Partida Rol por web

Karelia

Escena 1: Korihorberg

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04/07/2017, 14:06
Narrador

El traqueteo de los otros viajeros llegó hasta la habitación del primer piso y os despertó mucho antes de que amaneciese. Os desperezasteis, comprobasteis que teníais todo con vosotros (ni Erzulie ni Grognak os habían apuñalado en mitad de la noche, no faltaba nada en vuestros sacos) y bajasteis para recibir el desayuno. En la gran sala os encontrasteis con Iristán, que presumiblemente se había despertado hacía rato, ya que los sonidos que os habían despertado a vosotros se habían originado en el salón, donde dormía él.

El desayuno fue sencillo pero nutritivo. Gretel, no queriendo matar de hambre al druida, también le ofreció un plato y algunas sobras de la noche anterior a su perro. No aceptaba un no por respuesta.

Cuando os pusisteis a caminar, casi una hora más tarde, la naturaleza hervía esperando la salida del sol. El aire fresco de la madrugada os acabó de despertar, y reanudasteis la marcha acompañados por Erzulie y Grognak, que compartían vuestro destino.

Y entonces la visteis. Korihorberg, la Joya del Norte. Justo cuando el primer tono azul de la noche se volvía amarillo, cuando el sol comenzó a iluminar el bello fiordo de Karel. Frente a vosotros, en un pequeño cabo, se encontraba la ciudad (pequeña para los estándares de otras regiones, pero después de semanas en estas tierras se os antojaba una metrópolis). De su puerto salían veleros cargados de mercancías que surcaban unas aguas cada vez más claras hacia los mercados de otras ciudades zanseáticas. Al norte, al otro lado del fiordo, se intuía la tierra de Thule, una mole helada de misterio.

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04/07/2017, 14:26
Narrador

Scherzo, Gustav Mahler

Llegasteis a las puertas de la ciudad poco antes del mediodía. Algunos de los campesinos (los más afortunados) volvían de faenar y os dedicaban miradas discretas pero llenas de curiosidad, como si uno no viera una tropa de aventureros todos los días. Los campesinos son los mismos que habéis visto en otras partes del Imperio, su triste vida sigue siempre el mismo ritmo.

Una muchacha que os mira de manera demasiado soñadora recibe la mirada reprobadora de su padre, unos niños pasan corriendo delante de vosotros, quizá con la secreta intención de que los ojos de los héroes se fijen en ellos; algunos campesinos, los más viejos, os miran con desconfianza, como si vuestra llegase fuese a alterar una época de paz como unos guijarros lanzados en un estanque en calma. Pero la mayoría de la gente sencillamente no os presta atención: no sois los primeros aventureros que llegan para celebrar las fiestas de la primavera. Y, después de todo, en Korihorberg hay muchas cosas que hacer.

Tras cruzar un pequeño puente de madera os encontráis en la calle principal (Korihorberg no tiene empalizadas ni muralla alguna), que está repleta de gente.

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12/07/2017, 12:33
Iristán

Iristán devolvía las miradas que le echaban, sonriendo de forma afable y saludando a los desconocidos con un afecto que a veces podía desarmar. Su perro se mantuvo cerca de él en todo momento, con el hocico cerca de la rodilla. Una de las ventajas de haber elegido un compañero con apariencia común -aunque fuera en realidad un perro celestial- era que podía entrar con él en las ciudades y en los edificios sin causar el revuelo que causaría un lobo u otros animales más grandes y salvajes.

El druida se detuvo unos instantes, plantó el báculo frente a si y posó las manos encallecidas en su extremo nudoso. Habían llegado al límite de su experiencia. Se movía con facilidad y familiaridad en la espesura, como si fuera suya. Las ciudades que no conocía, empero, eran harina de otro costal.

Iristán se acercó a un campesino sudoroso, dedicándole una inclinación de cabeza.

-Bienhallado, buen hombre. ¿Sería tan amable de indicarnos hacia dónde debemos ir para asistir a las celebraciones?

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13/07/2017, 09:43
Narrador

El campesino, completamente desarmado por la amabilidad de Iristán, se apresuró a responderle. Primero en voz alta:

— Por supuesto, señor. Pero la boda se ha atrasado hasta la semana próxima, cuando la última capa de hielo de este lado del fiordo se haya fundido, para que todo resplandezca como la cara de los novios.

Se nota que está recitando algo que ha aprendido de memoria. Con voz más baja y un guiño, añade:

— Se han escuchado rumores de problemas con la organización durante toda la mañana. No sabemos nada con certeza, pero la señora Erwidd dice que la boda se va a cancelar. Si queréis, saber más, bueno... —señala la ancha calle principal, al final de la cual se encuentra el árbol de la plaza del Consistorio.

>> De todas formas, no creo que os digan nada. Porque, en realidad, no ha sucedido nadaotro guiño del ojo.

El tipo era realmente siniestro.

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13/07/2017, 10:47
Iristán

Iristán levantó una ceja, mas confundido con los continuos guiños de ojo de aquel hombre que otra cosa.

-Pero usted está convencido de lo contrario ¿verdad? ¿Qué cree usted que ocurre, al margen de la explicación oficial?

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13/07/2017, 23:07
Narrador

El campesino de repente parecía nervioso, casi ofendido.

—Yo, yo... yo no sé nada. Yo trabajo el campo, los rumores son para las tabernas. Como esa de allí —señala al otro lado de la calle, una taberna de aspecto acogedor. Su nombre es Las Tres Hermanas. Allí os darán mejor información, pero quizá no sea gratis.

>> Si queréis trabajo, podéis dirigiros al Consisterio o a las oficinas de la Danaë, en el distrito portuario. ¡Buenos días!