Partida Rol por web

Karelia

Obertura: Si una noche de invierno unos viajeros

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05/06/2017, 22:20
Iristán

-Dormir junto a la chimenea será más que suficiente, y la comida, un lujo. Estoy muy agradecido, buena mujer -le dijo a la tabernera-. ¿Qué podéis contarnos de Korihorberg, al Norte? Dicen que se celebrará un torneo por una de las doncellas de la ciudad, y que es una buena oportunidad para aventureros y otros buscafortunas.

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06/06/2017, 06:48
Kharzal

Kharzal se sienta con gusto en la mesa donde se encuentran el enano y el gnomo, siempre es agradable conocer nuevas caras y compartir experiencias.

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06/06/2017, 16:04
Gretel

La posadera volvió de la cocina con una olla y una sonrisa; el posadero volvió con platos y cubiertos, que puso frente a vosotros antes de desaparecer. Mientras os servía, tuvo tiempo de poneros al día de algunos aspectos relacionados con la ciudad de Korihorberg, tal y como Iristán el Druida había pedido.

¡Ah! La Ciudad de Korihor, la Joya del Norte. ¿Qué puedo decir? La ciudad es famosa en todo el Imperio por la calidad de su metal, aunque últimamente parece que la industria metalúrgica está de capa caída —y, sotto voce—. Ya casi no hay mineros que vayan de las minas, dicen que los Korihor la han explotado hasta el final y ahora sus vetas están vacías de todo metal precioso.

>> ¡Pero no todo es tan malo! —dice Gretel, recuperando su alegría habitual— Los Bart, humanos llegados de muy lejos, tal vez refugiados de la lejana Bayonne —vuelve a decir en voz baja, como si os confiase un secreto, el mismo que le debe contar a todos sus clientes. Habéis oído hablar de la caída de Bayonne, hace años, una isla lejana que llevaba tiempo en guerra con el Imperio; las noticias de las matanzas cometidas por los soldados imperiales no han dejado de llegar desde entonces—, han colocado a Korihorberg en el centro del comercio de la Zansa. Su compañía comercial, La Danaë, ha estado pagando dividendos del 500% durante años. Y eso, claro, los ha elevado a una posición de importancia política. Incluso ocupan un asiento en el Consejo de los Nueve de la ciudad, junto a los Korihor... y los Thabald —vuelve a bajar la voz.

>> De hecho, tan importantes se han hecho los Bart que piensan casar a la joven heredera, Yvette, con el hijo del alcalde, Sarun Korihor. Las bodas se celebrarán en una semana, coincidiendo con el principio de la primavera, y se espera que haya torneos y oportunidades. Por eso los últimos días el negocio ha estado algo agitado, con viajeros viniendo de todas las partes del Imperio.

>> Disculpadme, ya mismo vuelvo.

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06/06/2017, 16:35
Erzulie Pocketclock

La gnoma había dejado de mostrar su aburrimiento y ahora escuchaba la historia con tanto interés como vosotros. Cuando la posadera se hubo ido, posó sus ojos en cada uno de vosotros antes de llegar a los de Faara. Su diminuto rostro quedó iluminado por una sonrisa enorme, y se presentó:

Buenas noches, viajeros. Mi nombre es Erzulie Pocketclock, y soy bardo. Como vosotros, he venido en busca de aventuras, aunque mi interés no es tanto vivirlas como narrarlas.

>> Este es mi compañero de andanzas y amigo Grognak hijo de Grognak —aquí el enano hizo una torpe reverencia en vuestra dirección— y sus intenciones son complementarias a las mías: quiere vivir aventuras, pero no tiene intención de narrarlas—no en nuestro idioma, al menos.

>> ¿Qué hay de vosotros, viajeros?

Notas de juego

He optado por utilizar "bardo" en su versión masculina, ya que en la RAE ninguna de las acepciones de "barda" concuerda con la que queremos.

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06/06/2017, 17:24
Kharzal

Mostrando una actitud relajada y afable, Kharzal no duda en hablar con la pareja de viajeros.

-Saludos amigos. Veo que compartimos el mismo camino y las ganas de aventura. También nos dirigimos al norte, al festival de la primavera y por lo que parece, se celebra una boda muy importante, seguro que podremos demostrar nuestras habilidades en alguno de los torneos que se celebren.

Usted Erzulie, por lo que nos cuenta, ha de tener una voz y una habilidad para narrar los sucesos, digna de ser escuchada, espero que nos pueda avanzar algo esta noche. 

Y usted, señor Grognak, con que habilidades afrontará esta aventura?

Dicho esto, Kharzal continua cenando.

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07/06/2017, 20:54
Faara

Cuando la posadera les llevó la comida, Faara se sentó sin dudarlo a la mesa. Del interior de la olla llegaba un deliciosa aroma, que se extendió rápidamente por la habitación junto a las volutas de humo que prometían una comida caliente. Sin volver a cruzar una mirada con el marido de la posadera, Faara comenzó a comer pausadamente, como si disfrutara de cada bocado que probaba, pero sin expresarlo de ninguna forma. Escuchó las noticias que les ofrecían de buena gana, pero no mostró mayor interés en ninguna. Poco o ningún interés tenía en asuntos políticos o torneos. 

Cuando la gnoma cruzó sus ojos con los de la elfa, ésta no tardó en analizarla con apenas disimulo. Se había cruzado muchas veces con bardos cuyos dedos eran más hábiles cortando bolsas de monedas del cinto que rasgueando las cuerdas de un laúd. Posó también los ojos en el enano mientras sus compañeros charlaban.

Ante la mención de Kharzal sobre la voz de la gnoma, no pudo evitar que se le torcieran las comisuras de la boca. No es que despreciara la música de otras razas, pero le hacía recordar la de la suya, y, sobre todo, echarla de menos. Añoraba las claras y dulces voces de los elfos acompañadas de los prístinos arpas y el agua de los arroyos o el cantar de los pájaros, el viento en las flautas que contaba historias al alma. La música de los humanos, en general, o de los medianos, de los gnomos, o las canciones que los enanos entonaban graves como el eco de sus cavernas, nada tenían que ver con ella. Sólo le provocaban un irrefrenable sentimiento de nostalgia.    

- Tiradas (1)

Notas de juego

Hago una tirada de Avistar para examinar el equipo de ambos: armadura, armas, o cualquier cosa que pueda llamar la atención. 

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07/06/2017, 22:14
Narrador

A primera vista, era evidente que ambos iban armados —exactamente igual que vosotros, por otra parte. Ir armados no era extraño en los viajeros que se dirigían a regiones norteñas y peligrosas.

Erzulie llevaba una fina armadura ligera con remaches rojos y unas dagas al cinturón; a su espalda, junto al mástil del laúd, sobresalía una ballesta. Una diadema de aspecto valioso coronaba su rostro, que podía ser tildado de hermoso pero a escala.

Junto a ella, Grognak hijo de Grognak miraba el fuego con delectación, embotado en una capa de viaje de la que sobresalían sus pies desnudos, curtidos a lo largo de cientos de millas. A su lado, sin ningún disimulo, había un gran hacha de batalla.

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07/06/2017, 23:24
Iristán

Iristán levantó el cuenco y bajó la cabeza como gesto de agradecimiento a la posadera. Él era el único de los presentes que no iba armado, si uno obviaba el bastón de caminante que ahora descansaba sobre su hombro. El druida escuchó con atención las nuevas de Gretel sobre la ciudad. Una boda era sin duda un acontecimiento dichoso, siempre que aquellos jóvenes se unieran por algo más que por los intereses de sus familias.

Su estómago gruñó, y cogió una cuchara de madera para probar las gachas. Era una comida humilde, pero sabrosa.

-Mi nombre es Iristán, y el joven que está hablando se llama Kharzal -dijo, al percatarse de que el monje no se había presentado-. Faara es la elfa, y el motivo de tanto revuelo, nuestro amigo Soren.

»¿Dónde habéis aprendido a tocar, Erzulie?

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08/06/2017, 21:20
Erzulie Pocketclock

Erzulie se sonrojó y procedió con timidez; una cosa era hablar de héroes y dragones, de villanos y versiones idealizadas y dramatizadas de la realidad, y otra muy diferente hablar de la propia historia vital, con su narrativa rutinaria y monótona.

Normalmente no hubiera respondido a una pregunta tan directa, pero era evidente que el alcohol había hecho mella en su autocontrol.

En las circunstancias en las que me crié, tocar el laúd y leer era lo más parecido que había a la diversión. Mi padre era ingeniero imperial, comisionado por el gobierno para hacer máquinas cada vez más complejas. Al principio, y durante la mayor parte de su vida, las máquinas tenían fines pacíficos: medios de transporte eficientes, máquinas para mejorar la agricultura, etc.

>> Una de las primeras fue un organillo automático. Se basó en un diseño de laúd que había construido siendo un niño; sólo tuvo que automatizarlo. Recuerdo que solía sentarme con las piernas cruzadas mientras él hacía girar la manivela y mi madre me leía las baladas de Leithian el Ciego. Mi madre era profesora de literatura, y esas tardes de invierno frente al organillo son el único recuerdo que tengo de ella. Murió durante el azote de la Muerte Roja cuando yo tenía siete años. Y el organillo se rompió.

>> Los tiempos cambiaban, las necesidades del imperio se volvieron más... "prácticas" no es la palabra adecuada, pero es la primera que viene a la mente. De la noche a la mañana, las máquinas que le comisionaban ya no tenían funciones constructivas. Él se volvió más distante, sus ojos se entrecerraron.

>> Yo era una adolescente estudiando literatura por aquel entonces, como lo había sido mi madre, y formaba parte de la intelectualidad progresista de la ciudad. No podía comprender por qué mi padre no volvía a casa de trabajar, por qué gastaba sus ánimos y energías en algo tan condenable éticamente.

>> Un día discutimos; él no me entendió a mí, yo no le entendí a él. Dejé los estudios y viajé con el laúd que aquel niño que había sido mi padre había construido.

Erzulie calló, con lágrimas en los ojos. Estaba decididamente borracha, y Grognak hijo de Grognak la miraba con lástima. De repente, antes de que pudiera decir nada, se lanzó a declamar:

¿Cómo sujetar mi alma para
que no roce la tuya?
¿Cómo debo elevarla
hasta las otras cosas, sobre ti?
Quisiera cobijarla bajo cualquier objeto perdido,
en un rincón extraño y mudo
donde tu estremecimiento no pudiese esparcirse.

Pero todo aquello que tocamos, tú y yo,
nos une, como un golpe de arco,
que una sola voz arranca de dos cuerdas.
¿En qué instrumento nos tensaron?
¿Y qué mano nos pulsa formando ese sonido?
¡Oh, dulce canto!

>> Aquella noche discutí con la bestia que había devorado a mi padre, en sus ojos residía toda la furia del mundo. Desde entonces he andado errante de cueva en cueva, de cabaña en cabaña, convencida siempre de que sigue detrás de mí.

Notas de juego

El poema es la Canción de Amor, de Rainer Maria Rilke.

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08/06/2017, 21:45
Narrador

La mención velada de las máquinas de guerra abre una brecha en tu censura consciente, una reminiscencia de recuerdos que pretendías haber olvidado.

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08/06/2017, 23:06
Iristán

Iristán se levantó de su asiento y cruzó el espacio entre ambos para depositar una mano callosa sobre el hombro de la gnoma en un gesto de afecto. Con la compasión pintada en el rostro, le dijo:

-Lamento haber reabierto una herida del pasado, muchacha.

El druida era consciente de que los gnomos eran mucho más longevos que los humanos, sin embargo, la forma de expresarse de Erzulie, con aquel conflicto no resuelto con la figura paterna, le hacía parecer más joven de lo que era.

-Sólo trataba de mantener una conversación casual, pero parece que no se me da muy bien -admitió el druida-. Supongo que es normal. Aquellos arrojados a los caminos nunca tenemos vidas felices.

Dedicó una sonrisa a la gnoma antes de darse media vuelta. Mientras volvía a su asiento, el rostro de Iristán se ensombreció, acosado por las propias sombras de su pasado.

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11/06/2017, 12:28
Grognak Grognak

Tras ello se hizo un silencio incómodo, como suelen ser todos los silencios que siguen a respuestas que no se quieren oír. Erzulie se removió en estado de ebriedad en su silla; pronto se quedó dormida. Eso os dejaba a solas con Grognak.

Una serie de sonrisas incómodas más tarde, el enano se intenta congraciar con vosotros. Llama a Saärborn con un brazo que aparece de debajo de la capa de invierno. Es un instante, pero suficiente para que veais que, al menos de cintura para arriba, está desnudo.

Saärborn viene, alegre de que el que le haya llamado sea un enano y no, por ejemplo, un elfo, un gnomo, o un orco (os mira con desconfianza, no me toquéis a mi Grognak), y espera pacientemente a que el enano señale la jarra que acaba de apurar y, con un gesto ostensivo, aluda a todos los comensales de la mesa. Saärborn desaparece enseguida en dirección a la cocina.

Ante cualquier objeción inicial, el enano se limita a sonreír afablemente y negar con la mano. Después, a modo de confirmación y como prueba de la irrefutabilidad de su gesto, pone encima de la mesa una cabeza de trasgo.

Está fresca.

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11/06/2017, 13:15
Soren

Soren permaneció en silencio durante el relato de la bardo. No estaba de acuerdo con su actitud ante su padre, uno debía respetar a su padre y tener fe en él. Sus motivos tendría para justificar sus acciones y huir de aquella forma solo demostraba la inmadurez de la muchacha. Él jamás había conocido a su padre de verdad... Soren calló sus pensamientos, ya había causado bastantes problemas aquella noche.

Siguió cenando con parsimonia, removiendo las gachas, absorto en su mente, con lo cual, cuando el enano le plantificó delante la cabeza de un trago, se sobresaltó y casi se cayó de la silla. 

-¡Oh, por Dios! -había hecho rodar algunas cabezas de trasgo él mismo a lo largo de su viaje, pero estaba cenando y le pareció repugnante exhibirla de aquella manera. -Apartad eso de mi vista y, luego, si queréis, explicaos.

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15/06/2017, 02:04
Faara

La elfa escuchó en silencio la conversación que sus compañeros mantenían con los otros dos viajeros en su mesa. En cuanto Iristán preguntó por la vida de la gnoma, Faara supo enseguida que se había equivocado. Nadie que hubiera dejado su hogar, fuera por la razón que fuera, quería recordar por qué lo había hecho. Ya fuera por haberlo perdido, por haberlo abandonado o por cualquier sentimiento que pudiera guardar hacia él: no, si había decidido marcharse, era por algo. Y si se lo habían arrebatado, el recuerdo sería siempre una herida abierta y sangrante. 

Cuando la bardo empezó a declamar, la elfa se sorprendió: no eran las palabras alegres que solían componer los poemas de taberna, sobre todo los de los gnomos. Más aún, aquéllas estaban cargadas de pesadumbre y dolor. Faara sintió el peso de su arco en su espalda. En el carcaj, la mayoría de flechas, aunque si bien ya limpiadas a conciencia, mostraba huellas de sangre. Cuando la muchacha calló y se dejó caer de nuevo en la silla, evidentemente borracha, Faara tomó un largo trago (el más largo de aquella noche) de su pinta. 

—Deberías volver con tu padre, niña. -No había rastro de emoción alguna en su voz. Ni siquiera el paternalismo esperado de un consejo como aquel. Simplemente, parecían pensamientos que escaparan de su boca como un río se abre paso entre las rocas.- Sácalo de esa guerra. Antes de que te des cuenta, estarás arrepentida de no haberlo hecho.

No estaba mirando a Erzulie siquiera. Sus ojos ensombrecidos estaban perdidos en la bebida, y no dijo nada más.

Pronto, la muchacha sucumbió a la embriaguez y el tono pesado de la conversación se relajó un poco. Cuando sus compañeros hicieron intento de entablar conversación con Grognak hijo de Grognak, éste respondió con elocuentes gestos que el tabernero interpretó raudo.

 —No era necesario. -Comentó ella cuando el tabernero desapareció de su vista, antes de que pudiera declinar la invitación del enano. Él no dudó en rechazar sus quejas negando con la cabeza, por lo que Faara se permitió una media sonrisa.- Gracias. 

Lo siguiente que hizo Grognak hijo de Grognak fue posar una cabeza de trasgo sobre la mesa, a la vista de todos. Aún goteaba sangre, y los ojos del ser estaban vueltos hacia el cielo, su rostro congelado eternamente en una mueca de horror. Faara no dijo nada, pero levantó una ceja, en un gesto de total incomprensión. Sabía que ciertos aventureros contaban con la costumbre de rebanar las cabezas de sus enemigos y llevárselas como trofeo, pero no esperaba aquello en aquel lugar precisamente. Por suerte, Soren parecía tan sorprendido como ella, y él no dudó en preguntar al respecto. 

Faara miró al enano entrecerrando a los ojos. Era una pena que su compañera se hubiera desmayado, pues les iba a ser difícil entender cualquier explicación que, con sus gestos, Grognak hijo de Grognak pudiera darles sobre la cabeza de trasgo. También era un pena que se estuviera perdiendo aquel momento, ya que era una escena digna de las historias que aspiraba a contar.     

 

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15/06/2017, 09:31
Kharzal

Kharzal escuchó con atención como Erzulie contaba la historia de su vida, aunque achacaba a la bebida tal muestra de su vida privada a una mera pregunta fortuita por parte de Iristán, por lo que tampoco le prestó mayor preocupación, más aun al ver como la fatiga y el alcohol la hacía presa del sueño.

Lo que sí le sorprendió, y mucho, fue como sin decir una sola palabra, Grognak, puso sobre la mesa una cabeza de trasgo "recién cortada".

- No hay duda de que usted, Grognak hijo de Grognak, hace honor a la falta de tacto de los enanos, mostrando una cabeza de esta ..."cosa" , aun habiendo gente cenando.  Una vez la haya vuelto a guardar, dígame, donde se encontró con este ser desafortunado?

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16/06/2017, 17:33
Saärborn

Pero no fue el estruendo causado por el cuerpo de Soren al casi caerse de la silla lo que despertó a la joven Erzulie, sino el siempre familiar sonido de las jarras de cerveza sobre la madera. La gnoma abrió los ojos, sólo para encontrárselos clavados en los ojos vacíos de un trasgo de las montañas. No tuvo tiempo de decir nada:

De acuerdo, muchachos. Serán cinco piezas de oro.

Grognak le hizo una señal tranquilizadora a la gnoma con una mano, que claramente no cumplía su propósito, y agarró la cabeza de trasgo con la otra, por la cabellera, y se la tendió Saärborn.

Mirando alrededor, nerviosos, podíais observar que Gretel no estaba en la estancia. Y eso era precisamente lo que los ojos de Saärborn, ahora completamente fuera de sus órbitas, parecían estar haciendo: observar. Quién sabe qué clase de recuerdos traumáticos, apenas suprimidos, estaban aflorando a su mente.

Teníais que actuar rápido.

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16/06/2017, 22:10
Iristán

El perrazo de Iristán levantó la cabeza al notar el respingo del druida. Y se puso en pie al ver la cabeza. Ya la había olido desde hacía rato, pero la tensión del asceta lo puso tenso a él tam

-Dioses misericordiosos -musitó entre dientes Iristán.

Si la cosa no se podía poner peor, Saärborn apareció con la bebida que habían encargado. Iristán decidió cerrar el pico esta vez. Sólo era cuestión de tiempo que Gretel volviera aparecer para contener a Saärborn. Qué haría al respecto del enano y su trofeo, empero, no lo tenía tan claro. ¿Sería tan comprensiva con aquel trofeo macabro como había sido con el origen de Soren?

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20/06/2017, 09:22
Kharzal

Esto era demasiado para el temple frío de Kharzal. No cabía duda de que Grognak buscada el que Saärborn entrara en cólera, y Kharzal no iba a estar desprevenido, por lo que se levantó de la silla lentamente y sin hacer ningún movimiento brusco ni apartar la mirada de Saäborn, tomó distancia, para estar preparado ante lo que pudiera ocurrir. 

Sabía que ante el primer movimiento agresivo o incontrolable que hubiera, Kharzal iba a entrar al combate por proteger a sus compañeros. 

Decidió no decir nada, ya que todavía no sabía que quería conseguir Grognak con todo esto.

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21/06/2017, 17:19
Saärborn

De repente, no estaba ahí. Su alma se había aproximado a esa región donde moran las vastas huestes de los muertos. Pero esa región, lejos de ser un lugar abstracto, tenía una posición bien delimitada en el espacio tiempo: la ofensiva del delta de Mekhawn, último acto de las Guerras Orcas.

Tirado en el suelo, el recluta Saärborn Bella Barba, de las levas norteñas, se aferraba a su espada mientras el bote a remos avanzaba entre la bruma. La calma era absoluta, y todo iba según lo planeado: iban a sorprender a los pieles verdes desembarcando por esa zona del río, cubierta de bruma. Pero algo salió terriblemente mal.

Allí, treinta años más tarde, Saärborn se volvía a encontrar cara a cara con el enemigo que atacaba entre las sombras, después de periodos de paz prolongados, siempre escondido, y siempre mortífero. Tras los instantes de vacilación inicial, la sangre le llegó (al fin) a las extremidades.

Tomando impulso, volcó la mesa y se parapetó tras ella, con un cuchillo de carne en la mano. A su lado, un sorprendido Grognak aún guardaba la cabeza de trasgo.

Tranquilo, amigo. ¡No dejaremos que te arranquen esa preciosa barba!

Se refiere a vosotros, al parecer. Estáis del otro lado de la mesa. Erzulie —que ha salido momentáneamente despedida— está chillando algo enfadada. No está claro lo que es, pero dudáis que sea uno de esos preciosos madrigales con muchos falalalanes de por medio.

En medio del estruendo, las chicas elfas (ahora que os fijáis, una de ellas tiene una preciosa melena azul) desaparecen del lugar, asustadas. El ambiente general sigue igual, con el enano en la barra bebiendo y los viejos diciendo que se avecinan tiempos difíciles. Qué sabrán ellos.

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21/06/2017, 22:44
Iristán

El perro de Iristán levantó de nuevo la cabeza, proyectando las orejas hacia delante, un instante antes de ponerse de pie, alertado por el brusco movimiento del posadero. Cuando el druida reaccionó con calma, el can se lamió la trufa ansiosamente.

-Tranquilo, amigo, está muerto -dijo Iristán alargando una mano en su dirección, mientras trataba de devolver a Saäborn al presente-. Está muerto. La cabeza es sólo un trofeo que el enano lleva consigo. No tienes que preocuparte por su barba, ni por nada.