Partida Rol por web

Si la puerta fuera de cristal, Talon podría ver la mirada asesina que le echa Megan, y aunque no fuera así... posiblemente podrá sentirla en forma de escalofrío... o de sonrisa.

No me compares con las otras chicas. Y no soy ningun "cielo".

Respondió, en un tono normal de voz, pero suficiente alto para que él la escuchara... pues estaba al otro lado de la puerta.

Deja la ropa sucia en el pequeño cuarto de la lavadora... y se sorprende al ver allí la camiseta empapada de Talon. Esboza una sonrisa y niega con la cabeza... era un tipo interesante, sin duda. Y sin darse cuenta, la mete dentro de la lavadora junto a demás ropa del mismo color para encender la máquina.

Al regresar a la cocina, se queda mirando aquel plato de espaguetis... no tenían muy buena pinta. Se mordió el labio inferior. No se le daba bien cocinar, era en lo único que se había apoyado en su casa con sus sirvientas... no se le daba bien cocinar porque nunca se había detenido a aprender.

Da igual. Si no le gusta que se joda.

Junto a un vaso y a un tenedor dejó el plato encima de la mesa y salió al jardín silbando.

¡Hunter! ¿Jugamos? - no iba a dormir teniendo a aquel pivón por la casa... además no tenía sueño, y mucho menos después de recordar a... - Por Dios... está bien dotado... - el ladrido del perro es el que la hace volver al mundo terrenal, y tras parpadear de seguido un par de veces empieza a jugar con él tirándole con fuerza una pelota vieja y gastada de tenis.

Joder. Dice Talon saliendo al jardín donde te encontrabas solo cubierto con una mínima toalla que pudo encontrar en tu servicio.

¿Es que todo en esta casa es pequeño? Bueno, todo no... el perro parece bastante mono, pero después... ¿Tienes algo mas grande para secarme? Continúa mientras se quita la toalla y te la enseña. Con esto no me puedo secar ni el pelo.

Lo mira... encontrándose de nuevo con su cuerpo.

Por no dejar que una persona que recién conoces te vea desnudo, ya es la segunda vez. Pervertido. - intentaba mantener la mente fría, pero era difícil... MUY difícil, estando ante aquel cuerpo. Suerte que era una noche fresca. - Será mejor que pases si no quieres enfriarte...

Se fue hasta su habitación y abrió uno de los muchos armarios, pensando, había toallas de todas medidas y... - Aquí está. - sacó un albornoz de color azul que le había tocado hacía un par de años a su padre... nunca se lo había puesto, ya que era tres medidas más grande.

Parecía raro que ahora se recordara de todas las cosas de su padre. Suspiró y se dirigió al hombre, tendiéndole el albornoz y mirándolo a los ojos. - A los ojos, Megan, siempre a los ojos. Demuéstrale a este tio que eres fuerte y tienes carácter - Ponte esto, creo que te irá a la medida... te he dejado algo de comida encima de la mesa.

Ajá. Dice mientras se prueba la ropa que le has dado.

Bueno, no parece un modelo de alta costura y la ropa le queda bastante ajustada a su cuerpo, pero le queda bien.

Después, se acerca a la cocina y mira el plato que le has puesto sobre la mesa, para mirarte luego a ti y sonreir maliciosamente.

Esto... sé que no te caígo muy bien pequeña, pero darme la comida del perro, ¿no te enseñaron tus padres que eso es de mala educación?

Arquea una ceja y se dirige con él a la mesa, se queda mirando el plato y se cruza de brazos.

Los hice ayer. Y no son comida de perro. - sabía que no sabía cocinar, pero tampoco le gustaba que se rieran así de ella, sobre todo cuando no había aprendido a cocinar por las sirvientes... era una forma de herirle el orgullo. Dirige la mirada hacia otro lado. - Puedo intentar prepararte otra cosa, pero te aviso que cocinar se me da fatal... o... - lo mira y sonríe - si quieres pido una pizza, a Hunter seguro que le encantan estos espaguetis.

Le saca la lengua a Talon y se dirige a buscar el número de teléfono de la pizzería. - ¿De qué la quieres? ¡Yo carbonara!

Ehm... mejor no... en realidad no tengo mucha hambre, ¿sabes? Cosas del metabolismo y demás. Además, si como mucho, no podré mantener este cuerpazo que tengo ahora, ¿no crees? Dice acercándose a ti de manera provocativa.

Cuelga el teléfono y se queda mirando a Talon apoyada en la mesilla de espaldas al espejo del salón. Al ver cómo se aproxima se cruza de brazos de nuevo y esboza una leve sonrisa.

Corta el rollo, sabes tan bien como yo que para mantener el cuerpo en forma se necesito mucho ejercicio y deporte... - haciendo honor a su fuerza de voluntad, pasa por su lado chocando contra su hombro... escapando, seguramente, de sus ojos y de las feromonas que está soltando él... de estas tan difíciles de huir.  

Vuelve al salón para recoger lo que ha ensuciado, algo nerviosa bajo una aparente tranquilidad... se queda mirando los espaguetis y los pone en el plato de Hunter. Se los dará mañana.

¿Vas a contarme lo que ha pasado en el callejón? - le pregunta mirándolo por el rabillo del ojo mientras coloca el vaso en la estantería superior.

¿En el callejón? ¿Qué callejón? Dice haciéndose el tonto mientras se agacha para mirar mejor el culo de Megan.

Bonito... mucho entrenamiento... su padre tenía razón. Tiene un polvo... o dos...

Sólo recuerdo un coche que casi me mata y poco más. ¿Tu que has visto? Continúa mientras se rasca la barba con su mano.

Se gira hacia él... se hace la interesante, haciendo ver que piensa, mirando hacia todas direcciones e incluso mordiéndose y lamiéndose el labio.

Ah, sí... ¡vi como te daban una paliza! Fue espectacular, ¿sabes? Y luego que caías semiinconsciente al suelo. - al decir aquello último deja de sonreír... era obvio que iba a omitir la parte de la preocupación, de ir a buscar el coche corriendo y de gritar a los mirones. Aquello no hacía falta, y si él no se acordaba... pues mejor. - Y no te hagas el idiota, ¿por qué te estabas peleando con todos aquellos?

Se sienta en el sofá, colocando las dos piernas encima y sin dejar de mirarlo con sus ojos del color del cielo.

Nessa da un respingo al escuchar la voz del chulo de antes. O quizá al verlo aparecer frente a ella tan derrepente siendo ya la hora que era. Había que añadir que no estaba acostumbrada a ver a alguien llegar antes de notar sus pensamientos. Una vez se ha dado cuenta de quién era, frunce el ceño primero, intentando no perder la compostura altiva, y enarca una ceja después, intrigada.

Supongo que debes referirte a Talon... aunque eso de "bien parecido" es bastante discutible. Está bien, no debes preocuparte, pero... permíteme que te haga yo un par de preguntas ahora. ¿Qué tienes tú que ver con él? Y ¿de qué narices sabes tú mi nombre?

No podía arriesgarse a hablarle de los daimons a un desconocido, así que había preferido no dar demasiados detalles del estado del Hunter. Pero sí había algo que la incomodaba. Saber menos de una persona, que esa misma persona de ella. Teniendo el "don" de leer mentes, aquello era más que incómodo... y no estaba acostumbrada.

¿Yo? ¿Pelearme? Si soy la persona más pacífica del mundo. Creo que o estabas borracha o mi hermosura te ha cautivado mucho. Te dice el rubio sonriente.

Que te parece si nos sentamos y charlamos sobre lo que has visto. 

¿Tu nombre? Tu abuelo me ha hablado mucho de ti. Así que no te hagas la tontuela. Sabes muy bien que estoy hablando de Talon. ¿Dónde habéis ido? Te pregunta serio, pero sin dejar de mediosonreir.

Me he tenido que cargar a un par de Daimons para rescatar a una tia pesada que lo único que me decía era que quería pintarme, así que, ¿podrías decirme donde está? Tengo que pasarle la factura por terminar su trabajo.

Me parece que quieres que solo yo te explique lo que ha pasado. - se levanta. - Pero yo no hablo ni hago nada si es por algo a cambio, como por ejemplo, que me explicaras tú... qué es lo que eres.

Recuerda de nuevo las palabras de Nessa... mira hacia otra dirección y suspira. Y una alarma le recuerda que cambie rápidamente de tema...

¿De qué conoces a Wallace?

Wallace es un buen amigo. ¿Tu también lo conoces? Es majete, si, pero es un rollo salir con él. Siempre hablando de sus problemas sexuales y esas cosas. Ya lo conocerás mejor y te darás cuenta que es un pesado, pero cuando necesites ayuda... no dudes en pedirsela. Protege a sus amigos más que a su vida... por eso le afectó tanto la muerte de tu padre, Megan. Te lo dice así, sin más.

¿Realmente quieres saber que es lo que soy? Creo que tu amiga intentó explicartelo la otra noche. A ver, eres tan chula como inteligente así que podrás sumar dos mas dos. Grandes saltos, ojos amarillos, me curo las heridas rápidamente y por último, le escapo al sol...

Había escuchado la primera parte... pero la segunda ni siquiera la había oído, o más bien ni siquiera había llegado a su cerebro. Con el ceño fruncido intentaba asimilar lo que le había dicho, no lo de los problemas sexuales, eso le daba igual...

Sí, era un buen amigo, pero...

Tú... ¿tú también conocías a mi padre...? - mira fijamente los ojos de Talon, ira, dolor, rabia, nostalgia... pero baja la mirada hacia sus pies de nuevo. Su madre, el bofetón... el escupitajo... todos corriendo detrás de la zorra de su madre. - Cómo puedes decir que es un gran amigo si... - se acerca hasta él y lo empuja, aunque debido a sus proporciones no consigue empujarlo mucho más de medio metro - ¿¡SI NI SIQUIERA SE HA DIGNADO A APARECER EN EL FUNERAL!? ¿¡POR QUÉ NO HA VENIDO NINGUNO DE SUS AMIGOS!?

Siente las lágrimas apunto de caer por las mejillas, por eso se separa de él y empieza a alejarse golpeando con la mano un jarrón y rompiéndolo... haciéndose añicos al llegar al suelo con un estruendo. Y empieza a alejarse, dirección a su habitación, seguramente.

Mierda. Ahora me he hecho daño en la mano. Seré imbécil.

Y además tiene un impetu impresionante. Guerrera. Hija de su padre, sin ninguna duda. Tres o cuatro polvos, sin duda.

Ven aquí. Dice acercándose en un suspiro hasta donde estás mientras te coge la mano herida.

Deja de hacerte la martir o lo que coño estés haciendo ahora. Vuelvo a repetir... el sol, nos molesta mucho. ¿Es que has hecho el funeral a las doce de la noche? ¿Cómo quieres que vaya Wallace, o yo, o Wulf? Continúa mientras se lleva tu mano a la boca y chupa la sangre de la herida, sanándola en el acto.

¿Pintarlo a él? Bueno... era verdad que tenía unos rasgos... bonitos. No, no eran bonitos, eran atractivos. Y sexys.

...

...

...

¡Pero si era un chulo de playa como el otro!

Céntrate, Ness.

Empieza a caminar de nuevo en dirección a su coche, esquivando el cuerpo (el pedazo de cuerpo) del tipo que tiene delante.

Vale, así que eres uno de ellos también, ¿no? Ya te he dicho que no tienes de qué preocuparte. Talon está a salvo... yo de ti... esperaría a mañana para ponerme en contacto con él, no creo que a mi amiga le gustara demasiado que entrara otro "musculitos" en su casa. Y ya que mi abuelo... Se mete las manos en los bolsillos del abrigo mientras sigue caminando y hablando con él, esperando que la siga. Te ha hablando taaaaaaaaaanto de mí, cosa que dudo bastante, podrías decirme un nombre al menos para saber cómo dirigirme a ti, señor-de-la-camiseta-de-Snoopy-atropella-brujas-y-amigo-del-rubiales-chulo-de-playa.

Abre los ojos, calmándose... más aun cuando nota su saliba en su mano. Se pone nerviosa y la aparta de inmediato. No va a caer rendida a los brazos de un chulo piscina como él.

Lo siento. No quería empujarte ni gritarte, cuando me enfado actúo así. Y no me estoy haciendo la martir, ¿vale? Es solo que... - se lo queda mirando a los ojos un momento - Bah. Nada.

Y ahora sí escucha todo lo que dice... - ¿Me estás diciendo que sois como vampiros? Uuuuh... que tienen miedo a la luz del sol... - y suelta una carcajada de incredulidad... ¿pero eso no es lo que le contó Nessa? Lo de vampiros buenos y malos y no sabe cuántas tonterías más, se mira la mano, sin ningún rasguño, y se pone seria y se lo queda mirando. - Es una broma, ¿no?

Sin embargo no adopta ninguna postura de ataque o defensa, quizás un poco tensa, pero es de la opinión que si fuera malo no le hubieran dado una paliza... ni sería amigo de Wallace, ni conocería a su padre, ni... estaría allí con ella sin ningún tipo de motivo, pues él ya estaba bien.

Eres graciosa... tanto o más que tu abuelo. Te dice mientras te sigue a tu lado.

Wulf. Mi nombre es Wulf. Y me gustaría mucho que me digas donde está mi amigo-el-rubio-chulo-de-piscina o sino, simplemente te lo sacaré, señorita-chula-con-coche-destartalado.

Ah... una incrédula. Dice riéndose.

Me parece que has bajado uno en la escala de polvazos, cielo.

¿Tu que crees que soy? Te pregunta, acercándose un poco a ti, mirándote fijamente a los ojos.