Partida Rol por web

El caballero demoniaco ruge sus ordenes y la bestia babeante completamente bajo su control parece quedarse dubitativa durante un rato, momento en el cual Azrael, quizas preso del nerviosismo del creciente griterio que pareciera estar acercandose desde todos lados, decide pedirle a Roargh que derribe el muro.
Antes de obtener cualquier respuesta por parte del salvaje, la criatura bajo el dominio del demonio comienza a caminar no sin dificultad en direccion a la puerta por donde ingresaron Azrael y Korgoth. Su andar es pesado, como si pese al enfasis de la orden del caballero oscuro, aquella criatura dudara de su tarea.

Mire como la criatura comenzaba a avanzar pesadamente, incluso parecía resistirse. 

-"Al parecer no quiere hacerte mucho caso, estas perdiendo tus poderes Brujo?-comente sonriendo a Azrael- al final vamos a seguir a este engendro o quieres que rompa la pared?"- me cruce de brazos esperando la respuesta, de todas formas cada tanto daba un paso siguiendo a la criatura, esperando también el saber si Red Alice había cumplido su cometido de cazar a la bestia y que estaría haciendo ahora... 

¿Romper la pared?

El guerrero guardó el arcó y sacó el hacha, mirándola con valoración de buen aventurero, con una sonrisa. Podría valer: no era lo mismo que un pico, pero qué demonios, aquello no se rompería, seguro que se había clavado en cosas mucho más duras, y un hacha enorme no estaba hecha precisamente para ser frágil y sofisticadas.

-¿En serio vamos a romper la pared? -se rió, pero empezó a probar el hacha equilibrándola sobre sus manos- Este es el mejor plan del mundo.

-¿Brujo? la naturaleza de mis habilidades dista mucho de caer en esa terminología mundana, pero comprendo la mal interpretación. Hay cosas que los humanos no están preparados para entender.

Sin embargo el bárbaro tenía algo de razón en sus palabras, por alguna razón la criatura parece resistirse y muy pronto tendrá que decapitarla. La voluntad del gnoll es mas fuerte de lo que parece.

La criatura sigue avanzando como si la vida estuviera escapandosele, cada paso era más lento que el anterior. Aun asi continuaba en direccion a la puerta que conducia a aquella escalera por la que habian descendido Korgoth y Azrael. Mientras el grupo se debatia si atravesar la pared o no, pues comenzaban tambien a dudar de que aquel gnoll realmente les llevara a alguna parte.
El bullicio siguio aumentando, ahora claramente podian notar que provenian las voces con aullidos, gritos y ruidos de metal y tambores desde las aberturas que alternadamente tenian lugar en el espacio del pasillo por el que estaban derramados los cuerpos caidos de la masacre de gnolls que recien habian llevado acabo.

Para tu sorpresa y quizas tambien incomodidad, de la nada una idea comienza a gestarse en tu mente. Aunque pronto comprendes que no se trata de algo que estes pensando sino algo más. Entonces caes en la cuenta que se trata de Raad Ndaam que por algun extraño artilugio esta comunicandose mentalmente contigo.

"...enemigo moviendose en las llanuras. Los tambores aumentan su ritmo y el ritual parece estar llegando a su fin, alguien o algo esta luchando contra mis artes arcanas y no me permite ver más alla de los muros. Donde se encuentren apurense en dar con Grraklaam, no estoy seguro si ese portal traera algo de más alla o ...."
El contacto mental parece interrumpirse en ese punto o quizas tu concentracion ya no puede centrarse dado el ruido que les rodea indicando que no tardaran en verse rodeados de más bestias.
 

-El infeliz se dirige hacia las escaleras, estoy seguro que debemos continuar descendiendo por ellas- Comienza a correr hacia la puerta que da a la escalera en espiral con su mandoble en mano.

El fuego del infierno se encarna en sus manos, mientras su mandoble deja una estela azulina y a mitad de camino choca directamente contra el gnoll para terminar con su patética existencia. De ahora en más solo los retrasaría, y no tiene sentido dejarlo con vida. Ninguna de esas sucias criaturas merece ser perdonada.

-¡Vamos por las escaleras no hay tiempo que perder!- Su voz resuena como un eco espectral que se pierde en el largo pasillo.

-"Hmpf"- solo bufé antes de comenzar a correr tras Azrael, hacha en mano y preparado para derramar la sangre de todas aquellas horribles criaturas...

Y el contacto mental se rompió, con un gruñido de Korgoth, al que las materias de los brujos le resultaban desagradables, y que alguien se inmiscuyera en su mente más. Las sacerdotisas tenían un pase... excepciones.

-Raad cree que lo que sea que haya está pasando -dijo, mientras seguía a los demás, con el hacha al hombro- ¿Cuales son las posibilidades de que tengamos que huir de una explosión de algo devorando la montaña y que no debemos mirar otra vez?

Aquello iba para Roargh. Historias desagradables, recuerdos muy desagradables: el hombre no debería estar hechyo para mezlcarse nunca con cosas-que-no-debían-ser, por eso era la brujería blasfema.

-"No lo se- contesté bruscamente- solo espero que sea lo que sea que este haciendo ese gnoll loco sea detenido a tiempo, nada me gustaría más que saltar desde esta torre y comenzar a segar su ejercito a golpes de hacha hasta partirle el cráneo a él mismo, pero el hechicero nos advirtió que eso sería muy peligroso, hasta ahora no nos ha fallado, así que debemos confiar en él..."- dije poco convencido de las palabras, pero aceptándolas.

Con furia demoniaca Azrael acaba con la vida de aquella criatura partiendo su cuerpo en dos como un cuchillo caliente hiende la manteca. No se demoran en llegar a las escaleras mientras Korgoth les comenta lo que Raad Ndaam le ha comunicado. Tras atravesar la puerta el bullicio de la horda acercandose parece quedar casi olvidado, los ecos ahora son lejanos y por tanto mucho menos apremiantes.

Sin demoras emprenden el descenso, con la mayor velocidad que les permite el hecho de que por toda luz tienen el fulgor de la espada del caballero demonio. De repente Roargh se para de golpe, como impactado por un fuerte olor, uno conocido aunque lejano. Su enemigo esta cerca, lo sabe muy bien. al fin ha llegado la hora. 
Korgoth alertado por el movimiento de su compañero agudiza sus sentidos y detecta a tiempo el ruido de unas garras contra la roca, por lo cual se queda expectante sabiendo que de un momento a otro algo va a pasar. 
Azrael sin embargo, apesar de ser el unico con capacidad plena de ver lo que acontece demasiado tarde se percata de la situacion, un gruñido gutural surje de la negrura del hueco en medio de aquella escalera espiral y una bestia casi tan grande como los trolls que enfrentaran en aquel, ahora lejano, bosque.  Su enorme zarpa de largas garras logra penetrar hasta la carne mortal del antaño demonio, el dolor es apabullante, algo tan desconocido por el caballero debido a las escasas ocasiones en que lo habia sentido.

El crudo rechinar de aquella zarpa contra la armadura no era tan cruel como el dolor de su carne desgarrada. La criatura lo sorprende de entre las sombras y le obliga a retroceder unos pasos debido a la potencia de su ataque.

Azrael se estaca contra el suelo utilizando su mandoble para evitar caer, mientras siente el calor de la sangre brotando bajo la coraza. Sin embargo, a pesar del profundo dolor no estaba en sus planes retroceder, por lo que utiliza su misma espada como soporte para tomar impulso y dar unos pasos por la pared para rodear a la bestia.

Jamás había visto algo así, pero estaba muy seguro de que se trataba, pues algunos de sus compañeros guardaban un resentimiento especial contra ellas. Raad ya les había advertido, pero mientras su carne humana sangra, el demonio en su interior le obliga a continuar.

Sus manos poseídas por el fuego de la venganza, recobran fuerzas para agitar nuevamente su mandoble en contra de su nuevo adversario.

El caballero demoniaco, hace una pirueta para intentar sorprender a su adversario, sin embargo tu ataque es lento y la bestia logra evitarlo sin dificultad. El mandoble de Azrael saca chispas contra el escalon de roca por encima de su cabeza y un agudo chirrido vuele a erizarle los pelos. 
La criatura reacciona con ferocidad aunque el demonio retrocede un paso para eludir las zarpas que intentan aprisionarlo con fuerza. 
La otra criatura aparece de un salto por delante de Roargh y Korgoth, el primer zarpazo va hacia el guerrero veterano que en la oscuridad no logra ver nada y aunque se percata del ataque ya es demasiado tarde. (DC 24) Las garras abren una brecha en su peto desgarrando la carne, la sangre mana de la herida y el guerrero tiene que hacer acopio de sus fuerzas para no doblarse acausa del dolor.
La segunda zarpa no logra impactar en Roargh que se mantiene preso de una furia terrible agazapado como una fiera apunto de atacar.

-"GRRRRRRRRROOOOOOOOOOOOOOOOOOOAAAAAAAAAAAAAAAAARRRRRRRGGGGGGGGGGGGG!!!!!!!!!!!!"-

El grito de furia de Roargh se escucho por todo el lugar, retumbando en las paredes, era un grito que hacia helar el corazón de los hombres y de las bestias, estando agazapado así como estaba se lanzo con todas sus fuerzas sobre el animal que lo intento atacar, lanzando un poderoso hachazo contra la criatura, mientras sus ojos brillaban en furia, era la hora de la venganza, era la hora de restituir el honor de su clan junto a todos sus hermanos que vivían dentro de él, nada era más importante que este momento, nada...

A pesar del dolor apabullante, el caballero acumula todas sus fuerzas para envestir un ataque demoledor con todo el poder de su espada, la cual se enciende como el infierno encarnado. Las llamaradas describen un arco mortal que intenta cortar en dos a la criatura, sin embargo su velocidad de ataque se ve gravemente afectada por el dolor punzante y teme que la bestia lo esquive sin dificultad.

Luego del resplandor fugaz de su espada que ilumina parcialmente el lugar por unos segundos, aprovecha para teletransportarse hacia una posición mas abajo en la escalera y apaga el fuego para intentar esconderse en la oscuridad.