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Reglas de la arena (Leges gladiatorae).

Los combates de gladiadores tienen un desarrollo bien definido. Días antes de los juegos, el evento es anunciado por toda la ciudad donde se van a celebrar los juegos. La noche antes del combate se les da una espléndida cena junto con las autoridades, amenizada con bailes y toda clase de placeres, era el único instante en que podían saltarse su exclusiva dieta, ya que podría ser esa la última noche de sus vidas. 

La autoridad indica con la posición de su dedo índice el destino del gladiador vencido en el combate. Si este índice se dirige hacia el cielo, el derrotado conserva su vida. Esta opción no es muy común ya que el público está deseoso del derramamiento de sangre por lo que ”la autoridad”, que suele ser el patrocinador del evento, debe seguir sus deseos para que así, obtenga el reconocimiento del público Si el dedo índice señala la yugular, se procerá a la ejecución del gladiador vencido introduciéndole la “espada corta” por el cuello en dirección al corazón. Muchos gladiadores dejan testamentos y disposiciones, para que en caso de muerte, sus familiares o conocidos puedan beneficiarse de sus pertenencias.

Muchos gladiadores mueren sin tener tiempo a ser juzgados por el promotor, o a pedir clemencia, pues el combate es tan sumamente salvaje que en muchas ocasiones son los instintos y no el cerebro del gladiador los que hablan. En caso contrario, cuando un gladiador se encuentra incapacitado para luchar pero consciente (de -1 a -9 Ptos de golpe), puede alzar sus dedos índice y corazón para pedir clemencia. 

El combate acaba cuando un gladiador muere o el patrocinador lo decide.

Influencia del público en los combates.

Aunque el público no puede intervenir directamente en los juegos, su favor u hostilidad intervienen en la moral del gladiador y ésto le ayudará o penalizará en el combate. Si la multitud es amistosa hacia un gladiador, éste recibe un bonificador de moral +1 en las tiradas de ataque y daño, y si es solícita, obtiene un bonificador +2 de moral a dichas tiradas. Una multitud indiferente o malintencionada no concede ningún bonificador ni penalizador, pero una multitud hostil hacia el gladiador proporciona un penalizador -1 en las tiradas de ataque y daño.