Partida Rol por web

Juegos Nocturnos

Capitulo 1: "Catastrofes Naturales"

Cargando editor
18/03/2009, 14:55
Director

¿Qué demonios está pasando en el mundo?

Los cristales están siendo liberados de uno en uno... 

El Alma de Hades está creciendo...

Los Daimons buscan que resurja su reino...

Y sólo unas pocas personas conocen la verdad... 

Cargando editor
18/03/2009, 15:01
Talon

 CAPITULO 1

Talon se despertó sintiendo su brazo en llamas.

Siseando, sacó la mano de un tirón, fuera de la luz del sol, que entraba a través de la persiana, la cual estaba al otro lado de la cama extremadamente rosa. Se empujó a sí mismo contra el cabezal blanco de mimbre para evitar así un mayor contacto de los rayos mortíferos con su cuerpo.

Sopló aire fresco a través de su mano, pero todavía le ardía y dolía.

¿En dónde diablos estaba?

Por primera vez en siglos, sintió una ola de incertidumbre recorrerlo.

Talon nunca estaba fuera de su elemento. Nunca fuera de control. Su vida entera había sido balance y moderación extremos.

Nunca en su existencia de Dark Hunter se había encontrado inseguro o confundido.

Pero ahora mismo, no tenía idea dónde estaba, la hora del día, o quiénes eran las mujeres que escuchaba al otro lado de las cortinas rosadas.

Entrecerrando los ojos contra la brillante luz solar que perforaba dolorosamente sus ojos, miró alrededor de la excéntrica habitación y se dio cuenta que estaba atrapado entre dos ventanas abiertas. Su corazón martillaba. No había ninguna forma segura de poder salir de la cama. La única dirección en que podía salir era a la izquierda y hacia una esquina en la que había una endeble mesita de luz rosada.

Demonios.

A pesar del fuerte dolor de cabeza, empezó a recordar lo hechos de la noche anterior con abrumadora claridad. La pelea.

Megan…

Aquella cosa grande, no importa qué, estrellándose contra él.

Si bien el cuerpo le dolía y estaba lastimado, sus poderes de Dark Hunter le habían permitido cicatrizar mientras dormía. En unas horas desaparecería hasta la menor dolencia.

Hasta entonces, necesitaba salir de esa trampa mortal de luz solar. Cerrando los ojos, Talon convocó una nube oscura que cubriera el sol así la brillante luz del día no haría estragos a su vista.

Si él quisiera, podía convocar suficientes nubes para convertir el cielo del día en uno tan oscuro como el de la noche. Pero no le serviría de nada. La luz del día aun era la luz del día.

Su exclusivo poder de Dark Hunter le permitía controlar los elementos, el clima y poder cicatrizar rápido, pero no tenía control sobre el dominio de Apolo. Claro u oscuro el día todavía pertenecía a Apolo, y si bien Apolo estaba técnicamente jubilado, el dios griego nunca toleraría que un Dark Hunter caminara en su territorio.

Si Apolo le divisaba afuera o cerca de una ventana durante la luz del día, Talon no sería nada más que una tira de tocino en la acera.

Ser un celta extracrujiente no le atraía en lo más mínimo.

Con sus ojos aun ardiendo, Talon empezó a dejar la cama, y se detuvo. No había nada entre él y las sábanas con aroma a patchoulí y trementina.

Frunció el ceño mientras buscaba en su memoria. No, no era posible. Si él hubiera estado despierto el tiempo suficiente para tener sexo con ella…

Malditas persianas con agujeritos...

 

Cargando editor
18/03/2009, 15:32
Wulf

CAPITULO 1: Hace algún tiempo...

Nessa abrió su abanico mientras otro Daimon iba hacia ella con un cuchillo de caza. Ella atrapó la hoja entre las tablillas y lo arrancó de sus manos, luego usó el cuchillo para apuñalar al Daimon en el pecho.

 

Se desintegró instantáneamente.

 

—Pagarás por eso, perra –gruñó uno de los Daimons mientras acometía contra ella.

 

Varios hombres que estaban en la barra se movieron para ayudarla, pero los Daimons se ocuparon rápidamente de ellos mientras otros clientes se encaminaban hacia la salida.

 

Cuatro Daimons rodearon a Nessa.

 

Se dio vuelta para salir corriendo, sólo para encontrarse con dos Daimons más parados directamente detrás suyo.

 

La colisión de sus cuerpos la distrajo lo suficiente para que uno de los Daimons le pudiera quitar el cuchillo y el abanico de sus manos de un tirón.

 

Puso sus brazos alrededor de Nessa para evitar que se cayera.

 

Alto, rubio y apuesto, el Daimon poseía una extraña aura sexual que atraía a cualquier mujer hacia él. Era esa esencia la que les permitía apresar eficazmente a los humanos.

 

—¿Ibas a algún sitio, princesa? –le preguntó, tomando las muñecas de ella con sus manos y bloqueando la posibilidad de luchar por su arma.

 

Nessa intentó hablar, pero sus oscuros y profundos ojos la tenían completamente cautivada. Ella sintió los poderes llegando hasta su mente, adormeciendo su habilidad para escapar.

 

Los otros se le unieron.

 

Aún así, el que estaba frente a ella mantuvo las manos en sus muñecas, su hipnótica mirada en la de ella.

 

—Bueno, bueno –dijo el más alto, mientras arrastraba un frío dedo por su mejilla—. Cuando vine a alimentarme esta noche, lo último que esperaba era encontrar a nuestra heredera perdida.

 

Ella alejó la cabeza de su toque.

 

—Matarme no va a liberarlos –le dijo—. Es sólo un mito.

 

El que la estaba sosteniendo la dio vuelta para que enfrentara a su líder.

 

El líder Daimon rió.

 

—¿No lo somos todos? Pregúntale a cualquier humano en este bar si los vampiros existen y, ¿qué dirán? –él pasó su lengua por los largos dientes caninos mientras la observaba malvadamente—. Ahora, ven afuera y muere sola, o haremos un banquete con tus amigos.

 

—La castaña es fuerte. Su alma sola debería mantenernos al menos por seis meses. Y en cuanto a la otra…

 

Su mirada se desvió hacia el lugar donde Megan yacía rodeada por humanos que no parecían comprender cómo se había lastimado. No cabían dudas de que los Daimons estaban usando sus poderes para nublar la mente de los humanos alrededor de ellos, para evitar que interfiriesen.

 

—Bueno –continuó, siniestramente—, un pequeño bocado nunca lastimó a nadie.

 

Tomó su brazo al mismo tiempo que el Daimon que la sostenía la dejaba ir.

 

Renuente a ir tranquila hacia su exterminio, Nessa regresó a su estricto e intensivo entrenamiento. Regresó a los brazos del Daimon que estaba detrás de ella y le clavó su tacón en el empeine.

 

Él maldijo.

 

Ella enterró su puño en el estómago del Daimon parado delante suyo, y luego se movió rápidamente entre los otros dos y se encaminó hacia la puerta.

 

Con su velocidad inhumana, el Daimon más alto la bloqueó a mitad de camino. Una cruel sonrisa curvó sus labios mientras la empujaba salvajemente para detenerla.

 

Ella lo pateó, pero él impidió que lo lastimara.

 

—No lo hagas.

 

Su profunda voz era hipnótica y estaba llena de promesas de daño letal si ella lo desobedecía.

Varias personas en el bar se dieron vuelta para observarlos, pero con una sola mirada violenta del Daimon todos desviaron la vista.

 

Nadie la ayudaría.

 

Nadie se atrevía.

 

Pero aún no había terminado… Nessa jamás se rendiría ante ellos.

 

Antes de poder atacar nuevamente, la puerta de entrada del club se abrió con una ráfaga glacial.

 

Como si hubiera detectado algo incluso más peligroso que él mismo, el Daimon giró su cabeza hacia la puerta.

 

Sus ojos se ensancharon con terror.

 

Nessa se dio vuelta para observar qué lo había paralizado y entonces ella tampoco pudo apartar la mirada.

 

El viento y la nieve se arremolinaron en el camino de entrada alrededor de un hombre que medía al menos dos metros.

 

A diferencia de la mayoría de la gente que andaba caminando en un clima de doce grados bajo cero, el recién llegado vestía sólo una larga y delgada chaqueta de cuero negro que se ondulaba con el viento. Tenía un sólido suéter negro, botas de motociclista, y un par de ajustados pantalones de cuero negros que se ceñían a un cuerpo delgado y fuerte que atraía con promesas sexuales y salvajes.

 

Poseía el contoneo confiado y mortal del hombre que sabe que no tiene igual. De un hombre que desafiaba al mundo a hacer el intento y enfrentarlo.

 

Era el paso de un depredador.

 

E hizo que la sangre de Nessa se helara.

 

Si su cabello hubiese sido rubio, ella hubiera creído que era otro Daimon. Pero este hombre era completamente otra cosa.

 

Su cabello azabache largo hasta los hombros, estaba apartado de un rostro perfectamente esculpido que hacía que su corazón se acelerara. Sus ojos negros eran fríos. Acerados. Su cara era resuelta e impasible.

 

Ni bonito, ni femenino, ¡el hombre era semejante Rosquilla Espolvoreada que ni siquiera tendría que compartirla con ella en su cama!

 

Atrayente como un faro, e inconsciente de la multitud del bar, el recién llegado desvió su oscura y mortal mirada de un Daimon al siguiente, hasta que se detuvo en el que estaba al lado de ella.

 

Una sonrisa lenta y diabólica se extendió por su apuesto rostro, dejando ver una mínima insinuación de colmillos.

 

Se encaminó directamente hacia ellos.

 

El Daimon maldijo, y luego la colocó delante de él.

 

Nessa luchó contra su agarre, hasta que él extrajo una pistola de su bolsillo y la sostuvo contra su sien.

 

Gritos y exclamaciones estallaron en el bar mientras la gente corría a refugiarse.

 

Los otros Daimons se movieron hasta pararse a su lado en lo que parecía ser una formación de batalla.

 

El recién llegado rió baja y siniestramente mientras los evaluaba. La luz de sus ojos azabache permitía ver a Nessa cuánto ansiaba él la pelea.

 

Su mirada, en realidad, los aguijoneaba.

 

—Mal modo de tomar un rehén –dijo en una voz profunda y suavemente acentuada que retumbaba como un trueno—. Especialmente cuando saben que, de cualquier manera, voy a matarlos.

 

En ese instante, Nessa supo quién y qué era el recién llegado.

 

Era un Cazador Oscuro –un guerrero inmortal que pasaba la eternidad cazando y ejecutando a los Daimons que se alimentaban de almas humanas. Eran los defensores de la humanidad y la personificación de Satán para la gente de Nessa.

 

Pero el hombre parado frente a ella no era un invento de su imaginación. Era real, y se veía tan devastador como en las historias que había escuchado.

 

—Fuera de mi camino, Cazador Oscuro –dijo el Daimon que la tenía agarrada—, o la mataré.

 

Aparentemente divertido por la amenaza, el Cazador Oscuro negó con la cabeza, como un padre regañando a un niño enojado.

 

—Sabes, deberías haberte quedado en tu refugio un día más. Esta es noche de Buffy, y además es un capítulo de estreno. –El Cazador Oscuro hizo una pausa para suspirar irritado—. ¿Tienes alguna idea de cuánto me enfurece tener que venir aquí, con el frío que hace, a asesinarte, cuando podría estar calentito en casa, mirando a Sarah Michelle Gellar golpear traseros vistiendo un top con la espalda descubierta?

 

Los brazos del Daimon temblaron al apretar más fuertemente a Nessa.

 

—¡Atrápenlo!

 

Los Daimons atacaron a la vez. El Cazador Oscuro agarró al primero por la garganta. En un movimiento fluido, levantó al Daimon y lo golpeó contra la pared, donde lo sostuvo en un apretado puño.

 

El Daimon lanzó un quejido.

 

—¿Qué eres, un bebé? –preguntó el Cazador Oscuro—. Dios, si vas a matar humanos, lo mínimo que podrías hacer es aprender a morir con un poco de dignidad.

 

Un segundo Daimon saltó hacia su espalda. Mientras el Cazador Oscuro giraba la parte inferior de su cuerpo, un largo cuchillo de mal aspecto salió del talón de su bota. Él clavó la hoja en el centro del pecho del Daimon.

 

Instantáneamente, el Daimon se convirtió en polvo.

 

El Daimon que el Cazador Oscuro sostenía dejó ver sus largos dientes caninos mientras intentaba morderlo y patearlo. El Cazador Oscuro lo tiró a los brazos del tercer Daimon.

 

Ellos tropezaron hacia atrás y cayeron hechos un montón en el piso.

 

El Cazador Oscuro sacudió la cabeza al mirar a los dos Daimons que se golpeaban entre sí, intentando ponerse de pie.

Otros más lo atacaron, y los atravesó con una facilidad tan terrorífica como mórbidamente hermosa.

 

—Vamos, ¿dónde aprendieron a pelear? – Preguntó mientras mataba a otros dos—. ¿En la Escuela de Buenos Modales para Señoritas? – Se mofó desdeñosamente de los Daimons—. Mi hermanita menor podía golpear más fuerte que ustedes cuando tenía tres años. Diablos, si van a convertirse en Daimons, lo menos que pueden hacer es tomar un par de lecciones de lucha para hacer mi aburrido trabajo más interesante. –Suspiró fatigosamente y miró hacia el techo—. ¿Dónde están los Daimons Spathi cuando uno los necesita?

 

Mientras el Cazador Oscuro estaba distraído, el Daimon que sostenía a Nessa apartó el arma de su sien y le dio cuatro disparos.

 

El Cazador Oscuro giró muy lentamente hacia ellos.

 

Con la furia descendiendo sobre su rostro, miró al Daimon que le había disparado.

 

—¿No tienes honor? ¿No tienes decencia? ¿Ni siquiera un maldito cerebro? No me matas con balas. Sólo me enfureces. –Miró hacia abajo, a las sangrantes heridas en su costado, y luego corrió a un costado su chaqueta, por lo que la luz brillaba a través de los agujeros en el cuero. Maldijo de nuevo—. Y acabas de arruinar mi maldita chaqueta favorita. —El Cazador Oscuro le gruñó al Daimon—. Por eso, vas a morir.

 

Antes de que Nessa pudiera moverse, el Cazador Oscuro estiró su mano hacia ellos. Una cuerda negra y fina salió expulsada y se envolvió sola alrededor de la muñeca del Daimon.

Más rápido de lo que ella podía parpadear, el Cazador Oscuro cerró la distancia entre ellos, tiró de la muñeca del Daimon y retorció su antebrazo.

 

Ella se apartó a tropezones del Daimon y se apretó contra la destrozada máquina de discos, fuera de su camino.

 

Con una mano aún en el brazo del Daimon, el Cazador Oscuro lo agarró de la garganta y lo elevó del piso. Con un elegante arco, lanzó al Daimon sobre una mesa. Los vidrios se quebraron bajo el peso de la espalda del Daimon. El revólver golpeó el suelo de madera con un frío y metálico ruido sordo.

 

—¿Tu madre nunca te dijo que el único modo de matarnos es cortándonos en pedacitos? –preguntó el Cazador Oscuro—. Deberías haber traído una cortadora de madera en lugar de un arma. –Observó al Daimon, que luchaba desesperadamente para soltarse—. Ahora, liberemos a todas las almas humanas que has robado.

 

El Cazador Oscuro sacó una navaja de adentro de su bota, la giró para abrirla, y la hundió en el pecho del Daimon.

 

Este se descompuso al instante, dejando nada detrás.

 

Los dos últimos corrieron hacia la puerta.

 

No llegaron muy lejos antes de que el Cazador Oscuro extrajera un set de cuchillos para lanzar de debajo de su chaqueta y los enviara volando con mortal precisión hacia las espaldas de los asesinos que huían. Los Daimons explotaron, y sus cuchillos golpearon el suelo siniestramente.

 

Con una calma increíblemente deliberada, el Cazador Oscuro se encaminó hacia la salida. Se detuvo sólo lo suficiente como para recuperar sus cuchillos del suelo.

 

Y entonces se fue tan rápida y silenciosamente como había llegado.

 

Ella apenas escuchaba las voces que golpeaban sus oídos con tanta rapidez, y tan mezcladas que no podía definir quién preguntaba qué. La mente de Nessa aún estaba con el Cazador Oscuro que había venido en su rescate. ¿Por qué se había molestado en salvarla?

 

Tenía que saber más de él…

 

Antes de cambiar de parecer, Nessa corrió tras él, buscando a un hombre que no debería ser real.

 

Afuera, estruendosas sirenas llenaban el aire y se volvían cada vez más fuertes. Alguien en el bar debía haber llamado a la policía.

 

El Cazador Oscuro iba a mitad de cuadra cuando ella lo alcanzó y lo obligó a detenerse.

 

Con el rostro impasible, la observó con esos profundos y oscuros ojos. Ojos tan negros que Nessa no podía detectar las pupilas. El viento revolvió su cabello alrededor de sus rasgos cincelados y el vapor de su aliento se mezcló con el de ella.

 

Estaba helando, pero su presencia la animaba tanto que ni siquiera lo sentía.

 

—¿Qué vas a hacer respecto a la policía? –le preguntó—. Estarán buscándote.

 

Una amarga sonrisa estiró las esquinas de sus labios.

 

—Dentro de cinco minutos ningún humano que estuviera en ese bar va a recordar haberme visto.

 

Sus palabras la sorprendieron. ¿Eso sucedía con todos los Cazadores Oscuros?

 

—¿Yo también voy a olvidar? –Él asintió—. En ese caso, gracias por salvar mi vida.

 

Wulf vaciló. Era la primera vez que alguien le agradecía por ser un Cazador Oscuro.

 

Observó fijamente la abundancia de apretados rizos dorado—rojizos que caían sin orden en forma de cascada alrededor de su rostro ovalado. Llevaba su largo pelo trenzado en la espalda. Y sus ojos castaño verdosos estaban llenos de una brillante vitalidad y calidez.

Aunque no era una gran belleza, sus rasgos tenían un tranquilo encanto que era atractivo, tentador.

 

Contra su voluntad, él alargó la mano hasta tocar su mandíbula, justo debajo de la oreja. Más suave que el terciopelo, su delicada piel calentó los fríos dedos.

 

Hacía tanto tiempo desde la última vez que había tocado a una mujer.

 

Tanto tiempo desde que había saboreado a una por última vez.

 

Antes de poder detenerse a sí mismo, se inclinó y capturó esos labios separados con los propios.

 

Wulf gruñó ante su sabor y su cuerpo despertó a la vida. Jamás había probado algo más dulce que la dulzura de su boca. Nunca había olido algo más embriagador que su carne limpia y con aroma a rosas.

 

La lengua de Nessa danzó con la suya mientras sus manos se aferraban a los hombros de él, apretándolo más contra ella. Él se tensó y endureció al pensar qué tan suave sería su cuerpo en otros sitios.

 

Y en ese momento, él la deseó con una urgencia que lo asombró. Era una necesidad desesperada que no había sentido en un largo, largo tiempo.

Los sentidos de Nessa se alborotaron al inesperado contacto de sus labios contra los de ella. Jamás había conocido algo parecido al poder y hambre de su beso.

 

El débil aroma a sándalo se aferraba a su carne, y él sabía a cerveza y a una salvaje e indomable masculinidad.

 

Bárbaro.

 

Era la única palabra para describirlo.

 

Sus brazos se flexionaron alrededor de ella mientras saqueaba su boca con maestría.

 

No sólo era letal para los Daimons. Era letal para los sentidos de una mujer. El corazón de Nessa martilleó mientras su cuerpo entero ardía, deseando una frenética prueba de su fuerza dentro de ella.

 

Lo besó desesperadamente.

 

Él tomó su rostro entre las manos mientras le mordisqueaba los labios con sus dientes. Sus colmillos. De repente, profundizó el beso mientras pasaba las manos por su espalda, acercándola más a esas largas y masculinas caderas para que pudiera sentir cuán duro y preparado estaba para ella.

 

Ella lo sintió completamente por todo su ser. Cada hormona en su cuerpo chisporroteó.

 

Lo deseaba con una ferocidad que la aterraba. Ni una sola vez en su vida había sentido un deseo tan caliente y doloroso, y menos aún por un extraño.

 

Debería estar apartándolo a empujones.

 

En lugar de eso, Nessa envolvió sus brazos alrededor de los hombros anchos y duros como piedra y lo sostuvo con fuerza. Era todo lo que podía hacer para no bajar la mano, desabrochar esos pantalones, y guiarlo directamente a esa parte suya que latía con una exigente necesidad.

 

Una parte de ella ni siquiera le importaba que estuvieran en la calle. Lo quería allí mismo. Ahora mismo. Sin importar quién o qué los veía. Era una parte ajena a ella, que la asustaba.

 

Wulf luchó contra la urgencia dentro suyo que le exigía que la acorralara contra la pared de ladrillos que tenían a un lado y la hiciera enroscar esas largas y bien formadas piernas alrededor de su cintura. Empujar su pecaminosamente corta falda por encima de sus caderas y enterrarse profundamente dentro de su cuerpo hasta que ella gritara su nombre con una dulce liberación.

 

Santos dioses, cómo sufría por poseerla.

 

Si tan sólo pudiera…

 

De mala gana, se apartó de su abrazo. Pasó su pulgar por los hinchados labios de Nessa y se preguntó cómo la sentiría retorciéndose debajo suyo.

 

Peor aún, sabía que podía tenerla. Había saboreado su deseo por completo. Pero una vez que hubiese terminado con ella, Nessa no lo recordaría.

 

No recordaría su tacto. Su beso.

 

Su nombre…

 

Su cuerpo sólo calmaría al de él por unos pocos minutos.

 

No haría nada por aliviar la soledad de su corazón, que anhelaba que alguien lo recordara.

 

—Adiós, mi dulzura –susurró, tocándola ligeramente en la mejilla antes de darse vuelta.

 

Él recordaría su beso para siempre.

 

Ella no se acordaría de nada…

 

Nessa no podía moverse mientras el Cazador Oscuro se alejaba de ella.

 

Para el momento en que había desaparecido en la noche, ella había olvidado por completo que él existía.

 

—¿Cómo llegué aquí afuera? –se preguntó mientras se envolvía con los brazos para desterrar el cortante frío.

 

Con los dientes rechinando, corrió de regreso al bar.

Donde todo parecía normal...

 

 

 

Cargando editor
18/03/2009, 16:06
Nessa Cullen

Nessa se revuelve en la cama de Megan. No, no era su cama... pero la conocía como si fuera propia. Abre los ojos poco a poco, adaptándose despacio a la poca luz que dejaban pasar las persianas. Da media vuelta y se queda bocarriba en la cama, con una muñeca apoyada en la frente y totalmente estirada. Se queda unos minutos así, con los ojos abiertos mirando al techo. Pensando... aclarando ideas. Tarda un par de minutos en descubrir qué era esa sensación que oprimia su pecho desde que despertó.

¿Cómo iba a ayudarlos ella? Se había acostado con la esperanza de tener alguna de sus visiones durante la noche... pero no había sido así. Tenía que entrenar. Tenía que mejorar. Sí quería ayudarlos... debía mejorar sus poderes. Pero los libros de su madre ya no le servían. Se los sabía de memoria. Pero su madre no llegó a perfeccionar sus poderes de ese modo... se dedicó a las plantas y a las pociones. Ella... necesitaba mucho más potencia con su telekinesis. Y necesitaba mucho más control sobre su videncia. Si tan solo pudiera tener algúna imagen de dónde podrían estar los cristales... Pero... ni siquiera sabía distinguir entre una visión pasada, una presente y una futura. ¿Cómo podría entrenar eso? Quizá alguno de ellos supiera cómo...

Escucha como Megan se revuelve también entre las sábanas. La mira, girando solo la cabeza y sonríe. Entonces recuerda cómo solían despertarse la una a la otra cuando dormían juntas de pequeñas. Había pasado tiempo desde la última vez que lo hizo y no estaba segura de la reacción de Megan, pero...

Se sienta en la cama, tira las mantas al suelo, al lado de la cama de donde duerme Megan, y pone las manos en la cintura de su amiga. Respira hondo... ¡Buenos... y se ayuda de su débil telekinesia para empujarla y tirarla al suelo sin que llegue a hacerse daño, estallando en carcajadas.

...días! ¡Dormilona!

Cargando editor
18/03/2009, 17:25
Megan Hewitt

Se había despertado varias veces aquella noche, pensando en los cristales, en todas las catásfrofes naturales y... en Talon, que dormía al otro lado de una de aquellas paredes. Pero gracias al cansancio volvía a dormirse enseguida, hasta que se volvía a despertar... seguramente tendría que ver que aún no se había acostumbrado a dormir por el día y estar despierta toda la noche.

Pero quería dormri toda la mañana, se estaba tan bien en la ca...

¡¡¡Ay!!!

Suelta un grito al notar que vuela un par de microsegundos y que luego, sin dolor, va a parar a las frías baldosas del suelo. Lo siguiente son las carcajadas de Nessa... Megan se la queda mirando, levantándose lentamente del suelo, con parsimonia...

Con que estas tenemos, ¿eh? - cogiendo en un movimiento rápido y... dándole en toda la cara, con suavidad, a Nessa. - Lenta, como siempre. - añade, volviéndola a golpear con la almohada y subiéndose a la cama de pie.

Ya se le habían pasado las ganas de dormir más.

Cargando editor
18/03/2009, 17:52
Director

Son las cinco de la tarde...

No habéis podido dormir todo el día, pero casi.

Vuestros cuerpos no están acostumbrados a dormir tanto y menos de día, pero parece que a partir de ahora, ese será vuestro ritmo de vida, por lo menos mientras estén junto con los Hunters.

El sol traspasa las persianas y las cortinas, llenando de claridad el cuarto, y en la casa reina el silencio.

Los Hunters siguen durmiendo.

 

Cargando editor
18/03/2009, 21:46
Nessa Cullen

Nessa se echa a reir de nuevo por el ataque de Megan mientras coge su almohada para defenderse de los ataques de su amiga.

Lenta pero te he tirado... jajajajajaja Hasta que mira el reloj. Se para de repente, recibiendo un nuevo golpe de Megan. Con todo el jaleo de la noche pasada ni se había percatado de que dormiría de día... y también de que... faltaría al trabajo.

¡Mierda! Coge su móvil. Ni una sola perdida. Con suerte la jefa ni se habría enterado. Aunque... con el ritmo que iba a coger su vida ahora... sería mejor si dejaba de trabajar un tiempo. No podía vivir de noche y trabajar de día.

Levanta la mirada hacia Megan.

Tengo que... llamar a la jefa. Le diré que necesito unos días libres... que... Se encoge de hombros. Que necesito... no sé, algo se me ocurrirá.

Traga saliva y marca el número de teléfono de su jefa.

¿Janisse? Usa un tono de voz débil mientras habla, mirando de reojo a Megan.

Cargando editor
18/03/2009, 22:59
Megan Hewitt

Mira como Nessa salta de la cama a por el móbil. - Por eso yo ya dejé la uni ayer. - respondió con una sonrisa, saltando también de la cama.

Voy a molestar a Talon, se me ha ocurrido una... idea.

Pone cara de mala malísima de película y sale de la habitación de puntillas... al llegar a la habitación del cazador, empieza a abrirla muy despacio... intentando hacer el menor ruido posible, la cierra con el mismo silencio para que no pase demasiada claridad... y se dirige a la cama, sin tocarlo ni decirle nada, de hecho, casi ni respira, solo se asegura que esté durmiendo.

Cargando editor
18/03/2009, 23:13
Director

Mientras Janisse habla con Nessa, diciéndole que sí, que no pasa nada, que se tome unos días, ( Ella sabe lo del padre de Megan y sabe que sois muy amigas) Megan se dirige sigilosamente hacia la habitación de Talon y entra a ella sin que el Hunter se despierte. ( Todavía es de día, es normal)

Las dos escucháis todavía los ronquidos de Wulf en el sótano, pero ya os habéis acostumbrado.

Todo parece tranquilo en la casa de Megan...

Demasiado tranquilo.

 

Cargando editor
18/03/2009, 23:31
Megan Hewitt
Sólo para el director

Megan se pone al lado contrario de hacia donde esté mirando Talon, y se agacha levemente, hasta su oreja... se coge un mechón de pelo y empieza a acariciar con él el cuello y la nuca del cazador, así como detrás de la oreja. Cuando ve que se mueve un poco es cuando se agacha un poco más para hablarle al oído.

Acabo de llegar de fiesta... y me lo he pasado bomba... he conocido a un chico, ¿sabes...? Y... tiene un torso mucho más musculado y es mucho más sexy que tú... y además besa mucho... mucho... mucho, mejor... pero tú sigue durmiendo... mientras yo me ducho y me preparo para salir otra vez de aquí una hora y media...

A Megan siempre le había molado ver como reaccionaba la gente recién despertada, era raro que pudieran mentir... ya que su cerebro aún no estaba despierto para pensar.

Cargando editor
18/03/2009, 23:30
Nessa Cullen

Nessa se estira después de colgar el teléfono y sale de la habitación, riendo por lo bajo pensando en lo que Megan estaría haciendo a Talon. Un pensamiento lleva a otro y... termina por ruborizarse. No, mejor no pensar en ellos ahora.

Llega hasta la cocina, descalza y aún con el pijama puesto. Saca el zumo de la nevera y se sirve un vaso, tomándoselo poco a poco apoyada en la encimera de la cocina. Había conseguido unos dias libres. Tendría que pensar en qué hacer hasta que empezaran a planear algo esta noche.

Mira de reojo al sótano, frustrada por los ronquidos de Wulf. ¿En serio podía dormir con tanto ruido? Niega con la cabeza y da otro trago al vaso.

Luego me vestiré, iré a buscar el coche y conduciré hasta casa. Me pegaré una ducha y llenaré una maleta de ropa limpia. Supongo que tendré que quedarme por aquí unos días. Además, así de paso veo a Sean y me aseguro de que esté comiendo bien. Podría dejarle preparado algo de estofado para estos dias...

Y luego... luego hablaría con el chucho. Necesitaba alguien que le dijera cómo podía mejorar sus habilidades. ¿Porqué no empezar ahora?

Mira el vaso que tiene entre las manos y concentra toda su energía en el zumo que todavía queda. Intenta hacerlo levitar y salir del vaso... nunca antes había movido algo no sólido con la mente. Este era tan buen momento como cualquier otro para intentarlo, ¿no?

 

Cargando editor
18/03/2009, 23:46
Director

Te concentras y el zumo comienza a moverse lentamente, primero a burbujear, después, parece elevarse lentamente del vaso...

Poco a poco, algunas esferas de zumo comienzan a elevarse en el aire... muy despacio...

Pero los ronquidos de Wulf son ahora más fuerte...

Y eso te desconcentra...

Y el poco zumo que tenías elevado a base de concentración, se cae al piso de la cocina haciendo una pequeña mancha en el suelo...

Cargando editor
18/03/2009, 23:52
Talon

Talon se revuelve un poco en la cama, mientras tu le hablas al oído...

Después de un rato, parece intranquilo y se gira por completo, dejando que la sábana se escurra por su cuerpo, mostrando tu torso completamente desnudo...

Bajas la vista y te das cuenta que no solo tiene el torso desnudo... sino que no tiene nada de ropa encima...

Megan. Susurra.

Cargando editor
18/03/2009, 23:53
Nessa Cullen
Sólo para el director

Nessa frunce el ceño mientras deja el vaso con un golpe seco en la encimera y coge una balleta húmeda para limpiar el suelo.

Maldito chucho-apestoso-sarnoso-escandaloso...

Limpia el zumo del suelo y toda ofendida termina el poco contenido del líquido que había en el vaso de un trago y lo deja en la pica. Empieza a dirigirse hacia la habitación de Megan de nuevo, pisando todo lo fuerte que puede para molestar al máximo al lirón que hay en el sótano, aunque va descalza.

Ni siquiera cuando duerme puede dejar de molestar... mierda de chucho...

Sigue murmurando mientras llega a la habitación de Megan y empieza a cambiarse, poniéndose la misma ropa de ayer y dejando el pijama bien doblado bajo la almohada.

Cargando editor
19/03/2009, 00:02
Megan Hewitt
Sólo para el director

Se sonroja al escuchar que Talon susurra su nombre... pero sonríe divertida y niega levemente con la cabeza.

¿Por qué te di ayer ropa si te desnudas y duermes en bolas? - lentamente desliza las manos hasta el borde de las sábanas, le encantaría acariciar aquel torso... y no solo acariciarlo, besarlo, lamerlo... niega con la cabeza y sube las sábanas hasta su cuello. - Vas a coger frío.

Le gustaría irse, ir a la cocina y tomarse un vaso de zumo... pero... algo hace que se quede allí de pie, observando como duerme Talon, observando aquel rostro perfecto.

Cargando editor
19/03/2009, 00:46
Director

Talon sigue durmiendo como si nada ni nadie lo molestase.

Todavía se revuelve en sueños... como presintiendo tu presencia...

Lentamente, ves como las sábanas comienzan a elevarse en algún punto de su anatomía...

¿Qué demonios estará soñando?

¿Que demonios...?

¿Es que la sábana va a seguir subiendo?

Madre mía...

Cargando editor
19/03/2009, 00:49
Nessa Cullen
Sólo para el director

Una vez se ha vestido, baja de nuevo a la cocina, dejando una nota para Megan.

 

Nota :

Voy a casa a por provisiones. Vuelvo en un rato. Me llevo a Hunter.

Nessa

Al pasar por la habitación que está encima del sótano y escuchar los ronquidos de Wulf, pega un par de saltos, ya con las zapatillas puestas, para molestar, más que nada, aunque los ronquidos no se apagan, así que mucho no debe haber molestado.

Sale por la puerta del jardín, rodea el jardín y pasa por delante de la puerta principal para saludar a Hunter y desatar su correa para llevarlo con ella de paseo. Tenían que ir a por su coche.

Hoooooola perrito bonito... Le acaricia la cabeza y luego debajo de la barbilla. ¿Vamos a dar un paseo?

Estremeciéndose en su abrigo por el cambio de temperatura al salir al exterior, empieza a caminar hacia la tienda. Su coche debería seguir aparcado delante de ella.

Mientras lo hace va corriendo y jugando con Hunter de vez en cuando para olvidarse del aire fresco de la mañana.

Al llegar delante de su coche, saca las llaves, que seguían en el bolsillo de su abrigo, y mete al perro en los asientos de atrás.

Muy bien. Ahora, "sienta". Pronuncia con tono de voz seguro y señalando al perro con un dedo. Cuando el perro ha obedecido y se ha sentado, vuelve a acariciarle detrás de las orejas y le da un sonoro beso en la cabeza. Buen chico...

Se sienta al volante y empieza a conducir hacia su casa. Despacio y cambiando la emisora de vez en cuando para escuchar música de su agrado. A los pocos minutos está ya en casa. Suelta a Hunter en el bar, vacío, donde otras veces ya ha estado y pasa a la trastienda para ver a Sean.

¿Sean? Vengo a buscar unas cosas... pasaré unos dias en casa de Megan, con Talon y el chuch... Wulf. Sí. Con Talon y Wulf. Te dejo algo de comida para estos dias y si necesitas algo... llámame.

Después de mantener una corta conversación con él sobre su trabajo, los encargos que tiene por hacer y sus nuevos inventos e ideas, que Nessa escuchaba maravillada, entra a la cocina y prepara alguna cosa para que su abuelo tenga para comer. Deja una nota en la cocina para él, recordándole que cuando todo esté frío, lo puede meter en la nevera para conservarlo.

También coge algunas de las sobras de otros dias para dárselas a Hunter, que no había desayunado aquella mañana. Mientras el perro come, ella sube al piso de arriba a por algo de ropa. No mira mucho la ropa que mete en la mochila, simplemente lo que más suele llevar a diario y algún vestido más de arreglar "por si acaso". También mete unas botas planas, unas de tacón y unos zapatos. Por mucho que quisiera, su figura no era como la de Megan, y no podía lucir sus trapitos tan bien como ella, así que era mejor que se llevara los suyos propios. Nunca se sabe.

Al rato vuelve a bajar las escaleras y tras despedirse de Sean desde la puerta de la trastienda, coge de nuevo la correa de Hunter para meterlo al coche junto a su mochila. Arranca el coche en dirección a casa de Megan una vez más, tarareando la canción que suena en la radio en ese momento.

 

Cargando editor
19/03/2009, 08:38
Megan Hewitt
Sólo para el director

o.0 ...

Está empezando a pensar que Talon es un cerdo y un pervertido... pero no puede apartar la mirada de aquel punto, de aquel punto en el que se va elevando la manta.

Y había dicho su nombre... ¿no sería que estaba soñando con ella? Vuelve a mirar aquel punto, su cara, aquel punto... y finalmente suelta una carcajada, aunque está roja como un tomate.

Si fuera una chica normal y corriente, seguramente se habría largado de allí ante la... "perversión" de Talon, asustada. Sin embargo, siempre le han dicho a Megan que no era una chica normal y corriente... por eso se vuelve a agachar hasta la oreja de Talon.

¿En qué estas pensando, guarrete...? ¿No estarás pensando en que tienes a Megan bajo tu cuerpo, desnuda, gritando, jadeando y gimiendo por todo lo que le estás haciendo...?

Cargando editor
19/03/2009, 11:08
Talon

Talon no parece despertar... sigue dando vueltas en la cama de un lado a otro, esta vez, con un poco más de dificultad debido a "eso" que ya ha dejado de crecer... ( menos mal )

Continúas susurrando en su oído, pero esta vez, te parece que no ha dado resultado.

El rubio se gira hacia un lado, y allí se queda, quieto, casi sin moverse...

En ese momento, sientes como alguien habla con tu perro... es Nessa... y como lentamente abre la puerta del jardín y entra a la casa.

Cargando editor
19/03/2009, 11:11
Director

Justo cuando la canción está terminando, aparcas el coche en la casa de Megan.

Te bajas de él y recuerdas que tu amiga prefiere que entréis por el jardín, por lo que eso es lo que haces.

Entras a la casa y no ves a nadie... pero aún escuchas los ronquidos de Wulf...

El sol está comenzando a ocultarse tras el horizonte... seguramente no tardará mucho en despertarse.