Partida Rol por web

Red Alice se rie fuerte del comentario de Azrael: "Lady? JAJAJA! Nadie me ha llamado asi nunca! Yo creo que Valkiria es mas lady que yo, pero gracias por el alago!" Cuando el grupo estuvo junto, siguio con Valkiria a sus compañeros. Al escuchar el comentario de Roargh sobre su montura: "No seas mal educado, cazador. Sabes que es un pegaso, una montura majestuosa que la salve de un comerciante de bestias. Y por todos los cielos, Korgoth! Pasame la bota!" Y giño al Ratonero gris complice.

Recibió el golpe cordial del gigante como lo que era, sin doblarse por la mitad como hubieran hecho muchos hombres menores. Perfectamente podría haberse pillado con algún tachón de la armadura y atravesarse la mano... pero, sinceramente, con aquella mano tampoco podía imaginarse que hiciera mucho.

-¿Yo?

Se echó la capa al hombro y salieron de allí. Pronto iba a empezar el trabajo, y más pronto aún iban a tener que enfangarse en todo el camino, sin ni siquiera poder aprovechar que alguien tenía dinero. Era una mentalidad que no podía comprender... a él no es que los dineros le quemasen en las manos, es que combustionaban. Por eso estaba siempre en busca de un trabajo, porque vivía muy, muy por lo alto durante muy, muy poco tiempo. Eso es la vida.

-¡Ahí va, preciosa! -dijo, lanzando la bota. Luego se giró a uno de los de la posada- Eh, amigo. Consígueme un buen caballo en los establos, el mejor que tengan, y un par de las mejores botas que tengáis, con lo mejor que tengáis... cerveza, vino, lo que sea. Que sea bueno. Y pon en un saco algo para comer, de viaje. Nada de intentar timarme, porque lo sabré, ¿de acuerdo?

Sonrió, tranquilamente, pero no necesitaba enfatizar el destino que podía haber para ese hombre si no lo hacía; había peores razones para matarse que unos bocados de comida y unos buenos tragos, en la vida y en el camino.

-Te esperamos en las puertas de la ciudad. Así que DEPRISA.

Dicho esto, se dio la vuelta para echar el camino con Roargh, lanzando una moneda por encima del hombro, proyectándola con el pulgar, a las manos del tipo. Un águila de oro vostrena. Efectivamente, se dejaba el dinero en todas partes.

El mozo de la cuadra cambia absolutamente su cara cuando le lanzas la moneda, y tras darle un mordisco de autenticacion sale raudo a buscar un par de monturas dignas de aquella propina.

Mientras avanzan por el poblado que poco tiene de agraciado más que unos burdeles y posadas apenas mejores que donde estuvieron, la gente los mira con desden y extrañeza. Un niño que se les acerca a pedir monedas no deja de mirar a Valkyria y su jineta, mientras extiende la mano esperando una limosna.
El camino principal por poco y no es simplemente un lodazal, los surcos de las carretas hacen que tengan que poner cuidado en donde pisan o terminan comiendo fango.
De todas formas el grupo avanza hacia la entrada del pueblo, imponiendo cierto respeto. Los rumores del dinero facil, evidentemente se ha ido esparciendo ya que ya no solo niños sino un par de hombres de aspecto desalineado y cicatrices de trifulcas de callejon tambien se amontonan en torno al grupo pidiendo una limosna y babeando por la guerrera.
Comenzaban a entender porque Raad Ndaam habia hecho aquella triunfal huida, para evitarse el contacto con la chusma y el barro en las botas.

Disculpen caballeros pero tengo que advertirles del grave error que están cometiendo. Como verán este es un grupo de guerreros con capacidades que alcanzan niveles mas allá de lo que sus pobres mentes pueden comprender. Y me siento en la obligación, de advertirles que si no se apartan de nuestro camino se verán envueltos en grabes problemas y podrían resultar gravemente heridos.
Como verán, mi colega encapuchado aquí presente no es un hombre de mucha paciencia, y no podre detenerlo si decide descargar el peso de su enorme masa muscular sobre sus frágiles cuerpos. En otras palabras... APÁRTENSE Y NO VUELVAN!.- Prefiero evitar el conflicto con estos pobres campesinos, y no creo que mis compañeros de equipo sean tan piadosos como yo, solo espero que con esto huyan y la situación no empeore. Es por su propio bien, no el nuestro.

Roargh sonrió levemente al escuchar la respuesta de Red, con esa sonrisa suya, que más parecia un lobo ensanchando la boca que otra cosa.-No tengo alas guerrera, si las tuviera, quizás me gustase volar.- Dijo de manera escueta tratando de explicar a Alice el por que de su reacción al pegaso. Era obvio que volar no le causaba temor, pues su gesto no se altero lo mínimo al hablar, pero también resultaba evidente que no era algo que le agradase especialmente, y aunque había realizado cortos vuelos, siempre había sido a lomos de algún ser al que estaba destrozando con sus propias manos. Cuando llegaba la hora de matar, lo de menos era el donde.

El Cazador seguía sin entender realmente, por que las gentes le daban tanta importancia al dinero."¿Esa moneda vale un caballo y dos botas de vino?", pensó sin aprobarlo." Algo así valdría al menos 3 pieles y carne para una semana", recordó de cuando acompañaba a los cazadores menos capaces que el a Ahorcado a comerciar. Otras tribus aceptaban moneda, pero la suya no, su pueblo era pragmático, y donde vivían poco podían hacer con unas onzas de metal blando.

Tras exhibir el dinero, el populacho pareció despertar y agolparse en torno a ellos. Los observo desde su altura, casi más callado de lo normal. En esto es en lo que podría haberse convertido su pueblo si hubiera decidido sobrevivir, mal vivir como la gente sin orgullo"cobardes." ¿Cuantos sufrían por culpa de los pueblos débiles?, siempre aguardando, esperando por un héroe que resuelva sus problemas. Encerrados en sus muros y cerrando los ojos, rezando por que el peligro llegue a otro poblado en lugar de al suyo. Eran tan responsables de la existencia de criaturas como Grraklam, como de busca vidas como Korgoth. Por que elegían una vida así, era algo que se le escapaba.

Para cuando Azrael comenzó a hablar, el ya tenia el gesto torcido y enseñaba sus colmillos, incomodo por aquellos pensamientos, y cuando un aventurero caído en desgracia aparto a un manotazo a uno de esos débiles niños tirándolo al barro, no pudo evitar girarse a él con los ojos encendidos, las mandíbulas apretadas, y las venas del cuello marcadas como cables. Se tubo que recordar que aquella gente no era el enemigo, y que muchos solo eran victimas de las circunstancias y de un espíritu débil para no coger a aquel tipo y romperlo por lo que había hecho. Fue relajando lentamente su temible aspecto para continuar el camino, esperando tener algo que llevarse al hacha pronto para olvidar lo que estaba viendo.

Red alice indignada exclama: "Bravo, azrael! Bravo, Roargh! Han vencido a un grupo de aldeanos ignorantes e indefensos! Cuando nos enfrentemos a los Gnolls seguramente van a sentirse familiarizados con ellos!" Dicho esto, la She-demon se acerca al muchacho que asusto Roargh, se baja de Valkiria y le susurra al oido: "Sé que le tienes miedo por su ferocidad, pero él tiene miedo de tu inocencia. Como ves, todos tenemos miedo de algo. Pero enfrentarnos a ese miedo nos hace valientes. Recuerda eso y serás algún día un gran hombre entre tu gente" Tras esto, vuelve a la montura y sigue el camino con el grupo acompañada de azrael.

Una extraña sensaciòn golpea a Azrael, y se siente algo confundido por la reacciòn de Roargh cuando los mal vivientes empujaron al niño al barro y la compasiòn que muestra Red Alice hacia el niño asustado. Fragmentos de antiguos recuerdos se clavan en su mente, como filosas astillas que se abren camino en los rincones mas oscuros de su memoria. Se siente algo incomodo, el conocìa ese sentimiento que se habìa ahogado hace mucho tiempo en un ocèano de dolor y venganza. Pero no dura mucho tiempo y recobra la cordura ràpidamente, como si de un lapso de locura se tratase. 
Parece que la dura y terrible apariencia de algunos guerreros no es mas que una coraza, un cofre que protege muy en el fondo un tierno corazòn...- comenta en voz baja. Parece que estos guerreros no eran simples mercenarios, habìa algo mas brillante que el oro, algo mas noble que los motivaba. 

Miro a Red, y luego miro al niño un instante atravesándolo con la mirada. ¿Había sentido él mismo, miedo alguna vez? Quizás si, solo que había sido hacia tanto tiempo que era incapaz de recordarlo. Llevo de nuevo su atención a los aterrados observadores, parecía temerosos, y más aun olian a miedo, odiaba ese olor en gente como aquella, débil, incapaces, el tipo de gente que observaba en silencio desde un escondrijo como un gnoll se llevaba a su vecino. Y aun así solo eran victimas de un mundo para el que no estaban preparados.

-Se ven derrotados.- Dijo lanzando les la ultima mirada furibunda antes de seguir a sus compañeros, dirigiendo sus palabras sobre todo a Alice.-Pero solo por que son unos cobardes pateticos. Aun tienen brazos y piernas, deberían poder defenderse, pero ni su numero les da valor. Son ellos y gente como ellos los que hacen prosperar a bandidos y monstruos como las hienas. Gente como ellos los que acuden a esconderse mientras devoran a sus familias, y suplican por que guerreros a los que temen más, como nosotros, estén de su lado.- Andó sin mirar a los aldeanos, ya tenía suficiente con su olor, no necesitaba ademas su lastimosa imagen, y hablo sin remordimientos pues creía cada una de sus palabras, o al menos intentaba creerlas.-Puede que seas una gran guerrera Red, pero sigues teniendo el corazón de un mujer.-

No dijo nada más, por el momento, y tan solo siguió a sus compañeros con paso decidido, secretamente interesado en comprobar con el paso de los años, si las acciones de la guerrera de cabello rojizo, obtenían resultado, si ese chico, por unas simples palabras, algún día llegaba a ser alguien digno de mirar, por el momento, seria imposible saberlo.

Cobardes y patéticos... esas palabras retumbaron en mi cabeza, como los ecos interminables de un pasado distante que parecen perderse lentamente en el tiempo, disolviéndose en una nebulosa de recuerdos y pensamietos. Así es como mi padre llamaba a los humanos, "cobardes y patéticos, esclavos de la miseria, que reptan sobre la superficie de este planeta y se devoran entre si para abonar las semillas de su propia perdición", creo que nunca se interesó realmente por comprender a la especie humana, por eso nunca pudo entender mi elección. 
Esta equivocado... los humanos tenemos mucho mas potencial que ese, solo que no todos lo descubren. No todos son tan fuertes. Veo que estamos llegando -Ya estamos cerca, veremos que sorpresa nos tiene preparada Raad para el viaje.

Korgoth no tenía las compulsiones morales o éticas estrictas para juzgar como "inferiores" o "indignos" a la gente que se agolpaba, y sólo estaba pendiente de que si alguno se acercaba mucho iba a tener que repartir alguna bofetada para abrirse camino. No intervino cuando Roargh y Azrael decidieron tomarse las cosas en su mano, ¿para qué? Sólo haría el viaje más largo, más tenso y más conflictivo. Si querían despedazar a un bastardo que había tirado a un crío contra el suelo... estaban en su derecho. Y seguro que al tipo no se le iba a echar demasiado de menos.

-Qué filósofo, Roargh... -comentó con una cierta sonrisa.

Y es que para él no había esas distinciones. Cada uno se buscaba los garbanzos y el vino como podía, fuera de unas maneras más ciudadanas o de otras, y siempre buscaba la manera más fácil y cómoda de esconder el pellejo. Si eso implicaba que tenías que matar a alguien por el camino con ese mismo estilo de vida, no era para ahogarse en remordimientos: amigo, eras tú o yo. Él creía en otras cosas, realmente, cosas más sencillas en un esquema mucho menos complejo, que cambiaba de un día a otro según la necesidad, y en el que las palabras tampoco solían tener un aplastante efecto de lado a lado.

Por eso, cuando avanzaban y se ajustó el cinto, se le cayó uno de los cuchillos que llevaba, una pequeña miseria que no era más que un mondadientes afilado en las manos del poderoso querrero... pero que para la mano de un niño podría ser un arma. Lo pisó con la bota para que nadie lo viera y se aseguró de que fuese el niño el que lo tuviera en su campo de visión antes de marcharse.

Las palabras son palabras. Un cuchillo es un cuchillo. Podría utilizar cualquiera de los dos para inspirarse en la vida, pero el segundo además le abriría camino y, si estaba decidido, demostraría a los demás que no tenían que volver a meterse con él bajo ningún concepto.

"O quizás muriera. Eh"

Como sea, puede ser interesante para él. Feliz regalo del día de los héroes, niño.

Tras el incidente con los limosneros la calle se vacia y parece que ya nadie intenta acercarse ni dirigir la mirada al grupo de aventureros, poco a poco desandan la calle principal hasta que finalmente ven el arco practicado en la muralla defensiva del poblado For nox, antiguamente llamado Fuerte Noche en la lengua local, pero que con la desaparición de la milicia y las deformaciones lingüística adquirio su actual nombre, bastante peculiar pues en la antigua lengua de la zona se daría un juego de palabras con infierno.
Antes de que culminen su recorrida en la salida del pueblo, ven allí al mozo de las cuadras con dos caballos bastante decentes y una mula cargada con algunas provisiones metidas en sacos que cuelgan de sus costados. Evidentemente el oro mueve montañas, ya que el jovencito se había apresurado no solo en reunir lo pedido sino en entregarlo.
La menuda guardia del lugar se encontraba en un garito cercano a la arcada, se les escuchaban vociferar y lanzar maldiciones, por lo que era de deducir que estarían bebiendo y jugando cartas, bastante poco preocupados por quien entrase o saliese de For nox.
El camino se extendia más alla, aunque no mejoraba mucho, las marcas de las ruedas de carretas seguían marcando sus surcos en la senda lodosa, pero al menos la casi ausencia de arboles permitían una vista bastante amplia del camino por lo que permitían evitar emboscadas a la salida del pueblo. La colina que les mencionara Raad como punto de encuentro estaba apenas desviándose de la senda principal y ascendiendo una ligera pendiente. La noche estaba iluminada por Selene que desde lo alto vigilaba los asuntos oscuros de la noche.

Parece que ya nadie nos molestará... sin embargo creo que subestime la nobleza del grupo, al parecer no son los guerreros despiadados y sanguinarios movidos únicamente por la venganza y el oro que creí. Eso me reconforta, a pesar que en el fondo de mi ser todavía hay una bestia infernal trate de devorar mi nueva alma, trato de dirigir esa furia hacia las impías huestes del mal... se, ya nunca volveré a ser ese demonio. Escucho las risas simplonas de los irresponsables guardias, las puertas del infierno abiertas y todo me trae recuerdos de antiguas fiestas y orgías infernales que hacen ecos en las entrañas de mi mente. Todo quedo en el pasado supongo, pero de alguna forma siento que la bestia me acecha, esperando el momento para tomar el control.  

Pasé tanto tiempo entre las sombras, acechando bestias y destruyendo las terribles aberraciones de los rincones más oscuros, y ahora parece que me alejé de la humanidad. Solo manipulo los hilos como si fueran títeres de madera, cascaras sin vida que me miran desde afuera. Ya perdí la perspectiva de porque estoy aquí realmente. Pero ahora quien sabe, tal vez pueda pertenecer a algún lugar.

Raad... todavía no confío del todo en él, un erudito de las artes arcanas seguramente tiene mucho más intereses en este asunto que simplemente matar a unas bestias sanguinarias. No puedo negar la posibilidad que la profundidad de sus estudios lo lleven a tener curiosidad por la magia de Grraklam y todo lo que está detrás, incluso misteriosos artefactos místicos fuera de mi imaginación. Tal vez solo estoy imaginando demasiado, pero las dudas tendré que tener cautela.

El terrible bárbaro Roargh de alguna tierra lejana, parece una enorme bestia rabiosa lista para ser soltada, seguramente no dejará ni los huesos de sus presas. No dudo de sus habilidades, afortunadamente el gigante está de nuestro lado y será un valioso compañero. Parece que en el fondo, la enorme bestia es mucho más humana que muchos.

Red Alice, la valquiria guerrera. El hecho de que sea una mujer no deja de inspirar la terrible presencia y el respeto que solo un legendario guerrero de antaño puede infundir. Pero no deja de tener el noble corazón de una mujer, dispuesta a inspirar a un niño asustado hasta las últimas consecuencias. También me alegra tenerla en el grupo.

Y Korgoth... todavía me intriga que habilidades esconderá este orgulloso y curtido guerrero. Sé que no se mostro indiferente ante el niño asustado, pero no logre ver sus actos. Pero sospecho que pronto terminará la intriga y lo veré en acción, afortunadamente el filo de su espada está de nuestro lado.

Sin duda esta tarea no será nada fácil, si Raad se preocupo por reunir tal formidable grupo, seguramente la amenaza que nos espera es mucho más terrible de lo que aparenta... -Parece que salimos de este triste pueblo y tenemos el camino despejado, la colina no esta muy lejos de aquí. Ahora que Korgoth y Roargh consiguieron sus monturas podremos acelerar el paso.

Korgoth monta al caballo que le ha traido el peon y tomando las riendas de la mula reanuda el camino rumbo a la colina, Red Alice montada en su fabuloso corcel alado le sigue galopando a su lado.
Roargh no más acercarse al otro animal, este se encabrita y comienza a bufar al guerrero, el peon con dificultad logra contenerlo para que no intente huir. El guerrero tribal acostumbrado a el temor reverente que las simples criaturas parecen confesarle, se encoje de brazos y decide acelerar el paso para mantenerse a la par de sus otros compañeros.

Finalmente Azrael toma las riendas del animal, para no desaprovecharlo y se pone a la postre de la comitiva que comienza a atravezar el bosquecillo ralo de arboles resecos, el cual esta bañado por una baja capa de neblina proveniente de un pantano cercano.

Avanzan sin apresurarse demasiado por la poca visibilidad ocasionada por que la luminosa Selene estaba oculta tras la colina que a medida que se acercaban comenzaba a dominar el horizonte, la senda sinuosa va ascendiendo la ladera alejandose del pantano y tornandose un poco más boscosa a medida que avanzan. Pronto se ven rodeados por una apretada hilera de arboles a cada lado y el poblado a sus espaldas ofrece un espectaculo de luces lejanas y tenues alli abajo. La niebla, que como una alfombra mullida envuelve las pisadas de los animales en el sendero, poco a poco se va desvaneciendo a medida que ganan altura y por momentos Selene les regala un destello que ayuda a ver más alla de sus propias narices.

A medida que se adentran en la oscuridad de la noche, Azrael se siente mas reconfortado, las sombras lo abrazan y una especie de energía azul en forma de llamas brotan súbitamente desde el interior de sus ojos envolviendo su cabeza, el fuego se apaga rapidamente dejando atras una especie de yelmo negro de un material desconosido. Mientras flamas azulinas emanan lentamente de sus ojos, su mirada pareciera atravezar la oscuridad revelando los secretos de la noche.

La muchedumbre termino por dispersarse ante ellos, y el camino de salida al pueblo quedo despejado, ya no había pedigüeños que les acosaran, tan el camino al frente.-No soy un filosofo, esos solo se dedican a retorcer sus propios pensamientos.- Dijo apenas dieron unos pasos en el barro de la calle después de que el bárbaro se dirigiese a él.-Pero no me importa decir lo que pienso.- Afilo la mirada cuando el chico apareció con sendas monturas para Korgoth y él."Estúpido y lento animal", pensó anticipando lo que iba a suceder con el caballo.-Y tampoco tengo reparo en llevarle el dolor al que se ría de mí.- Declaro sin volverse a ninguno, frunciendo el ceño ligeramente al oler el miedo de los caballos, la desidia de los guardias, y el aire limpio que esperaba frente a ellos.

Roargh corría unos pasos por delante del grupo, junto al camino, unas veces saltando, otras corriendo, y otras agazapado sobre sus piernas y una mano, siempre empuñando su hacha, presto para usarla. Sus movimientos bien podrían ser los de un gran felino, así como alguno de sus comportamientos. Posándose en una roca para olisquear, o desaparecer entre la hierba baja. trataba de mantenerse alejado de los animales del grupo. El miedo de esas bestias estúpidas le daba hambre, y al margen de que cazarlas no sería para nada interesante, aun tenían una función que cumplir para él grupo.

La niebla les envolvió, no le agradaba. Era fácil tenderles una emboscada en aquellas condiciones, y con tanta humedad, ni su olfato, que podía oler una gota de sangre a 30 kilómetros en el desierto, era garantía de que pudieran estar preparados cuando algo cállese sobre ellos. De todas formas, esta no era una compañía como otras que soliese frecuentar, en los escaso casos en que frecuentaba compañía alguna. A todas luces era evidente que todos podían cuidar de si mismos, sin necesidad de él y de no ser así probablemente habían escogido una labor que les superaba.

La niebla comienza a dispersarse , y el animal que hay dentro de Roargh se relaja como haría cualquier otra bestia que se siente tranquila, aunque es aquí su parte racional la que se impone y se fuerza a mantener la guardia en alto. No sería la primera vez que tratan de sorprenderle en la oscuridad de la noche, y la quietud de una senda. Y aunque es casí imposible sorprender al cazador, no le son del todo desconocidas las extrañas criaturas y seres que han sido capaces de tal proeza.

Red Alice continua en silencio a sus compañeros hasta su destino, y en el trayecto observa el hermoso paisaje nocturno que se le presenta. Al ver la Luna brillar tan apasionadamente, Red Alice recita un poema que su padre le enseño en noches como aquella alrededor de la hogera:

"Oh Selene, espejo en el mar                                                                                                                                                               quien te tiene oscurece                                                                                                                                                                                                                                   tu ingenuo brillar.

Oh Selene la lluvia no para de llorar,                                                                                                                                             la lejanía enpequeñece                                                                                                                                                           toda tu humanidad.

Oh Selene, sierva del destino                                                                                                                                               esposada a tus astros                                                                                                                                                     sentimientos sin camino.

Oh Selene, Maldita la noche en tu cara,
arden tus latidos
erosionan tu alma.

Oh Selene, la sombra desea estrellas
y rozara sus fulgores
sin pudor a todas ellas.

Oh Selene, Certeza ciega en tu amor,
espejismos , dulce miel...

...que amanezca en tu ilusion."

Con una montura entre las piernas irían más rápido. Y cuanto menos esta vez no había tenido que arrebatársela a nadie, lo que era un agradable cambio para variar. El resto de los pezuñas demostraron su inteligencia no queriendo acercarse a Roargh ni por toda la cebada del mudno, y el suyo no hizo nada sólo porque tenía las riendas muy firmes y con peores se las había visto en sus tiempos. Se encogió de hombros ante lo que dijo Roargh: ambos eran hombres de mundo que no se iban a escandalizar si había que cruzarle a uno la boca con cuatro palmos de hierro porque hablaba de más.

"Red Alice,la más bella, tus ojos son un océano.
Tus tetas... bueno, también son un océano"

Se sonrió para sus adentros mientras se cubría con la capa para evitar la mayor parte de la humedad y se preguntó si debería probar la suerte. Al fin y al cabo la tentación la llaman porque le impulsa a uno a dar un buen tiento... pero si no se andaba con cuidado ese demonio de mujer podía intentar cortarle una mano. No es que no mereciese totalmente la pena, por lo que recordaba. Una noche de leyenda.

-Kull wahad... -murmuró, de forma que sólo Roargh que andaba cerca pudiera oírlo.

Lo que había hecho Azrael no era ni medio normal. Y olía a brujería, que era bastante más serio que manejar un par de hechizos tristes. Como todas las veces que se metía en asuntos de brujos, se preguntó si no aligeraría el asunto que lo cogieran, le cortaran la cabeza y le metieran fuego cuanto antes. En un futuro lamentarían no haberlo hecho a tiempo, eso era seguro.

De pronto un olor te golpea como una bofetada, es miedo. El miedo de una criatura completamente inocente.
Aguzas los oidos mientras te detienes olisqueando a un lado del sendero, logras escuchar entonces un lejano sollozo, alguien que ruega, que implora no ser dañada.
Segun tus sentidos todo proviene de algun punto atravezando el bosquecillo que teneis a la izquierda vuestra, un lugar peligroso para transitar con la oscuridad reinante y en un terreno bastante traicionero.

Ambos observan como Roargh parece haberse detenido para olisquear el aire como un animal, luego se inclina y se queda alli unos segundos, al parecer puede sentir algo que vosotros no llegas ni a imaginar.