Partida Rol por web

Talon, muy a tu pesar, no para de embadurnarte con pasta de dientes... pero ahora, no solo se dedica a hacerlo en tu cara y cabeza...

Sus manos pasan por debajo de tu pijama, embadurnándote toda la espalda y la tripa de pasta de dientes... le has puesto tanta, que puede llenarte el cuerpo de ella y aún le quedaría para lavarse los dientes.

Sus manos recorren rápidamente tu espalda, por lo menos al principio... por lo menos hasta que te escucha decir lo que has dicho... y se sonrie...

Sus manos comienzan a pasar mucho más lentamente por tu espalda, hasta que terminan abrazándote con fuerza, pegando tu cuerpo al de él.

Sientes su miembro duro como una roca, aplastado entre vuestros cuerpos mientras que su boca alcanza la tuya, al mismo tiempo que se gira y te tumba de espaldas en la cama, sin dejar de abrazarte.

Se sigue riendo, intentando cogerle las manos para que pare... ahora, además, sumándole las cosquillas que le está haciendo por el vientre y por la espalda... pero no se espera que la abrace y la bese, con tanta fuerza. Su boca hoy sabe a menta... a menta de pasta de dientes, pero no por ello lo aparta.

¿Talon...? ¿Pasa algo? - le pregunta sonriendo levemente, cuando se separa de su boca pero no deja de abrazarla.

La mano de Wulf, la que sostenía tu muñeca, la suelta al notar que ya no opones ninguna resistencia y recorre tu brazo de arriba abajo hasta llegar a tu cuello y a tu mejilla.

Con mucha suavidad, cosa que realmente te extraña al conocer su fasceta más basta, te levanta el rostro, al mismo tiempo que saca su cara de tu hombro y te mira directamente a los ojos.

¿Qué es lo que temes? Te dice con la misma voz de antes mientras comienzas a sentir como sus labios... sus suaves labios se acercan a los tuyos.

Sientes como lentamente, sus labios se apoyan en los tuyos... suavemente al principio, para después, sentir como su mano presiona tu cintura y su otra mano empuja tu rostro con dulzora hacia el suyo, haciendo que vuestros labios se fundan cada vez más en un apasionado beso.

No. Te responde con otra sonrisa. Pero no puedes decirle a un Hunter que harás todo lo que te pida... y menos estando desnudo... y menos si está... er... bueno... así como estoy yo.

Talon vuelve a mirarte a los ojos y te sonrie.

Además, sabes a menta... y la menta es algo que me encanta.

Si tengo sabor a menta es porque una personita me ha llenado de ella... a mí, que soy pura e inocente. - responde con una sonrisa... escondiendo el rosado de sus mejillas por lo que ha dicho antes. - No eres muy modesto, ¿no? - suelta una carcajada y se lo queda mirando a los ojos - ¿Y qué vas a pedirme que haga? No te pases, eh...

Y vuelve a reírse, mirándolo desde allí, desde bajo de él.

Aquello no podía estar pasando... ¿o sí? Por extraño que pareciera, su respiración ahora está tranquila. Toda ella está tranquila. Menos su corazón, que parece haberse vuelto loco en su pecho y no deja de latir con fuera... como si quisiera recordarle algo. Esos labios... ese beso... su aroma... su voz... todo aquello... no era nuevo. Ya lo conocía. Estaba segura. Pero... ¿de dónde? ¿Cómo? ¿Cuándo? No podía recordar. ESO es lo que temía. Estar perdiéndose algo por el hecho de no recordar.

Hasta ahora... siempre había tenido el control de su vida. Y de sus actos. Siempre había sabido como controlarse... bueno, excepto cuando se cabreaba en exceso. Pero incluso en esos momentos tenía un mínimo de control sobre sí misma.

¿Dónde había ido todo ese autocontrol ahora? ¿Qué le estaba pasando? Su cuerpo reaccionaba solo. Su lengua busca la de él, sus labios acarician los suyos con dulzura, con pasion... con deseo. Y poco a poco empieza a sentir el calor recorrer todo su cuerpo. Ese calor que tantas veces había podido controlar para no caer en las garras de ningún hombre. Ese calor que ahora... es incapaz de parar.

Cierra los ojos, disfrutando del beso. Disfrutando del tacto de su piel en su cuello y en su cintura... Y se entrega por completo a ese beso, rodeando el cuello de Wulf con sus brazos. Sin saber nada de él. Sin saber porqué se siente así... Sin saber nada.

No sabes que te pasa... no tienes ni idea... pero esta sensación... ya la has tenido antes... tu mente intenta recordar... lo intenta con todas sus fuerzas... pero sus besos... sus besos te resultan embriagadores.

Su lengua se encuentra con la tuya dentro de tu boca, después dentro de la de él, explorando todo lo que puede explorar. Sus manos siguen presionando tu cuerpo contra el suyo. Puedes notar cada uno de sus músculos, cada una de las curvas que hace su piel.

Wulf comienza a apoyar el peso de su cuerpo contra el tuyo, llevándote contra una de las paredes de la ducha, haciéndote sentir el frío de los azulejos que te hace estremecer por un segundo, justo cuando él presiona un poco más su cuerpo hacia ti, dejándote casi sin aliento.

La mano que estaba en tu cintura, viaja lentamente hacia arriba, rozando toda la extensión de tu cuerpo, hasta apoyarse sobre tu otra mejilla, la cual presiona dulcemente, acercando más tu boca a la suya, dejando que su lengua explore la tuya con mucha más pasión.

¿Qué no me pase? ¿Qué no me pase me dices? Vale. Dice sonriente. Cambiemos los papeles. Vuelve a decir mientras se tumba boca arriba en la cama, justo a un lado tuyo.

Este Hunter es todo tuyo. Puedes hacerme lo que quieras... eso si, por favor... pásate todo lo que te apetezca.

Se lo queda mirando... y abre la boca, y la vuelve a cerrar. Sin más, se echa a reír a carcajadas, poniéndose ambos brazos en el vientre para seguir riendo... o para seguirse riendo de Talon.

¿Te gusta ser el dominado? Nunca lo habría dicho... - tras reírse un par de minutos más... se quita las lágrimas de los ojos y coge ambas muñecas del Hunter para ponérselas al lado de la cabeza.

Aunque no tiene tanta fuerza como él lo hace sin problemas, seguramente porque él se deja.

Pero... ¿estás seguro de lo que has dicho? Mira que si empiezo... no voy a parar hasta dejarte exhausto. - se dirige a su cuello... pero una vez más el olor a la menta, vuelve a separarse y se ríe. - Pero tendríamos que ducharnos antes. - y vuelve a reírse.

Ya no puede pensar en nada. Corresponde al beso de Wulf con sus labios, su lengua y su alma entera. Y ni siquiera sabe porqué lo hace. Sólo sabe que está bien... y que es lo que quiere hacer. Deja escapar un gemido cuando el frio de la pared estremece su cuerpo, y un suspiro cuando Wulf se pega más a su cuerpo. Pero no puede parar de buscar su lengua, de acariciar sus pectorales... desplazando sus manos luego a la espalda del hunter... y soltando la alcachofa de la ducha que todavía seguía en sus manos, cayendo al suelo de la ducha con un gran estruendo.

Ese sonido... ese golpe... consigue hacer que Nessa abra los ojos y recupere el control de su cuerpo. Apoya las manos en el pecho de Wulf de nuevo y gira la cara hacia un lado, respirando agitadamente, con las mejillas sonrojadas y los labios hinchados y del mismo color. Cierra los ojos con fuerza y al abrirlos los nota cristalinos... ¿Está llorando?

¿Qué... qué me está pasando...? Pregunta con un hilo de voz... frustrada y asustada a partes iguales.

Dominado... bueno... a veces... Te dice mientras mira hacia la puerta.

Sí, mejor que nos duchemos. Además, ya no siento la ducha, tenemos el baño para nosotros solos. ¿Te apetece que nos duchemos juntos? Digo por lo de ahorrar agua y salvar el medio ambiente.

Wulf deja de besarte por un momento cuando nota una lágrima que le cae dentro de su boca. El lobo se aparta durante unos segundos, para mirarte nuevamente a los ojos, y con su dedo, te seca las lágrimas que salen de tus ojos.

¿Estás bien? Te pregunta mientras sonrie.

Nessa lo mira de reojo, aún con la cara mirando hacia otro lado y niega con la cabeza.

No... no lo estoy.

Parece recordar algo y gira la cara para mirarlo de frente.

¿De qué te conozco? ¿Por qué... porqué recuerdo tu aroma... tus besos... por qué te recuerdo a ti y no el momento?

Pregunta confundida mientras vuelve a secarse las lágrimas que caen de nuevo. ¿Por qué estoy llorando?

Claro... el agua y el medio ambiente, ¿no? - responde divertida levantándose.

Se empieza a dirigir hacia el baño... pero no sabe porqué tiene una corazonada. A escuchado a Nessa y a Wulf a entrar en el baño... sin embargo no ha escuchado a ninguno de los dos salir.

Suerte que Nessa lo odiaba...

Esboza una leve sonrisa y se gira, tocando los pectorales de Talon con la yema de los dedos.

¿Qué tal si vamos a darnos un baño a la piscina primero? Hoy no he entrenado nada, me irá bien hacer un poco de deporte... y seguro que a ti también te apetece.

Sonriendo como si nada, coge de la mano a Talon y pasan por delante de la puerta del baño para dirigirse al jardín.

Wulf te sonrie mientras cierra la ducha con una mano y coge una toalla para dártela.

Toma, sécate. Hay muchas cosas que no sabes de mí... y muchas otras que has olvidado. Ven. Salgamos de aquí, vamos a sentarnos al salón y te explico lo que ha pasado. Te dice como hasta ahora, dulcemente.

Wulf coge otra toalla y se seca rápidamente, después, se la anuda a la cintura mientras esperas que termines de secarte y vestirte y sale del servicio en dirección al salón.

Vale. Si prefieres la piscina, a mi me vale. Total, ya es de noche. Te dice mientras te deja que lo lleves de su mano pringosa hasta la piscina.

Una vez allí, Talón se quita nuevamente la ropa y de un salto, se mete en la piscina salpicándote entera.

No enciende las luces del jardín, pero sí enciende las pequeñas luces de dentro de la piscina. Hace algo de fresco, normal, es invierno... aun así se quita el pijama que aun llevaba, dejando solo las braguitas, y con un salto entra en la piscina de cabeza, con arte.

Sale solo un instante, para observar a Talon, y se quita la pasta de dientes de la cara con la misma agua, la pasta de dientes que está entrando en su boca... escupe un par de veces y empujándose con la planta de los pies con la pared, empieza a nadar con maestría.

Cuando llega al final de la piscina, se gira, se vuelve a empujar y vuelve a empezar a nadar.

Más tranquila ahora se da cuenta de que ha estado desnuda todo el rato y toda la sangre de su cuerpo sube a su cara, que queda completamente roja mientras prácticamente roba la toala que Wulf le tiende y se envuelve en ella con rapidez.

Cuando él sale... su capacidad de razonamiento vuelve a ella. Pero no quiere darle muchas vueltas. Ha dicho que le daría la respuesta, y eso iba a hacer.

Se seca rápidamente y se viste con los pantalones de chandal y la camiseta, seca un poco el pelo con la toalla y se lo desenreda, dejando que se seque al aire, formandose de nuevo los rizos que suele llevar siempre por no cepillarlo y cuidarlo. Pero... ¿para qué? O... ¿Para quién? Era innecesario.

Un momento después sale del cuarto de baño dejando la toalla bien estirada en el borde de la bañera para que se seque y con el pelo aún húmedo.

Baja los escalones para llegar al salón de 2 en 2. Mientras los latidos de su corazón, siguen a un ritmo acelerado desde que percibió el olor de Wulf en la ducha.

Wulf te espera en el salón... con la ropa puesta. La toalla descansa sobre uno de los apoyabrazos del sofá, donde Wulf esta sentado sonriendo.

Con una mano, te invita a que te sientes en otro de los sillones...

¿Qué te contará?

¿Qué irá a desvelarte que no sepas?

Es extraño como de un día a otro, o de una noche a otra, una persona puede cambiar...

Nadas hacia un lado...

Nadas hacia el otro...

Mientras Talon se quita la pasta de dientes del cuerpo...

En ese momento, cuando llegas a uno de los bordes de la piscina, te coges de el y levantas un poco la cabeza, para ver un par de botas militares que están de pie justo en el borde de la piscina.

Lentamente sigues con la mirada hacia arriba, para poder ver bien al dueño de las botas, y allí lo ves...