquel hombre, imbuida en fuerza templada por fuego del propio averno, enviaba un mensaje muy distinto.

Soy tu dueño y te voy a hacer el amor.

No había el menor ápice de seducción en su intención, pero no le hacía falta alguna. Kate había amado a ese con anterioridad, y ese aura de líder y ganador era casi palpable, brillante como un faro en mitad de la noche. Si hubiese querido, Kate ya estaría dentro del local, con un pómulo roto. Pero estaba en el coche, entera, y la estaba ofreciendo inmunidad ante su todavía más sádico compañero. La estaba ofreciendo trabajar sólo para él, como un coleccionista de gusto exquisito. Un coleccionista que podría vivir sin su trofeo. El mensaje era obvio.

Te quiero, pero no te necesito.

- ¿Cómo te llamas ahora?- preguntó de forma directa, neutra.

Mentirle o guardar silencio no tenía sentido. Con el DNI en la cartera, en el bolsillo trasero del pantalón, negándose a responder lo único que ganaría Kate sería probablemente que la información se obtuviese a la fuerza. Lo había visto antes. No era la primera vez que Chris aferraba a alguien por las muñecas, le cogía la cartera, y tras pegarle un revés en el pómulo, un puñetazo en el estómago o las costillas o una nalgada en el caso de las más agraciadas, comenzaba a vaciar la cartera sobre el suelo repasando el contenido. Kate tragó saliva al recordarlo.

- Kate...- repitió él, sólo para ver cómo sonaba en sus labios-. Bien. Ante quién respondes y quién es esa chica tan importante- preguntó, u ordenó, no quedaba muy claro-. Me traes a Tommy, te aparto a Shepard- describió, pues ese era el trato tal y como él lo veía-. Trabajas para mí, aparto a los S.T.A.R.S.- añadió con el claro tono de quien hace un favor-. No te creas tan endurecida. Sea quien sea tu nuevo dueño- escupió como si tal cosa, obviando para Kate otras posibles asociaciones-, no me impedirá reclamar lo que es mío- y a sus ojos, Kate era suya-. La única razón por la que te ofrezco un acuerdo tan desequilibrado es porque tienes un valor sentimental para mí.

No había mayor inflexión romántica o sexual en su voz. Era un manipulador, punto. Pero era difícil no creerle. De hecho, en cierto modo, aunque no fuese por ninguno de los intereses mentados, Kate tenía cierto valor sentimental para él. Quizás por su fuga, quizás por su rebeldía, quizás por los recuerdos o por recuperar lo que era suyo. Vete a saber. Pero por alguna razón, para él era importante. Sino, no ofrecería el trato.

Kate sabía que Chris no era imbécil. Era un gran negociador. Una mujer para él no valía, ni de lejos, alterar la precaria estabilidad del barrio marginal y atraer la atención de los cazadores paranormales. Pero Kate no era una mujer cualquiera, eso estaba claro.

- Piénsalo. Búscalo. Medítalo- enumeró Christian separando en tres un mismo mandamiento-. En el fondo, es lo que anhelas. Da igual cuanto te lo niegues- le reprochó, como una niña que quiere ser adulta antes de tiempo-. La gente piensa que quiere libertad- exhaló por la nariz, como su fuese un pequeño chiste-, pero en realidad anhela el cautiverio de una jerarquía social, unas normas rígidas, un sentimiento materialista de propiedad y pertenencia- fue diciendo lentamente, cargado de su filosofía negra-. La única libertad que quieres realmente es la comodidad.

No hacía falta decir nada más. Christian ahora parecía bastante cómodo, refinado en si mismo. Escarmentado. No cometía los mismos errores. Kate, desde un punto de vista racional, sabía que ese hombre era un error en si mismo. No traía nada bueno consigo, y era un auténtico cáncer para los demás. Y sin embargo, desde un punto de vista emocional, pasional, seguía teniendo un aura magnética de gurú, sólo que ahora, probablemente, no cometería el error de acompasar la violencia psicológica con la emocional en la misma medida ni en los mismos contextos.

Lo cual se venía traduciendo en un maltratador inteligente.

La otra cara de la moneda, pensándolo bastante, era la Estatua de la Pureza. Si la información de Dani era cierta, iban a colarse en la base de los S.T.A.R.S. orillada por agua. Tampoco era un panorama agradable. De hecho, Christian era una nenaza al lado del, en cierto modo, nazismo sobrenatural de los militares.

- La libertad duele- espetó como final-. Tú verás.

Se recostó y se quedó mirándola, todavía manteniendo aquella mirada grave y titánica, pesada e inamovible hasta el punto de resultar tan incómoda como turbadora. Él, sin embargo, se acomodó, con la confianza y seguridad de quien se cree o se sabe con el control. No sólo el control de la situación, sino de sí mismo. Christian había renunciado a muchas cadenas morales, pero también a muchas cadenas emocionales. Sólo aquellas cuya caricia resultaba más doliente seguían a su lado, pero lo hacían trabajando para él.

Le faltaba sólo decir algo tal que "¿Te sientes realizada? ¿Útil? Yo lo conseguía" para acompasar su postura. Y sin embargo, ¿cuál era la alternativa? ¿Dani Jenkins? Ya se había acostado con ella, sí, pero... no compares.

Cargando editor
18/12/2013, 11:28
Michael Saphiro

Michael asintió. Le gustaba la confianza y serenidad que transmitía Aaron. Le permitían el lujo de relajarse un poco y confiar en que todo saldría bien, sin pensar en las posibilidades, o en la locura que estaban a punto de hacer.

- Como te dije estoy listo. Vamos con las chicas. - indicó el joven.

Encaminó sus pasos a la cocina suponiendo que Aaron caminaría con él.

Nada más entrar por la puerta comprobó que Jane y Sheryl estaban ahí. Dani no y aunque era lo que Saphiro esperaba, le transmitía cierta intranquilidad.

 - Hola. - saludó al entrar por la puerta. No quería molestarlas demasiado así que lo más en silencio que pudo se dirigió a servirse otra taza de café. Comenzaba a no notar sus efectos y tanta cafeína en el organismo no podía ser buena aunque él no notara nada, pero igualmente Michael necesitaba calmar sus nervios de algún modo.

 Cuando acabó de verter el café sujetó la taza con ambas manos y se apartó un par de pasos mientras observaba a Jane y Sheryl. Comprendía que estarían enfadadas, y sólo esperaba que no creyeran que el plan de Aaron había sido en algún modo ideado por él, Michael no había tenido nada que ver.

- ¿Hay noticias de Kate? - preguntó. Ya había pasado mucho tiempo desde que había salido de la casa y Michael comenzaba a preocuparse. Dejó sólo la mano derecha sujetando la taza y sacó su móvil con la izquierda, para comenzar a juguetear con él... Finalmente escribió un mensaje. No lo envió, tenía sus dudas y en cualquier caso debía esperar una respuesta de las chicas. Quizá ellas habían tenido noticias.

Sus planes no habían comenzado aún, y ya tenían dos problemas. Dani y Kate. Sólo podía rezar porque todo fuera bien.

Cargando editor
18/12/2013, 21:59
Jane Simons

- Hola. - Digo de modo seco a Michael, puesto que aún enfadada con ambos, él aún se merece un saludo. Comienzo a rebuscar en mi bolso en busca de un nuevo cigarro y encuentro una cajetilla ya vacía. Murmurando una maldición, lanzo la caja vacía a la papelera ya medio llena logrando un enceste limpio. Sorprendida de mi habilidad, me dirijo a uno de las esquineras de la cocina y abro el último cajón. Efectivamente, un par de cajetillas enteras aparecen ante mis ojos, y con una expresión satisfecha, abro una de ellas y enciendo un cigarro. 

A continuación me dirijo hacia la cafetera y veo que Michael hace lo mismo. No dudo, espero a que se sirva su café y le robo la taza. Una pequeña venganza, pero con sabor a victoria. Dadas las circunstancias, se merece una respuesta:

- No tengo ni idea de dónde puede estar Kate. Pero casi mejor que no haya estado aquí... - Digo para tomar un sorbo de café justo a continuación disfrutando de su sabor amargo. Sujetando aún la taza, me siento en la mesa y abro el periódico que se encuentra sobre ella, dispuesta a leer las noticias e ignorar un poco a los chicos.

Cargando editor
19/12/2013, 12:12
Sheryl Anderson

Sheryl se había reunido con la señora Simons en la cocina y observaba sus idas y venidas por la habitación, mostrando claros síntomas de nerviosismo, pero pese a todo la joven ex-animadora le envidiaba, pues era capaz de quedarse allí simplemente esperando “sin hacer nada”.

Esto último era, por supuesto, relativo, pero Sheryl comenzó a retorcerse el pelo de nuevo, incapaz de no dejar vagar su mente entre los montones de cosas que podían pasar (y salir mal), las reacciones del Coven, lo que había hecho Aaron, cómo habían reaccionado los demás. En fin, mil cosas. Sentía la necesidad de hacer algo, de resolver lo que fuera que pudiera y no atinaba bien a saber qué demonios sería eso. Estaba perdida...

Miró sin pensar hacia Aaron y, contra todo pronóstico, cayó en la cuenta de a qué se debía. Hoy tal vez fuera el último día que viera a Aaron, dadas las circunstancias. Así que todo lo disimuladamente que pudo, mientras Simons y Saphiro tenían un rifi-rafe con el café de testigo, Sheryl se deslizó sigilosamente hacia el otro hombre de la sala.

Cuando sus ojos se encontraron ella le traspasó con la mirada. Su expresión no era de enfado, aunque sí difícil de interpretar: mirada intensa pero de ojos ligeramente vidriosos, respiración agitada (que hacía que sus voluminosos pechos subieran y bajaran de forma incitadora) que denotaba una agitación interior, la mano apoyada algo cercano, cogido como si de un flotador se tratase... Detenida en su acercamiento como si fuera un ciervo sorprendido por los faros de un coche.

Cargando editor
05/01/2014, 17:52
Aaron Wake

La tensión se palpaba en el ambiente. Cuando Michael y Aaron dejaron atrás el códice y aquel sótano oscuro, ambos tuvieron un recibimiento frío por parte de Jane y Sheryl, quien no dijo ni una palabra. Dani no se encontraba en la sala. ¿Se habría marchado a su habitación? Kate aún no había aparecido y al no estar presente, no había presenciado lo sucedido. Por un instante, Wake pensó en cuál sería su reacción cuando las chicas le contasen lo que había hecho. No le dio mucha más importancia.

Michael tuvo el suficiente valor como para acercarse y saludar a Jane, ésta le devolvió el saludo pero estaba visualmente enfadada. Wake se pasó su mano derecha por la cara, restregándose los ojos. Qué difícil era tomar decisiones. Hacer de líder era una tarea muy difícil, sobre todo por la responsabilidad que le recaía a una persona a la hora de ejecutar esas decisiones. Y por aquella razón, Aaron no le gustaba hacer de líder. Era más sencillo acatar una orden y hacerla. Tan simple como eso. Pese a ello y dadas las circunstancias y la experiencia de Aaron sobre los S.T.A.R.S. y su experiencia en el campo de batalla, debía ejercer de líder para un grupo fugitivo.

"Al menos las cosas van según lo previsto".

Cuando recuperó su visibilidad, se percató de que Sheryl se le había acercado. Por un momento, pensó que le iba a golpear o a decirle algo por su actitud, pero nada de eso pasó. Simplemente se le acercó y permaneció callada, mirándole. Aaron respondió también mirándola. No mostraba signos de enfado, pero tampoco de alegría. Parecía que sus ojos le estaban pidiendo algo. Se paró en seco y Wake le dirigió una medio sonrisa. No podía negar los preciosos que eran sus ojos.

- No vas a hacer que cambie de opinión- le dijo en voz baja, para que no lo escuchasen los demás. Mantuvo la sonrisa.

- Estaré en mi cuarto preparándolo todo. Si me necesitáis, allí estaré- dijo en voz alta. Miró a Sheryl- Si querías algo, ya sabes donde encontrarme.

Después de hablar, se marchó.

Cargando editor
05/01/2014, 17:54
Aaron Wake

Terminadas sus palabras y antes de que pudiera contestar algún miembro del coven se dirigió a su habitación, lugar donde guardaba una de sus prendas que le había acompañado en su etapa S.T.A.R.S., su uniforme negro.

Cerró la puerta con cuidado, apoyando a continuación su espalda sobre ella. Hizo lo mismo con la cabeza. Miraba al techo mientras resoplaba con fuerza. Empezaba a sentirse nervioso, su corazón palpitaba con rapidez. Iban a hacerlo, iban a asaltar una instalación de los S.T.A.R.S., que se encontraba en medio de una guerra contra demonios. Y todo por rescatar a otro demonio. Aquello no era un problema. El verdadero era S.T.A.R.K., y su unidad. Su pesadilla se iba a convertir en realidad.
El enfrentamiento contra su pasado estaba a punto de comenzar. ¿Quién resultaría vencedor?

Aaron cambió su rostro. Estaba serio. Si iba a enfrentarse a sus propios demonios, iba a necesitar toda su pericia y todo su instinto de supervivencia. Dirigió su mirada hacia el armario donde guardaba su equipación completa. Su traje negro de arriba para abajo, diseñado, como cualquier otro vestido S.T.A.R.S., para sobrevivir y matar. El traje era bastante sencillo, pero se compensaba equipando diferentes accesorios, ya fuesen cinturones, bolsillos en los que guardar la munición, ya fuesen cintas con las que transportar las armas. El chaleco era opcional, pues la tela del traje proporcionaba suficiente protección contra posibles disparos, pero no dejaba de ser un buen complemento para reducir el peligro.

Sin embargo, Wake solo se fijó en un detalle. Su máscara. Un complemento también opcional, que llevaban la mayoría de reclutas o soldados de élite, con diferentes adornos. Se le ocurrió una idea. Como iba a ser la primera vez que se pondría máscara, decidió estrenarla a lo grande. Cogió un bote de pintura blanca (también válido como pintura facial) del kif de pintura de camuflaje y llevó ambas cosas a la mesa. Abrió con cuidado el frasco de pintura blanca y con los dedos lo aplicó a la máscara negra.

Y este fue el resultado:

Aaron Wake, alias Shadow, murió hace mucho tiempo… pero los muertos renacen y él no iba a ser una excepción.

Cargando editor
08/01/2014, 11:53
Sheryl Anderson

Hombres, una única cosa en el cerebro, incapaces de percibir, de intuir... sólo una cosa a la vez. Y Aaron, por supuesto, no se había dado cuenta de que de todas las cosas que podía hacer Sheryl, había elegido acercarse sigilosamente a él, que estaba nerviosa y que su mirada significaba cosas muy profundas. No. "No iba a cambiar de opinión". Grrrrr. Sheryl cambió de una extrema sensibilidad a un estado de profundo cabreo y se forzó a no seguirle y hacer alguna cosa disparatada, ya fuera para darle un beso de tornillo que le quitara la respiración y luego llamarle idiota e irse, ya fuera para darle una bofetada, llamarle idiota y saltarse lo del beso. Seguro que se quedaría plantado con cara de tonto, sin importar cuál de las dos opciones tomara. Pero no.

Sheryl llevaba cierto tiempo madurando, a trancas y barrancas, tal vez, pero haciendo progresos. En esta ocasión simplemente se plantó allí mismo, como si sus pies fueran de plomo, agarró algo, que acertó a ser un trapo de cocina y lo retorció imaginando que era el cuello de Aaron. Exaló aire con fuerza, indignada, y acertó a sentarse en una silla, para no asistir a la discusión en curso. Su cabeza, como no podía ser de otro modo, estaba en otro lugar.

Cargando editor
08/01/2014, 14:58
Michael Saphiro

Michael no sabía dónde se había metido. Aaron acababa de salir por la puerta y el joven abogado tragó saliva. Sólo en la habitación con dos mujeres que en ese momento estaban muy cabreadas con ellos por ser hombres, por el discurso de Aaron. Él no tenía nada que ver pero le culpaban igual.

Ni siquiera protestó en broma cuando Jane le arrebató su taza de café. Simplemente se limitó a buscar otra taza y rellenársela. Para de nuevo sostenerla entre las manos aún sin probar su contenido.

Ahogó un suspiro y se decidió a hablar... a sabiendas de que le podía llover una buena.

- Jane, Sheryl... estáis enfadadas, y puedo entenderlo. Pero no es momento para no estar unidos. Nos jugamos mucho en esto. - las palabras le salían del corazón. Hablaba francamente tal y como él lo pensaba. - Sheryl – dijo intentando llamar la atención de la joven. - Si crees que sería mejor que fueras tú con Aaron en mi lugar... si crees que tu habilidad resultará más útil allí dentro... - Saphiro había meditado sus siguientes palabras, aunque no estaba seguro de si lo suficiente. - te cedo mi puesto. - finalizó. Aunque creyó oportuno explicarse más.

- Sabes que Aaron no cederá. Le importas y no dejará que vayas para protegerte. Pero si crees de verdad que es mejor que vayas tú, ya puedes comenzar a cambiar y parecerte a mí. Yo me esconderé hasta que Aaron y tú os marchéis, y luego ayudaré a Jane, Kate y Dani con los hechizos. - cambió la mirada hacia Jane y le señaló con la mano – Y tú no le digas nada a Aaron o me mataría. - añadió con una sonrisa.

Michael no deseaba poner a sus amigas en peligro pero realmente creía que todos lo estaban por igual. No era cuestión suya decidir quién era el más idóneo para la tarea de acompañar a Aaron y si las chicas estaban más calmadas haciendo un equipo mixto hombre-mujer, pues que así fuera.

Desde luego él lo único que no quería era que luego le reprocharan nada. Si era Sheryl quién iba y estaban todos tan contentos, mejor que mejor.

Cargando editor
08/01/2014, 16:54
Jane Simons

El movimiento de la taza hacia mis labios se detiene a medio camino mientras escucho las palabras de Michael que, por primera vez, parecen sinceras. Estoy gratamente sorprendida por su discurso que es con mucho lo mejor que ha hecho cualquier hombre de esta casa en las últimas horas. Sin embargo, su idea no deja de ser un ofrecimiento muy vago, y no sé hasta qué punto es buena idea. No dudo que Sheryl fuera útil ni mucho menos, pero un Aaron cabreado y preocupado podría ser mucho menos efectivo.

Una leve sonrisa se escapa de mis labios cuando acaba de hablar y me mete en sus asuntos. Con la taza aún en la mano, levanto ambos brazos y los doblo 90 grados hacia arriba con la palma libre abierta en clara señal internacional de inocencia. Me sentía dispuesta a perdonarle por todo lo anterior.

- No me corresponde a mí decir nada al respecto. Sheryl ya es mayorcita para decidir, pero aunque yo no le diga nada, si Aaron llegara a enterarse te mataría. Bueno, probablemente también se mataría a sí mismo intentando proteger a Sheryl más de la cuenta para ser sinceros. Yo no quiero saber nada. - Digo bajando los brazos y esperando a que la rubia de su opinión al respecto.

- Dani tarda, ¿no? - Le pregunto a mi vez a la chica esperando que ella haya tenido más noticias que las mías.

Cargando editor
08/01/2014, 21:05
Sheryl Anderson

Saphiro tenía razón. O sea, estaba en lo cierto. Le mataría a él y tal vez se mataría tratando de protegerme... si no entraba en razón. Pero si se daba cuenta de que había conseguido engañarlo hasta a él, tendría que entrar en razón y dejarse ayudar. ¿No?

Sheryl se levantó de golpe y se quedó mirando fíjamente a Michael, absorbiendo con la mirada cada uno de los detalles que podía ver.

-Vale, voy a intentarlo. Decidme si voy bien... -dijo ella mientras su cuerpo comenzaba a cambiar.

- Tiradas (2)
Cargando editor
17/01/2014, 15:27
- Narrador K -

Sheryl dejó fluir la magia a través de su cuerpo sin cerrar los ojos, analizando poco a poco a Saphiro, fijándose en las facciones de su rostro y los pliegues de expresión. Poco a poco su propio rostro comenzó a moldearse como la arcilla, viéndose desde fuera como un fluido cartilaginoso y espeso que se arrastraba sobre la piel. Sin embargo, el resultado no fue en absoluto comparable al Saphiro original. Si bien Sheryl no tenía ya forma de mujer, al menos de cuello para arriba, distaba mucho de ser un hombre.

Tras mirarse brevemente y suspirar cerrando los ojos, repitió el proceso, a sabiendas de que cuanto más lo intentase, más difícil sería ir aplicando cambios con exactitud. Pese a todo, era una cuestión de tiempo. Por suerte, Kate estaba en paradero desconocido, Dani se había esfumado temporalmente en uno de sus arrebatos y Aaron estaba sumido en uno de sus rituales en el cuarto, preparándose para el fatal desenlace que se avecinaba pronto.

Cuando volvió a abrir los ojos, el rostro de Sheryl tenía la morfología de Saphiro, su cabello se había encogido y moldeado aproximadamente al del abogado, adquiriendo su tonalidad. Sus ojos habían cambiado de color. La frente se había ensanchado y la cara se había hecho más angulosa y masculina, con mentón. Tenía nuez de Adán.

Pero todavía tenía pechos, y necesitaba más. Mucho más. Lo intentó una tercera vez pensando para si que a la tercera iba la vencida. Se escuchó un sonido desgarrador para el cerebro, como un centenar de huesos crujiendo, y un par de segundos después notó cómo la ropa se desclocaba a la altura de la cintura, viniéndole grande. Michael no tenía tanta cadera como Sheryl, que al verse no pudo sino ver cómo la camiseta le colgaba sensiblemente, con unos kilos perdidos a la altura del busto, que ahora tenía pectorales en su lugar.

Jane sólo podía distinguir a Michael de Sheryl por la ropa. Eran físicamente idénticos, como dos gotas de agua, una pareja de clones o el reflejo de un espejo. Y ahora, ¿qué?

- Tiradas (2)