Partida Rol por web

Un Hunter... un Hunter... ¿me estás comparando con estos dos apestosos? Esta bien que seamos parecidos físicamente... ¿pero un Hunter? Te dice John mientras se sonríe.

No, querida, no. Ellos son Hunters... yo... hum... como explicarlo... digamos que soy la reencarnación de un Dios Celta. El Dios de la Noche... y además, tiro rayos por los ojos.

También soy el hermano de Talon, pero eso es otra historia. Y hablando de eso... ¿dónde está la bella guardiana? ¡GUARDIANA! ¡Ven aquí! Talon no se moverá de aquí si yo no se lo permito.

¿Un dios? Ya era lo que faltaba. Sabía de su existencia, pero nunca había pensado que quizá se cruzaría con uno de ellos. Lo mira con la boca ligeramente abierta, desde el suelo... y luego la cierra, tragando saliva sin separar su mirada de admiración de él. Aunque... nadie llamaba apestoso a Wulf si no era ello. Eso le había hecho perder muchos puntos al Musculitos-tira-rayos.

Vale... él podía lanzar rayos. Wulf podía borrar la memoria... ¿Podría hacer algo más el hunter? Tendría que preguntárselo luego. Además de pedirle ayuda para entrenar sus habilidades sin ronquidos de por medio.

Am... perdónadme... Se dirige sólo a John. Pero ¿cómo debía dirigirse a un dios? ¿Quedaría muy cursi hablarle así? Mejor quedar cursi que frita por un rayo. No había más discusión. Supongo que vuestra visita debe ser importante... ¿podríamos conocer los motivos de ella?

Megan regresa del baño con expresión de mala leche, mira a Talon un momento... - calzonazos - susurra al pasar por su lado... y muy lejos de la educación o intento de educación de Nessa, se cruza de hombros y mira a John cansada.

Eso, ¿qué pasa?

¿El motivo de mi visita? Pues... Dice la encarnación del Dios mientras mira a Talon y a Wulf.

Me he enterado que estaban soltando pedacitos del alma de mi primo al aire y venía a ver como llevaváis la cosa. Por lo que veo, todavía no os habéis puesto a buscar nada a nadie, pero no pasa nada, en menos de un mes estaremos todos muertos... bueno, yo no, pero vosotros... sí.

Después, John las mira a vosotras dos, para mirar otra vez a Talon y a Wulf.

¿No se han iniciado, no? Vale... lo sabía.

Ahora las mira fijamente a ambas.

Necesitáis iniciaros.

Mira a John.

Sí, iniciarnos... ¿y cómo se hace? - se encoge de hombros, ella está dispuesta a hacerlo... aunque apenas conozca nada de su mundo...

Aparte de Dioses que meten por el culo rayos y de cazadores nocturnos que tienen todos musculitos y son unos chulos de aúpa... no sabe mucho más. Bueno, que no pueden estar a la luz del día, y que no beben sangre.

¿Iniciarnos? ¿Es necesario?

Perdón, pero... ¿qué significa exactamente "iniciarnos"? Había decidido ayudar. Todavía no sabía como, pero había decidido ayudar. Pero era necesario... ¿iniciarlas? Si eso significaba que tendrían que dedicarse a ello toda la vida, era para pensárselo un poco más, ¿no?

John sonríe.

Después aplaude con sus manos una vez... y una copa de oro, fuertemente ornamentada con piedras preciosas en todos lados aparece sobre la mesilla que se encuentra entre los sofás.

A su lado, podéis ver un excelente puñal, también ornamentado con muchas piedras preciosas y su filo, brilla a la luz de las lámparas del salón.

John se acerca al cuchillo y comienza a entonar una canción extraña, en un idioma que no alcanzáis a comprender.

Una vez termina el cántico, le pasa el puñal a Nessa, sin dejar de sonreir, mientras coje la copa con ambas manos.

¿Porqué tenían que ser todos tan chulos y vacilones? ¿Es que no había tios normales en ese mundo? Ella sólo había pedido una explicación...

Nessa carraspea un poco, cogiendo el puñal por el mango con una mano y la hoja con la otra.

A ver... creo que no me ha oído. Supongo que esta "iniciación" es suficientemente importante como para que sepamos qué consecuencias tendrá sobre nosotras mismas... ¿no? Y... ¿que tenemos que hacer con esto?

Vaya, que no era como hacer una promesa... La falta de explicaciones por parte de John estaba llevando a Nessa a pensar que el dios, o la reencarnación, o lo que fuera, no se lo estaba tomando en serio.

Joder. ¿Por qué todos piden explicaciones? El ritual es sencillo, te cortas la mano, tiras unas gotas de sangre aquí en esta copa, después lo hace ella, Wulf y Talon y por último, lo hago yo. Después bebemos todos, unas palabras, pases mágicos y ¡wala! ¡iniciadas! Dice John gesticulando mucho con las manos.

¿No es tan dificil, no?

Nessa enarca una ceja. Si John no hubiera sido la reencarnación del Dios, le habría dicho unas palabras bien dichas. Pero no quería acabar con alguno de sus rayos dentro de su cuerpo. Ni dentro ni a un par de metros a la redonda.

Am... sí, bueno... Pero no me refería a eso. Me refiero a que... ¿qué pasará con nosotras una vez iniciadas? ¿Porqué es necesario hacerlo?

Para hacer lo que tenían que hacer, bien podían hacerlo tal como estaban, ¿no? Bueno... no. Al menos ella tendría que entrenar un poco, pero...

Se queda mirando a John, y escucha sus palabras. Y aunque también escucha las de Nessa... o le da exactamente igual o hace ver que no la escucha.

Se dirige a la cocina, coge un cuchillo y vuelve con los demás. Los mira a todos a los ojos, y sin más, y con una mueca se pone la hoja afilada a la palma de la mano para pasearla suavemente... la sangre empieza a brotar, no ha sido un corte profundo, pero suficiente.

Eso duele, ¿eh? ¿Dónde la dejo? - pregunta alzando la mano mientras la sangre se desliza.

Claro que duele animalica. Dice negando con la cabeza mientras observa a los demás, como niegan también.

Por que no usas el cuchillo que te he dado. Dios mío.

John se acerca a Megan y cogiéndola de la muñeca alza su mano al cielo y dice unas palabras.

Lentamente, la sangre que chorreaba por su brazo parece volver dentro de la herida, para después, cerrarse por completo y quedar tal cual estaba antes.

Después, mira a Nessa para responderle su pregunta.

Después pasaréis a ser iniciadas y ya. En realidad es un ritual que se viene haciendo desde hace milenios, a mi en particular, me parece una chorrada, pero a mi padre y a mi madre no. Si me preguntas que cambiará tu vida después de esto... pues... en muy poco. Sólo que al ser iniciadas, ellos podrán usar sus poderes delante de vosotras sin tener que borrarles la memoria después. Una de las principales reglas de los Hunter es que no pueden usar sus poderes delante de la gente que no está iniciada, como por ejemplo... Ahora mira mal a Wulf. Convertirse en perro.

Observa maravillada como se cierra la herida, con un suave cosquilleo.

¡Eh! ¡Eso mola! ¿Puedes hacer lo mismo con los huesos rotos? ¿O con esguinzes? - pues probablemente podría beneficiarse de ello más tarde, o en un futuro. Aunque de repente parece caer en algo y se aleja dos metros de John, clavándole una mirada fulminante.

Mira a Wulf cuando John lo mira, y Megan se encoge de hombros. - Es verdad, no hacía falta que se convirtiera en perro para saber que ya lo era... - y sonríe angelicalmente.

¿Y por una cuestión de simple burocrácia tenían que rajarse la mano? Pues vaya... Corta inmediatamente el hilo de sus pensamientos para no "pensar de más", como su abuelo le había explicado más de una vez.

Mira a Megan y frunce el ceño al ver como se corta la mano... incluso entrecierra los ojos, sabiendo que eso debía doler. Sigue la mirada de John a Wulf y finalmente se encoge de hombros, suspirando. Ahora entendía porqué había tenido que borrar su memoria aquella vez, pero... aquello era de locos. Parecían una secta.

Toma la daga por su mango más firmemente y coloca la hoja en la palma de su otra mano. Respira hondo un par de veces, con los ojos cerrados y luego hace fuerza con ella sobre su piel. Un hilo de sangre empieza a resbalar desde su mano hasta la copa.

John pone la copa debajo de la mano de Nessa, mientras le coge el cuchillo con la mano y se lo pasa a Megan.

Después, coge la mano de Nessa y la presiona un poco, haciendo que la sangre caiga dentro de la copa. Unos segundos mas tarde, la mano de Nessa se cura como por arte de magia.

Nessa no ha sentido nada de dolor por el corte, que ha sido limpio y certero...

Ahora... le toca a Megan, esta vez, con el cuchillo bueno.

Suspira y coge el cuchillo de nuevo.

Una vez más, decidida, se corta el palmo de la mano para dejar que la sangre llegue hasta la copa despacio... observa la reacción de la copa, con curiosidad, como esperando que pase algo interesante.

Pactos de sangre y todo, como mola.

Sí... mola mucho.

Murmura mirándose la mano donde hace nada había un corte profundo. Aunque luego recordando dónde iba a ir a parar la sangre... baja la mano y mira la copa con recelo. ¿Seguro que tendrían que beber de ella? Eso sonaba muy... ¿vampírico?

Sacude la cabeza, intentando alejar de nuevo pensamientos que no querría que ninguno de los presentes leyera. Luego mira curiosa a los hunters... según lo que había dicho John, ahora les tocaba a ellos... ¿sería su sangre como la suya? ¿Y la de John?

La reencarnación del Dios le pasa la copa y el cuchillo a los dos Hunters, los cuales no tardan más de unos segundos en cortarse y volver a sanarse con el poder de su sangre.

Después, ambos llenan la copa con algo de su sangre, la cual es espesa y oscura, mucho más brillante que la sangre de vosotras dos.

Acto seguido, le pasan la copa a John, el cual se corta la muñeca con un profundo corte por su arteria radial, llenando casi toda la copa con su sangre.

John os mira con una sonrisa cuando deja la copa sobre la mesilla del salón, la cual está llena de sangre oscura y viscosa.

Ahora colocaros alrededor de la mesa. Dice el Dios al mismo tiempo que se arrodilla junto a la mesa y comienza a recitar una especie de salmo.

¿Ahora espiritismo? Cualquiera que los viera pensarían que son una secta intentando invocar a algún demonio malvado. Pero apesar de sus pensamientos, Nessa obedece y se acerca a la mesa sin dejar de observar a John excepto alguna vez que desvía la mirada a Megan para asegurarse de que está bien. Aunque conociendola como la conocía, sabía que Megan estaba perfectamente bien y no tenía para nada miedo a todo aquello.

Suspira... aquí parecía que la única que iba con cautela era ella. Y ¿para qué? En realidad para nada, sabía que ni tenía elección ni estaba mal hacer lo que estaban haciendo.

Pero toda su vida había intentado integrarse entre la gente normal. Llevar una vida lo más normal posible dentro de la rareza de su secreto. Y todavía no se había acostumbrado a dejar libre esa naturaleza que había en su interior.

Megan se arrodilla también alrededor de la mesa, con una leve sonrisa de diversión... miró a Nessa cuando ella la miró y sacó la lengua. Después se puso tan seria como pudo y volvió a mirar hacia delante... pero la sonrisa divertida seguía apareciendo en su rostro.

Probablemente se estaba acordando de cuando Nessa y ella jugaban con una ouija casera y hacían ellas mismas de espíritu... dejaron de hacerlo cuando se rompió un vaso que había encima de la encimera.

Parecía que recordar aquello le hacía mucha gracia.